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No sabes lo que tienes... hasta que lo pierdes por Babu

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Notas del capitulo:

Hola! antes que nada disculpen la tardanza, debí subirlo ayer pero realmente se me complicó al final.

Espero que este capitulo les agrade tanto como el anterior c: traté de hacerlo lo mejor que pude... aun sigo nerviosa así que disculpenme si no es tan bueno.

Antes de que lean queria pedirles una disculpa, no soy muy buena para expresarme con palabras siempre me explico mal... así que si en algún momento les parece mal lo que les contesto en sus comentarios, no piensen mal por que lo más seguro es que yo quise decir otra cosa... perdonen por pedir paciencia..

Gracias por leer este segundo capítulo

La gota

Sentía pesadez en sus parpados, como si no quisiesen abrirse, parecía que todo su cuerpo sabía lo mal que se sentía después de lo que había hecho Sasuke la noche anterior. Después de varios minutos de ver la hermosa pared color beige que tenía frente a su cama se levantó para ir a la cocina, un buen desayuno quizá le ayudaría a subir el ánimo.

Naruto Uzumaki, ese es el nombre de aquel hombre que se encontraba tan triste preparándose el desayuno; cabello rubio, ojos azules como el cielo, 1.77 de altura y con una personalidad como muy pocos… no podemos decir que es el único en la tierra con esa forma de ser, pero si podemos decir que es muy seguro que no nos encontramos con una persona como él más de una vez en la vida. A sus 26 años lucía como un muchacho de unos 20, era guapo, bastante, gentil como él solo, amante de los animales, extrovertido, cabeza dura y muchas cosas más que habían hecho que se vuelva en el tipo de persona que a todos agrada.

Hace aproximadamente 6 años se dio cuenta de lo que sentía por su amigo de la infancia, Sasuke Uchiha, fue bastante difícil para el rubio aquel año pues sabía que su amigo no era homosexual, o por lo menos eso pensaba hasta una noche de borrachera que tuvieron.

Lo recordaba como si hubiese pasado apenas ayer, sonrió por la ironía, recordaba cada detalle de aquella noche… era una ironía que fuese tan triste recordar en ocasiones.

Ellos acostumbraban a tomar un poco cada fin de semana desde los 20 y no, no eran personas adictas al alcohol, sólo era que al Uchiha le gustaba hacerlo con su mejor amigo… esa noche en especial estaban en la sala de la casa del rubio sentados en el suelo hombro a hombro escuchando como el pelinegro contaba unas cuantas asañas con unas  chicas de la escuela, aquello  era pura tortura para Naruto por lo que se dedicó a tomar más de lo necesario mientras fingía escuchar todas esas historias y es que ¡por dios! Llevaba unos 10 meses fingiendo demencia respecto a lo que sentía y era horrible… tan encimado estaba en sus pensamientos que solo un grito levemente alto lo hizo reaccionar.

-        Naruto… ¿Qué te pasa? – le preguntó un confundido azabache.

-        Nada, solo te estoy escuchando – mentira.

-        Te conozco, sé que no es así, además ya duplicaste las latas que yo estoy tomando.

-        ¿y? – preguntó molesto – no es tu puto problema – gruñó.

-        Estas tomado – declaró.

-        Claro que no Teme – volvió a gritar.

-        Claro que sí, solo cuando tomas me gritas como si fuese la peor escoria del mundo.

-        ¡Eso es porque lo eres! – otro grito.

-        Si, si… ven vamos te acuesto- intentó levantarse – mañana seguimos platicando.

-        Yo no quiero escuchar sobre esas putas ni mañana ni después.

-        ¿Qué rayos te pasa? – se hincó frente a su borracho amigo.

-        Nada.

-        ¿y por qué estas tan molesto? - preguntando, acercando levemente su rostro y quedando frente a frente.

-        Por nada de importancia- desvió su rostro hacia el lado derecho.

-        Entonces si no tiene importancia dímelo.

-        No te va a gustar- dijo para después tomar un poco más de alcohol, en ese momento pensó que era mejor decirlo con la ayuda del alcohol.

-        Si vas a estar insultándome tanto, mínimo quiero saber por qué.

-        ¡Porque eres un maldito zorro! - gritó sin más, si, bendito alcohol- no soporto verte con tantas mujeres a tu alrededor, simplemente no lo soporto- se debió ver absurdo, pero en ese momento lloró y bastante.

-        ¿Y qué demonios importa con cuantas ande?

-        ¡Importa mucho! ¡Maldición! ¡A mí me importa porque me gustas!

-        Estaba en shock, ¿Qué había dicho? -  Te está afectando lo que tomaste, es mejor que lo dejes.

-        No tiene nada que ver con lo que tomé, sé que es absurdo, pero llevo meses enamorado de ti- seguía llorando- ¡Me enamoré de mi mejor amigo! ¿no es absurdo?

-        No llores- recordaba como la mirada de Sasuke le calaba hasta los huesos, tan diferente a otras ocasiones.

-        No soy estúpido Sasuke, sé que no te van los hombres y lo más seguro es que no quieras estar conmigo nunca más.

-        Te equivocas- en ese momento sintió esperanza combinada de miedo- también me gustas.

-        N-no juegues por favor.

-        No lo hago, no lo haría con esto nunca- en aquel momento sonaba tan sincero, era como estar en un sueño- se mi novio.

-        E-esto debe ser un sueño.

-        No lo es, no sé por qué dobe, pero siento que es lo que quiero.

-        ¿L-lo dices enserio?

-        Muy enserio, quiero que seas mi novio, me gustas.

-        S-si Sasuke

Bien, ese recuerdo lo había dejado más triste de lo que estaba antes, no fue buena idea pensar en eso, después de esa noche Sasuke había dejado de hacer caso a las mujeres que se le acercaban, se dedicaba a él incluso cuando ambos comenzaron a trabajar pero a los 2 años de que iniciaron su relación comenzó a cambiar, primero dejo de estar tanto tiempo a su lado, empezó a dejar de darle cosas (y es que no le importaban los regalos, jamás fue materialista pero a quien no le cae mal una rosa o una carta de vez en cuando… si, Naruto era un chico cursi) y olvidar las fechas importantes. Para ese entonces el rubio había tratado de sacar lo mejor de todo lo que estaba pasando, tal vez era algo por lo que todos los noviazgos pasaban. Todo cambio hace dos años, en su tercer aniversario; los buenos días se habían ido, si le hablaba y se encontraba con sus amigos se molestaba, no paraba de decirle que debería vestir mejor, que debería verse mejor, que debería ser más guapo… Había cambiado tanto en tan poco tiempo, pero aun así lo amaba.

-        Supongo que podría ser peor- se dio ánimos – pero ya no quiero seguir con esto- suspiró.

Ese día descansaba, por lo que paso toda la mañana y una parte de la tarde limpiando su casa, al principio no quiso mandarle un mensaje a su novio, pero al darse cuenta de que este no lo haría no le quedó de otra más que mandarle mensaje.

No muy lejos de la casa de Naruto se encontraba un atractivo hombre en una florería escogiendo unas flores para pedir su disculpa, no podía negar que se sentía mal por hacerle eso, después de todo aun lo amaba y era la única persona en su vida pero sabía que era alguien que no se iría por más cosas que le hiciera y eso le gustaba de cierta manera, después de pagar el ramo que escogió se dirigió a la casa de su novio, sabía que con unas flores lo perdonaría aun si hubiese visto sus fotos… no podía fallar.

Una vez se encontraba en la puerta de la casa entró con la llave que le habían dado anteriormente por el propietario, no tuvo que caminar mucho para encontrarse con el rubio sentado en el sofá que estaba frente el televisor… aprovechando que al parecer su presencia no había sido notado le cubrió los ojos al más pequeño.

-        Lamento lo de ayer – dijo para luego pasar frente a él brincando aquél mueble color chocolate – enserio tuve mucho trabajo.

-        Sasuke- soltó sorprendido y conmovido por las flores, pero en el momento que recordó las fotos del día anterior no pudo ocultar su cara de enojo- sé que eso no es cierto, ayer subiste unas fotos.

-        ¿Las viste? - por un microsegundo su corazón se detuvo pero inmediatamente cambió.

-        Claro que sí, ¿Cómo pudiste hacerme eso precisamente ayer? - ahora más que molestia solo quería llorar – incluso use el estúpido maquillaje que te gusta y sabes que odio ponerlo.

-        Tienes que admitir que la mayoría de las veces lo necesitas – frunció el entre cejo.

-        Soy un hombre, no debería usarlo.

-        Mira, yo vine aquí a disculparme, pero tu solo quieres pelear, ¿no crees que es un poco injusto?

Y ahí estaba de nuevo intentando ser el bueno de la historia, Naruto sabía bien que, aunque fuese al revés siempre se hacía el ofendido… realmente se estaba cansando, incluso podía predecir lo que le diría. ¿Era enserio eso lo que quería de una relación? Ya no estaba tan seguro de eso, cada palabra que salía de la boca del hombre con traje sólo le hacía sentirse más seguro de que ya no debería de estar con él… Estaba a punto de decirle unas cuantas palabras para terminar con todo eso de una buena vez cuando escucho lo que menos quería.

-        Yo aún te amo.

-        Sasuke…

-        ¿A caso tu no? – esa mirada, no sabía que significaba.

-        Estoy cansado Sasuke, ya no sé qué es lo que quieres, cada vez me haces menos para ti.

-        No seas idiota, ¿crees que algún otro hombre estaría contigo como yo?

-        Escúchame bien Uchiha, si viniste a decirme eso estas muy equivocado – le dijo firme – si no quieres que haga algo que no debo será mejor que te vayas, no quiero verte.

Como pudo se levantó y arrastró a un shockeado azabache, jamás le había dicho eso y menos con flores en mano, pero ahí estaba con la puerta cerrada y ramo en mano, sin embargo, lejos de preocuparse por lo ocurrido solo pensó en que eran palabras sin sentido, jamás terminaría con el Uzumaki. Creyéndose que fueron cosas sin sentido que se le pasarían después de unos días se marchó de aquel hogar sin pensarlo.

Una semana había pasado desde aquel pleito entre la pareja y mientras uno se sentía melancólico el otro no le prestaba demasiada importancia.

- Gaara, no sé qué hacer – decía el joven de cabellera dorada a su amigo mientras tomaban un café sentados en uno de los muebles de su sala.

Gaara era su mejor amigo desde que Sasuke se había vuelto su novio, un hombre de cabello rojo, 1.78 de altura y una personalidad algo complicada… siempre había estado para el en los peores y mejores momentos como ese. Después de una llamada con un ligero “necesito un amigo” la peli roja prácticamente se teletransportó hasta su hogar.

-        Aun no sé por qué sigues con el habiendo miles de hombres mejores- suspiró- pero si lo que quieres es solucionarlo, ve a verlo a su casa... tienes llaves, ¿no?

-        Si- asintió.

-        Me odio por decirte esto, pero ve y dale una sorpresa… verás que se arreglan – trató de sonreírle.

-        ¿En verdad crees eso? – le dijo con una pizca de ilusión.

-        Si.

-        Entonces iré enseguida- dijo con una enorme sonrisa para luego darle un beso en la mejilla al pelirrojo- gracias Gaara.

-        Solo quiero verte feliz… aunque sea con ese idiota – soltó con sinceridad a la vez que le daba un abrazo- vamos, yo te llevo.

Su amigo tardó más en decir eso que en lo que Naruto llegó al coche, si no fuese porque lo quería ver feliz no estuviese haciendo eso. Una vez en el coche partieron para la casa del moreno no sin antes parar a una pastelería por un pastel pequeño y luego pasar a comprar vino… si en definitiva el más bajo quería una reconciliación. Cuando llegaron Naruto se despidió con la mano o al menos eso le pareció a Gaara pues ya atardecía y no se veía bien… el rubio pasó la pequeña reja que tenía la casa, como pudo abrió la puerta y entró con las cosas en ambas manos, pero le extrañó ver las luces apagadas a excepción de la luz de la recamara de su amado; con lentitud caminó hasta la habitación para dar la sorpresa, pero al llegar grande fue su sorpresa al ver a su novio en la cama con una mujer.

-        ¿¡QUE-QUE DEMONIOS SIGNIFICA ESTO!? – gritó tan fuerte como pudo.

-        Na-naruto – tartamudeo Sasuke – n-no es lo que crees – trató de pararse, pero la mujer se levantó antes para hablar.

-        Con que este es tu novio cariño, pensé que era más... más guapo.

No sabía que sentía en ese momento, pero miedo o tristeza no era, trato de calmarse lo más que su cerebro podía captar, pero era casi imposible… pero eso no evitó que hablará lo mejor que podía… ya no podía dejarse.

-        No querida- dijo con una sonrisa posando su mirada en ella – él no es mi novio – dirigió su mirada a su ahora ex novio – así que puedes hacer lo que quieras con él.

-        Naruto – le habló Sasuke.

-        Es más – dijo ignorándolo por completo – les traje un regalo – dijo mostrándole lo que traía en las manos.

-        ¿En serio? – sonrío con burla la mujer.

-        Si – dijo asentando la botella y destapó la caja de pastel – este es para ti – sonrió para luego estrellar el pastel en la cara de aquella zorra y esparcirlo por su cuerpo – y este – dijo agarrando la botella – es para ti – dijo para lanzar la botella a Sasuke, sin lograr darle como quería– en tu vida me vuelvas a buscar Uchiha.

 

Y sin más salió de aquella habitación, esa había sido la gota que derramó el vaso.

 
Notas finales:

Gracias por leer! <3

Por favor dime que te parecio este capítulo... ¿Te gustó? con cada comentario me hacen saber si voy por buen camino y todos son buenos para que aprenda, no importa que tan rudo sea el comentario asi que... espero tu comentario c: (si puedes jeje)

 


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