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Sky [DaeJae] por ValeMala

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Notas del fanfic:

¡Hola!

He decidido empezar a publicar en Amor-Yaoi mis fics, y que mejor que seguir con este precioso One Shot.

Por si no me conoces, hola, soy ValeMala. Siempre es un placer encontrarte a ti por aquí. Si lo deseas, puedes buscarme en Wattpad con el mismo pseudónimo.

Notas del capitulo:

Fecha de publicación original: 14 de Noviembre de 2016

Todos alguna vez hemos escuchado las múltiples historias de como se creó el mundo y la vida que alberga esa esfera que flota en el espacio. Conocemos las cosas indispensables que necesitamos para existir, como el oxígeno, el alimento, el agua... Y muchas cosas más, entre ellas, la luz del sol. 



También existen muchas historias del sol, que intentan en vano explicar su origen. Tal vez todas sean ciertas, tal vez ninguna tenga sentido, incluso aquella en la que tanto dices creer... 



Relacionar a la luna con la estrella dorada no es una tarea complicada tampoco, ha estado presente, siempre, siendo ignorada por nosotros en la época actual. 



Pero acaso ¿Alguien se ha preguntado cual es su propósito? 



Sí, lo han hecho, unos dicen que mantiene el ritmo del tiempo constante y que gracias a ella existe el oleaje; otros dicen que es la reina del cielo.



Pues bien, yo no vengo a desmentir esas teorías que, si bien para mi son tonterías adornadas con verdad, para ti, querido lector, de seguro son verdades. 



Quizá creas que ahora estoy mal de la cabeza, y que estoy tratando de confundirte con mis estupideces. Pero hay una cosa cierta: estás aquí por voluntad propia, para escuchar otra historia que podría ser verdad. Creerla, está en tus manos. 



Esta verdad comienza en la infinita oscuridad, cuando aún no había esferas llenas de vida flotando, o siquiera algún triste átomo abandonado...



No, simplemente no había nada. 



Y eso era lo que aterraba a Daehyun. 



Él era todo y nada a la vez, no estaba físicamente presente, pero existía, sin razón aparente, sin propósito, sin nada más que una especie de mente vacía y un terrible miedo a aquello que veía, o que no veía. 



Quizá fue por eso que trató de cambiarlo todo, tratar de eliminar ese color de la nada aunque sea en una pequeña parte, tratar de hacer muchas cosas. No obstante, era una tarea muy difícil. Daehyun no sabía nada, no podía hacer nada, no entendía nada. Y eso lo hacía más difícil aún.



Pero un no-día, desesperado por su situación actual, gritó al vacío con todas sus fuerzas, descargando su frustración, tristeza, miedo... y demás sentimientos que ahora conocemos, pero que en aquel momento no tenían explicación para aquel ente solitario.



¿Cómo puede un ser inexistente gritar en medio de la nada y ser escuchado?



La respuesta es sencilla: creando oídos que lo escuchen, sonidos para ser escuchados y un medio de propagación por donde viajaría su grito.



Así fue como todo comenzó a cambiar para él, porque gracias a su creación accidental se dio cuenta que no estaba solo en medio de la nada, porque cuando su grito fue respondido pudo deleitarse por las primeras ondas sonoras que llegaron a su ser -las cuales serían el sonido más hermoso que jamás podría escuchar-, y porque YoungJae había aparecido en su vida de soledad para quedarse.



Claramente, al principio Daehyun estaba tan increíblemente sorprendido que si en ese momento hubiera tenido el mismo aspecto que poseemos los humanos, de seguro se hubiera echado a llorar ahí mismo. 



¿Quien eres? —Le había preguntado al vacío, con la pequeña esperanza de que aquel armonioso sonido le inundara de nuevo.



Mi nombre es YoungJae. —Fue solo un mísero susurro que luego se perdió en la nada, pero que fue lo sufienciente fuerte y claro como para que Daehyun guardara esa secuencia de sonidos en su memoria y jamás olvidarla.



Después de aquel primer encuentro entre ambos seres, nada volvió a ser lo mismo. Daehyun sentía una tranquilidad inexplicable cada vez que escuchaba como su igual le hablaba, y YoungJae no podía sentirse menos emocionado porque el sonido de lo que decidió llamar "voz" del otro tenía un gran poder sobre su mera existencia. 



Ambos disfrutaban tanto de la compañía del otro, que se podían pasar milenios tan solo hablando, planteando ideas sobre cuál era su propósito ahí, y si tal vez podían hacer algo más que solo deleitarse con las ondas sonoras de la voz contraria. 



Inventarse cosas nuevas es muy difícil, Jae... —Se quejó en algún punto de la conversación—. ¿Qué deberíamos hacer?



He estado pensando... ¿Y si hacemos a más como nosotros? —Le respondió aquella vez, y Daehyun casi no cabe en sí mismo del asombro, por la gran idea.



YoungJae era un genio, primero, ideó una masa extraña al que llamó planeta—. Allí podremos intentar crearlos. —Explicó emocionado—. Pero será muy difícil si no lo intentamos juntos. 


Desde entonces, Daehyun y YoungJae trabajaban arduamente en la idea del último, hasta que muchos milenios después, lograron crear la primera esfera, a la que decidieron llamar Planeta Plutón. 



Es muy pequeño... —Opinó que el mayor. —¿Funcionará?



Claro que funcionará —La voz de YoungJae había sonado tan convencida que era difícil decirle que no. —Solo es cuestión de intentarlo.



A pesar de que la idea del planeta era buena, el pequeño Plutón no había funcionado como habitable -a YoungJae le gustaba usar términos extraños-, cosa que los había decepcionado un poco; dejando que la pequeña masa flotara lejos de ellos a cualquier lugar que no le importaba mucho a ninguno. 



No podemos rendirnos, Dae. —Había regañado YoungJae cuando ambos veían como Plutón se alejaba—. Debemos seguir intentándolo.



Daehyun era incapaz de negarse a cualquier petición de su único compañero, bastaba un por favor con su suave voz para que el mayor accediera.



Lo intentaron muchas veces, algunas ni siquiera lograban completarse antes de que el pequeño planeta en construcción causara una gran explosión. Otras, el planeta no llegaba albergar los seres que YoungJae tenía en mente, aquellos llamados animales.



YoungJae había creado muchas palabras nuevas, una más asombrosa que la otra para Daehyun. Cosas como temperatura, estratosferas y presión eran términos diarios que ambos usaban para referirse a las cosas que sus pequeñas creaciones planetas debían mejorar.



Después de Plutón fue Neptuno, que tenía una temperatura muy variable y por lo tanto YoungJae lo clasificó como inhabitable (más palabras extrañas). Después de Neptuno fue Urano, que en realidad era muy parecido a Neptuno y por lo tanto fue catalogado de la misma manera.



Continuaron con Saturno, que estaba compuesto por una sustancia rara que el menor había llamado gas, Neptuno y Urano también estaban compuestos por eso -solo que Saturno era mil veces más grande-, y YoungJae estaba convencido de que aquella sustancia era la que lograría albergar la vida, incluso ambos habían agregado unos anillos que posiblemente ayudarían a la estabilidad del planeta... Pero contrario a sus expectativas, Saturno no cumplió con los requisitos que necesitaban los seres de YoungJae. 



Daehyun nunca había escuchado tan desanimado al menor como la vez en que Saturno falló. Esta claro que el primero sí se había sentido decepcionado porque el planeta de los anillos no hubiera funcionado, pero YoungJae había puesto más esperanzas en el planeta de las que pudo percatarse, y cuando fracasó miserablemente había caído en una depresión severa, mezclada con una frustración importante.



YoungJae no quería seguir comenzando se cero, ya no más...



¿Jae...? —Lo llamó después de varios siglos en que el menor lo había ignorado, alegando que quería estar solo.



¿Hmm? 



Daehyun se sintió aliviado y feliz cuando escuchó ese sonido por parte de su acompañante, no obstante, el miedo a que YoungJae le abandonara por no lograr su sueño persistía.



Volvamos a intentarlo, Jae... —El mayor estaba dispuesto a no rendirse hasta alcanzar el sueño que ambos habían luchado por conseguir sin éxito, al menos por ahora.



Sin embargo, su compañero no parecía pensar lo mismo. —¿Para qué seguir intentando algo que claramente no está funcionando? —Respondió con tristeza, ya no quería más fracasos, ya no quería seguir usando las sustancias que se encontraban en el infinito.



Sé que lo lograremos... —Intentó una vez más—. Tú dijiste que no podíamos rendirnos... 



Un suspiro y luego silencio, que se prolongó por solo diez años, pero que para Daehyun se sintieron segundos; finalmente, una respuesta—: Está bien. 



YoungJae le había dicho a Daehyun que quería volver a intentar crear otro planeta con composiciones parecidas a las de Saturno, solo que más grande y una temperatura más cálida. También advirtió al mayor que este sería su último intento para crear vida en un planeta con gases, y si no funcionaba, había pensado condiciones diferentes a sus últimos tres intentos. 



Y así fue, les tomó más siglos de los usuales en crear a Júpiter debido a su tamaño, pero finalmente el planeta estaba terminado y, como YoungJae se esperaba, fracasó al igual que Saturno. No obstante, esta vez YoungJae no decayó, contrario a eso, obligó a Daehyun a comenzar inmediatamente el próximo proyecto. 



La atmósfera era algo que no lograba convencer del todo al menor, por eso, en el proyecto de Marte, ambos entes de aseguraron de bajar los niveles de esta característica hasta casi eliminarla, también redujeron la presión, pero la temperatura se mantuvo casi igual. Marte ya no era un planeta gaseoso como Jupiter, Saturno, Urano y Neptuno. Ahora Tenía una superficie dura, a la que YoungJae denominó sólida



En el momento en que intentaron poner la primera cosa viviente, YoungJae se aseguró de revisar cada detalle, por más pequeño que fuera, que impidiera a la vida crearse, si es que llegaba a fallar. 



Daehyun se encargó de implantar el polvo de estrellas en el pequeño planeta rojo, estaba nervioso, pero el procedimiento -que duró poco más de cincuenta años- por fin había dado sus frutos. 



Marte había fallado, sí, pero YoungJae se aseguró de captar cada irregularidad que se presentaba, anotando mentalmente los errores y corrigiéndolos en cuestión de segundos en sus planos mentales. 



Daehyun había regresado con vergüenza por haber fallado en la implantación, pero lejos de un regaño, una frase llena de decepción o alguna reacción negativa, YoungJae le había agradecido con la voz llena de felicidad y lo arrastró de nuevo a otro plano cercano. Allí, donde iniciarían su nuevo proyecto, YoungJae le pidió a Daehyun que se encargara de crear la esfera con lo que encontrara por ahí, mientras que él se encargaría de la atmósfera, porque tenía que ser preciso y le era difícil explicar los procedimientos que necesitaba. 



El mayor había asentido en respuesta y se puso manos a la obra, era la primera vez que YoungJae y él trabajaban por separado, usualmente ambos se encargaban de los mismo porque era más rápido. Pero ahora, por cada pedazo de esfera que Daehyun construía, YoungJae añadía algo a unos cuantos metros de la superficie. Trabajaban separados, pero sus creaciones se complementaban la una con la otra. 



Al principio, el mayor había usado partículas rocosas para crear la superficie del nuevo planeta, pero se vio en un gran problema cuando su material de construcción escaseaba. Se sintió mal, no quería decepcionar a YoungJae, parecía que realmente ponía un gran esfuerzo en cada pedazo de atmósfera que construía, y no sería él quien arruinaría aquellos planes. 



Por eso, decidió reemplazar las partículas de roca por partículas de una sustancia diferente, que era más fácil de moldear, esta vez, y solo esta vez, Daehyun utilizó un término nuevo para esas partículas, a las cuales llamó agua.



YoungJae sintió admiración por su compañero, cuando se percató de que no había utilizado solo un material para el planeta. Según los cálculos del menor, aquella combinación extraña que Daehyun empleaba sería provechoso para los seres que pensaban crear, y no pudo estar más feliz de ello. 



Por fin, desde Saturno, YoungJae volvió a poner todas sus esperanzas y más en una de sus creaciones, solo que esta vez sabía que funcionaría. 



Miles de milenios pasaron, antes de que La Tierra estuviera terminada. Daehyun y YoungJae no podían estar más orgullosos del nuevo planeta, pero lo que el mayor no esperaba, era que su compañero se negara a implantar la vida.



¿Por qué no? —Preguntó, consternado por la negativa de YoungJae. —Esto es lo que hemos esperado por mucho tiempo, Jae...



Observa bien a La Tierra, Dae... 



Daehyun cumplió a la petición sin entender muy bien qué era lo que quería que viera, pero entendió a que se refería el menor cuando observó a las masas que había utilizado para la construcción de La Tierra moverse incansablemente.



¿Que está pasando? —Cuestionó con temor por aquella extraña reacción que no habían visto en los demás planetas a su compañero, el planeta recién creado era tan estable, tan perfecto, que le asustaba tener que escuchar la tristeza de YoungJae como ocurrió con Saturno si aquellas esfera llagaba a ser solo otro fracaso en la lista. 



Es la atmósfera... —Explicó suavemente el menor, con la tranquilidad rebosando en sus palabras. —La atmósfera que creé para este planeta es muy diferente, Dae, tiene miles de combinaciones, polvos y capas que construí meticulosamente, precisamente para que la vida por fin pudiera ser creada. Y justo ahora, las partículas que utilizaste, se están adaptando a la atmósfera.



¿Entonces, no funcionará?



Sí funcionará. —YoungJae había hecho por primera vez un ruido melodioso que Daehyun nunca había escuchado, pero que estaba seguro de que quería escuchar de nuevo. —Sólo debemos esperar. 



~~~



La espera fue larga, pero los años pasaron en un dos por tres con las conversaciones amenas de ambos. YoungJae fue el primero que se percató de que el planeta había cesado sus constantes movimientos para pasar a un estado aparentemente tranquilo.



Es la hora —Informó el menor a su compañero.



Daehyun preparó el polvo de estrellas y convenció a YoungJae en realizar la implantación juntos. Habían trabajado por separado en la creación del planeta, pero eso no significaba que no debían trabajar juntos para la creación de la vida. 


La atmósfera era más estable de lo que ambos esperaban, atravesarle no fue una tarea sencilla, pero cuando ambos entes lograron pasar la barrera estaban orgullosos, si las capas atmosféricas eran de esta manera, era probable que aquel planeta albergara la vida por miles de millones de años antes de siquiera empezar a preocuparse por daño severo de verdad. 


Aunque primero debían hacer la implantación. 


Daehyun se percató de que las partículas rocosas no solo tenían miles de protuberancias en su superficie, sino que además dejaron de estar juntas como en la creación, y ahora estaban separadas unas de otras por una gran extensión de agua. 


Una vez YoungJae y Daehyun estuvieron en la superficie de las partículas rocosas, y el polvo de estrellas estuvo listo, la implantación comenzó. Tardaron bastante, sí, y ambos se dieron cuenta que crear la vida era más agotador de lo que pensaban; varias veces se vieron obligados a parar -a pesar de estar en desacuerdo- porque la implantación necesitaba toda su energía y si se quedaban en ceros no sabían que pasaría.


Aquella idea los aterraba, así que era más sencillo tomar un descanso ocasional. 


Milenios transcurrieron antes de que por fin, los entes lograran implantar gran parte del polvo de estrellas y crear la primera criatura viviente. 


Era simplemente adorable. Pequeño, con una capa de algo que YoungJae decidió llamar pelo recubriéndole por completo y diferentes características que, según el menor, le ayudarían a sobrevivir en su nuevo mundo.


¿Como se va a llamar? —Cuestionó el mayor a su compañero, orgulloso de por fin haber creado la primera criatura viva, el primero que era como ellos. 


Mono. —Informó casual, como si el nombre no fuera extremadamente raro. 


¿Qué? —Cuestionó el mayor, incrédulo—. ¿Por qué?


¿No crees que tiene cara de monito? 


En aquel punto, Daehyun hizo el mismo sonido que YoungJae había hecho muchos años atrás, melodioso y con la pizca de felicidad necesaria para ser pegajoso. 


¡Hazlo otra vez! —Se emocionó YoungJae por el sonido, él también recordaba haberlo hecho milenios antes.


Ya... Ya no puedo... —Y su voz sonó triste, porque quería hacerlo de nuevo pero al parecer sus ondas sonoras se negaban a salir. 


No te preocupes, Dae... —Alentó el menor—. ¡Quizá otro día pueda ser! Deberíamos ponerle nombre.



¿Nombre al sonido? 


¡Sí! Se escucha feliz y hace que me sienta bien cuando lo escucho... Podríamos llamarlo "risa".



Y aunque era extraño como todos los nombres que YoungJae inventaba, Daehyun lo aceptó gustoso. 


~~~


Trancurrieron ocho años. Y en ese tiempo, YaoungJae y Daehyun habían creado todo tipo de vida. Muchos animales similares al Mono, otros más extraños que prefirieron adaptarse a el agua por sus patas cortas e incómodas... Y otras que no se movían, y solían servir de alimento para los animales, a los cuales Daehyun llamó plantas.


Sin embargo, no todo era felicidad. YoungJae había notado que sus pequeños hijos solían hacer movimientos extraños con sus cuerpos, excepto aquellos a los que se adaptaron al agua... Y también notó que todos y cada uno de los animales solían chocarse constantemente unos con otros...o con las plantas, como si no pudieran sentir las existencias ajenas a la propia como lo hacían YoungJae y Daehyun. 


Al extraño movimiento de sus cuerpos, el menor lo llamó temblar y al no percatarse las existencias ajenas, lo llamó ceguera.


No sé que hacer, Dae, me preocupan nuestros hijos... —Le dijo alguna vez, sorprendiendo al mayor porque en su voz era palpable la angustia—. ¿Que deberíamos hacer?



Daehyun solo pudo mostrar su apoyo a YoungJae en aquellos momentos, porque se había quedado sin palabras...


Para alegrarlo, Daehyun concentró una pequeña parte de su energía en una esfera pequeña, como regalo. No obstante, ninguno de los dos entes esperaba que sus hijos se reunieran al rededor de su regalo, dejando atrás ese movimiento extraño de sus cuerpo y, sorprendentemente, sin chocar unos con otros como era lo usual.


¡Jae, mira! —Gritó con emoción, observando a sus preciosas creaciones vivir en armonía, a excepción de aquellas que se acercaban demasiado, porque parecía herirles—. ¡Es la solución! Aunque... Creo que sería mejor alejarlo, algunos de nuestros hijos están sufriendo.


¡Daehyun! ¡Eres un genio! 



Y con esas palabras, YoungJae trazó un plan con su compañero de vida para construir un regalo gigante a miles de millones de años luz lejos de allí, para que sus animales no sufrieran daños innecesarios. 


Por el bien común, YoungJae decidió quedarse en La Tierra, cerca de la esfera de luz, cuidando de sus hijos mientras Daehyun partía en su travesía.


Por favor vuelve pronto, Dae... —Suplicó el menor, no queriendo alejarse de su compañero de la eternidad por mucho tiempo. Aún no partía, y ya podía sentir un vacío en su ser. 


Lo prometo, Jae...



Y con esas últimas palabras, Daehyun partió hacia el infinito, propuesto a cumplir con su tarea.


~~~


YoungJae cada vez que un año pasaba, se sentía increíblemente solo. Extrañaba a Daehyun como nunca lo había hecho, porque al fin y al cabo, ellos nunca estuvieron lejos tanto tiempo, y su ser sentía que una parte importante suya se había ido. 


—¡Por aquí, JongUp! —Escuchó YoungJae, uno de esos miles de años en los que se quejaba de su soledad. Le extrañó profundamente escuchar un susurro así, porque nunca jamás en sus miles de años de existencia, había escuchado las mismas ondas sonoras que él comprendía; sus animales había implementado otros sonidos entre especies. 



A los sonidos que solo entendían grupos de las mismas especies, lo denominó idioma.


—¡Espera Zelo, no vayas tan rápido! —Otra voz. Más confusión para YoungJae.



El ente siguió las ondas sonoras que captaba, curioso de lo que sea que encontrara. Y definitivamente no se esperaba ver a dos criaturas totalmente diferentes a sus hijos. 


Carecían de pelo recubriendo su cuerpo, solo tenían un poco en lo que parecía la cabeza y extrañamente caminaban en dos patas.


¡Quienes son ustedes! —Rugió YoungJae, enojado porque unos extraños estaban habitando su planeta.


—¡Ahh! —Gritaron los extraños al mismo tiempo, girando su cabeza a todos lados para captar de donde venía esa voz, confundiéndose porque no hallaron de donde provenía.



—¿Que fue eso, Zelo?


—¡No me ignoren! —Se indignó, volviendo a asustar a las criaturas.



—¡Uppie! ¡A lo mejor es el creador! —Se emocionó el tal llamado Zelo—. ¡Hola, creador! 


JongUp golpeó a su amigo en las costillas—. ¡Trata con más respeto a nuestro creador, Zelo!


YoungJae no entendía nada, pero aquellos seres extraños no parecían ser una amenaza, además, parece que comprendieron rápidamente que él era uno de los inventores, junto a Daehyun. 


Pensar en su compañero lo hizo sentirse triste de nuevo, y preguntarse como estaría yendo su travesía para crear el Sol.


Yo no me llamo creador, me llamo YoungJae. —Explicó, aunque no fuera necesario—. ¿Quienes son ustedes, extraños? 


—¡Yo soy Zelo! —Habló el que parecía más alto entre los dos—. Y él es JongUp, mi mejor amigo.



El mencionado solo mostró los dientes en una mueca que a YoungJae le gustó, se recordó a sí mismo ponerle nombre si volvía a verla en otra ocasión.


—Señor YoungJae-creador, es un placer conocerlo. —Habló el mencionado JongUp—. Hemos buscado por mucho tiempo a aquel que nos creó...


—¿A Daehyun y a mi? —YoungJae se encontró confuso por aquella información, pero continuó—: ¿Por qué? ¿Y de donde han salido ustedes?


—Nosotros venimos de la luz. —Informó Zelo, dando saltitos—. ¡Y quisiéramos mostrarle lo que hacemos! 


El ente aún no estaba muy convencido de lo que aquellos hijos de la luz parecía querer mostrarle, no obstante, accedió, siguiéndoles hasta un lugar que YoungJae conocía muy bien, donde reposaba su primer Mono. 


—Por favor, no se vaya a asustar YoungJae-creador. —Pidió tranquilamente JongUp, viendo como Zelo se acercaba al primero que albergó la vida—. Somos unos profesionales.



YoungJae sintió que algo en su ser se movía, y no precisamente de emoción o felicidad como las veces anteriores, no. Esta vez, YoungJae tenía un mal presentimiento. 


Zelo se acercó al primer mono existente, y, con un movimiento rápido, extrajo su alma de su contenedor.


¡Tú! ¿¡Qué has hecho!? —El mayor enfureció, asustando a los demás monos, que veían curiosos el contenedor del alma de su padre que había dejado de moverse.


Todas las criaturas que se encontraban cerca temieron, huyendo del lugar rápidamente. Mientras un preocupado Zelo se apuraba a dejar el alma del mono en las manos de JongUp.


—¡No! ¡Creador! ¡Espere! —Suplicó Zelo, moviendo sus brazos de un lado a otro mientras señalaba a JongUp, desesperado—. ¡Por favor! ¡Solo mire! 



YoungJae se negó a escuchar sus palabras, y estuvo dispuesto a arremeter contra aquellos extraños y expulsarlos de La Tierra para siempre. Sin embargo, para la suerte de los hijos de la luz o desgracia del mayor, JongUp logró hacer lo que quería mostrarle al creador. 


El alma había vuelto a un contenedor, no obstante, no era el original. YoungJae no sabía si sentirse aliviado o asustado de que el primer mono que creó ahora fuera un petirrojo. 


El polluelo que recién acababa de nacer de un huevo miró a todos lados con curiosidad, piando por un alimento que un petirrojo hembra no dudó ni un segundo en proporcionar. 


—¿Lo ve? ¡No fue nada malo! —Se apresuró Zelo, escondiendo tras su espalda a un asustado JongUp—. ¡Quisimos ayudar al mono! Estaba sufriendo mucho en su antiguo contenedor.


—¡Es verdad! —Se metió JongUp—. Su antiguo contenedor lo hacía sentir dolor, pero ahora que ha reencarnado se siente mucho mejor.



YoungJae observó al petirrojo piarle a su madre pidiendo más comida, y se enterneció.


¿Ustedes vienen de la luz?



Los chicos asintieron como respuesta a su pregunta.



—¡Himchan-Dios fue el que me dio un contenedor para ir por La Tierra! —Comentó emocionado JongUp, saliendo de detrás de Zelo.



—Y a mi YongGuk-Dios. —El más alto chasqueó los dedos, una gran idea se había instalado en su cabeza—. ¡Ya sé! ¿Y si le pedimos a Los Dioses que también le hagan un contenedor a YoungJae-creador?



JongUp estuvo de acuerdo con la idea, y le pidió a YoungJae que le siguiera.


El mayor no vio razón para negarse, así que, más por curiosidad que por otra cosa, siguió a los menores de cerca, llegando no mucho después a La Luz que fue regalo de Daehyun.


—¡YongGuk-Dios! —Llamó Zelo, a los gritos—. ¡YongGuk-Dios! ¡Hemos traído a alguien importante, salga por favor!



—No es necesario que hagas un alboroto, Zelo. —Tal parece que los gritos de Zelo funcionaron, porque de detrás de La Luz salió una criatura similar a Zelo y JongUp, con la diferencia de que su voz era grave y profunda, y parecía estar manchado de pies a cabeza de barro—. ¿A quien han traído?


El nuevo miró hacia todos lados, frunciendo el ceño.


—¡YongGuk-Dios, hemos traído a un creador! —Explicó esta vez JongUp, revoloteando al rededor del de voz gruesa.



—No mientan, chicos, con eso no se bromea... —Les regañó, después de que confirmara con la mirada que, efectivamente, no había nadie allí más que ellos—. ¿Y a que se refieren con un creador?



¡Yo no soy el único creador! —YongGuk saltó en su lugar por la repentina voz, que reclamaba—. ¡Daehyun también es creador! 



—¡Ah, vaya! —Exclamó el de voz gruesa—. ¿Creador?



Según Vida y Muerte, sí, pero mi nombre es YoungJae... 



—¿Vida y Muerte? —Cuestionó Zelo, sentándose en el suelo y ladeando la cabeza.



¡Ustedes también me pusieron un nombre extraño! —Se quejó el ser incorpóreo—. Yo también quería, así que JongUp es Vida y Zelo es Muerte, por lo que le hacen a mis hijos. 



El más alto se encogió de hombros, estando de acuerdo al final—. ¡YongGuk-Dios! Veníamos a preguntar si es posible que Himchan-Dios y usted le hicieran un contenedor a YongJae-creador. —Zelo habló tan rápido, que casi le fue imposible entender lo que decía. No obstante, el de voz gruesa asintió. 



—¿YoungJae-creador? —Rectificó, a lo que solo recibió una vaga onda sonora—. ¿Le gustaría tener un contenedor?



¿Sería como ustedes? —Preguntó el ente, a lo que recibió una afirmación como respuesta—. ¿También habría un contenedor para Daehyun?



—Claro, si me lo permite, iré a traer a Himchan...



YongGuk se retiró un momento de su presencia, pero no le molestó. Incluso, YoungJae sintió una emoción creciente en su ser con solo pensar que a Daehyun y él también tendrían un contenedor en el cual habitar. 



Un nuevo personaje se incorporó a la escena, frunciendo el ceño a YongGuk, porque estaba en medio de la creación de un contenedor de mariposa.



YoungJae no tardó en presentarse, con la felicidad desbordando de sus palabras. Y aunque Himchan insistía en tratarlo con respeto, él se negó, alegando que si iban a hacer un contenedor especial para Ellos, podrían considerarse sus iguales. 



—Entonces me encargaré del contenedor de YoungJae, mientras que tú, Guk, harás el de Daehyun-creador. —Ordenó Himchan, antes de volver a ver a los dos menores—. Y ustedes, niños, procuren que no sacar muchas almas de sus respectivos contenedores, no habrá mucho tiempo para hacer nuevos, y solo llevamos unos cuantos listos ¿está bien? 



Zelo y JongUp asintieron, antes de correr a quien sabe dónde. Himchan solo negó, pero esbozó una sonrisa y le pidió a YoungJae que lo siguiera. 



¿Haces los contenedores con tierra y agua? —Se sorprendió el ente, observando cómo el Dios comenzaba inmediatamente con el moldeado de su propio contenedor—. ¿Son seguros? 



—Lo son, YoungJae... —Aseguró, haciendo una bola entre sus dedos—. Su único problema, es que tienen una fecha de caducidad para las almas. Soy frágiles y sencillas, y no son conscientes de que sus contenedores no resisten su alocado estilo de vida, porque ellos no tienen la energía suficiente para mantenerlo en buen estado por mucho. 



Si Dae y yo somos los creadores ¿como es que no sabíamos nada de esto?



Himchan hizo el mismo ruido melodioso que Daehyun había hecho antes de su partida. YoungJae se aseguró de llamarlo risa.



—A veces, las cosas se hacen por accidente ¿no es así? —Probó el Dios, comenzando con el moldeado de algo diferente, YoungJae no se molestó en identificar que era lo que estaba haciendo—. Zelo y JongUp salieron de La Luz, al igual que YongGuk y yo, no fue algo que estuviera en sus planes, pero aún así, estuvimos mucho tiempo buscando a el creador de nuestra esencia...y tal parece que no era uno, sino dos. 



Bueno... Dae está creando una Luz aún más grande, para mantener con vida a nuestros hijos... Se llamará Sol.



Himchan detuvo un momento sus movimientos y sus ojos se ampliaron, incrédulos—. ¿Una Luz más grande? ¡Eso es increíble! 



No hubo más palabras, y de hecho, tan solo unas décadas después, La Tierra se vio rodeada de una claridad nunca antes vista. YoungJae sabía que aquel fenómeno nuevo e increíble era obra de Daehyun. 



Y no sólo era beneficioso para los animales y plantas, sino que Himchan descubrió que gracias a El Sol, los nuevos contenedores secaban más rápido, y estaban listos en la mitad del tiempo.



Cuando los contenedores estuvieron listos, YoungJae se negó a probar el suyo si no era con Daehyun a su lado. Afortunadamente, Himchan y YongGuk no se opusieron, sino por el contrario, aprovecharon aquello para corregir alguna que otra imperfección que pudieron haber pasado por alto.



Cuando Daehyun finalmente volvió de su travesía, un entusiasmado YoungJae lo recibió con varios te extrañé has hecho un gran trabajo con el sol, estoy orgulloso, que hicieron al mayor sentirse en extremo feliz...



No obstante, esa felicidad flaqueó cuando YoungJae comenzó a hablarle de unos extraños llamados Dioses, vida, muerte, contenedores y almas.



Espera, Jae, no estoy entendiendo nada...



¡Soy torpe! Lo siento Dae, pero ¿sabias que tu regalo de Luz, creó a muchos otros seres? 



El menor le explicó lo mejor que pudo todo lo que había descubierto en sus años de ausencia, le habló de JongUp-Vida y Zelo-Muerte, de Los Dioses Himchan y YongGuk; y de sus contenedores ya listos.



¿Podremos estar en la tierra como nuestros hijos? ¡Eso es asombroso! 



YoungJae le dio la razón y lo guió hasta Himchan y YongGuk, aunque Zelo y JongUp también estaban allí. Aprovechó para presentarlos a todos y tal parece que los seis estaban destinados a encontrarse, porque se llevaron de maravilla juntos desde el primer momento. 



Entrar a los contenedores fue más sencillo de lo que los entes esperaron.



YongGuk y Himchan les enseñaron como caminar, hablar, comer e incluso demostrar afecto con sus nuevos contenedores, y en menos de nada eran todos unos expertos en la materia. 



Una vez tuvieron total control de sus cuerpos, Los Creadores YoungJae y Daehyun descubrieron como el que sus labios se rozaran y sus cuerpos se unieran en un abrazo era sinónimo de amor.



—Un amor eterno. —Prometieron juntos.



~~~



—Creo que deberíamos hacer algo sobre nuestras atmósferas... —Propuso YoungJae, en una reunión donde los seis se reunían para planificar mejoras que beneficiaban a los seres vivos de La Tierra, se hicieron llamar Los seis grandes—. Una especie de satélite que ayude a vigilar toda la extensión del planeta y sea más sencillo encontrar falencias...



—Es una buena idea. —Apoyó Zelo—. A Uppie y a mí se nos es difícil encontrar los contenedores caducados a tiempo, a veces llegamos muchos años más tarde de lo que deberíamos...



—También podría servir como lugar para guardar los contenedores de repuesto. —Comentó Himchan, entusiasta con la idea—. Aquí hay muy poco espacio...



—¡Entonces está decidido! —Exclamó Daehyun—. ¡Crearemos un satélite! 



Los seis se miraron con una enorme sonrisa en sus rostros, y cada quien aportó un pequeño pedazo de partícula para crear su objetivo, al que llamaron La Luna.



YoungJae, por ser el creador de la atmósfera, era el designado a ser los ojos de la luna, porque quien mejor para el puesto que uno de los padres de la vida.


~~~


Miles de siglos pasaron, y todo parecía ir de maravilla, Zelo y JongUp parecían más mayores, YongGuk, Himchan, Daehyun y YoungJae trabajaban juntos para una mejor armonía en La Tierra y YoungJae había convertido a La Luna en su hogar, desde donde veía a sus hijos crecer y evolucionar junto a Daehyun...hasta que el verdadero problema se hizo presente.


El Sol no dejaba de deteriorarse con el paso del tiempo, lo que causaba que tanto como La Vida y La Muerte, junto a Los Dioses y Los Creadores se sintieran agobiados. 


Daehyun solía viajar constantemente hacia el Sol para proporcionarle la energía que necesitaba y volvía, pero a veces aquello no parecía dar resultado, porque la estrella gigante no paraba de apagarse cada vez más.


—Debemos hacer algo por El Sol. —Fue lo primero que dijo YongGuk, en la reunión de Los Seis Grandes de ese día.



—Es cierto, he tenido que alejar a muchas almas más de sus contenedores desde que El Sol comenzó a opacarse. —Habló Zelo, con la preocupación plasmada en su voz.



—Y YongGuk y yo no tenemos suficientes contenedores nuevos para todas las almas. —Esta vez fue Himchan, mostrando la misma preocupación que el menor de todos.



—Mi caja de almas comienza a llenarse... Y no sé que pasará si ellas terminan escapando y deambulando solas por ahí, me preocupa. —Expuso JongUp, suspirando pesadamente.



Los Seis Grandes se miraron con muecas de preocupación, hasta que el carraspeo de Daehyun atrajo la atención de todos. 


El moreno apretó la mano de YoungJae entre la suya para darse fuerza para soltar su próxima bomba, porque honestamente, sabía que no iba a ser fácil para ninguno la descabellada idea.


—Creo que debería irme de aquí... —Comenzó. La sorpresa en las facciones de los cinco restantes fue indescriptible, haciendo especial énfasis en el ceño fruncido de YoungJae. Intentó calmarlos con una seña de su mano para que lo dejaran continuar—. A lo que me refiero es que creo que debería quedarme en El Sol, si queremos que nuestros hijos no muera, es necesario...



Vida, Muerte, Los Dioses y YoungJae no podían creer la descabellada idea de uno de Los Creadores, pero, muy a pesar de todo, aquello sonaba lógico. 


—No lo sé, Dae... —Habló YongGuk—. Podíamos pensar una alternativa...


—¿Como cual? —Esta vez, el que fruncía el ceño era Daehyun—. Todos sabemos que te necesitamos a ti, a Himchan, Zelo y JongUp en La Tierra, sin contar, claro, que Jae es el ojo de Luna.



—Espera, quizá si cambiamos el lapso de tiempo de visitas al Sol...



—No funcionaría... —La voz de YoungJae sorprendió a todos los presentes, hablando tan bajo que casi había costado escucharle—. La composición del Sol consume demasiada energía, y solo Daehyun posee esa cantidad. Lamentablemente, si alguno de nosotros intentara algo el El Sol, es muy probable que nuestra energía se agotara y nosotros desapareceríamos.


Otro intercambio de miradas—. ¿Estás seguro de esto? —Fue la última pregunta.


Daehyun asintió. Anunciando que partiría al día siguiente.


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YoungJae lloró sobre el pecho de Daehyun cuando se encontraron solos de nuevo, mientras el último acariciaba su cabello suavemente y le murmuraba palabras de aliento.


—Dae... —Sollozó, estrujando el cuerpo del mencionado entre sus brazos, sacándole el aire de los pulmones—. Prométeme que no dejarás de amarme...



—Nunca, Jae... —Levantó la cabeza del chico entre sus manos y besó sus labios delicadamente—. Eres mi único gran amor...


El menor se lazó a los labios de Daehyun de nuevo, ansiando el contacto entre sus bocas y comunicando sin palabras la cantidad de sentimientos que Daehyun siempre provocó en YoungJae.


Y esa noche, ambos descubrieron como se hacía el amor. 



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—Es hora de partir... —Daehyun procuraba mantener una sonrisa en sus labios, aunque sintiera que en su interior estaba sufriendo por montones. A pesar de que era lo mejor, aún tenía aquel sentimiento egoísta de no querer irse—. Por favor, cuiden mucho de todos mis hijos...



—Lo haremos. —Aseguraron Vida y Muerte, el primero con lágrimas en los ojos—. ¡Daremos lo mejor de nosotros!



Dicho aquello, ambos abrazaron al creador con fuerza, asegurando que él siempre iba a ser su padre favorito (y ganándose una queja por parte de YoungJae).


—Espera, Daehyun... —Habló Himchan, con las manos y el rostro manchados de barro. Parecía que se esforzaba demasiado para tener listos los contenedores nuevos que faltaban para las almas—. Guk y yo... Tenemos una sorpresa.



—Sabemos que Daehyun es el único que puede mantener la energía del Sol... —La grave voz de YongGuk resonó—. Pero... Himchan y yo creemos que es posible tomar su lugar por un día al año...



—¿Que quieres decir con eso? —Fue YoungJae el que preguntó, tomando la mano de Daehyun entre la suya.



—Queremos decir que... Daehyun no tiene que alejarse de La Tierra toda la eternidad...porque nosotros haremos su trabajo por un día, será algo así como una vacaciones...donde podrá volver.



Los Creadores se miraron, pero sonrieron ampliamente. Compartieron un abrazo feliz y un beso antes de volverse para abrazar a Los Dioses.


Daehyun partió finalmente, dejando atrás a sus hermanos con una promesa de volverse a ver pronto y una sonrisa que todos prometieron en secreto atesorar en su memoria.


No fue difícil percatarse el momento en que Daehyun llegó al Sol finalmente, porque la tierra recibió su brillo como hace mucho no lo hacía y las plantas y animales comenzaron a renacer de nuevo. 


Zelo y JongUp continuaron con su trabajo tranquilamente, con El Sol radiante en el cielo de nuevo, las muertes se redujeron; lo que también le dio tiempo a Himchan y YongGuk terminar con los contenedores de almas nuevos.


YoungJae, por su parte, seguía siendo el ojo de luna, cuidando a sus pequeños hijos desde el satélite natural que rodeaba a la tierra cada cierto tiempo. Pero nunca sin dejar de sonreír hacia Daehyun, porque hacía un trabajo excelente con El Sol.


Y aunque ahora ambos estaban lejanos, siempre llegaba un día del año en que Himchan Y YongGuk dejaban la creación de rasgos únicos para los nuevas reencarnaciones y se hacían cargo de que la Luna y el Sol se reencontraran de nuevo por medio de un eclipse, al igual que el corazón de Daehyun y YoungJae.


¿Todavía crees que el cielo solo tiene las historias que conoces?


FIN

 

Notas finales:

¡Gracias por leer! Por favor, siéntete libre de dejar tus opiniones.

Besos de colores.

Con amor,
ValeMala


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