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Fiesta, alcohol y celos (Especial Año Nuevo) por amerikita12

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Notas del fanfic:

No sé si Wade puede emborracharse, pero según leí Wolverine sí puede cuando ingiere mucho alcohol, así que voy a suponer que pasa lo mismo con Wade. Lo mismo con Steve, sé que su metabolismo no permite que se alcoholice, pero supongamos de nuevo que el hidromiel es tan fuerte para hacerlo. También intenté no darle mucho protagonismo a las voces, como en el último fic xD Cajas: La Amarilla es con negritas, y la Blanca con negritas y cursivas.

Notas del capitulo:

Muchas, muchas gracias por leer, ¡Por favor dejen su rw!

¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!

Entonces, todos se encontraban en la Torre de los Vengadores. Todos. Literalmente.

Desde los X-Men con sus muecas altivas, los mutados que son más de los que te imaginarías, el grupo de los Cuatro Fantásticos con sus ridículos trajes iguales, hasta uno que otro Inhumano. Junto con los Vengadores, naturalmente. Todos tenían cabida en el espacioso lugar de eventos, estando mezclados y pasándola amena entre ellos.

Y, como era obvio, Deadpool también estaba en la fiesta. Porque sí, Stark no era de las personas que guardaba resentimiento a la hora de invitar personas a sus descomunales fiestas. “Entre más mejor” Fue lo que le dijo a Pepper, cuando ésta observó incrédula la larga, muy larga lista de invitados.

Pero el mencionado mercenario no se encontraba solo, su compañía era nada más ni menos que Cable, el viajero temporal que también resultaba ser su pareja. Con la cual pasó toda la fiesta ya que su amigo Bob se había perdido entre la multitud hace minutos, junto con Weasel que hizo lo mismo, desapareciendo de la vista de la pareja. Si Wade escucho el sonido de una bofetada y el gemido de dolor de Weasel unos minutos después, no dijo nada.

Mientras tanto, él y Nathan no la estaban pasando nada mal, sirviéndose (Al menos Wade) de la barra libre que para sorpresa de nadie ofrecía muy buen alcohol. Y bien, cualquier cosa que ofrezca licor y cosas gratis hacían muy feliz a Wade. Los minutos pasaron junto con las copas, en el doceavo trago, más o menos, el bartender le dio una clara mirada de desprecio a Wade, la cual borró segundos después cuando el intimidante y mortal novio de éste le respondió con un gruñido amenazante.

Después de la bebida realmente indiscriminada de licor, Wade estaba un poco, solo un poco ebrio.

¿Poco? Estamos jodidamente ebrios.

Nathie nos está mirando feo, como la vez que hicimos una broma sobre Louise Simonson.

-¿Esposito? ¿Por qué nos miras así…?- Interrogó, un muy etílico Wade, arrastrando las palabras como si no controlara en lo más mínimo su vocalización. Su tristeza se reflejaba con la deformación de su máscara, dejando ver una mueca distinguible de disgusto a través de la tela roja y negra.

-Estás muy ebrio- Afirmó su pareja, con su jodido tono severo que era demasiado, demasiado sexy al parecer de Wade, en otras circunstancias hubiera hecho una broma con índole sexual que hiciera enojar a su pareja, lo cual culminaría en una furiosa (Y francamente deliciosa) Ronda de sexo, pero… ¡Oh qué diablos! Podía hacerlo justo ahora.

-Deberíamos irnos, no eres sensato sobrio, menos aun ebrio- Y con eso, se levantó de su lugar, tomando al mercenario por la cintura, para tomar dirección a la salida. Wade no supo si era por su ebriedad o si su novio era inherentemente rápido, pero tardó en procesar el hecho de que lo estaban arrastrando a la salida. Un puchero infantil salió de su boca pocos segundos despúes.

-¡Oh vamos…! Ni siquiera han dado las doce, ¿Podrías esperar a que se termine el año para ser un maldito aguafiestas?- Refunfuñó, intentando alejarse de su pareja con endebles movimientos, Nathan era más fuerte que él, incluso cuando no estaba ebrio; ergo, podía manipularlo como muñeca si estaba a una copa de un coma etílico. Ni siquiera debía tocarlo para controlar sus movimientos.   

-Existe algo llamado consentimiento, es lo que se usa antes de tocar a otra persona-Exclamó, con un falso tono indignado que no inmutó al mutante-…A menos, claro, que seas un sacerdote, te llames Marcial y te gusten los juegos donde “No le debes decir nada a tus papás”- Y aún estando en un profundo nivel de ebriedad, Wade se las ingenió para soltar un comentario lo suficientemente fuerte para hacer dudar por segundos a su pareja, logrando escapar con velocidad (Tan veloz como podría ser alguien que veía triple). Aun así, pudo huir de la vista de Nathan, el cual suspiró antes de darse a la tarea de encontrar al ebrio e insano mercenario que hacía llamar novio.

Wow, eso fue realmente personal y elaborado.

Y específico.

“Cállense” Dijo Wade en su cabeza, o quizá en voz alta, nadie le estaba prestando la suficiente atención para preguntarle “¿Dijiste algo?” o cualquier cosa que le indicara que estaba externando sus pensamientos.  

Cómo pasó de correr ebrio entre una fiesta llena de superhéroes a estar coqueteando con el Capitán América, realmente no lo sabía, pero no podía quejarse. Y decía que no podía, porque el bendito chico dorado de América se estaba sonrojando, y sonriendo, le estaba sonriendo.

El héroe americano había bebido considerablemente menos que el mercenario, pero el licor asgardiano que Thor había tenido la gentileza de llevar a la fiesta, era lo suficientemente fuerte para ponerlo algo mareado y lento. Parecido a la embriaguez en una persona normal.

Entonces, esa fue una buena razón para explicar por qué estaba coqueteando con Wade, y bueno, Wade tenía la misma excusa. Su flirteo era bobo y se veía interrumpido esporádicamente por la risa injustificada de alguno de los dos, desde la perspectiva de un tercero, era tierna la torpeza que ambos reflejaban.

Inconscientemente, Wade sabía que sus acciones eran para causarle sanos celos a su pareja, pero independientemente de ello, ¿Quién en su sano juicio (O no tan sano, en su caso) Dejaría pasar la oportunidad de coquetear con el Capitán América? Wade podría estar demente, pero esta era una idea brillante (O estúpida). En todo caso no importaba mientras tuviera existiera la posibilidad de probar del apple pie preferido de Estados Unidos.

-Entonces, aunque ya pasó navidad, yo podría darte un regalito- Murmuró con coquetería, acercando su cuerpo al del Capitán, quien para su sorpresa todavía no mostraba signos de rechazo. Estando incluso alentándolo con su mirada, y su sonrojo color tomate, claro.

Eran endemoniadamente legibles todas sus expresiones faciales a través de su máscara, casi al punto de ser ilógico. Algo parecido al escudo del capitán.

-Oh Captain, My Captain- Ronroneó contra la oreja del rubio, dejando que su aliento tibio chocara contra su cuello expuesto, provocando que el vello del mayor se erizara por todo su cuerpo. Y que un ligerísimo quejido placentero escapara de lo más profundo de su garganta.

Pero antes de que sus manos rozaran la parte delantera del uniforme de su acorralada y sexy contraparte, dos voces roncas y hostiles interrumpieron descortésmente su lujuriosa acción. Solo al quedarse paralizados por la familiaridad de ambas voces, supo que el rubio también estaba a punto de tocarlo, y mierda, despreció el hecho de que estuvo a segundos de que el Capitán América lo acariciara en ese lugar.

-¿Wade?-

-¿Steve?-

-Mierda- Musitaron los mencionados en un gracioso unísono.

Y sí, eran las mortales-sexys-con-brazo-metálico parejas de Wade y Steve, respectivamente. Sus rostros serios no les inspiraban más que ligero temor, o excitación si eras Wade. El silencio incómodo que siguió de eso fue interrumpido un minuto después por Nathan. Cuando se llevó al mercenario de la escena, cargándolo como si fuera un costal de papas en su hombro izquierdo.

Aunque era un poco enfermo, los celos del mutante lo ponían bastante dispuesto, y también en hecho de que su erección quedaba en el hombro de Nathan, presionando por la bendita fuerza gravitatoria a cada paso.

Oh no, esto es malo. La última vez que lo hicimos enojar en serio nos dejó flotando por la casa una semana entera.

Pero tuvimos sexo después.

Pero flotamos toda una maldita semana sin poder hacer nada.

-No te pondré a flotar ésta vez- Dijo Nathan con voz impostada, momentos como ese Wade deseaba que su novio no tuviera esos malditos poderes telepáticos.”¿Ni siquiera en su sentido sexual?” Formuló en su mente, la respuesta de Nathan fue golpearle el rostro contra la esquina de una pared. Wade no dijo nada más.   

El mercenario se removió con nerviosismo en el hombro de Nathan, intentando pensar en qué le haría su pareja que fuera más molesto que estar flotando sin rumbo fijo durante días. Quizá impediría que viera porno, o peor, lo dejaría sin sexo. Wade dejó de pensar después de eso último, porque sabía que podía estarle dando ideas al mutante, ya que éste podía leerle la maldita mente.  

-Vamos, Nathie, bájame, podemos discutirlo- Y haciendo lo único que podía hacer cuando el peliblanco se enojaba, comenzó a hablar- Podemos ir a casa, ver Alf y comer Taco Bell, después podemos acurrucarnos románticamente en la cama y follar- Como era de esperar, el viajero temporal no hizo más que ignorar cada palabra que Wade decía, mientras se abría paso entre la multitud que apenas le prestaban atención.

 A lo lejos pudo ver como Steve estaba siendo igualmente arrastrado por su novio soviético en dirección opuesta a la suya, esto fue más relevante para algunos invitados, pero igualmente nadie dijo nada, excepto por un “Buena suerte” con tono burlón y astuto por parte de Black Widow.

Antes de que el mercenario pudiera seguir con sus inútiles manifiestos y pensamientos sin forma, su cuerpo fue dejado caer en la dura loza del que estaba hecho el suelo del baño. Después pudo escuchar el seguro de la puerta y el gruñido que Nathan hace cuando está a punto de descargar su ira.

-Eh… Cálmate, esposito, no está bien golpear a las personas ebrias- Parloteó el mercenario, quien no había tenido tiempo para levantarse del suelo, teniendo que arrastrarse lentamente hacia atrás, con sus ojos abiertos con nerviosismo.

-Oh, Wade, yo no te voy a golpear- Y segundos después de eso, los labios del peliblanco impactaron contra los labios cubiertos por tela del mercenario. Obteniendo un gemido de placer y sorpresa por parte del mutado, los ojos de éste de cerraron y casi suspiró con alivio.

No falto mucho para que Wade se quitara la máscara con desesperación, juntando así sus labios sin ninguna barrera. Bueno, en realidad solo la levantó para dejar descubierta la parte inferior de su rostro, fue el gruñido autoritario de Nathan el que tomó como aliciente para retirarla por completo.

Las demás prendas que complementaban en traje del mercenario fueron arrojadas al otro lado del reducido baño, junto con las armas y chucherías que le gustaba cargar. Su piel desnuda se llenaba de besos, mordidas y lengüetazos a medida que era descubierta, haciendo gemir y jadear al mutado.

Debemos hacerlo enojar más seguido.

Mucho más seguido.

Wade agitó su cabeza silenciando a sus voces, esto no significaba que difiriera con ellas en lo absoluto.  No le costó distraerse de los comentarios acertados de sus tangibles pensamientos, no cuando Nathan le había mordido el labio y lo había tocado en… Mierda, era realmente excitante.

Aún con la sonoridad de los jadeos que ambos producían, se podía escuchar desde afuera los gritos al unísono de la cuenta regresiva que daba inicio al nuevo año. Wade quiso lamentarse porque esa era su parte favorita, pero la oleada de placer que lo recorrió segundos después lo hizo olvidarlo por completo.

Diez.

Nathan alzó su cuerpo, apoyándolo bruscamente contra la pared.

Nueve.

Wade gimió por la sorpresiva sensación de frío.

Ocho.

Nathan sintió el deseo corriendo por sus venas.

Siete.

Wade estaba rogando, y su cuerpo estaba tan caliente. Lo necesitaba tan mal.

Seis.

Nathan dio la primera embestida. Y, Odín, era delicioso.

Cinco.

Wade maulló complacido, la longitud de su pareja lo llenaba tan bien.

Cuatro.

Nathan arremetía con fuerza, gruñendo en su oído, con sus manos sujetándolo de la cintura.

Tres.

Wade se aferró con uñas a la espalda del peliblanco, mientras éste mordía a gusto el cuello del mercenario.

Dos.

Ambos estaban tan cerca, y lo necesitaban tanto.

Uno.

Nathan dio la última embestida, vaciándose dentro de su pareja.

“Eres mío” Dijo Nathan, Wade no pudo estar en desacuerdo.

¡Feliz Año Nuevo!

 […]

Al día siguiente, entre remedios para la resaca, y desayuno que terminó vomitado, se encontraba Wade que aparte de tener una horrible resaca que lo hacía desear poder suicidarse, sufría un maldito dolor que le impedía poder sentarse correctamente.

“Maldito Nathan” Se dijo a sí mismo una docena de veces. Su pareja contestó “Te lo merecías” cada una de ellas. Al menos había tenido servicio a la cama todo el día, aunque tuviera que soportar la sonrisa de autosuficiencia de su novio, que sí, lo había hecho sonrojar cuando un gemido de dolor se le escapó y éste no hizo más que reír. Sopesó durante unos minutos los pros y los contras de dispararle.

Para su consuelo, ver a Steve usando un cojín al sentarse y hacer muecas de dolor al caminar era realmente reconfortante. También lo era ver la expresión de celos del Soldado del Invierno cuando lo miraba y cómo se afianzaba más a Steve en un silencioso “Es mío”.

Para Wade, había sido un gran inicio de año. 

[...]

Notas finales:

¡Hola de nuevo! Como pueden ver, este año no hay especial navidad (La cual está súper cerca, que emoción :DDD) Pero les doy como compensación un especial Año Nuevo. Ya saben, voten, comente, critiquen y compartan que me ayuda a mejorar.

Mil gracias por leer. 

Adiós y besos <3

¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!


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