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[YoonMin] Cazando un ángel por Bloody Pain

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Notas del fanfic:

Hola! Mi primer Yoonmin, espero que les guste y lo disfruten.

Saludos!

 

Pd: Perfil de Wattpad: https://www.wattpad.com/user/kim_dehra

Blog de Super Junior Fanfics: https://minkiescritora.blogspot.com.co

PROHIBIDO PUBLICAR EN CUALQUIER LUGAR DIFERENTE A ESTOS TRES

 

Notas del capitulo:

Ojalá les gusteeeeeeeeeeeeeeeeee

Los demonios llevaban mucho tiempo planeando aquel maravilloso suceso: atacarían el Cielo y se robarían los ángeles que pudieran. Habían tardado largos siglos, pero los pecados de la humanidad eran cada día más viles y, eso, llenaba a los demonios de poder.


En cuanto llegó el momento indicado, miles y miles de demonios subieron al Cielo. El Infierno quedó vacío, ni siquiera Lucifer se quiso quedar allí; que Dios se hiciera cargo de todo. Llegaron al Paraíso todos juntos, a ese lugar lleno de luz que los quemaba pero, a la vez, los llamaba. Los ángeles más jóvenes estaban aterrados, fueron tomados por sorpresa, pero los más experimentados como Sammael o Miguel, supieron luchar impecablemente.


Los demonios más grandes les hacían frente, mientras los más jóvenes y audaces iban arrancándole al cielo uno a uno sus ángeles más débiles. Los seres alados cayeron en picada directo al infierno; algunos lograban zafarse, otros se ocultaron en diferentes dimensiones pero, a final de cuentas, una buena parte logró pasar las puertas del inframundo.


Cuando llegaron, los demonios notaron que al no haber centinelas en su casa, miles de almas habían escapado de sus prisiones y habían huido a algún lugar. Pero sin darle la mayor importancia, esa misma noche todos cenaron a los pobres ángeles en un gigantesco banquete. Algunos fueron torturados o los volvieron viles esclavos. Otros ángeles terminaron por corromperse lentamente, convirtiéndose en un demonio más.


Ante esto, Dios volvió toda su ira contra los hijos de Satán, obligándolos por el resto de la eternidad a cazar todas las almas que se les habían escapado. También los condenó a sufrir eternos dolores y les prohibió, por el resto de la eternidad, la posibilidad del perdón de sus pecados y redimirse en el Paraíso.


A ningún demonio le importó, claro.


—Hijo —dijo Lucifer.


Estaban en la montaña más alta del Infierno, ambos observando el caos que causaban en cada mundo. Bali, príncipe de aquel lugar, lo miró con una socarrona sonrisa. Su padre sólo usaba ese tono cuando tenía magníficos planes para llevar a cabo. Habían pasado quinientos años desde el ataque al Paraíso.


—¿Sí, padre? —preguntó.


—En nuestro último... complot —explicó, soltando una burlona risa que Bali le siguió—... Algunos ángeles se nos han escapado. Tres de ellos aún están... perdidos. —La sonrisa en los labios de Bali se fue borrando lentamente.


—¿Y qué tiene que ver eso conmigo, padre?


—Irás tú con tus dos hermanos a cazar a esos tontos ángeles. Mis centinelas me dicen que nacieron en el mundo humano. ¡Tráelos! Tráelos, es una orden.


—Pero, padre-


—¡Es una orden, maldito idiota! —bramó Lucifer. Bali se encogió, su padre era el rey de los demonios porque resultaba terriblemente aterrador.


Sin decir más palabras, Bali y sus dos hermanos se encaminaron al mundo humano. Ese era un sitio algo divertido, pues los hombres resultaban tener una debilidad por la maldad. No entendía cómo Dios seguía amándolos y cuidándolos, cuando los propios humanos decidían caer ante cualquier clase de pecados.


Así, viajando con las órdenes de los centinelas, los tres demonios llegaron a un país llamado Corea del Sur. Al parecer, los ángeles eran tan ingenuos y estúpidos que se ocultaron reencarnando como humanos, renaciendo los tres juntos muy cerca para no perderse entre sí.


Bali tomó la apariencia e identidad de un chico de diecisiete años llamado Min Yoongi. Sus hermanos tomaron la identidad de Kim Taehyung y Kim Namjoon, coreanos de catorce y dieciséis años. Juntos, encontrarían a esos pequeños angelitos y los llevarían con su padre.


—Pero será aburrido —dijo Taehyung. La noche era lluviosa, así que sin acostumbrarse todavía al frío, se abrazó a sí mismo. Namjoon enarcó una ceja.


—¿Y qué quieres, imbécil? —escupió Yoongi. Taehyung sacudió sus hombros.


—El complot fue bastante divertido, así que sugiero que apostemos algo para ponerle... sabor —sugirió el más joven de los tres demonios.


—¿Y qué es eso, hermanito? —preguntó Namjoon.


Los tres estaban en un callejón oscuro y completamente desnudos. Primero, debían matar a tres chicos de su tamaño para robarles sus ropas. Taehyung suspiró.


—Hagamos que los angelitos confíen en nosotros —sugirió. Yoongi miró hacia el cielo, como imaginándose la escena, y sonrió.


—Sí, suena bien —se burló Namjoon—. Sería como doble puñalada para los del Cielo.


—De igual forma, mocosos —interrumpió Yoongi. Sacó su cola de demonio, que era roja y con la punta afilada, cortando a sus hermanos en el abdomen superficialmente—, si los ángeles no han rescatado a estos tres, quiere decir que están bien escondidos. Primero los encontramos, luego vemos qué tan buena idea es esa que tú dices.


—Sí, sí, como digas —escupió Taehyung. Sus heridas se cerraron, al igual que las de Namjoon—. Apuesto esta bonita cara a que encuentro el mío primero.


Dicho eso, desapareció de allí. Yoongi miró a su hermano, transmitiéndole el reto con la mirada: él sería el primero. Namjoon entendió la idea y sonrió.


Esto iba a ser muy, muy divertido. Ya lo podían saborear con sus demoniacas bocas.

Notas finales:

¿Qué tal?


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