Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿QUÉ ONDA CON ESE DUENDE? por patjes

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

También disponible en Wattpad:

https://www.wattpad.com/story/131849466-%C2%BFqu%C3%A9-onda-con-ese-duende-kaisoo

Notas del capitulo:

Hola!!!

Aquí les dejo un TS navideño. KAISOO 

 

KyungSoo se encontraba mirando hacia la nada mientras daba pequeños tragos de su amarga bebida, un café americano caliente y sin azúcar acompañado de un trozo de pastel de nuez sin mucho dulce, todo eso era lo normal, más al enfocar la mirada hacia las calles de Seúl se encontró con cientos de luces multicolores que  adornaban cada local, cada pino o árbol a la vista, incluso cerca de la mesa que siempre ocupada se encontraba un pequeño Santa Claus decorativo que cantaba y bailaba meneando las caderas con su usual jojojo, diciembre ya se hacía presente y con este su mal humor por las fiestas cercanas.

Se decidió por salir antes de la instancia pues no aguantaba más la risita del adorno navideño.

-Te vas tan pronto Dodo – le llamo una de las meseras de la cafetería.

-¿Que no es obvio, Joy? Y ya te dije que no me llames así – respondió con seriedad.

-Creo que si es obvio – rio y se acercó hasta el chico – es solo que siempre te quedas más tiempo, Dodo – gruño molesto - ¿Y qué vas a hacer para estas fechas? ¿Ya decoraste tu hogar con luces navideñas? Si no es así yo puedo ayudarte…

KyungSoo comenzaba a hartarse, Joy era una chica agradable y hermosa, de hecho alguna vez pensó en invitarla a salir, pero había un problema, su boca, cuando empezaba no había quien la parara, iba de un tema a otro con gran rapidez, no entendía como no se quedaba sin aire y, justo en ese momento sintió como su ceja se contraía involuntariamente ante la voz de la chica, quería callarla, estaba por hacerlo, no quería mas temas sobre ¿Qué vas a hacer en estas fechas decembrinas?    

Antes de callar a la chica sintió una mano posar sobre su hombro – Joy, creo que es necesario que vayas a la mesa 4, un niño vomito su chocolate.

Salvado por la campana, pensó KyungSoo.

-¡Aish! ¿Por qué no pueden cuidar a sus mocosos? Qué asco, caray… - Joy se fue murmurando una serie de maldiciones inentendibles.

-¿Cómo estas, Kyung?

-Bien, JunMyeon.

-Me alegra escuchar eso, lamento lo de Joy, tú sabes que ella a veces puede ser un poquito… desesperante.

Bufo - ¿Tú crees? Bueno, es mejor irme, quiero regresar a casa pronto, empieza a hacer frio.

-Si claro, cuídate Kyung, te espero mañana.

JunMyeon era un chico agradable, dueño de la cafetería “El dorado”, unos años mayor que KyungSoo, era con los pocos que soportaba tener una conversación, solo se decían lo necesario y para él eso era suficiente porque no era de esas personas que supiera manejar largos rollos, cada que lo intentaba fracasaba rotundamente y los silencios se le hacían incomodos. Así que si le preguntaban cuantos amigos cercanos tenia, bueno pues dejen que los cuente, talvez 10 o 9 o 5, bueno pues tenía salud que era lo importante, un perro labrador color chocolate que lo acompañaba desde hacía 6 años, JunMyeon aunque no conocía mucho de él y bueno, su vecino escandaloso y en ocasiones más hablador que Joy, ChanYeol.

 

 Llego tiritando hasta su casa y como era de esperarse fue recibido por un par de patas peludas.

-Hola, Sangchu ¿me extrañaste? – el perro ladro y meneo la cola – Lo sé, lamento dejarte solo, pero hoy no tarde, que te parece si damos un corto paseo y después nos tiramos en la cama, nos tapamos con un cobija y termino mi trabajo por computadora.

KyungSoo se había mudado a Seúl hace unos 8 años, dejando a su familia y su provincia natal atrás, a él le gustaba la paz y gran naturaleza de Gyeonggi, pero también quería cumplir su sueño en la literatura, por lo que fue su decisión alejarse de su madre y hermano, y adentrarse a la ruidosa y artificial capital.

Al terminar su carrera tardo casi dos años en conseguir que un editorial publicara uno de sus escritos, varios le habían dicho que sus historias era un tanto aburridas y que no daban esa chispa necesaria que atrajera al público, pero él amaba escribir, plantear sus ideas que discretamente hablaban sobre él; no desistió y un día una editorial lo llamo y le ofreció un contrato para publicar una de sus historias, alguien había dado el valor necesario a su trabajo y eso lo complacía pues esa historia era especial para él “Mi voz al aire” es el título y esta hablaba de un cantante con un sueño frustrado y que sentía la soledad implantada en cada fibra de su ser pero que a la vez lo inspiraba para crear las canciones más tristes y que tocaran el alma de personas en la misma situación. En su historia original el final era un tanto trágico, el chico conocía a una mujer especial y se enamoraba, hasta ahí todo bien, pero terminaba muriendo debido a una enfermedad respiratoria por su continuo trabajo en la calle y la chica terminaba cantando una de las canciones compuestas por su amor que nunca llego a consolidar por diversas situaciones.

KyungSoo lo sabe, fue un poco dramático, pero a él le gustaba ese tipo de finales, no todo siempre tenía que terminar color de rosa y con un y vivieron felices por siempre, no, a él le gustaba hundirse en esos sentimiento deprimentes que por alguna razón lo hacían sentirse mejor al compararlos con su vida, ¿patético? Es posible pero no le importaba lo que otros pensaran; sin embargo, la editorial le había dado la condición que para que publicara su libro tendría que cambiar su final y algunos otros detalles que le darían mucho trabajo, un gran dolor de cabeza y de culo.

Y ahí estaba KyungSoo, frente a su computador con las manos en el teclado y con las ideas en blanco, era posible que llevara más de 30 minutos sin nada escrito y eso lo ponía furioso, se quejó audiblemente y se removió en su cama, tirando todas las almohadas al piso, berreando de forma un tanto siniestra.

Sangchu al ver a su dueño de esa manera también comenzó a quejarse audiblemente, gimoteando y aullando al aire como si se tratara de una gran tempestad.

-Sangchu ¿Qué debo hacer? No soy de finales felices y empalagosos, odio eso, odio las cosas cursis, incluso odio cuando veo a una pareja besarse sonoramente tan cerca de mí, ¡ah, odio mi vida!

El perro se acercó y literalmente baño la cara de su dueño con su viscoso fluido.

-Sangchu, no, ya me bañe, no necesito otro baño – el perro se detuvo y miro fijamente a su dueño – ¿De dónde carajos se supone que debo sacar la inspiración? Tengo que acabar antes de navidad y para eso solo quedan tres semanas – fingió un llanto agudo, que lograba que su perro ladera graciosamente su cabeza y después recibió su segundo baño de saliva.

 

Era de esas personas que giraban por horas en la cama hasta quedar dormidos, solo su perro era capaz de soportar el movimiento de su dueño, poco después de lograr descansar comenzó a soñar algo extraño, solo se veía a él con lágrimas en los ojos, pero había alguien que lo acompañaba, consolándolo, haciéndolo sentir cálido y amado, logrando detener su llanto, algo no estaba bien, porque primero: KyungSoo nunca lloraba y segundo: no tenía a nadie que lo hiciera sentir así. De pronto escucho otra voz en su sueño, una más grave y perturbadora que la voz que lo consolaba.

-KyungSoo, Soo, ¡Do, despierta de una vez! – el último grito lo había hecho saltar y caer de la cama, Sangchu llego a su rescate a base de lengüetazos y pronto diviso una figura de enorme tamaño, enormes orejas y con una expresión divertida mientras soltaba carcajadas.

-¡Mierda, ChanYeol! Ya te dije que no entres a mi casa sin mi permiso.

El alto se limpió las lágrimas que le había provocado su risa escandalosa – Lo siento, pero toque varias veces y no abrías, como el idiota que eres volviste a dejar abierto y como el buen amigo que soy me adentre a ver si estabas bien.

-Pues estaba bien, eso hasta que llegaste y tu espantosa voz logro hacerme saltar, ahora me duele el trasero, idiota.

Escucho nuevamente la risa de su vecino mientras se ponía de pie.

-Bueno y a todo esto ¿Por qué carajo estas en mi casa? ¿Qué quieres tan temprano?

-Primero que nada, ya no es temprano, son las 11, segundo, necesito un favor y tercero, que linda pijama de pingüinos, creo que se parecen a ti.

KyungSoo trato de esconder lo más posible su pijama y su enrojecido rostro mientras soltaba varias maldiciones que no fueron entendibles para su vecino.

-¿Por qué yo? Ve con algunos de tus amigos, llama a BaekHyun, pero a mi déjame tranquilo, tengo cosas que hacer.

-Es que no puedo llamar a BaekHyun.

-¿Por qué?

-Quiero darle una sorpresa y necesito buscar ahora antes que los precios suban, además tú también eres mi amigo, anda Do, acompáñame.

Kyung se lo quedo viendo fijamente – No – dijo rotundamente.

-Por favor.

-No – dejo al alto parado y se fue a dar un baño.

Estaba tranquilo, disfrutando de su baño, hasta que…

-Por favor, Do.

-No.

Termino de bañarse y ya preparaba su desayuno.

-Do, no seas malo.

-No.

Su tortilla francesa se veía bastante apetitosa, estaba seguro que era exquisito pero tenía a cierto tipo orejón de frente que le impedía disfrutar de sus alimentos.

-Do, si me acompañas, puedo hacer cualquier…

-No – le corto.

-Pero ¿por qué no?

-Porque no.

-Eso no es una respuesta – se lo quedo viendo con su típica cara de perrito que ponía cada que quería algo – Sabes que no voy a dejar de molestarte hasta que aceptes ¿Verdad?

-Te odio, Park – sí, lo sabía perfectamente, su vecino era el ser más insistente y molesto del mundo. Resoplo con hastió – Ya que.

-¡Yes! Te amo, Do.

 

Y entonces termino entre las calles de Myeong-dong con miles de estrellitas coloridas iluminando y jodiendo sus ojos, estúpidos humanos vestidos de Santa Claus que ni siquiera eran un poco parecido al “real”, y con un montón de personas entre turistas y lugareños que le robaban su oxígeno y que lo convertían en un sinfín de olores entre grasa de comida y secreciones sudorosas de las personas, si, KyungSoo era un completo antisocial y la verdad era que no había tantas personas como en días festivos y tampoco había tan mal olor, pero que alguien se lo explique.

-Yeol, ya apúrate, necesito regresar a casa, no me gusta la humanidad en multitudes, ni siquiera en minorías.

-Do, acabamos de llegar, solo déjame encontrar la tienda – se detuvo y trato de ubicarse – Es allá – tomo del brazo de su vecino y lo jalo para salir corriendo a la tienda.

Una vez entraron, Kyung aparto el agarre de su muñeca y alzo la mirada.

-No jodas – era la tienda más grande y con la decoración más brillante, muchos hombres vestidos con gorritos y zapatos puntiagudos y de diferentes colores pasaban por todos lados. Sintió a alguien pararse frente a ellos.

-Hola amigos ¿Cómo puedo ayudar a este par de jovencitos? – escucho a ChanYeol reír y él podía sentir un espasmo que alzaba su ceja y fruncía su ceño.

Chanyeol le explico al tipo lo que necesitaba y fueron dirigidos a otro de esos tipos raros vestidos de colores.

Observo a su vecino tomar entre sus dedos lo que parecían ser un par de anillos y el bufo por la estupidez del alto – Si lo que querías era un par de anillos ¿No pudiste comprarlos en otro lado?

-Oh no, claro que no, estos son especiales – comenzó a exhalar con uno de ellos cerca de su boca, calentando el objeto,  hasta que un mensaje apareció en este, revelando un Me gustas.

-Ah… sí. No le veo nada especial.

-Espera – las letras desaparecieron y volvió a exhalar sobre el objeto, un nuevo mensaje apareció Cásate conmigo.

Do se atraganto un poco con el último mensaje, pero no le dijo nada sobre eso – Bueno, y yo que tengo que ver en esto.

-Solo necesito que me prestes tu dedo, he notado que BaekHyun y tu tienen los dedos delgados, bueno los de él son más largos y bonitos, mientras los tuyos…

-Cállate, ya entendí. Pruébalo y larguémonos.

ChanYeol le probo diferentes medidas, continuando con su parloteo – Este lugar es mágico, Do. Lo juro, la última vez que vine vi varias cosas que se podrían decir que son imposibles, sé que vi volar a alguien, incluso estos anillos son mágicos.

-Ya cálmate, Park, que esos anillos tengan un mecanismo especial no significa que sean mágicos.

-Enserio, Do, lo mágico aquí es que van revelando lo que piensas, es increíble – vio como el más bajito lo miraba con cara de incredulidad – encontró el anillo indicado y se lo paso a su vecino – Pruébalo y luego me dices.

Solo pensaba que su vecino había perdido la razón, pero no lo dejaría en paz hasta que lo hiciera, exhalo en el anillo y un mensaje apareció Café y pastel de nuez.

-Lo ves.

-Esto no prueba nada – aunque si que había pensado en que le caería bien su café y pedazo de pastel.

-Intenta de nuevo.

Esta vez pensó en algo más difícil y exhalo, revelando el siguiente mensaje, Park, idiota.

Casi se atraganta con su propia saliva – Wow.

-Te lo dije. Espera ¡Oye! – le reclamo por el mensaje.

-Sí, si, como sea, mágico, ahora larguémonos.

Su vecino pago lo correspondiente y estaban por irse, pero fueron detenidos por otro de los tipos de traje chistoso.

-Esperen – les dijo mostrando una sonrisa que les pareció muy gatuna – pronto se llevara a cabo un sorteo y el ganador será el afortunado al que se les concederá un deseo, Santa les traerá lo que ustedes mas deseen, solo tienen que escribir su nombre aquí y ya está.

Chanyeol salto como un niño y rápido tomo el papel y escribió su nombre, el chico sonrisa gatuna le entrego el papel y lapicero a Do.

-No, yo no quiero hacer esto.

-Vamos, solo hazlo, Do – le insistió su vecino.

Solo lo hizo para quitarse de encima al grandulón. Ambos le entregaron el papel.

-Espero que alguno de ustedes sea el afortunado – les deseo.

-Gracias duende.

-Solo llámame Chen – y Kyung creyó que se estaba volviendo loco, pues vio brillar los dientes del chico, se recordó no salir tan seguido con su vecino, puede ser que la locura sea contagiosa.

 

Después de la compras pasaron por su café y pastel, regresaron a casa, Do estaba agotado y al entrar solo espero por Sangchu que lo recibiera, pero entro, se quitó su calzado y no llegaba.

-Sangchu, ya estoy en casa – su labrador no apareció, le extraño por lo que fue a buscarlo. Lo encontró a lado de su cama, echado sobre una alfombra, pero no era el mismo labrador amoroso e hiperactivo que siempre recibía a Baek.

-Hey ¿Qué sucede, amigo? – se acercó y acaricio su cabeza, notaba como respiraba con un poco de dificultad, observo que el perro intentaba levantarse sin llegar a lograrlo. No dudo más, corrió por algunos de sus ahorros, tomo una manta y la puso sobre el perro y corrió para tocarle a su vecino.

-Do ¿Qué sucede? – Le abrió la puerta BaekHyun y se lamentó porque talvez interrumpía la sorpresa de ChanYeol, pero ya estaba ahí – Es Sangchu, no sé qué le pasa.

BaekHyun le grito al alto y ayudo a Do a llevar al perro hasta el auto y los tres se dirigieron a la veterinaria más cerca.

Le habían quitado a su amigo y mascota fiel, el veterinario llevaba horas examinándolo y nadie le decía nada, se estaba impacientando, ni siquiera podía poner atención a las palabras consoladoras de sus dos acompañantes.

Observo al veterinario acercarse, se levantó de un salto.

-¿Qué sucede con Sangchu?

Escucho un suspiro del médico y eso lo angustio – Todos sus músculos están fallando y… bueno-

-¿Qué?

-Es cuestión de horas para que también fallen sus pulmones y corazón.

Sintió su propio corazón punzar dolorosamente – Bueno pero ¿Qué van a hacer? ¿Cómo lo van a salvar?

-La cosa es que no podemos hacer nada más que suministrarle oxígeno. Solo le puedo recomendar que acabemos de una vez con su sufrimiento y…

-¿De qué jodidos me habla? ¡Haga algo por él!

-KyungSoo, cálmate.

-¡¿Cómo quieres que me calme Chanyeol?! No, debemos ir a otro sitio para que lo curen ¿Dónde está?

-Do-

No escucho más, se dirigió directo a donde se encontraba su amigo, estaba decidido por llevárselo, abrió la puerta y su mundo se derrumbó. Ese gran ser que lo había acompañado en sus días de soledad ahora se veía tan débil.

-Amigo – acaricio al perro y vio como este abría sus ojos con gran esfuerzo, y no pudo más, sus orbes le decían que necesitaba descansar – No quiero volver a estar solo, sé que siempre dije que disfrutaba más de la soledad, pero es mentira, yo… - su voz se quebró y pensó en lo que decía – Perdóname, estoy siendo egoísta ¿Tienes sueño? Está bien, cierra tus ojos y duerme un rato.

Lo acaricio hasta que sus ojos se cerraron, más aun veía la agonía en su respirar, salió para hablar con el veterinario y dejar que se hiciera cargo de su canino amigo.

No recuerda cuando fue la última vez que había llorado, pero ahora sentía que podía dejar salir toda el agua de su cuerpo hasta vaciarse. Estaba hecho, le habían permitido estar a solas con él, su cabeza estaba apoyada sobre el abdomen sin vida de su Sangchu, probablemente esperando oír algún latido, pero eso no sucedería.

-Do – entro su vecino junto a su novio.

-Es hora de irnos – le interrumpió, secando todo rastro de lágrimas.

Se encargó de su amigo, lo enterró y decoro con flores, no era del todo bonito, pero Sangchu sabía que no se le daban bien esas cosas. Paso un rato junto a él, recordando el día que llego a su vida, fue un día lluvioso, había salido a comprar lechuga para acompañar su carne, pero antes de llegar a su destino sintió como alguien lo seguía, se volteo para decirle que no se pegara tanto a él, pero cuando vio al perro cambio su expresión, era un perro ya grande, con un hermoso color chocolate, parecía hambriento y con frio, miro a todos lados esperando ver al dueño, nadie apareció y apenas si podía cubrir el largo cuerpo del animal, se decidió por llevarlo a casa, ya después vería como regresarlo, cuando llegaron lo seco y le dio un poco de agua y comida.

-¿Qué hare contigo? Eres demasiado grande y mi casa es pequeña – vio como el perro dejaba de comer y le ponía atención mientras le movía la cola – ¡Ah no! no intentes convencerme, no lo lograras, además por tu culpa olvide pasar por mi lechuga.

 Pasaron los días y nadie respondía a sus carteles que había colocado por todos lados.

-Creo que te han abandonado – escucho gemir al perro – Bueno no llores, no es tan malo estar solo – el perro se acercó a lamerle la cara – Está bien, no es tan linda la soledad – se lo pensó un rato – Sangchu (lechuga), ese será tu nombre – y el perro ladro y movió la cola con alegría.

Notas finales:

Bueno y ustedes ya adornaron su casa o también son como este Do?

Volvere el lunes con nuevo cap.

Buen día!!!! =)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).