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Fuerza de la naturaleza. por nezalxuchitl

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Gracias a todas las personas que leen este fic, que son mas de las que crei. 

Si les ha gustado el erotismo que este fanfic anuncia que es desde el principio, pasen al capitulo, por favor.

Si no leiste las notas del fanfic y quieres que cambie mi fanfic para que sea de tu agrado, (o estas ardida en mi contra) lee esto por favor: 

Aprecio que te hayas tomado el tiempo de leerlo. Te explico lo que yo hago con mi arte: para mi, el fanfiction se trata de "añadir las escenas que cortaron en la historia original", y, por supuesto, lo mas censurado del mundo es el porno. Disfruto de un video porno tanto como cualquiera, pero lo prefiero escrito. Prefiero leer literatura erotica que mirarme un video. Asi que mi arte es erotico, mi oferta es erotica. Este, de hecho, es uno de mis fanfiction con mas trama: no voy a dar mas trama que esto porque cada quien escribe como le gusta, y para mi los pornos estan perfectamente justificados por si mismos: adoro el pwp. 

No me interesa tener mas lectores. No me interesa ser popular ni tener reviews en absoluto. Comparto estos fanfiction porque haya en el internet una oferta que antes no habia. Punto. Que haya opciones, para quien se ponga a buscar.

 En cuanto a las turras es un sinonimo de doncel que uso y no dejare de hacer. Me parece de lo mas curioso que de 5 fandoms donde las he usado, decenas de fanfics, solo en este fanfic en particular ha incomodado. Esto te lo comento con la intension de que te plantees la posibilidad de que tal vez, vosotros como quienes hacen el fandom, deberian ser mas tolerantes y relajados. ¡Es fanfiction, no un texto academico sobre distribuciones entropicas! (Que tambien he escrito)

En resumen: lee y deja leer. Respeta. Lee lo que te gusta. Nadie te obliga a leer mi fanfic y yo no me voy a enojar ni a poner triste ni a discutir contigo ni a cambiarle un ápice a mi historia. Si dejas un review mal escrito y ofensivo lo voy a borrar, porque no tengo tiempo para estupideces.

Shion regreso a tiempo para el almuerzo. Sus poderes telequineticos eran sorprendentes, como su belleza, para estándares lemurianos, y todo lo demás. Ser “el fruto fragante de dos flores idénticas” lo volvia especial, y mucho. Sus madres y su pueblo no podían quererlo mas; ellas tenían sentimientos ambivalentes hacia autorizarlo a ser un caballero dorado, mas con la guerra santa tan inminente. Pero si Shion decía que estaba destinado, lo estaría, no tanto porque creyeran en el destino sino porque habían criado a Shion de tal manera que siguiera siempre sus convicciones.

Esto también era algo ambivalente, pues el chico estaba convencido de hacer lo correcto escapándose a cada rato y desobedeciendo a sus madres. Haciendo su voluntad, que era incuestionable para todos en Jamir.

-¿Dónde esta Degel? – le pregunto una de las dos personas en obligación de cuestionarlo y hacerlo entrar en cintura.

-Dice que no tiene hambre, que lo disculpemos pero prefiere leer.

Shion tampoco tenia mucha, pero no era cosa de despreciar ese asado, algo ligerito.

Sage miro un tanto decepcionado a Hakurei.

-¿Qué te ha parecido la princesa de Bluegard? – pregunto su progenitor oficial, para los extranjeros.

-Aburrida.

Era obvio que la belleza humana, algo deficiente para estándares lemurianos, no cautivaría a Shion, pero esperaban que al menos por lo exótico tuviera una oportunidad, pues era obvio, también, que la princesa si que quedaría prendada de Shion. ¿Cómo no hacerlo, si era la turra mas hermosa que habia pisado la tierra? Claro que no esperaban que desembocara en amor, aunque si se daba, que remedio, Krest no podía ser infalible, pero si esperaban que Shion, casi tan jovencito como el, pudiera enseñarle lo que sabían sabia muy bien: jugueteos inocentes y placer suave.

-Shion, tienes que ser amable con el. Es la princesa de Bluegard.

-Soy amable con el. – enfatizo Shion – Por cierto, ¿Cómo es que un chiquillo como el ya es caballero dorado y yo no?

-Tu eres un caballero dorado. – se bebio Sage su café.

-Que tengas o no armadura no tiene la menor importancia. – remato Hakurei.

-¿Ah si? – comenzó a enfadarse Shion - ¿Entonces porque tu si te pones la armadura de Cancer?

-La armadura de Cancer se la pone tu primo Manigoldo.

-¡Mentira! El otro dia la vi tirada en tu habitación.

Sage miro rápidamente a su gemelo.

-Se la estaba reparando.

-¡Y tu! – le reclamo a su otra madre - ¡Siempre traes la armadura de Altar bajo la ropa!

-Solo cuando estoy entrenando.

-¡Es totalmente injusto! ¡Yo no tengo un hermano con quien intercambiar la armadura! ¡Y si siquiera tengo armadura!

-Puedes escoger la armadura que quieras, excepto la de Aries.

-¡Como si otra armadura dorada fuera a aceptarme! – se quejo.

-Hay muchísimas de plata o bronce.

-¡Quiero mi armadura doradaaa!!! – inicio el berrinche Shion - ¡No pueden tenerme aquí para siempre!

-Si mientras nuestros poderes sigan siendo mayores que los tuyos. – Hakurei ya estaba acostumbrado a lidiar con su hijo adolescente.

-¡Quiero mi armadura! ¡Yo soy el caballero de Aries!

-¿Por qué no tratas de ser el de Libra? Esta vacante también.

-Y no debería ser problema para alguien de tus habilidades hacerte aceptar por una armadura de otro signo.

-¡Quiero mi armadura de Aries! – jaloneaba a Sage, que mantenía su vaso en equilibrio.

-¡No la tendras, nunca! – exploto también Hakurei - ¡Vete a tu habitación!

Shion hizo mas morros y apretó los labios, pero cogiendo su postre para llevar se fue a su habitación.

-Cada vez se pone mas rebelde. – dijo Sage a Hakurei, cogiendo otra fruta horneada y aderezada.

-Ya no soy capaz de contener su cosmos dentro de Jamir. – confeso preocupado Hakurei.

-Tendremos que poner barreras. – dijo Sage. Era preocupante que la armadura, o el ayudante del juez del inframundo, pudieran localizarlo y llegar a el.

*

Degel leyó durante todo el dia y al caer la noche Sage subio con una lámpara y un bocadillo.

-Degel – llamo, y el chico brinco y cerro de golpe el libro que estaba leyendo, ocultando su portada con las manos.

Sage sonrio. Era tan lindo. Fracasado el plan de que Shion fuera su maestro, era bueno que la turrita fuera autodidacta.

-¿Tienes alguna duda? – le pregunto, y detrás de sus ojos violetas vio como se agolpaban muchísimas. Pero Degel negó con la cabeza: preferia seguirlas pensando y de plano solo preguntar aquello que no podía resolver solo. – Bien. Mañana regresare al Santuario…

-¿Puedo quedarme aquí?

-Si, pero tendras que entrenar bajo las ordenes de Hakurei.

-Por supuesto, Patriarca.

Era tan correcto ese niño. Tan educado.

-Tienes que dormir. Y comer.

Tapo con la manga de su bata lemuriana la portada y cogio una empanada.

-Me acostare temprano. – prometio.

Sage lo dudaba bastante, pues ni siquiera sabia donde hacerlo.

-Tu habitación esta en el piso de abajo, la segunda puerta a la derecha.

-Si. Gracias.

-Degel… - se acerco a el, retirándole el cabello de la frente – buenas noches. – lo beso ahí y el jovencito sintió que se estremecia.

Varias veces, durante la lectura del dia, se habia sentido afiebrado y en necesidad de tocarse, pero se habia contenido; de dia y en casa ajena no habia manera de que lo hiciera.

Habia cosas que no podía creer. Y no del tipo de que comprendia perfectamente el lemuriano sin haberlo estudiado en la vida, sino cosas… ufff, candentes. No creía que cosas tan grandes como las que compartían dos lemurianas para penetrarse a la vez se sintieran bien.

De acuerdo al primer libro que leyó, los semes, ni necesarios eran. Todo era entre dos turras, desde los besos hasta los bebes. Si, los bebes. Impactado por lo que las lemurianas podían hacer, busco algún libro que explicara su cultura, y lo encontró, bajo ese mismo título “Cultura lemuriana I y II”, escritos, aparentemente, en la epoca de los romanos, para que los mismos entendieran porque esas altas y de vibrantes colores bellezas eran tan diferentes a ellos, y no cometieran descortesías que no llevaban a nada, como intentarlas violar, cosa que con su crystal wall era imposible.

Podian hacer otras cosas increíbles, pero esa, en particular, por lo recientemente vivido, lo impacto. Eran una sociedad avanzada, en la que cosas como la que le habia pasado no sucedían. Si hubiera podido evitar que Kardia lo violara no sentiría ese rencor que habia venido a empañar el afecto que le tenia. Kardia no habia sido malo, no habia sido esa su intención, pero lo habia dañado.

Lo habia hecho sentir temor, cuando hasta el momento era la persona con quien mas en confianza se habia sentido. Habia creido que no le importaba, que lo lastimaba en aras de su satisfacción como cualquiera de sus pretendientes en su vida como princesa habria hecho. Que era uno mas, y no especial, como habia creido.

Y es que aunque llevaban poco tiempo de conocerse la entereza con que enfrentaba su destino lo cautivaba, lo libre de prejuicios que estaba, la mirada sincera de sus ojos de un color tan único.

Pero recordar esos ojos perdidos, con un brillo atemorizador, lo inquietaba aun sabiendo que habia sido sin intensión, porque Kardia no era de planes ni de pensárselo mucho. Seguia sus instintos, y si ese habia sido su instinto para con el… no creía poder soportarlo. Y no solo físicamente, sino ver que alguien querido y especial era solo una bestia mas.

Kardia le gustaba por como era, pero, por como era, no podía estar a su lado.

Distraido por la tristeza de esta idea dejo el libro, inconcluso, de cultura lemuriana II. Estaba mas entumido de lo que pensaba, frio y cansado. Le ardían los ojos, pues su privilegiado color los hacia mas débiles, y tras frotárselos descendió procurando no hacer ruido.

El aceite se le acabo a la lámpara pero ya habia visto la puerta. La segunda a la derecha, y en ella se metio. Vislumbro la cama, y un comodo sillón. Parecia haber muchas cosas en la habitación, y como no quería tropezar y despertar a la gente no busco su baúl, limitándose a desvestirse y dejar su ropa estirada sobre el respaldo del sillón.

No era una noche fría y parecía haber muchas almohadas y mantas en la cama.

Shion fue despertado por un peso agradable, ligero. El peso calido y perfumado de una turra que conocía tan bien. No era raro que alguna atrevida se colara a su cama, y el tampoco era remilgoso. Ademas, le gustaron las caderas que percibia bajo sus manos y la delicada fragancia, conocida.

-¿Shion? – pregunto extrañado, viendo que lo que tomaba por mantas y almohadas era la princesa de Jamir.

-¿Con que no te gustaban esas cosas? – dijo, jalándolo y poniéndose sobre el.

Dormia desnudo también, pues le gustaba la caricia de las sabanas o el viento sobre su cuerpo.

La situación superaba a Degel, por la sorpresa. Shion, bastante experimentado, no iba a dejar ir al que habia interrumpido su sueño, provocado su deseo.

-¿Qué quieres experimentar? – le pregunto con una voz sumamente sensual, sintiendo Degel por primera vez lo delicado que se sentia el cuerpo de otra turra, contra el propio.

Desde los pies hasta el pecho, podía sentir a Shion, mas grande que el, suave, muy suave.

-Nnno, no es eso… - ¿Shion lo estaba besando? ¡Claro que lo estaba besando! Era una lemuriana, con todas sus mañas.

-¿Lo dejas a mi antojo? – vio brillar sus ojos en la oscuridad. Hipnoticos, fuccias. Como de un gato salvaje que solo pretende jugar contigo. – Empezemos por esto. – hundio mas un muslo entre los suyos y se le deslizo por el vientre. Su erección, por el vientre, como habia leído en el libro de la biblioteca.

Despertando la suya, y se sentia bien. Shion ya estaba comiéndole el cuello, con besos que eran suaves pero hambrientos a la vez. Anhelantes. Como si quisiera quedarse con el sabor que encontraba en el cuello de Degel.

-No… - lo empujo por el pecho, antes de que su erección despertara – fue una confusión…

-No tienes de que avergonzarte. Muchos humanos creen que les gustan los semes, cuando no es asi.

-¿Qué? ¡No! Me confundi de habitación.

-Si, claro. – rio Shion casi en su boca. Luego la tomo, dándole un beso experto y envolvente que le impidió protestar, porque le impedia cualquier otra cosa que disfrutar la nueva y placentera caricia.

Las nuevas y placenteras, pues su polla ya habia despertado y se frotaba con la de Shion, con su pancita. Sus manos estaban abiertas, quietas, pero las de Shion lo recorrían con unas caricias que sabían lo que buscaban, y se alegraban profundamente de encontrarlo.

Shion le hacia esas cosas con devoción. Sentia que no habia peligro, cuando sabia que lo habia a pesar de la gentileza. Su rostro bello, redondeadito, estaba cerca,  tan sin consultar su opinión como el de Kardia. Shion seguía sus instintos lo mismo que el, la única diferencia era su genero.

Por Shion no sentia nada en particular, salvo considerarlo un tanto mimado. ¿Por qué, entonces, le permitia esas cosas que le habia negado a Kardia?

Por su manera de hacerlas, fue la respuesta, al chuparle este un punto que no se imagino que tuviera en la oreja, acariciandole el brazo, ¡el brazo!, de tal modo que lo hacia estremecer. Gotitas viscosas facilitaban el contacto entre sus miembros, entre sus vientres.

Todo lo leído, las actividades que habia visto describir entre dos turras, los placeres prometidos resultantes de ellas…

Se sentia agradable ser lamido sin ser excesivamente babeado, acariciado asi, de manera ardorosa pero tierna. Decidio tocar a Shion, besar a Shion solo para saber que se sentia. Su cuerpo ligeramente llenito, pero suave y firme. Curvas voluptuosas, realmente admirables en su parte baja. Nalgas que no abarcaba con sus manos, que zarandeaba arriba y abajo, disfrutando su rebote. Que apretaba, para que se frotara mas intensamente contra el.

Su cabello esponjoso y suave, su mejilla redondita, como ladeo el rostro a su toque, lamiendo sus dedos y luego atrapándolos para chuparlos. Haciendolo recordar el recién descubierto acto de chupar la polla y haciendolo sentir deseos de experimentarlo.

Pero, ¿Cómo? ¿Con el? ¿El a el o Shion a el? Todo se le antojaba excitante y Shion lo besaba con pequeñas succiones por todo su cuello, el lo acariciaba, incapaz de hacer algo mas, abrumado por el placer.

Era realmente tierna la princesa. Tierna y dulce, virgen a todas luces, por lo que iba realmente lento con el. Todavia no era muy bueno calculando las edades correspondientes entre humanos y lemurianas, pero se daba cuenta que era joven y tampoco era cosa de arruinarle la experiencia, el lento descubrimiento de los placeres, uno a uno, para saborearlos en toda su gloria.

Por eso le extraño que le pidiera que se lo chupara. Le sorprendio, sin embargo lo hizo. Seguramente era lo que mas le habia llamado la atención del libro. Descendio a besitos por su torso, acariciando sus costados delgaditos y colocándose entre sus piernas, pasándoselas sobre sus hombros para que no le doliera tenerlas que abrir tanto, tan esbelto como era. Se las paso, sobándole las pompas antes de darse cuenta, obligándose a retener sus manos curiosas sobre sus caderas, tomando con su boca el miembro y engulléndolo, succionándolo todo fácilmente, succiones suaves, movimiento de labios, arriba y abajo, deslizándose desde su pubis hasta el final del tronco, concentrándose un poco en la puntita para que viera sus habilidades.

Degel chillo y estuvo a punto de correrse. Eso fue tan intenso que le resulto un poco doloroso, por lo que alejo la cabeza de Shion con la palma abierta sobre su frente.

Shion asintió y le lamio cuidadosamente toda la polla, una y otra vez, con la lengua en punta o aplastándose cuan ancha y salivosa era sobre su piel. Degel lo disfrutaba, realmente sonrojado y agitado. Shion se veía hermoso haciendo eso, atractivo. Le daban ganas de jadear mas, de no cerrar los ojos para no perderse detalle, aunque su punta escupiera gotitas que deberían de hacerlo sentir muy avergonzado.

La luna tardia, pero muy brillante, permitia percibir un matiz de los tonos de Shion, su cabello verde, menos intenso, suavizado. Su piel se veía hermosa, sus puntitos, sus ojos. Acabo abrazando a Shion con las piernas, cuando este mas profundamente lo chupaba.

El lemuriano percibio una ultima vez la redondez de esas nalgas, generosas en comparación de su cuerpo, y aunque de poder y querer habria podido y le gustaría seguir toda la noche dándose placer con ese precioso, solo se masturbo besándole la boquita, robándole el aliento y la lengua con envolventes caricias mientras con otras similares se rodeaba la polla, repegando la puntita a esa pancita suave, corriéndose contra ella cuando ya la respiración de Degel comenzaba a acelerarse de nuevo.

-No te lo comas todo de una vez. – le susurro Shion cuando sus jadeos se normalizaron un poco, bajando a comerse lo que en la piel le habia depositado.

Era la ultima persona de quien habria esperado recomendara la moderación.

 

Continuara...

 

Notas finales:

¿Un fanart ShionXDegel? ¡Solo en mi facebook muajajaja!

Slán!


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