Dos cuerpos descansan en una cama matrimonial, no tiene más de unos meses que fue comprada, es cómoda y tal vez un poco demasiado grande, aunque es comprensible, uno de los que dormitan en dicha cama mide más de lo que un colchón normal.
Es domingo, el despertador no los irrumpe, el ciclo del sueño hace su trabajo y apenas el sol golpea contra las cortinas blancas, permitiendo que se filtre la luz, uno de los que duermen empieza a removerse, está despertando, como es natural, ya es hora.
La silueta mayor es la que se levanta, tallándose los ojos se encamina al baño continuo a la habitación, por alguna razón se tambalea un poco, pero no hay percance alguno. Al menos no hasta que el sujeto se observa en el espejo, entonces un fuerte grito escapa de sus labios. El sujeto ve en el espejo a un joven alto, de pelo largo, con una tonalidad lila… nada de lo que asustarse.
─¡Atsushi! ¡Atsushi despierta! ─el sujeto grita y se asusta más aún, esa no es su voz, es la voz de su amante, de su alfa.
Pronto vuelve a la cama, y ahí, se observa a sí mismo. Su cuerpo, más pequeño, está lleno de marcas, y en su rostro la misma incertidumbre que experimenta.
─Esto es un sueño, ¿cierto? ─el chico pelirrojo pregunta y se tapa la boca, sorprendido por la voz que brotó de su garganta, como si fuera ajena.
─No es un sueño… ─le corrige el mayor─ No lo entiendo, ¿Cómo?
─Aka-chin, explícate ─quien debería ser Akashi, y que no es Akashi, de pronto dice: ─¡Espera! ¡No me digas qué…!
─¿Qué? ¿Se te ocurre algo? ─Atsushi, que no es Atsushi, asume una postura estoica y refinada demasiado atípica a su persona.
─¡Lo hicimos tanto que terminamos por cambiar de cuerpo!
─Ahórrate las estupideces Atsushi.
La pareja se observa, se siente extrañada, es como verse en espejo constante, donde el reflejo que responde parece ser alguien más, a su vez que ellos mismos están en otras pieles. Es bizarro, no lo pueden explicar. ¿Qué diablos ha pasado ahí? Akashi, en el cuerpo de Atsushi, toma asiento en la orilla de la cama. Atsushi, en el cuerpo de Akashi, se arrastra para sentarse a su lado.
─El cuerpo de Aka-chin se siente tan ligero, puedo mover los brazos fácilmente y… ¡Auch!
─¿Qué pasa Atsushi? ─Akashi voltea a verlo, se ve a sí mismo sobándose la espalda baja─. Oh, eso…─Akashi sonríe─ así me siento cada mañana, ¿recuerdas como ayer te pedí que fueras más suave conmigo? Ahora es un momento sin duda propicio para que aprendas que “más despacio” significa “más despacio” y es por una razón.
─Aka-chin… lo siento ─Atsushi intenta besar a Akashi, pero este le detiene─ ¿Qué pasa?
─¿No crees que es raro besarte a ti mismo?
─… Pero no soy yo, es Aka-chin, pero en mi cuerpo, si me beso, beso a Aka-chin.
─Una lógica bastante sólida, Atsushi, pero para mí es más extraño que eso.
─¡AH! ─exclama de pronto Atsushi, asustado.
─¿Qué pasa ahora?
Akashi observa su rostro rojo como tomate, Atsushi, en su cuerpo, arquea la espalda y parece estar temblando. Akashi sonríe cruelmente.
─Oh, eso ─se burla─. ¿Verdad que no se siente bien?
Atsushi siente como algo viscoso sale de su interior, su semen de anoche escapa de su propio cuerpo, es demasiado extraño, demasiado… Demasiado.
─Juro que no lo vuelvo a hacer Aka-chin, lo juro.
Akashi, venciendo el asunto de besarse a sí mismo, toma su rostro, que ahora le parece chico considerando el tamaño de las manos de Atsushi, y lo besa.
Wow… huele bien, muy bien, ¿es así como Atsushi siempre percibe mi esencia?
─¡Aka-chin para! Estás liberando demasiadas feromonas ─Atsushi se estremece violetamente, Akashi no notó que estaba haciendo tal cosa, vaya, impresionante, ¿Así que así se siente ser un alfa? Sin duda era algo interesante… se siente más poderoso de lo normal, tal vez debería aprovecharse un poquito de la situación, algo así como una pequeña y oportuna revancha.
─Y tú estás respondiendo r13;Akashi no sabía que él olía así, con razón Atsushi se vuelve una bestia insensible, a duras penas se han besado y ya la cabeza le da vueltas. Su cuerpo entero le está diciendo “Tómalo”.
─El cuerpo de Aka-chin se siente tan… oh dios, ¡A-Aka-chin en serio para! No puedo pensar bien… yo… ─Akashi lleva su mano a la entrada de Atsushi, está húmedo y rebosante─. ¡Aka-chin! ¿Qué estás…?
─Deberíamos hacerlo ─dice Akashi, autoritario.
─¿Q-Qué? ¡N-No! ¡De ninguna manera!
─Lo siento Atsushi, por hoy, tendrás el honor de ser yo, y yo, me divertiré siendo tú.
─¡AKA-CHIN ESTÁ HACIENDO QUE MI CARA LUZCA ESPELUSNANTE!
─Así te ves todos los días para mí.
Akashi toma su pequeño cuerpo que parece totalmente ligero como pluma y lo coloca boca abajo en la cama, alza sus caderas… Es una vista algo sensual, o eso piensa con la cabeza llena de niebla. Parece como si Atsushi estuviese en celo. Los dos tal vez están en celo. ¿Quién reamente lo está? Es complicado saberlo, lo único en lo que piensa Akashi es en lo divertido y extraño que es todo esto. Y entonces un instinto que no es suyo le dice que hacer, le dice que lama el cuello de su querida presa, de su omega. Y así lo hace. Atsushi se estremece, gimiendo al instante por la estimulación en esa zona. “Quiero… quiero hacerlo”. Piensa Akashi mientras sus manos acarician el pequeño cuerpo, jugando con el redondo y pequeño trasero que tan suavemente parece moldearse ante su tacto. Lo besa, lo muerde. No hay lugar que no quiera recorrer. Pronto olvida que es su cuerpo al que toca, y piensa más en quien está dentro de su cuerpo. “Puedo tomar a Atsushi… quiero tomarlo”.
Akashi mueve nuevamente a Atsushi para que esté boca arriba. Atsushi observa a Akashi con la mirada aturdida, parece perdido y confundido por lo que experimenta. Entonces Akashi decide besarlo, y Atsushi acepta. En el beso se encuentran a sí mismos, se hacen uno en ese momento, es algo tan natural para ambos que olvidan quién está en qué cuerpo. Se siente bien, ambos son débiles ante el placer, no tiene sentido ocultarlo, nunca han sido el tipo de pareja que siga los estereotipos del alfa dominante y el omega sumiso, pero sin duda los roles en el sexo están bastante establecidos pese al deseo o la iniciativa. Es refrescante cambiar eso, y una vez que renuncian a entenderlo, empieza a volverse tan interesante y excitante que el propio Atsushi comienza a acariciar “su” miembro. Akashi se estremece por esto.
─Como es mío… sé dónde tocar… a mí me vuelve loco cuando Aka-chin hace esto.
Akashi jadea, se siente bien, y es diferente, sus puntos buenos son otros, donde más le gusta es otro lugar, pero este no es su cuerpo precisamente por lo que los lugares sensibles de Atsushi le asaltan y le arrastran consigo.
─A mí me gusta esto…─los dedos de Akashi penetran “su” entrada, y pronto empieza a moverlos como más le gusta. Atsushi suelta un alarido, confundido por la violenta sensación que arremetió contra su cuerpo.
─A-Aka-chin siempre luce tan contento y… oh… ¡O-Oh! ¡A-Ah! Aka-chin, justo ahí, cuando te toco ahí… t-te vuelves loco ─Atsushi echa su cabeza hacia atrás, su pecho sube y baja frenéticamente, su respiración es un desastre y está duro, podría correrse solo con la sensación de dedos, es algo intenso, necesita gritar, gemir, es algo incontenible. Y así como el cuerpo de Atsushi le juega chueco a Akashi, Atsushi comienza a sentir un deseo extraño de ser llenado con semen, de ser penetrado, mordido, marcado… el cuerpo de Akashi sin duda es lascivo, pero se siente maravilloso, ¿será porque es omega? ¿O va más allá?
─Atsushi ya no lo soporto… Quiero hacerlo ya, quiero penetrarte.
Atsushi extiende sus brazos.
─Hazlo, Aka-chin puede hacerme lo que quiera.
Esto es tan extraño… ajeno a mí y aun así tan natural como respirar.
No es el papel que me asignaron, pero cuando estoy con él parece que este papel siempre debió pertenecerme.
No somos más que animales en celo.
No somos más que bestias que aprendieron como expresar sus emociones.
Y aun así… eso no importa…
Akashi no lo resiste, está emocionado, su sangre hierve por hacerlo, es su primera vez así que no puede contener la sonrisa en sus labios. Atsushi probé ayuda, lo encamina y ahora solo es cuestión de un empujón.
Apretado, cálido, asfixiante… un buen lugar para dejar ir la semilla que habrá de traer vida.
─¡Maldición! ¡Duele! ¡Duele mucho, Aka-chin! ─Atsushi grita desesperado, es débil ante las sensaciones poco placenteras.
─Y estás en un cuerpo que ya está algo acostumbrado… no quiero decirte como fue la primera vez.
Atsushi está al borde de las lágrimas.
─Lo siento… Aka-chin…
Akashi no se resiste y pronto lo cubre de amorosos besos, pero no tiene mucho tiempo de responder algo mejor, está respirando erráticamente, el placer de penetrar es bueno sin duda, es como sumergirse en un océano totalmente distinto. Es lo mismo, pero es diferente. No puede explicarlo profesionalmente, aunque nuevamente comprende porque Atsushi siempre lo hacía una y otra, y otra, y otra, y otra, y otra… Es sencillamente fenomenal, podría volverse adicto a esto sin duda alguna.
─Q-Quiero… moverme ─jadea Akashi─. Se siente bien…
─¿Se siente bien, Aka-chin?... Yo también lo estoy sintiendo, parece que voy a romperme, pero… de alguna forma… este cuerpo me pide que te muevas y que…
─¿Qué cosa?
─Que me lo des todo, ¿Aka-chin siempre ha deseado con tanta desesperación que lo llene?
─Por supuesto, eres mi alfa.
Akashi empieza a moverse, es difícil y requiere de bastante fuerza y un poquito de precisión, parece que si no es cuidadoso terminará por salirse del interior de Atsushi. El suave vaivén comienza, la punta de su miembro choca contra algo suave, la lubricación es abundante así que pronto el moviendo se vuelve más sencillo de realizar, se siente tan bien que podría correrse en ese instante, y, de hecho, se corre. No es suficiente, necesita más, empujar más, llenarlo más. Akashi separa las piernas de Atsushi y las coloca sobre sus hombros, se abraza de estas y pronto, sin saber bien que hacer, empuja su pelvis hacia adelante.
─A pesar de que Aka-chin es quien lo h-hace… está gimiendo… ─la expresión de Atsushi, reflejada en el rostro que no le pertenece, es sumamente lasciva. Akashi se pregunta si él también pone una cara tan vergonzosa siempre… puede que sí, no puede negar que el sexo es maravilloso─. ¡A-Aka-chin! ¡Más fuerte! ¡Hmm!
─Ha… Atsushi… esto es… ─sus palabras se cortan, se da cuenta que ha eyaculado otra vez.
─Uhg… está tan caliente… ─Atsushi gimotea, él mismo acaba de correrse también.
Es una vista… interesante.
─Quiero embarazarte estando en tu cuerpo ─declara Akashi.
Atsushi se pone rojo.
─¿E-Eh? ¿Lo dices en serio, Aka-chin?
Akashi empieza a moverse nuevamente. Atsushi no sabe qué está pasando, siente que se volvió loco, pero no puede evitarlo, se siente bien, se siente de maravilla, y quiere ser llenado, quiere tener un hijo, su cuerpo le exige que lo tenga, y… la idea de que es Akashi quien está a punto de preñarlo no es tan mala, aún si ambos están en el cuerpo del otro, de alguna manera no suena como algo tan malo, de hecho, parece ser una idea esplendida.
[…]
El verdadero clímax está cerca, no tienen idea cuanto llevan haciéndolo, bien podrían ser cinco minutos más, bien podría ser una hora, el tiempo es difuso, todo está en blanco, la razón se fue y ahora solo quedan dos cuerpos en constante excitación, enervados por miles de sensaciones que agitan sus células y los ponen al borde del éxtasis.
Están en el paraíso.
Ellos son su paraíso.
─Atsushi… ten a mi hijo, tengamos un hijo…
La pareja entrelaza sus manos.
─Lo que Aka-chin quiera… es absoluto, son órdenes para mí.
Akashi se corre una vez más y cuando vuelve un poco en sí sale del interior ajeno y se desploma en la cama.
─Eso fue…
─Increíble ─Atsushi se cubre los labios, su cuerpo aún está temblando, es como si el placer de ser llenado jamás fuese a acabarse.
Akashi lo besa y lo mima como sabe que le gusta, luego acuna el cuerpo menos en sus brazos y se cubre con la sabana, arropando también a su amante.
─¿Aka-chin?
─¿Sí, Atsushi?
─¿Qué pasa si nos quedamos así para siempre?
─… Buena pregunta… pero en este momento no quiero pensar en eso ─ambos se quedan en silencio unos momentos, Akashi acaricia suavemente el rostro de su amante, y tras besarlo en la frente agrega─ De una u otra forma estaremos juntos.
─Eso es suficiente para mí.
─Si estás en mi cuerpo tendrás que hacer más ejercicio ─Akashi sonríe─ Ese cuerpo no se mantiene por arte de magia.
─Aka-chin es malo ─Atsushi hace un puchero y lo besa─ Pero así lo amo.
─Y yo a ti.
[…]
─Reo, ¿qué estás escribiendo? ─pregunta Kiyoshi.
─¿Qué? ¿Yo?... N-nada cariño, una cosa sin importancia.
─Vamos, dime.
─E-Es una historia… ya ves, el género omegaverse se ha vuelto popular y… pues eso.
─No pensé que escribieras, después déjame leerlo.
Reo observa culposamente su computadora.
Será mejor que queme esa cosa y nadie lea la atrocidad que escribió.