Un bosque oscuro
Odette se miró en el reflejo del lago, el último recuerdo de sus recién fallecidos padres. Tenía los ojos rojos por llorar, estaba al límite cansancio, así que se recostó sobre el césped cayendo en un profundo sueño. Rothbar intentó tomar su vida una vez más, pero una vez más había fallado. El primer rayo de sol cruzo las montañas, Odette quedo envuelto por una luz blanca y al disiparse un delicado cisne ocupaba el lugar. Las puntas de las plumas tenían un matiz dorado, tal vez se debía al cabello rubio de Odette en su forma humana.
Odette perdió todo en una sola noche, sus padres, el reino y una parte de su humanidad. El hechicero Rothbar ataco el reino hiriendo letalmente a los reyes y padres de Odette, cuando intento asesinar al joven príncipe haciendo uso de todo su poder, quedo noqueado por una poderosa magia que protegía al joven señor, con sus últimas fuerzas los reyes tomaron a su hijo inconsciente y huyeron, caminaron sin descanso hasta que no pudieron más y cayeron sin vida en medio de un claro en el bosque, cuando Odette por fin despertó se dio cuenta de tres cosas: sus padres no estaban por ningún lado, frente él había un hermoso lago que antes no había en esa zona del bosque y finalmente se dio cuenta de sí mismo, tenía un peso más ligero, ya no tenía manos ni piernas, todo fue remplazado por un abrigo de plumas blancas, un par de alas y una patas palmeadas, la furia de Rothbar no lo puedo asesinar, pero lo había maldecido. Cada amanecer era aprisionado en el cuerpo de un cisne y al caer el sol la noche lo devolvía a su forma humana. Rothbar intento en varias ocasiones terminar su trabajo, pero en cada ocasión quedaba exhausto y fuera de combate, hasta que por fin entendió que no sería capaz de tomar la vida del joven príncipe, se retiró a la sombra del castillo que tomo para él, tenía que asesinar el joven, mientras el continuara vivo como el legítimo príncipe el reino y el poder mágico de este jamás seria suyo. Paso un año sin que el malvado hechicero intentara asesinarlo, Odette tenía fe en que por fin podría descansar en paz, pero Rothbar había encontrado lo que buscaba, una forma de acabar con la vida del cisne.
Lejos del bosque, en el castillo del norte se hacían los preparativos para el vigésimo primer cumpleaños del príncipe. El rey había muerto por enfermedad, por lo que la Reyna quedo a cargo de todo, esperando ese día que su hijo fuera capaz de tomar el lugar en el trono, pero antes debía contraer matrimonio con alguna princesa y fortalecer al reino. El príncipe detestaba la idea, pero debía obedecer el llamado del deber y madurar por su gente y su pueblo.
Rothbar, convertido en un gigantesco búho, observo por desde la copa de un árbol, al rebelde príncipe, para el hechicero no era más que un joven malcriado. Lo que parecía una larga sonrisa se alargó por el pico Rothbar, pues era lo que necesitaba, un joven desobediente. Seguía al príncipe con unos grandes ojos negros vacíos. El joven disparo una flecha con una ballesta derribando aun halcón en pleno vuelo. El búho abrió las alas y voló en dirección al sur, encontró lo que buscaba ahora solo tenía que planear lo demás y obtendría lo que tanto deseaba.