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Hijos de la sangre por Shiochang

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Hijos de la sangre.
Prólogo: la pesadilla del sobreviviente.


Todos los clanes de Banice estaban reunidos con sus príncipes regentes en el campamento de Hondonada Perdida, era lógico que se reunieran allí dado que nadie que no perteneciera por sangre a alguno de los clanes del reino día estuviera emparentado con ellos podía acceder a éste lugar, cuya magia rechazaba a quien no tuviera sangre real, planeando el ataque definitivo al Castillo de Maxwell, cuyo clan era su enemigo desde tiempos inmemoriales, donde tenían sitiados hacía muchos días a los clanes de Meridian. Su líder principal dejó a Wing Zero sobre la mesa y revisó el mapa siguiendo con un dedo la ruta trazada desde su hogar hasta lugar donde estaban.
- ¿Qué piensas, hermano?- Le dijo el más joven de los Yuy, mirando con sus fríos ojos cobalto el mapa que su hermano miraba sobre la mesa.
- En que me da mala espina que ellos, luego de haberse adentrado tanto en nuestro reino, hayan retrocedido hasta llegar a su propia capital, Heero, como esperando que nosotros les ataquemos.
- A mí me parece que tienes razón, Sakano – dijo su otro hermano mirando también el mapa - creo que aquí hay una emboscada, sino ¿para qué retroceder a su propia capital si ellos son muchos más que nosotros, tantos que casi son el triple de nosotros?
- Porque nosotros tenemos tres espadas del poder - acotó un joven de cabello negro y ojos rasgados - y podemos usarlas en su contra si quisiéramos, son tan cobardes y débiles.
- No podemos confiarnos en eso, Wufei, sería muy fácil que nos derrotaran luego.
- ¿Por qué no, Berduki?
- Creo - dijo un joven de largo cabello rubio casi tan alto como el moreno - que los príncipes tienen justa razón en desconfiar de ellos. Es posible que tengan preparada una emboscada.
- Yo apoyo a Zech - dijo joven más bajo también rubio pero de aspecto más delicado - lo más probable es que ellos se hayan fortificado y nos estén esperando armados hasta los dientes y con una trampa de por medio.
- Si es como dice Quatre, lo único que nos queda es estar alerta, nosotros ya no podemos retroceder de regreso nuestro propio reino, sería darles la victoria sin haber peleado - dijo el mayor de los príncipes.
- Entonces será mejor que avancemos, no podemos dejar que amanezca, dicen los rumores que ellos usan magia negra para convertirse en humanos durante el día y durante la noche son como nosotros, si dejamos que amanezca quedaremos debilitados y podrán terminar con nosotros.
- Si es cierto lo que dices, debemos apurarnos en llegar a la cumbre y atacar el Castillo lo antes posible, no podemos involucrar a los humanos en este problema. No debemos rebajarnos al nivel de los Merídian.
Los seis líderes salieron rápidamente de la tienda y fueron a reunir sus tropas que se encontraban acantonadas en las afueras del valle mágico al que no podían entrar y comenzaron a avanzar hacía el sur, rumbo al reino de Meridian, atravesando montañas y valles hasta llegar a la ribera del lago Victoria, donde un oscuro y tenebroso bosque hacía las veces de primera defensa.
Heero comprendía que sus hermanos mayores y sus lugartenientes parecían tener razón, antes de llegar al lago que se encontraba bajo la alta montaña del Castillo, había un bosque de enormes y tenebrosos árboles que ocultaban el paso de la luz de la luna llena, por lo que sería muy fácil tender una emboscada de aquí, pero al parecer, habían decidido ocultarse tras las paredes del Castillo ya que estas eran más fáciles de defender en grupo, dado que los árboles que se encontraban medianamente distanciados unos de otros.
Seis grupos de guerreros se dividieron el ataque, el menor de los hermanos iba al mando en la tropa más fuerte de su ejército, 120 guerreros seleccionados especialmente por él de la infantería, ellos eran hijos de la gente más leal al reino, los cuales preferirían perder la vida y los dientes (símbolo de la destrucción de un enemigo los cuales muestran en señal de desafío) antes de traicionar a su líder y eso Heero lo sabía de más. Ellos tenían la misión de tomarse el sector del Castillo que se encontraba mirando hacia el acantilado, por lo cual era mucho más peligroso de asaltar, pero ellos no le daban mayor importancia, era simplemente una misión más a cumplir en nombre de sus regentes.
Subían escalando peligrosamente las casi lisas paredes del acantilado, no podían volar ya que esto llamaría la atención de los guerreros que estuvieran custodiando ese sector del Castillo y lo que menos querían era provocar una batalla antes de que se iniciara la batalla por el frente que dirigían sus otros hermanos. Al llegar a la cumbre, traspusieron el muro y se vieron rodeados de miles de soldados, por cada uno de los suyos había alrededor de 100 enemigos al frente. Miró a su gente y se volvió al enemigo mostrando los dientes y levantando su espada desenvainada en alto, una digna imitación de la del rey, con algunos poderes de la misma, pero sin su fuerza y energía mágica. Se inició la batalla con un fuerte grito por parte de ambos bandos y a los pocos minutos se había generalizado en torno a todo el Castillo.
Heero luchaba codo a codo con sus hombres, frente a él había muchos soldados enemigos dispuestos a matarlo a la mínima de cambio, sin embargo, que él no se dejaba, no iba a permitir que no mataran, preferiría morir peleando.
Pero entonces que le vio, era una criatura hermosa, con una larga trenza castaña que le llegaba casi hasta la rodilla, y unos bellos ojos color violeta que lo hicieron perder el sentido de lo que ocurría a su alrededor, como si nada más hubiera que ellos dos mirándose a los ojos casi sin pestañear, no importó que pudiera tratarse de un enemigo, simplemente su corazón se detuvo por unos segundos y luego comenzó a latir con mayor fuerza, sentía que la sangre se le agolpaba en la cabeza y no lo dejaba pensar, el mundo pareció detenerse y evaporase a su alrededor. Fue por ello que no se dio cuenta que un hombre mayor, espada en mano, se le acerco por espalda, le arrebató su arma, lo golpeó y luego lo lanzó por el acantilado.
Un fuerte y atronador grito se escuchó en el eco que retumbaba hacia el Castillo, el joven príncipe ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, no pudo intentar siquiera volar, se sentía rodeado con un fuego terrible que le quemaba las entrañas y sentía que caía sobre un lago de lava hirviendo, tenían la garganta reseca, la voz no le salía, y sentía que algo le sujetaba las manos y no podía liberarse.

- Príncipe, reaccione, es el último de los suyos, no puede morir así, así que debe despertar - le decía una voz que él conocía de más - por favor, no se rinda, es importante para nosotros que regrese a tomar su lugar como le corresponde a un príncipe Yuy.
Lentamente abrió los ojos y descubrió que estaba en su propia habitación, en su propia cama, cubierto por una delgada sábana y en su Castillo, y quien lo estaba cuidando no era ni más ni menos que el compañero y amigo de su hermano mayor, Traize, primo de Zech, un joven poco mayor que él de cabello castaño y ojos avellanados que siempre se preocupaba por él y lo consideraba como su hermanito.
- ¿Qué diablos fue lo que pasó? - Le dijo al abrir los ojos por completo y sentir su cuerpo totalmente adolorido, lo que se le hizo extraño siendo quien era.
- Fue tal como Berduki había pensado - se lamentó - nos estaban esperando en el Castillo para destruirnos, eran demasiados con ud. mismo pudo darse cuenta en el sector donde Ud. peleaba, así que nos vimos en la obligación de retroceder para salvar nuestras vidas, pero nuestros tres príncipes regentes quedaron atrapados en medio de las tropas enemigas, dos de ellos fueron muertos en la batalla y perdimos a Wing Zero, pero conseguimos salvarle con vida y obtener una posibilidad que recuperar lo que hemos perdido.
- ¿Dices que mis hermanos están muertos? - Dijo horrorizado.
- Lamentablemente, si - dijo bajando la mirada tratando de ocultar sus lágrimas y su dolor - lo único que conseguimos recuperar fue su cabeza, esos malditos lo despedazaron entero y se comieron su corazón - se puso de pie apretando los puños - si hubiera podido hacer algo para evitar que el muriera, lo habría hecho, sin embargo, Zech y Wufei no me permitieron llegar hasta el, dijeron que ya nada podía hacerse y que a él no le gustaría que yo muriera y que ahora mi deber era cuidarlo a usted - miró hacia el suelo - al menos no le quitaron los dientes.
- Ni siquiera pude evitar que atacarán a mi gente, me quede viendo una aparición muy bella frente a mi, estoy seguro que aquella criatura que vi durante el combate no era más que una mera distracción para mis ojos, seguramente era una ilusión creada mágicamente para destruirme, lo peor de todo es que creo que me enamoré y que ya conocen mi punto débil.
- No se preocupe por eso - trató de calmarlo - es posible que ni siquiera se hayan dado cuenta de lo que lo que usted vio en ese momento, de seguro estaban más preocupados de la batalla que de aquel ser que le gustó tanto.
- ¿Y todos los demás? - Dijo mirando el techo.
- La mitad de las tropas de nuestro reino pereció en el combate, pero sólo sus dos hermanos mayores murieron de los jefes al mando. Lo malo es que las tres espadas que conforman a Zero cayeron en poder del enemigo y ahora ellos tienen la balanza su favor.
- Es una desgracia, tienes razón, pero dudo que sepan que el poder de Zero no está completo si no se unen las tres espadas en una. Al menos con esto ganamos un poco de tiempo para tratar de recuperarlas antes de la siguiente luna llena.
- Avisaré a todos que al fin ha despertado - dijo acercándose a la puerta - todo el mundo estaba preocupado por usted, ha estado inconsciente por más de una semana, la fiebre no parecía ceder y eso es peligroso para seres como nosotros.
- Bien, avisa que habrá reunión en el salón principal, no nos quedaremos de brazos cruzados a esperar que ellos descubran la manera de controlar y unir nuestras espadas en su beneficio.
- Será como mande - hizo inclinación con la cabeza y se retiró.
Heero se sentó la cama enfadado y miró por la ventana la oscura noche mientras planeaba su venganza, no podía permitir que la muerte de sus hermanos se quedará allí más cuando ellos no habían respetado siquiera sus cuerpos según le decía su cuñado. Se levantó y miró hacia afuera, jurándose nunca más dejarse engañar por las visiones mágicas que esos desgraciados eran capaces de proyectar desde el fondo de su corazón y su mente.
- Vuelve tu corazón de piedra, cúbrelo de la coraza más dura, ocúltalo del calor de los sentimientos y no permitas que nadie vuelva a verlo.

Continuara...

Espero que les guste esta historia, es de unos personajes siniestros que habitan la noche, les dejó a su gusto que tipo de criaturas son, después de todo no creo que sea necesario especificarlo.
La historia se encuentra ambientada en la baja edad media, alrededor del siglo décimo o undécimo, ambos reinos encuentran en la península de los Balcanes avanzando hacia Turquia, se supone que en este lugar existió la legendaria ciudad de Meridian alrededor del siglo quinto a.C., sin embargo ésta desapareció sin dejar rastro y son pocos los científicos que la han buscado.
No les digo nada más, sólo que la disfruten, es la segunda historia con personajes fantásticos que hago basada en Gundam Wing.
Saludos de su amiga.
Shio Chang.

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