Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mil días [DaeJae] por ValeMala

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pueden encontrarme en Wattpad con el mísmo pseudónimo~ 

Notas del capitulo:

Fecha de publicación original: 20 de Junio de 2017

Esa mañana, Daehyun abrió los ojos con un gusto que pocas veces sentía al despertar. No fue por el estridente ruido que hacía la alarma de su celular, tampoco fue por un dedo picando sus costillas alegando que ya era tarde y debía levantarse de una vez por todas si quería llegar a tiempo al trabajo, ni mucho menos fue el radiante sol que a veces interrumpía su preciado sueño con sus brillantes rayos que se colaban a través de la ventana.

No, nada de eso. Daehyun había despertado simplemente porque su cuerpo decidió que ya era el momento.

Primero observó el techo, tratando de deshacerse del sueño que aún pesaba en sus ojos, para después percatarse de la suave respiración que acariciaba su brazo izquierdo, justo a la altura de su bíceps.

Reconoció a YoungJae, plácidamente dormido cerca de él, con el cabello negro revuelto y los deliciosos labios entreabiertos, esos que la noche anterior no dejó de besar en ningún momento y que cuando no lo hacía, le susurraba palabras de amor y lujuria.

Sonrió como un idiota enamorado, porque quizá era precisamente eso, un idiota que cayó completamente por el hombre menor dormido a su lado. Acarició la suave mejilla de su amante y lo atrajo hacia su cuerpo con posesividad, dejando un sonoro beso en la frente de su esposo.

YoungJae se revolvió, no obstante, no se alejó, sino que se pegó más a el desnudo cuerpo de su hombre; enredando las piernas y gimiendo algo parecido a un "duerme Daehyun" que precisamente le daba una excusa perfecta al mencionado para desobedecer.

—Despierta ya, mi amor —Le respondió en cambio, dejando caricias por la espalda desnuda del menor con la punta de los dedos. Sonrió cuando notó como los pequeños vellos del cuerpo contrario se erizaban ante su suave toque—. Ya es hora.

—No quiero, déjame dormir... —Suspiró, escondiendo el rostro entre el cuello de su esposo moreno mientras suspiraba—. Estas calentito...

—Y tú estas desnudo, pero yo no digo nada.

Una risita ahogada fue su respuesta, más un suave golpe en sus costillas. El menor de ambos se alzó sobre su esposo lentamente, y con los ojos aún medio cerrados dejó un suave beso en los abultados labios de su amado—. Buenos días, amor.

—Buenos días, dormilón —Se burló, acariciando la mejilla de su amor con la nariz—. ¿Ya te dije que eres precioso recién levantado?

—Sólo lo dices porque estoy desnudo, maldito caliente —Respondió, apoyando las manos una sobre otra en el pecho de su esposo, dejando que su barbilla reposara en estas cómodamente mientras miraba a su compañero de vida con una sonrisa—. ¿Que haremos hoy? Tengo ganas de quedarme haciendo nada todo el día.

—No podemos no hacer nada, flojo —Daehyun los cubrió a ambos con la sábana, y dejó su mano quieta sobre la espalda baja del menor—. Lo primero será desayunar.

YoungJae emitió un quejido bajo, como si el sólo hecho de pensar en levantarse ya lo agotara—. No quiero, mejor vamos a morirnos de hambre juntos en la cama.

—Eres un caprichoso —Daehyun se incorporó, haciendo caso omiso al "¡Nooooo, mi almohada!" que YoungJae casi gritó cuando cayó de espaldas en el colchón.

—Eres un malvado, ya no te amo —Le gruñó el perezoso, enterrándose entre las sábanas blancas de nuevo y escondiendo su cabeza debajo de la almohada.

—¿Waffles o Panqueques? —Preguntó, cubriendo su desnudez con un simple bóxer que la noche anterior había tirado al suelo en medio de su pasión.

—Panqueques con miel extra. —La respuesta salió amortiguada por el objeto sobre su cabeza, pero Daehyun era experto en descifrar las palabras de su esposo.

Cinco años de matrimonio no pasaban en vano.

—¿Algo más? —Dejó que su mano rebotara sobre las nalgas rellenitas de su amado, como una especie de castigo por ser un flojo.

—¡Yah! —Se quejó, saliendo de su escondite, lo que hizo reír aún más al mayor, puesto que el cabello negro de su amado ya no sólo estaba revuelto, sino que parecía más bien un nido de pájaros sin sentido—. ¡Jung Daehyun!

—¿Nada más? Esta bien entonces.

Dicho esto, salió de la habitación fingiendo que no había escuchado la exigencia de trozos de fruta que su amado quería en el desayuno. Y es que a Daehyun le encantaba retar a YoungJae por cualquier tontería que se le pasara por la cabeza.

Sonrió triunfante cuando el menor se apareció en la cocina sólo vistiendo una camisa ancha (que de hecho, a ambos les quedaba grande) y unos calzoncillos blancos que reconoció como suyos.

—Dichosos los ojos que te ven, mi amor. —Halagó Daehyun, causando que un lindo rubor adornara las mejillas de aquel al que amaba.

YoungJae besó la mejilla de su esposo como agradecimiento, antes de encaminarse a una de las sillas de la mesa auxiliar que tenían en la cocina—. Espero que sólo sean tus ojos los que me miren, Dae.

Una sonrisa se expandió por la cara del moreno, mientras volvía la mirada a la sartén con el panqueque a medio cocinar.

Esa mañana, ambos desayunaron entre risas bobas y chistes que solo ambos entendían, cada uno robando del plato del otro un bocado de comida a pesar de que estuvieran comiendo lo mismo y no hubiera necesidad de asaltar la comida ajena.

YoungJae fue el que se encargó de lavar los trastes, con un muy pegajoso Daehyun a su espalda que no dejaba de llenarlo de besos en el cuello y espalda, incluso se tomó el atrevimiento de dejar una pequeña marca roja en su nuca. YoungJae tuvo que amenazarlo con un tenedor para que lo dejara si quería terminar de lavar las cosas sucias para ese mismo día.

Al culminar su tarea, caminó hacia la pequeña sala de su departamento compartido, en donde Daehyun lo esperaba con unos pantalones de ejercicio sueltos puestos y un corazón que latía rápidamente por su cercanía.

—Muy bien, ya desayunamos ¿y ahora? —Preguntó el menor, acercándose a su esposo.

Éste al verlo, rápidamente colocó play a algo en su equipo de sonido viejo. La estancia se llenó de un suave repiqueteo de un piano, acompañado de algunos violines e instrumentos de viento que YoungJae no reconoció, no obstante, que disfrutaba de igual manera.

—Ahora deberíamos bailar un rato.

El mayor extendió su mano al pelinegro, que rápidamente la aceptó gustoso, dejando salir una risa que sonó preciosa en los oídos del moreno.

—Vaya, nunca había bailado lento medio desnudo. Definitivamente hay una primera vez para todo.

—Es bueno saber que aun después de tanto tiempo experimentamos primeras veces juntos. —Comentó, sonriendo a su pareja de baile antes de hacerle dar una vuelta y volverlo a apegar a su pecho.

—Hoy estás muy cursi, amor.

—Me gusta serlo con el dueño de los latidos de mi corazón.

YoungJae sonrió radiante, acercándose lo suficiente a su amado para besarlo lentamente, prolongando todo lo que fuera posible el contacto entre sus bocas. Para YoungJae, Daehyun sabía a helado de rosas y chocolate, con una pizca de miel que dedujo, era por el desayuno compartido hace tan solo unos minutos.

Ambos esposos sintieron como sus corazones se sincronizaban y danzaban junto a ellos con el ritmo de la música clásica, como si aquello fuera exactamente para lo que estaban hechos. Y lo creían, de verdad lo hacían.

—Te amo, cursi —Murmuró el menor de ambos, dejando que su aliento chocara con los húmedos labios de Daehyun.

—Y yo a ti, mi bello amor.

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).