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Cálido Regalo por Tsuki no Megami

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Notas del fanfic:

Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su creador Tadatoshi Fujimaki.


Caminando por las calles cubiertas de nieve debido a la estación climática, un joven peliceleste se detiene a mirar como las familias pasan con sus bolsas y cajas de regalos haciendo notar que la navidad está cerca para todos quizá la época más feliz del año pero para él que vivía solo y debido a su falta de presencia no tenía amigos o conocidos para dar y recibir obsequios. Eso era lo que pensaba sin embargo en la avenida contraria dentro de una cafetería alguien lo observaba detenidamente.


— ¿ Que estás mirando Taiga? Girando el rostro hacia la misma dirección que su compañero tratando de ubicar lo que tiene tan entretenido al otro.


— Un tierno, solitario e inocente conejo, eso es lo que estoy viendo Akashi. Indicando sutilmente el lugar exacto donde se encontraba su próxima presa.


— Tetsuya, su nombre es Kuroko Tetsuya, en palabras de Reo dice que es muy lindo aunque no sea muy expresivo te provoca comerlo. Sorbiendo su expresso de moka, sonriendo al ver lo embobado que estaba su amigo.


Ambos jóvenes pelirrojos uno más claro que el otro al igual que sus ojos, para Akashi Seijuro lo cotidiano era que le preguntarán si son hermanos, naturalmente la respuesta era negativa, ambos son empresarios sus familias han hecho negocios más de una vez derivado de ello su cercanía. Además del color intenso en su cabello e iris, lo que los diferenciaba más era la estatura, en Kagami Taiga su metro ochenta y su cuerpo torneado además de su piel bronceada le daban el encanto para que muchas jovencitas le hecharan el ojo.


— Sabes nunca pensé que te inclinaras por hacia ese lado, siempre creí que te gustaban las rubias.


— Soy ambivalente, salí con muchas mujeres de diferentes ocupaciones pero nada serio, viendo a ese joven me produce una sensación de ... cómo explicarlo bien es algo parecido al instinto de cacería.


— Te entiendo Taiga, experimente lo mismo cuando conocí a Mibuichi Reo y justamente por esa razón te diré que ese conejito trabaja para Reo como su asistente aunque él lo quería hacer un modelo.


— Reo tiene buen ojo para ese tipo de cosas no por nada es un excelente diseñador, sabes la razón por la cual se negó.


— No quiere sobresalir, al parecer vino aquí huyendo de algo o de alguien por ello se enfoca en ocultar su presencia.


Notando que su presa ya no estaba una idea cruzó por su mente. — Avísale a Mibuichi que lo estaré visitando muy seguido, ahora quiero conocerlo mejor y para ello debo seguirle los pasos sin que parezca un acosador.

— Le avisaré está noche. Terminando ambos su café y panecillos se despidieron como buenos amigos. — Mucho éxito en tu cacería.


— Gracias Akashi por todo. Pagaron la cuenta y salieron cada uno rumbo a su hogar.


En otro lado de la ciudad, el tierno conejo se encontraba dentro de su modesta vivienda, cenando como era su costumbre una malteada de vainilla, mientras ingeria su bebida pensaba en lo que hubiese sido su vida si tan sólo ese sujeto no existiera, los ladridos de su mascota lo sacaron de sus ensoñaciones acariciando su cabecita recibiendo unos lengüetazos como agradecimiento, termino su malteada y su fue a dormir con el perrito en brazos.


Al amanecer la rutina dió comienzo con el aseo y arreglo personal, la preparación del desayuno para después ir a desempeñar sus labores cotidianas, ese día en la casa de modas hubo un gran revuelo por la visita del empresario Kagami quien esperaba que fuese atendido por el jefe de diseñadores.


— Buenos días Kagami-san, Mibuichi-san lo espera en su oficina pase por aquí. Apareció de la nada saludando a su invitado e indicandole el camino.


Recuperandose del susto observando más de cerca al joven peliceleste, sus ojitos azules como el claro cielo y una piel blanquecina le invitaba a ser marcada por todas partes, trago saliva para contener el impulso de saborear ahí mismo al pobre conejo. — Muchas gracias joven. Fue todo lo que dijo antes de ir con él.


— Sei-chan me dijo lo que quieres y al ver tu rostro noto que es verdad, antes que hagas algo te diré que si solo buscas diversión mejor alejate porque ni Seiji te ayudará a escapar de mí. El aura oscura que se forma alrededor por un instante logró intimidar al pelirrojo.


— Mibuichi puedo saber el porqué de esa amenaza, Akashi solo me dijo que no quiere sobresalir y ya. Recuperando la compostura tomo asiento enfrente del escritorio, esperando le contasen la historia detrás del joven asistente.


— En resumen durante su estancia en Australia vivía con sus padres y trabajaba como modelo gracias a eso encontró una pareja que creyó sería buena con el, lo cuidaría y respetaría pero fue todo lo contrario, ese sujeto lo usó como carne de placer para sus amigos, pidiendo la ayuda de sus padres ellos le abandonaron diciendo que no querían nada de alguien tan sucio y deplorable, lo encontré en un callejón cerca del basurero abrazado a un cachorro que fue abonado en ese lugar, al verlo lo reconocí me contó su historia y lo traje conmigo, yo quería hacerle recuperar su fama pero él se negó dijo que no queria pasar lo mismo así que ahora se oculta en las sombras.


— Sabes el nombre del enfermo ese. Si era cierto el cambiaba de pareja muy seguido pero nunca dormía con ellas, simplemente las buscaba por compañía y para charlar un rato. — Se que piensas que soy igual a él y te diré que no es así, de todas las parejas que tuve ninguna de ellas durmió conmigo, fue pura compañía y nada más.


— Sei-chan me lo contó, solo se que el nombre de ese tipo es Aomine Daiki, un expolicía con entrenamiento de militar, ve con cuidado Kuro-chan a sufrido mucho, no aumentes ese dolor por un capricho.


Con la advertencia y la promesa de no lastimar al ojiceleste, se retiró de la oficina poniendo en marcha su plan de conquista, durante varios días visitó el lugar iniciando una conversación con el joven Kuroko, un par de semanas después se animó a invitarle a cenar disfrutando de su compañía, el cine, parques de diversiones, exhibiciónes en museos o caminatas por las arboledas cercanas eran algunas de las actividades que realizaban en su tiempo libre. Meses después su amistad dió un giro inesperado cuando Kagami llegó a su lugar de trabajo con un enorme ramo de flores y un collar muy brillante para su querido Nigou, Akashi fue quien lo sugiero diciendo " Si quieres salir con la mamá debes ganarte al hijo primero" por esa razón llevaba el obsequio para el canino, tocó la puerta siendo recibido por su conejito.


— Buenos días Kagami-san, ahora trabajas de mensajero. Viendo las flores y la caja de regalo, se hizo a un lado dejando libre acceso a la oficina.


Cerrando la puerta después de ingresar, acortó la distancia entre ellos coloco el ramo sobre las manos del asistente susurrándole al oído algo que lo hizo sonrojar. — Está cajita es un regalo para esa mounstrocidad que tienes en casa. Recordando las veces que le visito en su hogar siendo mordido por su cachorrito.


— Nigou no es eso, el es mejor que muchas personas a las cuales tuve la desgracia de conocer. Dándole la espalda iba a su escritorio cuando unos fuertes brazos le sujetaron.


— Cuando nos conocimos me contaste que hubo alguien que te lastimó, te dije que esperaría paciente para saber la historia completa. Girando le el cuerpo obligándolo a verle, tomo sus labios prisioneros con los suyos, la falta de aire los obligó a separarse.

— Te lo diré durante la cena, solo espero que no cambie tu trato hacia mí.


— No lo haría, desde ahora te digo que acepto todo de tí, nadie es perfecto para juzgar a los demás, por otro lado quiero algo de tí antes de irme. Robándole un beso más profundo e intenso que el anterior, logro tumbarlo sobre el escritorio consiguiendo acariciar su abdomen, el calor que emanaban los cuerpos inundó la habitación hasta que fueron interrumpidos.


— Kuro-chan acompáñame con un ... cliente. Entrando de imprevisto, termino la frase antes de cerrar la puerta, dándoles algo de tiempo para arreglar sus ropas. — Las horas de trabajo no son para arreglar asuntos personales, así que shu Shu, fuera de aquí. Corriendo al pelirrojo del lugar, abrazando a su amigo. — Mi pobre e inocente conejito estuvo a punto de ser comido por un feroz tigre.


Regresando para establecer la hora de pasar por él e ir a cenar, escuchó el comentario respondiendole con una sonrisa en el rostro. — Reo a ti te come un león y yo no digo nada, vendré por Kuroko a las ocho, no le dejes mucho trabajo. Dejándoles solos, se fue a su junta de negocios y de ahí a su comida con Akashi contándole lo sucedido ese día, con un par de burlas recibió un consejo para mejorar su relación.


Afuera del emporio Mibuichi, un hombre de tez morena, ojos azules oscuros como noche y un caballo a tono de las iris, esperaba que saliese la persona que estuvo buscando por algunos años y ahora gracias a una revista supo donde encontrarla. — Mi querido Tetsu tan rápido me olvidaste, este hombre que ahora tienes te hace gritar como yo. Tirando a la basura la revista de sociales en cuya portada aparece Kagami Taiga tomando la mano de quien aseguran es su pareja.


Nadie sospechaba nada, un joven alto y pelirrojo entro al lugar buscando a su pareja mientras otro más bajito esperaba a la suya recargado en el auto. — Deberías ser como Kaga-chan, él fue por Kuro-chan hasta la oficina. Recibiendo un fuerte abrazo acompañado de un profundo beso.


— El tiene que hacer méritos, yo ya pasé por eso hace mucho tiempo. Abrazados como estaban, vieron a la recién formada pareja bajar por la escalinata hasta llegar con ellos, de pronto la voz muy conocido por uno de los presentes los alertó.


— Hola Tetsu, cuanto tiempo sin vernos. La sonrisa que esbozo hizo estremecer al susodicho, aferrándose más al brazo de su novio. — Porque te asustas, no pienso hacerte daño.


— No se quien eres tampoco me importa pero deja de molestar a mi pareja. Colocándose enfrente de el tapándole la vista a su niño.

— Tu debes Aomine Daiki, Kuro-chan me contó sobre ti y lo que le hiciste, será mejor que te vayas de aquí, no lo vuelvas a buscar.


— O que, una mariposa como tú me va a lastimar, no me hagas reír. Sacando su revolver apuntando a la cabeza del diseñador.


— Eres escoria, te crees muy hombre por tener un arma pero que eres sin ella.


— Si lo prefieres los acabaré uno por uno, quizá no lo sepan pero yo tengo entrenamiento para luchar cuerpo a cuerpo. Abalanzandose directamente a él, se repartieron golpes por doquier, los que aún estaban trabajando llamaron a la policía en cuanto vieron el arma, los que estaban con Kagami veían entre asustados y fascinados por lo bien que el pelirrojo se defendía atacando a su rival, a punto de ser vencido el moreno saco de su bolsillo una navaja enterrando la en el pecho al bronceado de ojos rojos, sin embargo lo que sucedió después fue algo insólito, Kuroko tomo el arma del suelo vaciando el cartucho sobre su expareja, en ese momento los oficiales llegaron arrestando al ojiceleste mientras los otros dos esperaban a la ambulancia.


Por fortuna la herida no fue profunda ni grave, necesito algunos puntadas y reposo por un mes, en cambio a Kuroko lo encerraron por días, el abogado de Akashi le ayudo aún así tuvo que sentarse frente a extraños mientras contaba los sucesos que lo llevaron a tomar el arma y disparar, durante su asistencia al juzgado estuvo acompañado por sus únicos amigos, Mibuichi Reo, Akashi Seijuro además de su medio repuesto amante Kagami Taiga, con tanto ajetreo el tiempo pasó rápido en un par de semanas más seria navidad, está ocasión era diferente pues ahora ya contaban con alguien para compartir las alegrías de esa fecha.


— Tuvimos un año muy difícil ¿ Verdad? Bebiendo licor frente a la chimenea de su nuevo hogar sentado en el sillón, con la cabecita de su pareja sobre el hombro.


— Sí lo fué, pero gracias a todo aquello ahora estoy aquí contigo. Acomodándose mejor en el sofá.


— Es cierto y ahora que recuerdo, me debes unos besos por los días que estuvimos separados gracias a ese sujeto. Tomandole del mentón iniciando un casto beso que poco a poco se fue tornando más intenso, recorrió con sus manos el contorno del cuerpo que tenía debajo, espero paciente y ahora por fin podía degustar el sabor del conejito.


Lo tomo con suavidad dejándole sobre la alfombra donde comenzó a desnudarlo probando cada parte de piel expuesta, recorrió con su boca desde el cuello a la clavícula entreteniendo se con sus pezones deleitándose con los gemidos que el ojiceleste soltaba, descendió del pecho al abdomen entre besos bajando a su entrepierna provocándole tanto placer como le era posible, durante la noche y hasta el amanecer ambos disfrutaron de nuevas sensaciones mientras aprendían los puntos erógenos de su pareja, no solo por una noche apartir de ahí y adelante disfrutarían de su compañía como amantes.

Notas finales:

Feliz año nuevo atrasado pero igual les deseo mucho éxito en todo lo que hagan ????????


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