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The Little Mermaid Boy por HaruhiMizuhi

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Notas del fanfic:

Dado que  es un fic de tres partes, lo subí aparte, y lamentablemente no pude hacer el de mañana "Primer Misión" por lo que los capitulos restantes de esta historia los publicare entonces nwn
Espero que lo disfruten!!

Cuando la Sirenita se volvió espuma de mar, todos lloraron la perdida, pero con el tiempo la vida continuó y el luto terminó, sin embargo las hermanas de la Sirenita divulgaron lo sucedido a todos los seres subacuáticos, para que nadie volviera a renunciar a su familia por un amor enfermizo.

Su padre hizo un trato con la bruja, ella seguiría su vida, pero si la situación se repetía tal cual ella advertiría a quien recurriera a ella que su ser amado ya tenía a alguien en su corazón.

Dieciséis años después de ese trato, Llegó el momento de que Nico, el menor y único hijo varón de Tritón subiera a la superficie. El joven sireno poseía un cabello negro y lacio que llevaba hasta los hombros, siempre criticado por ser tan corto pero a si le gustaba, con una piel pálida que resaltaban lo oscuro de sus ojos marrones, casi negros y una hermosa cola negra que siempre era comparada con el Ónix, una piedra que atesoraba una de sus hermanas. Al haber crecido con la historia de su difunta hermana sentía curiosidad sobre los humanos, ¿Qué era tan interesante en ellos para que la cautivaran de esa manera?, fue esa duda lo que lo impulsó a buscar un barco.

Cuando encontró uno se asomó a observar, allí había un grupo raro peleando mientras otro arrojaba cosas al mar, había oído sobre esas personas, los llamaban "pesqueros borrachos". Llegando a la conclusión de que su hermana había perdido el juicio cuando subió a la superficie, decidió regresar al mar antes de que la tormenta que se avecinaba arribara. Sin embargo, al dejar el barco quedó atrapado en una red y fue arrastrado por la corriente hasta la costa,

Lo tormenta duró toda la noche, así como el inútil intento del sireno por liberarse que no hacía más que aumentar su rabia y frustración, que fueron sustituidos por la desesperación cuando escucho una voz tarareando acercarse desde tierra. Sabía la fama que tenían las sirenas entre los humanos y no dudaba de que este también creyera que si el cantaba lo hechizaría y mataría, su vida iba a terminar.

El tiempo pareció ralentizarse, al cabo de unos muy largos segundos, Nico se encontró con dos orbes tan azules como el mar en un día soleado, frente a él un joven alto con un cabello rubio greñudo caminaba tranquilamente con una mirada distante, hasta que lo vio. Sus profundos ojos reflejaban la gran sorpresa que conllevaba ver a un sireno, sin embargo rápidamente volvió a sonreír con entusiasmo, antes de darle tiempo al pelinegro de dudar o deslumbrarse con su brillante sonrisa, sacó una navaja.

El blondo se acerco al sireno mientras hablaba, pero este no escucho una sola palabra, muy ocupado retorciéndose con desesperación volviendo a su intento por liberarse de la dichosa red; al comprender que su esfuerzo era inútil decidió que no pasaría su final retorciéndose y dirigió una mirada llena de odio al humano, quien le sostuvo la mirada con suavidad. ¿Cuántas cosas le haría sentir ese humano? Pasó del odio a la sorpresa en un instante, pues el rubio comenzó a cortar la red.

-¡Al fin entendiste! Es imposible cortar la red sin lastimarte si no te quedas quieto- dijo el muchacho sin dejar de sonreír.- No fue tan difícil estarte quieto ¿Verdad?- concluyó con un tono burlón y una sonrisa comprensiva una vez que logró deshacerse de la red.

Viéndose libre, Nico no dudo en dirigirse a toda prisa al agua y volver a su casa lo más rápido que pudo. Al llegar se vio atosigado de gritos y lamentos, en cuanto se lo permitieron explicó su desaparición, aunque decidió reservarse la participación del humano en su liberación.

No supo la razón, pero antes de darse cuenta había regresado a esa playa, aunque con mucho más cuidado. Para su sorpresa el joven estaba allí de nuevo, mirándolo fijamente con la misma sorpresa y curiosidad.

-¿Qué haces aquí?- cuestionó el pelinegro.

-Qué manera de saludar, ¿Sabes lo que son los modales?- devolvió el rubio- Además yo paso por aquí seguido, ¿No eres tú quien debería explicar su presencia?- finalizó con una sonrisa burlona.

-ehmmm....bueeeenooo... es que...- titubeo avergonzado el sireno.-Es que te debo un favor- respondió con un tono de autoreproche, tras un largo silencio.

-Comprendo-dijo el blondo pensativo-¿Qué te parece si me dejas tocar tu cola?- pregunto tras pensar un instante.

-¡Por supuesto que no! ¡Ni siquiera te conozco!- respondió al instante el príncipe horrorizado ante la idea, notoriamente ruborizado y tratando de apartar su cola de los ojos del humano.

A la respuesta le siguió un largo silencio, en el cual el joven meditaba lo sucedido mientras que el otro trataba de calmar la vergüenza ante la idea de que un desconocido pusiera sus manos en su cola con su consentimiento.

-En ese caso, - dijo el rubio rompiendo el silencio, con un tono burlón- tengo una idea- finalizó con una sonrisa radiante.

Notas finales:

Sólo voy a decir...que soy pro-comentarios ?)


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