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Sobreviviendo al amor por desileo

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Tres hermanos caminaban por las calles de Alta Ciudad mientras dos de ellos atosigaban al que parecía más grande, lo que causaba en éste un enorme arrepentimiento sobre su decisión.

La noche anterior había herido a Fenris con algo de su estúpido monólogo, por lo que le pareció correcto ir hasta la mansión que ocupaba y disculparse; pero al sentirse inseguro (y a manera de que no metiera la pata de nuevo) le pidió a sus hermanos que lo acompañaran.

Bethany decía enérgicamente.

─Yo creo que deberías llevarle algún presente que le guste, como flores. Ésas jamás desentonan.

Carver con actitud pesimista y molesta, refutó intentando meter en sus hermanos algo de sentido común.

─Oh por supuesto, llévale flores al elfo que deja en el recibidor cadáveres, de seguro que los harán lucir más aceptables. Pero ignórenme como siempre lo hacen y sigan cuchicheando de cómo conquistar a alguien que de seguro le falta un tornillo. Además de que si nuestra madre supiera lo que estás intentando hacer, daría un grito en el cielo.

En serio, ¿por qué le había parecido una buena idea llevar a esos dos con él? Debió pedírselo a Varric o incluso Isabela.

Justo cuando estuvieron frente a la puerta de la mansión del elfo, Hawke se detuvo y anunció a sus hermanos.

─Espérenme aquí. Si no salgo dentro de diez minutos y escuchan signos de pelea, entren y defiéndanme pero sin lastimar demasiado a Fenris. ¿De acuerdo?

Ambos asintieron apoyando a su hermano,  producía en Garret un poco más de confianza. Entró en la mansión lentamente (ya que todos en su grupo le habían otorgado las llaves de sus hogares en caso de necesitarlos y que le necesitaran), halló al guerrero bajando las escaleras, listo para salir.

En cuanto sus miradas se cruzaron, Fenris se quedó congelado en uno de los escalones, viéndolo fijamente sin decir nada. Garret pensó que era una buena señal, pues no había intentado matarlo.

Rompiendo el silencio, Hawke preguntó amablemente.

─¿Vas a salir? ¿Quieres que venga en otro momento?

Dando vuelta y comenzando a subir, Fenris le confesó.

─En realidad iba a la casa de tu tío para buscarte, pero me has ahorrado la molestia de ir por ti. Ven, hay que sentarnos a hablar a un lugar más cómodo. Esta será una larga charla.

Un tanto perdido sobre lo que el guerrero quería hablar con él, lo siguió hasta su habitación, el único lugar que no tenía cadáveres y estaba medianamente decente, puesto que la mansión necesitaba de muchas reparaciones.

Sentándose en la mesa que tenía ahí, se vieron el uno al otro, sin saber cómo comenzar la conversación. Finalmente, Garret fue el que se disculpó.

─Lo siento por lo que hice la otra noche. Te molesté y esa no era mi intención para nada.

Negando levemente con su cabeza, Fenris explicó.

─De cierta manera es mi culpa por no contarte nada sobre mí, o al menos solamente te he dicho lo básico.

Corroborando la información del elfo, el mago respondió.

─Tu maestro se llamaba Danarius y pareciera que estaba haciendo experimentos con sus esclavos, por lo que te tatuó esas marcas en la piel con Lyrium y ahora gracias a ellas tienes todos esos poderes tan extraños.

Con una media sonrisa, Fenris continuó con su explicación.

─Así es, me alegra saber que me escuchaste en nuestro primer encuentro y no enfocaste toda tu atención en… otras partes de mi cuerpo. Sin embargo, eso produjo otro efecto en mí, algo que me cambió para siempre.

Hawke enrojeció con el primer comentario del guerrero, ya que había pensado que había sido discreto, pero siguió escuchando lo que tenía que decir.

─Mis recuerdos se perdieron en cuanto fueron colocados mis tatuajes de Lyrium. Mi primer recuerdo es el dolor agónico al ser colocados. Mi familia, mi vida antes de la esclavitud, incluso mi nombre se perdieron ese día quedando completamente a voluntad de Danarius, llevándose cualquier deseo de escapar y siendo completamente dependiente de él. Así que no sé si tengo un  hermano como Carver al que quiera golpear duramente o si solo fui un elfo más abandonado a su suerte.

Garret no sabía qué hacer con dicha información, por lo que solo atinó a disculparse nuevamente, pues ni siquiera era capaz de tocar su mano sin producir dolor en Fenris, puesto que cualquier persona con magia activaba de manera dolorosa los tatuajes.

─Lo lamento tanto. Lo único que puedo prometerte es que no permitiré que vuelvas con Danarius y crear muchos más recuerdos agradables para ti.

El elfo le vio con aprensión, tal vez pensando en las siguientes palabras que diría, lo cual provocó que el mago preparara varias respuestas a cualquier cosa que pudiera decir, sin embargo, nunca esperó las siguientes palabras.

─Siento mucho haber sido muy duro contigo, pero los magos siempre han representado, para mi persona, que harían cualquier cosa por poder.

Queriendo tantear el terreno, Hawke preguntó.

─¿Incluyéndome a mí?

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El guerrero no sabía por qué se estaba abriendo tanto a ese hombre pero, por sobre todo, se estaba abriendo hacia un mago. Mas algo en su interior le incentivó a continuar con la charla.

─Puede que sienta lo mismo con la abominación, un poco de recelo con Bethany y Merrill, pero tú me confundes. No te comportas para nada como los magos a los que he tratado antes.

Fenris pudo ver a Garret verlo sin entender su punto, por lo que comenzó a explicar.

─Anders cometería cualquier locura para asegurarse de que los magos estén fuera de un círculo, Merrill y Berthany al ser apóstatas estoy casi seguro de que alguna vez se vieron tentadas por utilizar la magia de sangre, más por parte de Merrill que de Bethany, pero tú tienes un extraño sentido del deber que te impide hacer cualquiera de las anteriores. Tienes la oportunidad de tomar todo el poder que quieras pero lo rechazas. No encajas en ninguna de las imágenes de magos que tengo.

Por unos segundos, el elfo pensó que el hombre se ofendería, ya que uno de los mencionados era su hermana, pero a pesar de ello, respondió casi con naturalidad.

─Eso es porque soy el hijo mayor de un apóstata y de una mujer sin magia. Yo soy quien debió de poner el ejemplo a Bethany para que no cayera en la tentación de los demonios y que Carver no se sintiera desplazado solo por no tener magia alguna.

Se dedicó a observar, pensando si debía de aceptar tan extraña explicación, ya que encajaba perfectamente con la extrañeza del hombre, por lo que respondió.

─Entonces, ser el hijo mayor de dos hermanos tan diferentes entre sí te hizo volverte así. Eso es una extraña explicación, mas queda a la perfección contigo.

Hawke sonrió, proclamando una pequeña victoria contra los ideales del guerrero y sin saberlo, provocó que su corazón latiera de manera extraña, tan parecida a las veces que deseaba la aprobación de su amo durante su época de esclavo, lo cual no le gustó mucho.

No deseaba volver a sentir lo mismo por un mago pues, a pesar de que le disgustaba admitirlo, él llegó a  amar a Danarius. Sin embargo, conforme pasó el tiempo y fue torturado por la más mínima falta, además de probar por primera vez la libertad, ese sentimiento se transformó en odio y repudio.

A pesar de no desear nuevamente caer en el mismo sentimiento, se encontró diciendo las palabras antes de poder procesarlas.

─¿Deseas quedarte un poco más? Te invitaré de uno de los vinos que hay en la bodega, a manera de reconciliación.

Hawke asintió vigorosamente, olvidando por completo que había dejado a sus hermanos esperando afuera de la mansión, centrado únicamente en Fenris y tal vez en otra parte de su anatomía, como el vaivén de sus caderas para traer el vino.

Podía decirse que había tenido una pequeña victoria para conquistar el corazón del guerrero.

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─Ya tardó demasiado, ¿no te parece?

Estaba harta de escuchar esa frase, pues Carver lo decía cada cinco minutos, aunque ella lo sintiera como cada segundo, por lo que haciendo acopio de toda su paciencia, respondió.

─Nuestro hermano nos dio indicaciones precisas de entrar solamente si Fenris decidía atacar nada más verlo, pero no hemos escuchado sonido alguno por lo que debe estar bien.

Bethany esperó la réplica que vendría tras esa frase, pues sabía que su hermano siempre tenía que tener una, ya que le conocía desde el vientre. Por algo eran gemelos.

Su hermano no le decepcionó en cuando replicó con tono irónico.

─Por supuesto, deja que el desquiciado haga lo que quiera con Garret, es de total confianza. Pero al menos madre tendría una preocupación menos, pues uno de sus hijos magos ya no será buscado por la capilla.

A veces, a la maga le preocupaba ese tipo de comentarios por parte de su gemelo, puesto que parecía tener cierto resentimiento contra ella y su hermano mayor por tener magia, temía que en un futuro eso provocara que le llevara lejos de la familia.

Dejando de lado esa preocupación, se centró lo que en ese momento era de mayor importancia: su papel como ayudante para que Garret conquistara a Fenris. Con eso respondió.

─No es tan malo, Fenris es un poco más peculiar que los demás elfos con espada pero no tiene malas intenciones. Solo está herido por su pasado.

Carver negó con su cabeza, mientras decía.

─No entiendo por qué defiendes tan empedernidamente que ellos dos puedan estar juntos si sabes que él odia con todo su ser a los magos. ¿Ni siquiera te has puesto a pensar en lo que hará si su relación con Garret no funciona? Les denunciará a la Capilla o peor.

Perdiendo completamente los estribos gritó.

─¡PORQUE POR UNA VEZ QUIERO QUE GARRET SEA EGOISTA! ¡Desde que murió padre, él se ha hecho cargo de la familia y dejó de vivir la suya para asegurar el bien de madre, el mío y sobre todo el tuyo! ¡Así que deja de lloriquear sobre cómo habrías hecho tú las cosas y ayúdalo por una jodida vez en tu vida para que sea feliz con alguien más!

Para asombro de Bethany, Carver apartó su mirada, no llegando a ver lo que había en ella y se alejó, quedó a una distancia prudente para no tener que hablar.

Tuvieron que pasar en ese incómodo silencio hasta media tarde, que fue cuando el mayor de los Hawke salió de la maltrecha mansión con una mirada de felicidad en su rostro y con olor a vino en su aliento.

 


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