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Mi estúpido prometido por Snake

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Notas del fanfic:

Hola!

Ha pasado un tiempo, al fin soy libre, estoy de vacaciones y tengo muchas ideas en mi cabecita. Hace unos días nació esto y pues.... vengo a dejarlo en navidad.

 

Ok, este fic no tiene nada que ver con navidad haha, pero si con mis preciosos de los que no me puedo despegar. Los papus de Knb.

Planeo desarrollar un romance divertido y dulce! Espero les guste!

///////

 

Los personajes de Kuroko no Basket no me pertenecen, son propiedad absoluta de Tadatoshi Fujimaki.

Notas del capitulo:

Nuevamente, yo insistente con estos dos. Es que Ay, los amo y este fandom no me deja ir aunque así lo quiera. No se si exista gente aún pero no importa XD

Espero les guste y les divierta!

SALUDOS!

 MI ESTÚPIDO PROMETIDO

1. ¡POR SUPUESTO!

...

 

 

—No me... jodas...

 

Tomar decisiones mientras estás en medio de una animada tarde de copas con un completo desconocido, no es para nada, nada bueno. Al parecer nadie le enseñó aquello a Izuki Shun, aunque... Eso lo sabe hasta el más tonto de los tontos, ¿verdad?

 

—Jovencito... ¿qué has dicho?

 

—¡No me jodas! —exclamó otra vez, sosteniéndose la cabeza. —Le di mi... Le di mi dinero, todo mi... ¡¡ES UNA MALDITA BROMA!!

 

Fue estafado. Cruelmente estafado, pero como un total ingenuo en exceso, cayó en manos de aquel timador más fácil de lo que este mismo hubiese pensado.

 

Una tarde después del trabajo decidió ir por un par de tragos, quería distraerse, olvidar el estrés de los estudios y aquella soledad que estaba atormentándole desde que rompió con su novio hace algunos meses. Sin embargo, aunque tenía planeado divertirse por su cuenta, se le unió un sujeto agradable y sonriente, era demasiado grato pasar el rato con él. ¡Casi sentía que eran como hermanos separados al nacer!

Copa tras copa, risas tras risas, el desgraciado hombre encantador envolvió a Izuki con su gran personalidad, y le habló casi por “coincidencia” de un gran apartamento que estaba vendiendo, expuso bellas fotografías de aquel inmueble de ensueño ante Shun y este quedó maravillado al instante. Chocaron sus vasos estrepitosamente en señal de salud, ambos cerraron el trato e intercambiaron sus números de contacto. ¡Izuki sería el comprador de aquel paraíso terrenal!

En tiempo record Shun vendió el humilde apartamento que su padre le heredó, sin pensarlo dos veces le entregó su dinero a aquel hombre, y este a cambio puso el juego de llaves en su palma ansiosa. Peeeeeero, lo único que Izuki pudo encontrar en la supuesta dirección de su nuevo apartamento, fue una casa de reposo para ancianos de seguro abandonados por sus lindas y adorables familias.

 

—Muchacho, ¿estás bien? —volvió a insistir el portero y cuidador, quien también era un anciano. Se aproximó lento. —¿Puedo ayudarte en algo?

—Una posada para abuelitos arrojados a su suerte… ¿es mi nuevo hogar?

—¿Qué dices?

—¡A-Ah! Nada, no es nada. —agregó un tanto mareado, abrumado y casi al borde de las lágrimas. —Creo que… ¿debería ir… a la policía?

 

//////////

 

 

Himuro Tatsuya no encontró alternativa, por lo que tomó su última opción y recurrió a prestamistas pertenecientes a la mafia, todo para abrir su soñada tienda de ramen. Era un esforzado hombre de aspecto hermoso, aunque con una pésima mala fortuna, ya que su primer mes luego de la apertura, fue bastante difícil; tan solo tuvo tres clientes que jamás regresaron.

“Menuda mierda”, murmuró arrojado en el suelo, la frustración total había llegado a él, así como también los intimidantes cobradores que hace solo instantes le dieron una paliza de aquellas. Se defendió en medio de la golpiza, y más de un tipo recibió uno de sus ataques plagado de su impotencia e ira acumuladas, jamás sería una presa fácil. Sin embargo, en medio de la pelea se rindió. Estaba demasiado agotado mentalmente, ¿Acaso involucrarse con la mafia había sido en vano? ¿Por qué los clientes no estaban llegando? ¿Su comida sabia mal? ¿Cómo diablos pagaría esa enorme deuda entonces?

—No me jodas. —volvió  murmurar. —Estoy perdido.

¿Cómo es que pagaría todo y escaparía de una inminente muerte?

Aun no se lo admitía a sí mismo, pero estaba cayendo rápidamente en la desoladora desesperación.

 

/////////

 

 

Cuando la noche cayó y el hostil viento se levantó Shun apareció en su casa, estuvo el día entero dando vueltas sin rumbo alguno. Después de visitar la policía estos solo se encargaron de destruir las esperanzas de un torpe chico estafado. El confió en sujeto cualquiera, que tan solo le mostró imágenes del lugar en venta, y aun así le dio todo su dinero.

“Fuiste bastante iluso.

¿Quién compraría un apartamento que no visitó ni siquiera una sola vez?

Muchacho, a veces estas cosas deben pasarle a la gente ingenua para que aprenda como vivir”

 

Esas crueles palabras le fueron arrojas a la cara hasta con una pizca de diversión, como si todo aquello fuese su culpa. Bueno, gran parte de todo si era su responsabilidad, aun así, los bastardos que viven para hacer ese tipo de actos siempre son los verdaderos responsables. Su único error fue confiar como un inocente niño en las palabras de un mal sujeto.

 

Izuki tan solo necesitaba oír que harían hasta lo imposible por encontrar a esa persona, pero no obtuvo nada, ningún apoyo. Estaba solo en la ciudad, no tenía a nadie, no tenía más que un humilde empleo y las cosas que debería empacar y sacar dentro de 30 días como máximo, para después vivir en la calle. Estaba desesperado. ¿Qué haría en una ciudad donde no conocía a muchos? Incluso los pocos amigos que solía tener… bueno, ese era un tema del que no le gusta hablar demasiado.

 

No había esperanza alguna.

 

Pero luego de recordar a sus viejos amigos, una luz se iluminó en la cabeza del joven con ojos ceniza, y aunque iba contra todos sus principios, sus propias palabras y juramentos,  decidió ir en busca del sujeto al que una vez muy ebrio prometió jamás volver a contactar; su ex novio. Al menos por lo vivido, él debería ayudarle cuando se quedara sin un techo donde pasar la noche, ¿verdad? ¿VERDAD?

Las cosas no terminaron del todo bien entre ellos, pero sin lugar a dudas él era un buen hombre.

 

Tomó el primer taxi y se dirigió hasta la residencia de su antiguo amor. Cuando llegó corrió con todas sus fuerzas, perdiendo el aliento. Tocó el timbre una vez, y otra más, sin cesar hasta que oyó el bendito sonido de la cerradura. Se lanzó a los brazos de aquel hombre apenas la puerta se abrió ante sus ojos, estaba nervioso por buscarle después de romper, y en medio de sus pensamientos captó algo extraño, algo andaba mal.

Definitivamente ese cuerpo no le parecía familiar. Aun abrazándole tanteó aquella figura masculina, ese abdomen y esos brazos… ¡Definitivamente algo no iba nada bien! Levantó la mirada con algo de duda, encontrándose con la confundida expresión de un bello hombre dueño de un hipnótico lunar bajo el ojo.

—¿Eh? —fue lo único que atinó a decir Shun.

¿Y su ex novio?

¿Quién era ese sujeto con el rostro herido? O mejor dicho, ¿Quién era ese hombre tan jodidamente atractivo?

¡¿Acaso era el nuevo amante de su ex pareja?! Imposible, pensó. El sujeto del lunar no lucia “de ese modo” por donde se le mirase.

 

Himuro Tatsuya, el hombre del lunar, mantuvo total silencio mientras Shun se hacía miles de preguntas. Solo permaneció observando al muchacho que se lanzó a sus brazos tan apasionadamente, era extraño y su impacto estaba escrito por toda su cara llena de asombro absoluto, esa confusión extrema se le hizo un tanto graciosa. Adorable.

—Obviamente no soy quien esperabas ver. ¿Quieres pasar?

—Ah, um… sí. ¿Sabes que… pasó con el anterior dueño? —respondió Shun, decepcionado y confundido.

—Se marchó. Hace un mes, soy el nuevo dueño. ¿Quieres un vaso de agua?

—Por favor.

Luego de invitarle a pasar, y beber juntos una copa de vino en vez de agua, Tatsuya conoció la triste historia del lindo desconocido que apareció en su puerta tan sorpresivamente. Al parecer él no era el único que estaba metido en feos problemas que parecían no tener alguna solución. Era demasiado deprimente, verse a sí mismo y ver a Izuki Shun, eran dos desafortunados, tan lamentables. Compartían el haber tomado quizá las peores decisiones de sus vidas.

Y justo cuando ambos se perdían en sus propias dificultades, Izuki arrojó por accidente unas cartas al suelo, entre todos los papeles destacó una llamativa postal colorida y brillante. El del lunar la recogió mostrando una dulce sonrisa discreta y la observó en silencio, se lograba apreciar en ella una enternecedora pareja posando delante del tan conocido Coliseo Romano, y al reverso se encontraba una frase escrita.

“Te extrañamos Tatsu, pero no te mentiremos, podríamos vivir aquí por siempre, es hermoso.

Nos vemos pronto.”

 

—Ah, es mi hermano Taiga y su novio. —agregó Himuro. —Bueno, su esposo ahora... ¿sabes? Ellos se fueron directo a Italia solo con el dinero que reunieron por los regalos de boda.

 

—Woah, eso suena increíble.

 

Una extraña sensación los invadió, como si exactamente la misma idea atravesara sus cabezas, se miraron con la ansiedad desbordante, con sus pupilas brillantes y traviesas sonrisas asomándose con descaro. Parecía que justo en ese instante, ese par de hombres hubiesen leído sus pensamientos, eran dos tontos desdichados, y tal vez acababan de descubrir el boleto de oro que cualquiera quisiera alcanzar.

—¿Quieres casarte conmigo, Izuki?

—¡Por supuesto!

 

 

Continuará…

Notas finales:

Gracias por leer!

Feliz navidad!!!!!!!


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