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Fuerza de la naturaleza. por nezalxuchitl

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Cuando pudo caminar con normalidad, el Patriarca lo llevo a Jamir. Le dijo que seria bueno para el conocer a su pueblo y a su gente, los forjadores de armaduras entre otras cosas, aliados de Athena desde que Lemuria apareció sobre la parte mas alta del planeta.

-Fue mi madre la encargada de mantener la ciudad sagrada a flote, durante muchos siglos, hasta que se sintió sola y quiso tenernos a Hakurei y a mi. – el patriarca conversaba gentilmente con el mientras avanzaban por un estrecho sendero, que parecía atravesar un desfiladero. Bruma surgia de el, pero aquí y alla se veian picos afilados. – Entonces la hizo descender y la escondimos, para mantenerla a salvo de los invasores.

Terminaron de atravesar el pasillo. Sus ojos violetas lo observaban todo con gran curiosidad: las piedras en tonos cafes y amarillos, la bruma grisácea que lo volvia todo mas misterioso, sin que se supiera de donde podía salir tanta humedad en un aparente desierto montañoso.

-¿Dónde la escondieron? – le pregunto, aunque no se atrevia a mirarlo. No luego de las sensaciones vividas con el antes.

-Es secreto. – le sonrio el Patriarca, tan bondadoso como siempre.

Tal vez era el, quien habia creido verle otra cara a la hora de los besos. Los besos en la boca.

-¿Y no hay ningún libro al respecto?

-Oh si, hay muchísimos de historia lemuriana en la biblioteca de mi hermano mayor.

De entre la bruma salio una torre, mas grande, es decir, mas cerca, de lo que hubiera imaginado. Como si hubiera salido de la nada.

-¡Hakurei! – grito de repente, un exabrupto como nunca le habia visto, ni siquiera imaginado - ¡¿No pudiste levantar la barrera!? ¡Te dije que llegaba después del desayuno!

-¡Shion todavía no lo termina! – le contesto una voz muy parecida, en un tono muy parecido, desde el interior de la torre - ¡Deberias comer mas, por eso estas tan flaco!

De una ventana del tercer piso asomo una turra casi idéntica al Patriarca. A primera vista podía notar las diferencias; un rostro mas angulado, con arrugas mas definidas, al ser el gesto mas decidido. Era difícil calcular con esas ropas que veía por primera vez, pero parecía mas musculoso que el patriarca. El escote profundo de su bata era del todo indecoroso, aunque estuviera vendado bajo esta.

-¿Y que hago si se me cae la niña – alzo el bracito de Degel – al precipicio?!

-¡Conseguirte otro seinto de oro, porque seria obvio que ese no te servia! Ay, pero si tiene pinta de no haber desayunado, nunca en la vida. Suban.

-Pon la puerta.

-Ya retire la barrera.

Un apretón de manos y en un instante se vio en una estancia octagonal, de apariencia antigua pero con enseres que parecían usarse mucho. Hogareña. A la mesa de madera rustica y vieja estaba sentada una turra lemuriana de unos quince años, con los ojos fuccias, el pelo verde, verde limón, y la boca llena. Masticando. Apenas respondio a su saludo.

-Hakurei, el caballero de Acuario – ahí si dejo de masticar para escrutarlo con esos ojos hipnóticos que tenia – Degel, el señor de Jamir.

No les gustaba el titulo de rey. A ninguno de los dos.

Degel le puso las manos sobre los hombros y se puso de puntitas para besarlo, en ambas mejillas.

-Encantado.

Esperaba haber sido propio, puesto que ambos eran turras y de rango semejante.

Hakurei sonrio. Mas abierta y francamente que el Patriarca. Era como encontrarle gestos nuevos a un rostro conocido.

-Sientate. ¿Qué quieres comer? Shion, saluda a las visitas.

-Hola. – le dijo, con la boca llena.

-Mi hijo Shion. – lo presento, mirando rápidamente a su hermano menor que asintió con una mirada, casi imperceptible.

-Encantado… - dijo, agradeciendo estar a la mesa la salvada de tener que besarlo. Podia comprender que tuviera mucha hambre, pero comer asi…

-¿Qué quieres comer? – repitió el señor de Jamir. Era obvio que esperaban visitas, o las habían tenido, pues tenían mucha comida en la mesa, aun.

-Eso se ve rico.

-Son empanadas de guango, de las favoritas de Shion – le parecio que Shion gruñía un poco al servirle cinco el señor de Jamir en un plato.

Al principio, trato de seguirles el ritmo, pero pronto se dio cuenta de que era imposible. Esas lemurianas masticaban a velocidades fantásticas, sin descanso, incluso el Patriarca, al que, ahora que lo pensaba, nunca habia visto comer.

Con tres empanadas adentro no le cabia una mas, y agradeció que Shion le preguntara (retóricamente):

-¿Te vas a comer eso? – antes de quitárselas del plato.

No quedaba nada sobre la mesa. El Patriarca se limpiaba las comisuras de la boca con una servilleta, como una dama. Su gemelo se daba palmadas en la barriga, y no le habría extrañado, aunque horrorizado si, haberlo oído eructar.

Pero eso ni Shion lo hizo. De lo que entraba, nada salía.

-¿Quieres ver como se reparan las armaduras? – le propuso alegremente Hakurei.

Degel asintió y se dirigieron a otro piso de la torre. El tamaño no parecía concordar con el del piso de arriba, esta estacia se veía mucho mas grande, con armaduras y partes regadas por doquier, cajas y montones de chatarra.

Otras lemurianas estaban ahí, examinándolas, o solo riendo y platicado. Pero todas se voltearon a ver a Shion cuando entro. Con ojos embelesados; una rubia de ojos azules, la única con colores normales, la que mas.

La explicación de rigor de parte de Hakurei y luego la rubia salto: no iba a perder su privilegio de dar su sangre delante de Shion.

-Suficiente, Yuzuriha. – dijo el gemelo de Jamir, y le parecio que se referia mas a las miradas de lobo hambriento que le dedicaba a su retoño que a la sangre que habia derramado sobre la armadura casi irreconocible. – Shion.

Shion se adelanto, y todas, pero de veras todas, le ofrecieron un martillito y un cincel. Shion tomo la de la que estaba mas cerca, que se emociono como si hubiera ganado un premio, y sus amigas la corearon entre envidiosas y emocionadas.

Unos martillazitos ahí, por cualquier lado, soplada de stardust (Shion se veía realmente bien, de perfil, haciendo eso), destellos que le lastimaron los ojos y una armadura de plata con forma de cisne en perfecto estado.

-Le falta un poco aquí. – dijo Hakurei, dándole un martillazito con su propio martillo – Ahora si. ¿Qué te parece, Degel?

-Increible. ¿Cómo lo hacen?

-Habilidades lemurianas. – le dijo, revolviéndole el pelo. Odiaba que le revolvieran el pelo.

Sage lo miraba con aprobación. Mas esponjado se veía mas bonito.

-Me gustaria aprender como lo hacen.

-Me temo que es imposible. Tienes que ser lemuriana para poder hacerlo.

-Lo comprendo, pero, me gustaria aprender los principios, lo que sea posible, aunque no pueda hacerlo.

Hakurei busco en su memoria haciendo chiquito un ojo.

-Puede que haya algo escrito en la biblioteca.

-Shion – se apresuro a intervenir Sage, que habia estado esperando su entrada - ¿Por qué no le muestras la biblioteca a Acuario? Permanece con el, para que resuelvas sus dudas. Nos vemos a la hora del almuerzo.

El grupito de lemurianas, algunas con edad para ser la madre de Shion, los miraron irse como quien le quita un pan a un mendigo. Shion lo acompaño, contento de poder librarse, al parecer, porque su rostro se relajo y apareció una sonrisa mas ingenua.

-Asi que tu eres el discípulo de Krest sama.

-Si. ¿Lo conoces?

-Claro. Las armaduras que reviven con su sangre pueden hacer después cosas asombrosas.

-¿Cómo que?

-Aliviar las heridas de su portador, por ejemplo.

-¡Vaya!

-Me encantan las armaduras. ¿Trajiste la tuya?

-No.

-Bueno, no importa. Con la armadura de Acuario tengo poquito de que ponerme al tanto. – no añadió que solo era lo correspondiente a su vida porque no quería ser descortes.

-¿Tu también… - se sentía completamente loco de formular esa pregunta, pero era mas fácil hacerlo en Jamir– sientes que tu armadura te habla?

-¡Por supuesto! Mi armadura, la de Aries, me llama constantemente. Me dice cosas, me pide que vaya con ella. – hablaba como un enamorado – Pero no se donde esta. – lo miro con desaliento.

-¿Cómo?

-Esta enterrada con Avenir en algún lugar secreto, protegida por poderosos sellos. ¡Y mis madres no me la quieren dar! – estallo de nuevo, el niño caprichoso que desaprobaba.

-Si no te la quieren dar, por algo será.

-Porque aman a Avenir. Dicen que la armadura ha sufrido demasiadas cosas, que me hara daño si la miro, pero ya me ha enseñado casi todo lo que no quieren que sepa.

-Deberias obedecer a tu mama.

Shion lo miro como si estuviera loco.

-Llegamos a la biblioteca. No me gustan mucho los libros, desde que un bibliotecario loco casi me mata, pero te acompañare.

Era de veras una gran biblioteca. Con textos que iban de los modernos impresos a tablillas de arcilla o discos metálicos con aparentemente nada.

Degel tomo un papiro hermoso, lamentando desconocer los jeroglificos en los que estaba escrito. No eran los egipcios, que si conocía.

-Ese es muy aburrido. – dijo Shion, malinterpretando su gesto – Este de aca esta bueno. – le paso uno bien choncho.

-“El enfrentamiento de los mil días” – leyó Degel, abriéndolo emocionado, pues algo asi habia oído que pasaba si dos caballeros dorados median sus fuerzas.

Pero lo que el par de turras de la primer pagina estaban midiendo no eran sus fuerzas, sino sus bolas contra sus bolas, aparentemente, con las piernas entrelazadas, y frotándose.

Lo cerro de golpe.

-¿Qué? – lo miro Shion divertido, malicioso - ¿Nunca te has preguntado porque los adultos se encierran de dos, tres o mas?

Si de dos ya era escandaloso de tres o mas era…

-No me gustan esas cosas.

-¿En serio? – se burlo Shion. Busco otro volumen, mas delgado, de apariencia oriental y se lo lanzo – Léete ese y luego me avisas.

Shion dejo sola a la reprimida esa, porque seguro y en su presencia no leería nada. Su grupito de fans lo atosigaba mucho, pero en el pueblo, las caravanas traían todos los días cosas interesantes y deliciosas: comida, turras, joyas. Todo lo que le gustaba.

 

Continuara...

Notas finales:

Nota: mucho de lo dicho aqui sobre la cultura lemuriana es invencion mio. Lo que me imagine a partir de las probaditas de canon e hipermito. Aplica para mis fanfictions y los de mi hermana Adanhel, pero no es canon.

Dicho esto, les comento que proximamente publicare un fanfic sobre el papa doncel de Sage y Hakurei y el patriarca Itia, asi como la juventud de estos con el patriarca.

Por el momento estoy publicando otro fanfic de LC, con mucho lemon y parejas raras llamado Hormona exclamation, y claro, varios onehots ;)

¡Proximo capitulo lemon suave entre Shion y Degel!

Slán!


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