Se encontraba recostado en la cama de su habitación.
La mirada del chico de cabellos negros como la misma noche estaba clavada en el techo.
Se sentía pesado y no tenía ganas de hacer nada. En su mente sólo rondaba algo que lo atormentaba.
"Jamás volveré a encontrar el amor"
Cerro los ojos unos segundos.
Los recuerdos junto a ese chico de rubios cabellos le revolvían el estómago. ¿Esas eran las dichosas mariposas en el estómago? Parecían más bien una colmena de avispas furiosas.
Eran alrededor de las 5 de la madrugada, tenía que levantarse y darse un buen baño.
La escuela comenzaba a las 6:30 y tenía que verse lo mejor posible, no permitiría que esos hipócritas le vieran mal.
Se levantó de la cama y con un paso increíblemente lento fue hacia la ducha.
Mientras el agua recorría todo su cuerpo apretó los puños con fuerza.
Él era Sasuke Uchiha, no podía dejarse pisotear, si su padre lo viera en ese estado lo golpearía con todas sus fuerzas hasta hacerle desmayar del dolor.
Salió de la ducha ya con sus ropas de calle, en un ágil movimiento, tomó su mochila entre manos y salió del lugar.
—No pasa nada, Sasuke. Tu no estas sufriendo la pérdida de ese maldito. Ni siquiera le querías —
Intentaba convencerse a sí mismo negando toda esa situación que comenzaba a parecer absurda.
Caminaba en silencio con la mirada en sus pies. Estaba por llegar a la universidad pero de pronto choco bruscamente contra alguien.
¡Vaya! Que suerte tenía.
¿Por qué el destino lo odiaba tanto?
Pudo haber chocado contra miles de personas y justo choco contra la mejor amiga de su ex novio.
Ambos se miraron de forma retadora.
Aún recordaba que esa chica de cabellos rosas con la que ahora tenía un duelo de miradas había sido su mayor fan desde que eran niños, ella le seguía a todas partes y hacia lo posible por ganarse su atención.
También recordaba que cuando anunció su relación con Naruto ella se opuso de forma brusca y comenzó a llorar enfrente de todo el mundo. Hizo un gran escándalo ese día.
Pero en algún momento ella lo supero y comenzó a apoyarlos... O más bien, apoyar a Naruto.
Soltó un pesado suspiro, si seguía así, este encuentro jamás llegaría a su fin.
—Piérdete —ordeno el Uchiha apretando los puños. Comenzaba a desesperarse.
—¿Qué pasa sí no quiero? —contesto con altanería la mujer. —Yo no recibiré ordenes de un patán —afirmo cruzandose de brazos.
—No me importaría golpear a una mujer —contesto el Uchiha con una sonrisa de lado.
La chica estaba a punto de perder el control y lanzarse sobre aquel "mal hombre", pero una pelirroja corrió a la defensa de su amigo y amor platónico.
—¡Quítate Karin! —ordeno la de cabellos rosados.
—¡No lo haré! No dejare que ninguna hipócrita se acerque a Sasuke-kun —
La pelirroja parecía enfurecida.
Esta era igual de peligrosa que Sakura sí llegaba a enojarse.
—¿Hipócrita? —preguntó ofendida Sakura.
—Si, eso es lo que eres. Todos ustedes lo son... La mayoría de ustedes decían conocer a Sasuke-kun y ser sus amigos. También fueron los primeros en darle la espalda —grito furiosa la de lentes.
Todos estaban mudos.
¿Qué podían decir para defenderse?
Sasuke estaba avergonzado.
Sabía que Karin era una buena amiga que sólo lo defendía, pero no quería quedar como un pequeño gato indefenso.
—Karin tiene toda la razón... son unos hipócritas. —ahora junto a él estaba Suigetsu. Este parecía increíblemente serio. —Me alegro que Sasuke ya no esté rodeado de gente como ustedes —sonrió el de cabellos blancos.
Después de esa afirmación.
Suigetsu abrazo a Sasuke con confianza.
El moreno alzó su vista del suelo y hubo algo que le perturbo.
Naruto estaba ahí, tenía una expresión que el no podía ni quería descifrar.
—Suigetsu, Karin... tranquilos. No intentes razonar con animales, no entienden. —comento Sasuke sonriéndoles abiertamente.
Karin de pronto enrojeció un poco. Sasuke nunca sonreía...
El Uchiha rodeo con su brazo la cadera de la pelirroja y tomó la mano de Suigetsu. Por última vez miro donde Naruto.
¿Qué se sentía ser remplazado?
—Perdón, Karin y Suigetsu... —
—No te preocupes, Sasuke-kun. Me hace feliz servir en tu venganza —
—Lo mismo digo hermano —
La pelirroja abrazo a Sasuke fuertemente.
Ahora debían ir a clases.
Tenía los mejores amigos, ¿verdad?