El día era caluroso, acompañado de una suave brisa, los colegios estaban comenzando su primera semana de clases, se encontraban antiguas amistades, se generaban nuevas, los profesores estaban llenos de problemas de alumnos que se querían cambiar de sala y también tenían que asegurarse de que todos fuera a un taller por todo el semestre, el cual podía ser uno nuevo o uno antiguo.
Luhan dejo que sus ojos viajarán por el cuerpo de Sehun, ese cabello moviéndose por el viento, sus ojos concentrados, su nariz con una pequeña gota de sudor, sus labios fruncidos, su camiseta pegada a su cuerpo por su sudor, el entrenamiento del equipo de basquetbol había comenzado pronto ese año. Sintió un pequeño golpe en su hombre, que lo saco de su ensoñación y casi lo vota de la banca en la que estaba, se giró para mirar a su mejor amigo, Minseok.
-¿Que pasa Min?
-No me estás poniendo atención. Te pregunté a qué taller piensas entrar este año, ¿Volverás a fotografía como hace dos años para tomarle fotos a Sehun o al periódico escolar para hacer notas deportivas y hablar con Sehun?
-Creo que no entraré a ninguno de esos estos años, es mejor que deje de lado mi enamoramiento y me centre en hacer cosas más necesarias para mí. –Dijo Luhan con pesar.
-Esos talleres si eran buenos para ti, Luhan, aprendiste buenas cosas allí e hiciste más amigos, no es malo. -Luhan sabe que Minseok se refiere a que gracias a esos amigos, el mayor conoció a su actual novio.
-Pero quiero aprender algo más importante para mí este año.
-¿Que estupidez harás ahora Luhan?
-No es ninguna estupidez. Entraré al taller de cocina y pastelería, necesito aprender a cocinar, mis padres me dijeron que se van a ir juntos por trabajo a China por varios meses, y ya me dijeron que no puedo vivir a partir de comida para llevar y comida pre-hecha.
-¿Por fin entraras a mi taller? ¡Qué bien Han! Ya no estaré tan solo y tendré a mi primer conejillo de indias cerca.
-Más bien rata de laboratorio quieras decir. Y no olvides que es mi momento de venganza y también tendrás que probar mi comida.
Minseok de inmediato comenzó a pensar en cómo librarse de esta.
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Unos dos después Luhan siguió a Minseok a través del pasillo que le llevaba a la sala del taller de cocina y pastelería, eran pasillos casi desconocidos para él, solo los ocupaba cuando hacía de conejillos de indias de Minseok antes de que esté aprendiera a cocinar bien y tuviera un novio al que alimentar con comida bien hecha, y eso fue hace meses. Podía jurar que los pasillos tenían incrustados el olor de diversas comidas y el calor de los hornos.
Doblaron y llegaron a la tan temida sala, Luhan realmente esperaba que allí le ayudarán a aprender a cocinar, Minseok no aceptaría que se mudará a su casa para poder comer la deliciosa comida que la madre de este preparada y el podía morir de intoxicación por su propia comida.
La sala estaba casi vacía, pero en los pasillos se podía ver a varios alumnos esperando el toque de timbre para entrar. Dicha sala estaba compuesta por muchos mesones con cajones debajo de ellos, cada cajón tenía muchos utensilios como cuchillos, usleros o cualquier otra cosa que se necesitara, una hilera de lavamanos y al final de la sala había unos cinco hornos alineados.
Minseok identifico en el pasillo a varias chicas juntas y de inmediato se las señaló al menor con disimulo.
-Son las chicas del club de fans de Sehun, dicen que este hace unos días público en su Twitter que le gusta las personas que cocinan, desde entonces las listas para entrar a este taller se saturaron.
Luhan las miro por unos segundos, esas chicas demuestran porque él nunca estaría a la altura del menor, ellas eran todo lo que parecía ser lo que el menor quería, delgadas, atléticas, lindas, populares y un poco huecas de mente, todo lo contrario a él, un friki otaku que no se ejercitaba porque prefería leer mangas y anime y que estaba por sobre el promedio de notas de la mayoría de su nivel y que no sabía cocinar. Esas chicas también demostraban que Sehun era capaz de conquistar a través de las fronteras, porque parte de esas chicas eran estudiantes de intercambio de Japón y de China.
-Creo que no fue muy inteligente de mi parte unirme a este taller precisamente este año.
-Dímelo a mí. -Dijo un chico de hoyuelos sentados en el suelo, levantando su cabeza de su mochila. -Me uní a este taller para poder cocinarle a mi novio porque el pasa mucho tiempo ocupado con la directiva del colegio y no se preocupa de alimentarse bien. -Minseok y Luhan se sentaron al lado del chico. -Estas chicas creen que todos los nuevos inscritos quieren intentar conquistar a Sehun y no lo permitirán, hace unos minutos estaban hablando de botar las comidas de todo aquel que no haya estado inscrito el año pasado, amenazarlo si lo consideran peligroso y de asegurarse de que no esté a menos de unos cincuenta metros de Sehun.
-Están locas. -Fue lo único que dijo Minseok.
-Y son bien tontas. Uno; porque están olvidando considerar que los de primero no estaban el año pasado. Y dos, porque no tienen forma de saber quién estaba y quién no el año anterior. –Dijo Luhan.
Minseok asentía con la cabeza, pero se detuvo cuando el desconocido volvió a hablar.
-En realidad, pidieron la lista del año pasado y la están comparando con la de este año, la sacaron de las tablas de inscripciones.
En ese momento se escuchó la voz de Guan Xiao Tong, ella y Luhan habían llegado juntos a la escuela y quedaron en el mismo cursó, ella había intentado que ellos tuvieran una relación en cuanto puso sus ojos en Luhan, pero Luhan se había negado, era gay, era obvio que iba a negarse, pero ella no había tomado bien el rechazo y desde entonces le intentaba hacer la vida imposible, lo cual no había logrado aún.
-Con que Lu Han he, esto será muy divertido.
Con eso Luhan supo que Xiao Tong ya comenzaría a hacer su vida imposible.
-Voy a morir. -Dijo enterrándose en el pecho de su mejor amigo.