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Mi flor de cempasúchil. por Huitzil

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Notas del fanfic:

Notas iniciales: Antes de que quieran apaliarme por ver unicornios donde no los hay, déjenme decirles que… ¡NUNCA ME ATRAPARAN!*corre gaymente*

Notas del capitulo:

No. no tengo excusas para decirles por que escribí semejante masturbación mental y solo me queda aclarar que los personajes que presento no son míos son del rey y señor Disney y dios Pixar :v 

Querido Miguel…

¿Te has enamorado?

¿Has estado en una época donde los prejuicios son fatales?

Respóndeme muchacho ¿Está mal amar?

Yo supe que fui un error desde el día que nací, con un gran atractivo, agradables modales pero no podía sentir nada por nadie. Todas las personas que me conocían enseguida me querían, me amaban, tan acostumbrado estaba al amor que, cuando me enamore, no supe lo que me sucedía hasta que ya fue demasiado tarde… estaba completamente loco.

Desde que le conocía Héctor tenía una mirada entusiasta y soñadora, sus ojos brillaban cuando cantaba, una sonrisa maravillosa surcaba su rostro en cuanto tocaba la guitarra y su voz… esa preciada voz de mariachi enamorado cuando dejaba ir las letras que comenzaban a volverse diamantes y las palabras se volvían un poema, formando oraciones que bien podían arrancarme el corazón no… me corrijo, que más bien me arrancaron el corazón.

Déjame contarte que si no fuera por él seguramente ese día en el quiosco en el concurso de talentos me habría quedado callado temeroso de todas aquellas personas que me miraban esperando a que cantara, si no hubiera aparecido con ese gran y entusiasta grito de mariachi a motivarme a cantar, si no hubiera estado ese día a mi lado, yo seguramente me hubiera quedado en el mugroso pueblo de Santa Cecilia y vivido ahí de mediocre músico sin fama y no amaría tanto a las flores de cempasúchil como lo hago ahora.  Sin Héctor yo no hubiera sido nada, yo solamente tenía el físico y el carisma para ser músico, siempre me falto ese algo y eso, era él, él era la verdadera estrella en todo esto, no solo tenía la voz, poseía el carisma, el corazón ¡el alma  para escribir canciones que le llegasen a las personas!

- De la Cruz…- me dijo en una noche lluviosa, el camión en el que íbamos andaba despacio, estaba obscuro y los pasajeros a excepción del chofer dormidos, no se escuchaba el habla de nadie y si no fuera porque mi amigo se la pasaba hablando, seguramente yo también estaría acompañando a Morfeo en un viaje de largas faldas y hermosas mujeres; aunque siendo sinceros… tampoco es que tuviera mucho sueño, de hecho estaba tan emocionado de que mi mejor amigo me acompañara a alcanzar el éxito, que dejara a su esposa e hija para viajar conmigo, que me encontraba plenamente emocionado y todo para estar juntos ¿y quién sospecharía de dos amigos músicos en aquel entonces? Sonreí al sentir su cabeza sobre mi hombro, lentamente recargue una mejilla sobre Héctor y me tomo de las manos sin mediar palabra - ¿Estás dormido? –Yo no dije nada – estoy feliz de hacer este viaje contigo amigo, no me vayas a abandonar he dejado todo solo para vivir nuestro momento – después de eso baje la mirada y vi entre las luces pasajeras que pasaban por la ventana que tenía la mirada cristalina y el ceño triste, odiaba verlo triste.

- ¿Cómo crees que te dejaría? Yo movería cielo y montañas por ti Héctor, y lo sabes – le respondí somnoliento – sabes que te quiero – tome su quijada para levantarla con mis dedos su respiración choco con la mía, sonreí para calmarlo, esperando calmarlo el seguía sin creer en mis palabras y lentamente me acerque aún más para romper aquel pequeño trecho que nos separaba, le bese cariñosamente, solo junte nuestros labios, rosando los duraznos suyos, sentí como se estremeció al contacto y como sus manos que simplemente estaban tomando las mías ahora las aferraba con fuerza. Nos separamos…

- no termino de acostumbrarme a tu bigote – murmuro volteando para ver si nadie nos había visto, no me importo y le volví a besar y el también correspondió ese beso con su lengua, en el silencio de aquella noche nos acorrucamos juntos y nos dormimos.

Aun ahora entre botellas de alcohol recuerdo todas las veces que le hice el amor y digo el amor, porque no encuentro otra palabra para describir nuestros actos ¿tendrás edad para leer esto? No me interesa y la verdad solo quiero desahogarme, quiero decirte que tuve muchas parejas pero que con ninguna hice el amor, todas las demás mujeres solo era sexo, pero con Héctor… le ame tantas veces y estoy seguro que él también me amo muchas de ellas, noche tras noche el sudor de nuestros cuerpos y las caricias superaron el nivel que cualquier mortal pudiese pedir. Fui feliz y él también lo fue, no teníamos fama nos encontrábamos escalando por ella y aunque jamás la tuviéramos si estábamos juntos todo estaba bien. Sus labios sobre los míos, sus dientes clavándose sobre mi piel y yo entrando en su interior, siendo apretado por sus entrañas y recibir una sonrisa de media vela cuando al fin terminábamos.

Fue un día muchacho, un mal día cuando todo se rompió. Jamás creí que yo fuera el detonante que golpeara a Héctor en la cara y le demostrara que realmente su esposa era el amor de su vida y no yo ¿Qué es lo que había hecho mal? ¿Acaso yo no le amaba desmesuradamente hasta sangrar por él? ¿Qué no le besaba como lo hacia ella?  ¿No le estaba dando todo de mí? ¡SI! Yo le di todo y mucho más, le entregue todo mi ser, mis risas, mis lágrimas, mi amor ¡Todo le entregue! ¿Había olvidado aquella noche en la que me pidió que jamás le abandonara? ¡Yo le jure en el silencio de nuestros besos que jamás le dejaría! pero creo que el único que hizo ese juramento fui yo, porque me estaba dejando. Discutimos si, y él dijo que lo nuestro no podía ser, que estaba mal y que solo fue un resbalón que tuvimos los dos, el deseo de experimentar y no el amor verdadero, que yo le entendería cuando encontrara a la mujer ideal y tuviera familia, que sabría que lo que nosotros dos teníamos no era amor sino una atracción sexual morbosa y perversa. Que yo no le amaba porque él no me amaba y que yo entendería ¡entender qué? ¿¡Que ya no me amaba?!, ¿Qué solo fui un error en su vida? ¿Una aventura silenciosa? ¡Quería decirme lo que yo quería cuando lo único que yo deseaba era estar a su lado! Discutimos fuertemente, desde la tarde cuando comíamos en aquella fonda y tomo su decisión, vi las cartas que su hija Coco le enviaba a escondidas de su madre. Las leí con odio y rencor y todas decían lo mucho que le extrañaba y que regresara a Santa Cecilia, que si le pedía perdón a esa bruja de Imelda ella lo perdonaría.

Me fui del lugar sin probar el chorizo con frijoles que nos habían servido, mi sangre hirvió, apreté los puños de mis manos y cuando llegamos a casa le grite, volvimos a discutir con fuertes palabras y el seguía diciendo lo mismo, entonces astutamente le dije que era verdad… que yo no le amaba y que solo le había hecho el amor por lástima, porque creía que el desviado era él y que lo único que me importaban eran sus canciones, ¿Pues quién en su sano juicio podría fijarse en él? Me reí para restarle importancia al caso, después tendría tiempo para hacerle saber que era un error lo que había dicho, que me amaba. Trate de recordarle que era más importante cantar, le suplique quedarse y a pesar de todo, me dijo que no. Que se llevaba las canciones y que se regresaba a su casa, que extrañaba a su esposa e hija, que su familia estaba por encima de nosotros… Imelda ganaría… la sola idea de saber que alguien más lo tendría en sus brazos, nublo mi mente y mi buen criterio con odio, rencor, con unos absurdos y estúpidos celos y si de todas maneras yo iba a perderlo ella también lo haría, porque si no era mío, no sería de nadie.

Si… recuerdo cuando desfalleció en mis brazos y me duele recordar porque era mi amigo, mi amante, mi flor de cempasúchil, mi gran amor. Lamento mucho lo que le hice a Héctor; pero no me arrepiento de verdad. Todos los años en día de muertos, sin importar que tan lejos me encontrara o que tan ocupado estaba, iba a la tumba de Héctor a dejarle flores y comida, le pedía disculpas por dejarle ir y le decía cuanto lo amaba, colocaba esa foto donde salía sonriendo y al amanecer la volvía a tomar entre mis manos y a dejarla cerca de mi corazón, ahí, donde siempre pertenecería el amor que en vida e incluso en la muerte le tuve a una sola persona.

Jamás le volví a ver en el mundo de los muertos, tampoco le busque… creía que el sabría que lo envenene y vendría a reclamarme, que me odiaría y yo… de todas las personas que conocía no quería que él me odiara, pero mira… todo el tiempo que me la pase con miedo y el tonto e inocente de Héctor ni siquiera sabía que era lo que lo había matado y cuando mande a que se deshicieran de ti ¿recuerdas que me gritaste que tú eras mi nieto? Pues bien, yo quería gritarte que Héctor era el amor de mi vida y aun así lo había asesinado y que deshacerme de ti no costaría más trabajo que con él y mira… aun así no pude volver a matarle ni deshacerme de ti.

Oh Miguel… te pareces un poco a él, solo un poco quizá por eso no te mate, y si Héctor se hubiera quedado conmigo en verdad serias mi tátara nieto y te querría, estaríamos juntos y nada de esto habría pasado, pero él no lo quiso. No creas que las personas me olvidan, no lo hacen y no lo harán, mi vergüenza seguirá viviendo en el corazón de todos los mexicanos, pero quiero que mi historia la sepas cuando menos tú y que vivas con el conocimiento que solo fui un tonto enamorado, un desafortunado que nunca fue amado y, que a pesar de la perdida de todo mi imperio nada me duele más que haber perdido a Héctor, mi amigo, mi amor, mi hermosa flor de cempasúchil…

Notas finales:

Mi amiga dice que estoy loca que en esta peli no hay yaoi pero yo lo vi, y ahi tienen mi aportacion arhe unicornio :v


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