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Mío por maiaoki

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Notas del fanfic:

Espero les guste, este es un regalo para Betsy del grupo Haikyuu yaoi , espero te guste perdon por la demor, y los errores si lo hay. Los personajes no me pertenecen solo los uso para divertirme y enamorarme más de ellos.

Notas del capitulo:

Espero les guste, Betsy cariño perdon por lo tarde, espero que te guste y si fuera posible me gustaría darte una segunda parte.

 

 

 

La sensación en sus manos junto a las de él, era una sensación única, se sentía perfecto como si dos piezas de puzzles encontraran su lugar. Lo miró detenidamente su cabello blanco y sus raíces negras a grises era exótico, su mirada lo hacía temblar como si tuviera poder sobre él, lo absorbía. Todo él era poder. Su traje de tres piezas diseñado a la medida confirmaban su poder y dinero, era uno de las personas más poderosas según la revista Forbes.

Soltó su mano a duras penas, mientras que su nuevo jefe le entregaba su contrato que había caído de sus manos hace apenas un momento cuando este lo había devorado con la mirada cuando lo vio, era algo magnético que lo atraía hacia él. 

 

- Lo siento, fue mi error.- se disculpo el peli negro bajando la mirada.

 

La sonrisa que le dio fue como si sabía que efecto tenía sobre él. Fue su golpe de gracia.

 

- No te disculpes, no tienes porque.- su sonrisa se agrandó.- simplemente se resbaló de tus manos.

 

Las personas alrededor de ellos lo miraban, como si él fuera un ser de otro mundo que había caído presa de la persona frente suyo. Unas miradas eran de celos, las otras eran envidia y sorpresa, esas no las entendía. En esa sala todos querían un pedazo de él, lo sabía bien. La mirada del oji oro seguía en él, cuando su atención volvió hacia él. 

La reunión siguió, habló de algunos puntos en su contrato sobre lo que iba hacer en la campaña, trato de ignorar la mirada intensa puesta sobre él, pero no pudo porque cada célula de su cuerpo parecía conectada a él. Cuando sus puntos fueron puestos sobre la mesa y estos dieron el consentimiento firmó el contrato. Deseando no volver a encontrarlo hasta que la campaña terminara. 

 

Bokuto pensó que la forma del peli negro de ignorarlo era un poco linda sabía que el cuerpo de el ya estaba en su control, muchas personas caían por él, no podían evitarlo, sonrió su presa era demasiado interesante y hermoso, su fino cuerpo, la mirada oscuramente sería  que te atraía a una red donde te capturaría para acabar contigo, su cabello negro corto peinado hacia atrás perfilaba más su cara,era un muñeco de cerámica traído a la vida para que los mortales adoraran. Y el lo adoraría hasta quebrarlo hasta hacerlo suyo. Era una apuesta que cumpliría.

 

Akashi salió lo bastante rápido luego de que se despidió de su nuevos jefes. No quería ver más al peli blanco. Lo quería lejos de él.

 

 

 

 

Kuroo Tetsurō miró a su esposo mientras este trabajaba, le gustaba molestarlo como había hecho hace un momento cuando había aparecido sin solitarle una cita previa, este lo había mandado a sentar en el lugar de espera sin dirigirle ninguna palabra. Sus ojos dorados marrones que le fascinaban estaban concentrados en unos papales, él quería que lo mirara. Así que se animó hablar.

 

-  Te gustaría que almorzáramos juntos ? - preguntó pidiéndole a Dios que se apiadara de él y que su esposo aceptara.- Encontré un nuevo lugar con unos postres de fresa que te van encantar.- siguió hablando ya que no había obtenido respuesta.Vio que el rubio lo miraba.- Vamos cariño se te gustará.- sabia que con él postre lo tenía a su merced.

 

El seño del rubio se intensificó, sabía que le estaba tendiendo una trampa para contentarlo, sabía su debilidad y el siempre caía. Además disfrutaba de caer, Kuroo en si ya era su debilidad, aunque debes en cuando no era malo hacerlo sufrir. Para él, las palabras de cariño que le dedicaba su esposo le fascinaba.

 

- Está bien, pero pediré lo más caro.- afirmó apartado su mirada para volver a su trabajo.

 

- Esperó que tu jefe me deje llevarte por más de una hora.- dijo el peli negro.

 

- No se, Si quiero darte ese placer.- contestó Bokuto. Había escuchado la invitación de su amigo, pero no quería darle el chance de que se llevara por mucho tiempo a su secretario. Le encanta molestarle.

 

- Vamos Bokuto no seas así.- le respondió.- prácticamente pasas más tiempo con mi esposo que yo. - sus celos por el tiempo que Tsukishima pasaba con el búho le molestaba.

 

- Volvió a rechazar tu propuesta de ser tu secretario?- preguntó con diversión.

 

- Si, volvió a rechazarme. No entiendo porque no acepta, soy su esposo.- le respondió con tristeza mientras miraba a su esposo.

 

- No aceptó por que eres mi esposo, tienes tu propia compañía y dinero, pero quiero trabajar por mi mismo para ganar mi dinero y escalé a donde estoy por mis propios medios cariño.- le respondió con molestia mientras le devolvía la mirada.- Ahora deja ese tema porqué mi respuesta siempre será, No. O quieres dormir nuevamente en el sofá.

 

Kuroo haciendo puchero camino hacia su pareja.

 

- Te amo.- le dijo sin reparos. Dio vuelta y camino hacia la gran oficina del búho. 

 

Bukuto camino tras el peli negro con diversión por la cara colorada de Tsukishima. Se habían conocido Gracias a él, había encontrado a Tsukishima en administración y lo había traído con él, cuando le había dado el puesto de secretario pensó que lo rechazaría por el gran cambió y el adaptarse a él, pero lo había hecho mejor de lo esperado y tomó su puesto como suyo rápidamente, unos días después cuando Kuroo apareció para molestarle como siempre, había encontrado al rubio evitándole entrar a su oficina hasta había llamado a seguridad por la cara de este, pero el peli negro cayó hechizado por el rubio, a pesar de haberlo sacado con la seguridad del edificio, su amigo no se dio por vencido, comenzó a llegar con rosas, una cada día que llegaba hasta que el rubio había aceptado salir con el a comer, desde ahí todo cambió, ambos se comprometieron al poco tiempo y se cazaron tan rápidamente como si sintieran que el mundo fuera acabar al día siguiente. Y envidiaba a Kuroo por ello, no le importaba nada más que su pareja, los dimes y diretes no fueron obstáculo para él. Solo Tsukishima era prioridad.

El quería eso, por eso cuando se dejo tocar por Akashi no sintió repulsión como generalmente le pasaba, para él, el tocar a personas era repulsivo y doloroso. Solo habían tres personas que podían romper esa regla. 

 

 

Kuroo miró cambiar el semblante de su amigo de diversión a pensativo.

 

- Que pasa Bokuto? Que te tiene pensativo de pronto?- preguntó mientas se sentaba frente al escritorio de vidrio del mencionado.

 

- Conocí a alguien interesante hoy.

 

Le contó lo que había pasado y como se había dejado tocar, el moreno lo escucho atentamente. 

 

- Entonces vas a ir tras él?- preguntó con interés.

 

- Si, lo voy hacer.- le respondió con seguridad.- Es demasiado interesante para dejarlo ir.- le sonrió con picardía. 

 

Kuroo le devolvió la sonrisa cómplice de su nueva trampa. Ambos eran hombres poderosos, que habían pensado en nunca caer en las garras del amor o algo parecido, pero cayeron y les gustaba también tener poder sobre ello. O eso pensaban.

 

 

 

Akashi había comenzado a trabajar esa misma semana, en dos ocasiones pensó haber visto al oji oro, pero cuando volvió a dar una segunda mirada a donde había pensado verlo pero no había nadie. Creí que se estaba volviéndose loco, hasta en sus sueños se había metido. Estaba realmente frustrado. Pero quería verlo, tenía ese sentimiento de anhelo, se estaba volviendo loco de verdad. Suspiro y volvió centrarse en su trabajo.

 

 

Bokuto había pasado en varias ocasiones de la semana para ver al peli negro en las sesiones, en cada una de ellas había querido estar junto a él, lo quería sentir, quería tocarlo, lo necesitaba. Akashi cambiaba cuando se encontraba tras él ojo de la cámara, las sonrisas, su manos, su cuerpo, cada uno lo invitaba a caer en sus redes. Y quería hacerlo pero le gustaba más atrapar. Era hora de acorralar a su presa. Camino fuera del estudio fotográfico con una gran sonrisa, las personas que lo miraban paraban de repente, el pasaba y ellos volvían la cabeza para seguir mirando. 

 

 

 

Los días pasaron en una sesión por la tarde él se presentó quedándose cerca de la puerta, su mirada centrada en cada movimiento que hacía era hipnotizante, su piel ardía por su mirada que quemaba en él. Una sonrisa se dibujó en su cara. Lo dejo sin aliento, el sabía lo que le hacía. Durante toda la sesión lo miró, lo controló.  Cuando termino camino hacia él, pero ya estaba caminando fuera del estudio. Lo siguió sin contestar a la persona que lo llamaba. Cuando salió corrió hasta llegar a él, pero desaparecieron de su línea de visión, suspiró frustrado, que le estaba haciendo, cuando iba dar vuelta para volver alguien desde atrás lo jalo metiéndolo a una cuarto para reuniones, asustado dio vuelta para dar pelea a quien fuera, pero se topó con el dueño de su tormento. Bokuto encerró al peli negro entre su cuerpo y la puerta aún manteniendo un poco de espacio entre ellos.

 

- Hola!! Te estaba esperando.- le susurró con diversión.

 

- No eres normal verdad? Porque me asustaste así?- preguntó serio, lo había asustado y odiaba eso. No le gustaba que lo sorprendieran de esa manera. Nunca.

 

- Siento eso, pero quería tenerte para mi y se que siempre estás rodeado de personas.- le respondió alzando sus hombros sin mostrar arrepentimiento alguno. 

 

- Que es lo que quieres de mi?- preguntó con frustración.

 

- Ya he contestado eso, te quiero a ti.- le respondió, su mirada cambiando, había deseo en ella.

 

Akashi dejo de respirar, su sinceridad lo desarmó, no tenía respuesta para eso.

 

- Te quiero a ti, Akaashi.- volvió a repetir.- en mi cama, en mi vida y cerca mío. 

 

- Porqué?- preguntó.- porqué yo, eres alguien que con solo chasquear sus dedos tendrías a un montón a tus pies.

 

- Porqué eres tú.- dijo simplemente.- Y eres el único que quiero. Acéptame.- le pidió.- Se mío, Akaashi. 

 

El peli negro lo miró, cada parte de su cuerpo le decía que aceptará, pero había algo que él oji oro no le estaba diciendo y quería saberlo.

 

- Si aceptó que pasará entonces?- volvió a realizar otra pregunta.

 

- Que cosa no pasará. No es más excitante descubrirlo.- le respondió con deseo en su voz.

 

- Aceptó.- respondió mientras su manos llegaban a la cara de su nueva pareja, rozó suavemente su dedos sobre la piel de este y lo acercó hasta que solo un respiro se interponía en su cometido, besarlo.

 

Cuando los labios rozaron los suyos, un estremecimiento paso por todo su cuerpo, aquí es donde pertenecía, el era suyo, le pertenecía y su cuerpo lo sabía. Lo beso con más avidez, quería más, quería tocarlo y que lo tocara. Quería su piel contra la suya, sentirlo entrar en él, una y otra vez hasta que su cuerpo no pudiera más, él oji oro, metió su lenguaje explorando y enredándose con la suya, sus piernas temblaban. Bokuto lo aprisionó con su cuerpo manteniéndolo en pie, no quería alejarse sentía como si fuera estado sediento todo este tiempo y fuera encontrado lo único que lo saciaría. Se apartó para mirar lo que podía hacerle Akaashi, su mejillas escarlata por la agitación, sus ojos llenos de deseo, pedían más. Volvió a besarlo, esta vez más lentamente, disfrutando de sus labios suaves, acarició su lengua lentamente, torturando, sus manos en la cadera del más bajo. Cuando se detuvo su respiración era agitada igual al peli negro. Se miraban deseando más.

 

-  Tengo que volver, me deben de estar buscando.- le dijo.

 

- Lo se.- suspiro con pérdida.- realmente no quiero dejarte ir. - le respondió mientras daba un paso lejos.

 

Akaashi Se adelanto y lo beso brevemente, para luego salir. Bokuto lo dejó ir sabiendo que ahora era suyo.  El resto de la tarde ambos pensaron en los besos compartidos. Necesitaban verse. 

Quería que estuviera con él, pensó el búho. Entendía un poco ahora a Kuroo cuando decía que quería estar con Tsukishima más tiempo. Algo posesivo se instaló en su corazón, no quería que nadie tocara lo es suyo, solo él, siempre él. Le envío un mensaje al peli negro.

 

" Paso por ti cuando termines de trabajar, espérame"

Bokuto

 

Cuando Akaashi leyó el mensaje, se preguntó cómo había conseguido su número, pero número uno Bokuto era su jefe y obviamente tenía el poder y el conocimiento para conseguirlo. Así que solo le respondió.

 

"Está bien" 

Akaashi 

 

 

Una semana después entre citas y salidas, Bokuto decidió en hacerle un regalo Akaashi, pero con un significado muy profundo, compro un anillo de oro blanco con hilos dorados entrelazados con un diamante blanco. Y organizó una cena en su casa. 

 

Cuando Akaashi entró al penhouse de Bokuto miró cada parte del hogar del más alto con mucho interés, estaba conociendo el lugar privado de esté y en cierta forma le gustaba que le diera esa oportunidad de hacerlo. Bokuto lo miraba quería entregarle la sorpresa antes de cenar, quería saber pronto su respuesta.  

 

-Akaashi.- lo llamó.- siéntate un momento, quiero darte algo.

 

El más bajo se acercó al más alto y cuando iba sentarse, el búho se arrodilló haciendo que el peli negro se congelará.

 

- Se que es una locura, que es muy pronto y toda esa mierda, pero quiero que todo mundo sepa que eres mío.- respiró profundo.- Quiero que seas mío, pero te quiero para siempre conmigo, aunque ese para siempre dure menos que un parpadeo, aún así te quiero.- le dijo mientras de su bolsillo sacaba una cajita en terciopelo y la abría.- aceptas?- preguntó.

 

Akaashi no sabía que decir, era pronto si, pero el quería lo mismo con el oji oro, quería ese breve para siempre.

 

-Aceptó.- mientras sonreía por primera vez.

 

Bokuto jadeo al verlo sonreír, si antes era hermoso, ahora era un ángel caído del cielo. Y era suyo, se levantó y tomó el anillo colocándolo en el dedo anular del peli negro, para luego besarlo hasta no poder respirar. Quería esto y más. Esperaba que su para siempre fuera tremendamente largo.

Notas finales:

Gracias por leer... <3


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