Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Preview: Zetsu casamentero por Ghost princess Perona

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Naruto no es mío, es del gran sensei Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Espero que les guste este fanfic, a mí me encantó torturar al moho negro!! Este fic está ambientado poco después de la cuarta guerra mundial y antes de la llegada de Toneri, así que nuestros chicos están libres de compromisos.

“Madre…” Zetsu empezaba a creer que su madre se había vuelto completamente loca. La Diosa Conejo había concebido un muy descabellado plan para volver a ser libre, consiguiéndose un cuerpo a la altura de ella y por desgracia el que llevaba la peor parte del plan era él. ¡Tendría que hacer lo imposible! Ahora sabía por qué sus hermanos creían que la mujer estaba loca.

“Vamos, es una grandiosa oportunidad de arreglar tu error, hijo mío” le dijo ella, estirando una mano hacia el hongo, que se estremeció. “Además fuiste capaz de arreglar una guerra que duró más de mil años. Una boda no es mucha molestia.”

“No me estás pidiendo una boda, me estás pidiendo que haga que esos dos críos se acuesten” el ser negro se estremeció al mencionar esto, en primer lugar porque, incluso si le quitaba el componente incestuoso, sonaba un poco… ¿descabellado? Quería decir, fue ridículamente fácil poner a sus sobrinos el uno contra el otro. ¿Y ahora quería que se quisieran lo suficiente como para que se metieran el uno CON el otro? Bueno, no precisamente ellos, sino que sus transmigrantes se… ¡Ese no era el punto! ¡Su madre se había vuelto loca de atar!

“¡Pero para eso se tienen que casar primero! ¡No permitiré que ninguno de mis descendientes sea llamado bastardo!” aparte de loca, anticuada; pensaba su ´lindo´ hijo, que hacía un grave esfuerzo para mantener su dolor de cabeza bajo control. “Además sería el cuerpo perfecto para mí, joven, fuerte y con todos los poderes necesarios para…”

“Mamá” comenzó el ser amorfo, tratando de hacerla entrar en razón. Por desgracia, hace mucho que había pasado el tiempo en que podía llamarla así y parecer adorable, como mil años. Y a ella le gustaba la formalidad. “aun cuando fuera posible juntar a esos dos, dudo que funcione. Los genes Ootsutsuki que lo permiten…”

“¡Son altamente conservados!” Kaguya se empecinó, haciendo que su retoño rodara los ojos. “¡Nuestra especie tiene algunos genes que se conservan bastante bien a pesar de la hibridación en las siguientes generaciones!” comenzó a hacer un listado de los alelos dominantes que tenían para ofrecer los aliens de su raza, incluyendo los doujutsus (que se conservaron más que nada por siglos de incesto), las reservas de chakra y la capacidad de concebir. “¡Oh, no me mires así! ¡Ya ha pasado antes y lo sabes!”

“Sí, pero…” todavía ponía pegas, sabiendo lo que iba a decir. “Su clan era un poco pequeño y altamente endogámico, además de que muy inestable y…”

“No estoy hablando de eso, me refiero a los otros dos de los que seguro te acuerdas” si hubiera podido sonrojarse, el moho lo hubiera hecho. Sí, había pasado, pero… ese incidente era una de las peleas más raras que había tenido el placer… o la vergüenza de presenciar. Todavía podía recordar esas… esas cosas… fue lo más cercano a una lección de educación sexual que tuvo en su vida y más incómodo que ninguna.

“Por favor, no me hagas recordar eso”

“Sucedió hace algunos años, habían pasado como cuarenta generaciones desde mis preciosos bebés, que nacieron siendo tan kawaii…”

“¡Mamá!” ahora sin duda su color había cambiado a rojo, rojo completo. Lo que le hacía recordar aún más a las personas que… ¡no! ¡Se había prometido nunca más pensar en el milagro en rojo y en el malhumorado ese! Sobre todo porque… por lo que vio sobre ellos… y porque… bueno, falló.

-Hace muchos años-

“Es tu fin, Shinobu” Nobunaga puso la punta de su katana en el cuello de su némesis. Habían sido enemigos durante tanto tiempo y ahora… ahora por fin tocaba ponerle fin. Respiró hondo, sintiendo cómo su respiración se agitaba, pero no por la pelea con el líder del clan Uchiha más demente de los últimos tiempos, sino con la repulsión que sentía al pensar que iba a terminar con una vida. Sí, era un ninja… más uno con una peculiar característica. Él no mataba, sólo incapacitaba a sus enemigos. Pero ahora… sí, ahora… tenía que…

“No te cortes, hazlo” dijo el hombre tirado en el piso, tosiendo. Estaba demasiado débil para levantarse… patético. Él era Shinobu Uchiha, asesino de miles, el sanguinario, el líder de los Uchiha, el que se ganó el título de Electroshock, el… el que todavía recordaba el milagro en rojo de esa noche. “¿Qué te sucede? ¿Por qué no lo haces?”

“Nunca… he matado a nadie… no desde… esa noche” tartamudeó, tratando de no mirar. Sólo tenía que mover un poco la hoja afilada, hacer un pequeño corte y… ya estaba. El monstruo se habría ido. Su gente estaría a salvo. Él sería el héroe que acabó con el villano que incluso sus mismos secuaces de ojos demoniacos habían abandonado.

“Esa noche… sí… mi milagro en rojo” el Senju frunció el ceño, recordando que siempre que decía esas palabras, el Uchiha solía presentar una de sus masacres. Esta vez no, esta vez la única muerte sería la suya. Sonrió de una forma que era muy extraña en él. “Supongo que es justo que me lo recuerdes una vez más”

“Cierra la boca” entonces sus ojos recayeron no por primera vez en la cicatriz del brazo derecho de Shinobu, una cicatriz muy profunda. No tenía muchos recuerdos de esa noche, más en ese momento lo azotó el más vívido flashback justo de ese mismo momento. “Tú… tú estabas ahí… esa noche que perdí el control de mi Fuuton y maté a esa gente por accidente” era un momento traumático, el origen de su repulsión a matar… pero recordar que alguien más estuvo ahí. “Esta cicatriz…”

“¿Ya lo recordaste?” Nobunaga no podía decir que sí, había sido sólo un niño asustado en ese entonces. La delineó con cuidado con su katana. ¿Acaso había él causado esa cicatriz? Con su Fuuton era posible. “Entonces… ya sabes cómo nos conocimos.”

“Si yo te herí esa noche, lo sien…”

“¿Herirme? Me salvaste” y entonces lo recordó. Como una avalancha, las memorias de esa horrorosa noche volvieron a él. Las sombras del clan Kaguya lo perseguían, intentando matarlo sólo para probarse a sí mismos. Y no estaba sólo. Había alguien a su lado. Su primer y único amigo, al que había conocido en su huida. Shinobu… y la cicatriz… la herida que se había hecho Shinobu al intentar protegerlo.

“Tu brazo…”

“¿Ya lo sabes?” él se recostó contra el piso. “Entonces… creo que finalmente conseguí lo que quería.” Cerró los ojos, un poco más calmado. “Es el fin, ¿no?”

“Yo… no puedo matar a alguien…” tenía que hacerlo, sabía que tenía que hacerlo… pero no podía hacerlo. Simplemente no podía matar a su amigo. No después de recordar eso. “No quiero matarte a ti.”

“¿Acaso mi pequeño milagro en rojo te ha hecho abrir los ojos de nuevo?” 

“¿Quieres parar de hablar de eso? Tu estúpida obsesión por esa noche y afición a las matanzas es lo que te ha puesto en este lugar, atrapado bajo mi espada” frunció el ceño, apartando la katana. El otro no iría a ninguna parte, podrían hablar tranquilos. El Uchiha rompió a reír como un demente. “¿Y ahora qué te pasa?”

“¿Realmente crees que yo…? Tienes que estar bromeando” rio un poco más antes de calmarse y respirar hondo. “No soy un psicópata, no me gustan las matanzas más que a ti. Es sólo que… sentirse olvidado era terrible” suspiró melancólico. “Mi milagro en rojo… no era una matanza. Era sentirme protegido por ti, era… tener un amigo… todo lo bueno que pasó esa noche. Pero lo único que recordabas era una matanza y…”

“Para que recordara tenías que forzarme, por eso las matanzas” resopló. “Si querías que te recordara, creo que bastaba con enseñarme esa cicatriz en el brazo” la delineó con cuidado, admirándola. “Te la hiciste cuando mataste a ese hombre de los huesos para protegerme” la visión de esa costilla haciéndole esa herida a Shinobu mientras lo atravesaba con su raiton volvió a él. “Perdí el conocimiento, ¿me arrastraste a un lugar seguro?”

“A los dos prácticamente… tuve que irme antes de que los Senju me encontraran” Nobunaga asintió, su clan lo hubiese matado. “Entonces… ¿no vas a matarme?”

“No” enfundó su katana. “Porque ahora que te he recordado, sé que las matanzas terminarán”

“Ahhhh, nunca fueron matanzas, sólo maté a algunos. Es sólo que… desmembré los cuerpos y repartí la sangre por todas partes para que lo pareciera” hizo un gesto de desagrado. “Es asqueroso, lo sé, pero estuve más que seguro que si lograba rehacer el escenario de esa noche…”

“Te recordaría, lo sé” el otro suspiró cansado. “No vuelvas a hacer locuras” se levantó, sacando vendas de un pergamino. “Quédate quieto, voy a curarte” el otro obedeció, manteniendo su posición mientras vendaba sus heridas. “¿Quieres que te lleve a la frontera con tus tierras?”

“No” trató de levantarse, más le dolía demasiado el cuerpo. “Ellos también esperaban que me mataras. Ya han nombrado a mi hermanito jefe de clan, sólo les faltaba exiliarme.”

“¿De verdad?” se frotó las sienes. “En serio, eres el hombre más loco que he conocido. Ahora no tengo más opción que matarte” se levantó y volvió a alzar la espada, descargándola justo donde estaba la cicatriz. Sangre brotó de ella otra vez, ensuciando la hoja. “para que puedas vivir”

“¿Qué?”

“Esto me servirá de prueba para decir que estás muerto” señaló el arma. “Un katana con tu sangre, nadie se atreverá a dudar de mi palabra. Estás a salvo” se apartó. “Descansa y vete, jamás regreses a tu clan. Tampoco vengas a mí.”

“Un regalo de despedida, ¿eh?” se frotó la herida. “Pensé que podríamos tener nuestro partido de kemari, el que me prometiste esa noche.”

“No abuses.”

-Meses después-

“Mierda” Nobunada corría por las calles de una ciudad, casi siendo alcanzado por los shinobis enemigos. La misión que le había sido asignada a simple vista parecía sencilla. Entrar en una fortaleza, conseguir un pergamino muy importante que había sido robado de su clan y salir antes de que se enteraran los shinobis. Sientas de veces hizo esta clase de cosas, pero en esta ocasión habían sido más listos que él. Y lo peor eran que eran usuarios de Katon.

“Raiton” una voz se alzó entre las demás, consiguiendo atraer la atención de los enemigos y del Senju mismo. Levantaron las cabezas y lo que parecía una sombra con ojos rojos descendió sobre ellos. En un momento los atacantes estaban muertos. “Parece que no podemos mantenernos lejos el uno del otro”

“No, parece que no” el se colocó mejor el pergamino sobre el hombro. “Hola, Shinobu, al tiempo. Veo que has estado ocupado” dijo, señalando el uniforme de criado que llevaba puesto. “¿Te ha ido bien?”

“No puedo quejarme” escuchó atentamente. “Vienen refuerzos hacia acá, tienes que venir conmigo. En el ala de los sirvientes no te buscarán” lo guio, haciéndolo entrar en una habitación pequeña. Ahí sacó una tela para limpiar sus heridas. “Quemaduras… ¿katon?”

“Si” señaló su pierna. “Estás sangrando”

“Ya lo veré después”

“Mejor déjame a mí, estoy más capacitado que tú” el corte no era muy profundo, tal y como dijo Shinobu, pero eso no fue en lo que se fijó el otro. Su piel era muy blanca, tan blanca que… la acarició, cosa que al otro no parecía molestarle. Pronto sintió la tentación de besarla. Esto le pareció raro, esa clase de deseos no los había tenido ni con su propia esposa. Sin embargo, era demasiado fuerte. Continuó, tocando zonas cada vez más privadas.

“Ummmm… ahhh… basta… esto” el Uchiha exiliado trató de moverse, sintiendo escalofríos en su piel. Las manos del otro pronto dejaron su pierna, para alzarse sobre él y besarlo, cortándole la respiración… y el juicio. Las manos de su némesis retiraron su ropa, dejándolo expuesto sobre una cama.

“Está bien… está bien” le susurró al oído mientras acariciaba sus piernas y besaba su cuello… inconsciente del espía que los observaba. Zetsu esperaba una gran batalla cuando esos dos se reencontraran, no… esto. Estuvo a punto de vomitar cuando observó a Nobunaga recorrer todo su cuerpo con los labios, volviendo a subir hasta los pezones, arrancándole gemidos dulces de placer.

“Ahhhh… ahhh… ahhhh… ¡ahhhhh!” estos escalaron cuando las manos de su amante tocaron su virilidad, estimulándolo. Sus piernas se abrieron más, estaba tan excitado… su amigo lo tomó como una invitación para colarse entre ellas. El Senju se apresuró a chupar tres de sus dedos mientras estaba distraído por el placer y rápidamente coló uno en su entrada. El Uchiha siseó de dolor, ajeno a esas sensaciones. De todas maneras lo dejó seguir. “Nunca he hecho algo así con… un hombre”

“Yo tampoco…” un segundo dedo fue introducido, estirándolo aún más para prepararlo. El tercer dedo se lo unió y de pronto este tocó un punto dentro de él que lo hizo gemir altamente y mecer las caderas. Nobunaga siguió golpeando ese punto hasta que se cansó, retirando los dedos. Se colocó en posición para penetrarlo. “Shhhh”

“Por favor, dime que vas a ser delicado, yo…”

“Lo sé, lo sé” no sabía muy bien cómo ser bueno con él, pero trató de entrar despacio para disminuir la cantidad de dolor que de seguro estaba sintiendo. Los ojos de ambos de cruzaron cuando terminó de entrar completamente. “Estás… demasiado estrecho…”

“¿Qué… qué esperabas? No… no he hecho… esto antes… ummm… muévete” él lo hizo, saliendo y entrando. Shinobu mordió una mano para no hacer mucho ruido. Los perseguidores podían aún estar cerca, buscando al intruso. Sin embargo era demasiado difícil, se sentía tan bien… “¡AHHHH!” el golpe en ese lugar volvió a hacer bambolear su cordura. “Eso fue…”

“Sí… genial…” jadeó el otro, besándolo en los labios para atenuar los sonidos. Siguieron besándose mientras el mayor embestía y el menor lo encontraba con sus caderas, haciendo cada vez más fuertes las penetraciones. Ambos estaban muy sonrojados, sintiendo el orgasmo arañarles las entrañas. Con un profundo gemido, los dos se vinieron. Se quedaron resoplando fuertemente, quietos. Lo suficiente para que Zetsu notara sus chakras conectados… y los rezagos de uno resonando en el otro.

“¿Cuando… cuando despierte ya te habrás ido?” preguntó Shinobu mientras el Senju salía de él, acomodándose para dormir.

“Así tiene que ser” dijo Nobunaga, levantándose de la cama para ponerse la ropa. “Tampoco tenemos que… volvernos a ver. Es por tu bien”

“Está bien... como digas” cerró los ojos. Como pensaba, a la mañana siguiente no había rastro del otro. Y no lo hubo… hasta unos meses más tarde. Comenzó con unos mareos muy extraños todas las mañanas, luego notó que su vientre estaba un poco hinchado. No quería creerlo, pero con su Sharingan pudo corroborar que esa noche había tenido sus consecuencias. En seguida fue al herbolario. “Necesito extracto de helecho macho”

“En seguida” el hombre se lo vendió, sin sospechar que era para él. Después de todo los sirvientes solían ir a él por sus damas a pedir esa clase de extractos. Shinobu se quedó mirando la cosa esa, pensando en lo que realmente debería hacer. Lo que quería hacer… no, simplemente no debería hacerlo. Y Zetsu estaba contando con eso. Se acercó al Uchiha sigilosamente, tomando posesión de su cuerpo y llevándolo a un sitio donde sus contrapartes blancas lo esperaban.

“Tanto tiempo esperando para que trajeran la llave para la resurrección de mi madre y finalmente ha pasado” sonrió la espantosa criatura al ninja, que se encontraba recostado contra una pared de piedra en una jaula del mismo material. Tiró una bandeja dentro. “Come, no voy a dejar que te mueras de hambre.”

“Eres un…” Shinobu lo amenazó con el Sharingan, más un mareo le recordó por qué no podía usarlo. Lo pensó durante unos días… buscó el frasco. Zetsu no se lo había quitado, lo que quería decir que no estaba enterado de que lo poseía. Abrió el tapón, disculpándose mentalmente con todos, especialmente con… “Lo siento, hijo mío” bebió. El dolor fue intenso, tanto que gritó. Había tomado demasiado… su captor llegó en ese momento, encontrándolo retorciéndose de dolor. “Vete al diablo, monstruo”

“No… no… ¡NO!” Zetsu gritó, tratando de salvar a su plan, de no fallarle a su madre, pero la voluntad de Shinobu de mantener a su hijo fuera de peligro prevaleció y ambos pasaron a mejor vida. En ese mismo momento, Nobunaga sintió una punzada en su pecho. Sentía… sentía que había perdido algo muy importante para él.

-De vuelta en la realidad-

“Madre, ya te he dicho que no va a funcionar” el moho negro siguió, todavía ignorante de que Shinobu había tenido el extracto de helecho macho a la mano. “No sé qué sucedió, pero tuvo un aborto. Quizás se debió a que los genes que le permitían llevar el embarazo a término no están tan conservados.”

“De eso se encarga el chakra, querido” Kaguya le quitó importancia. “Tú sólo has lo que te digo, arregla que se acuesten y nuestra herencia hará el resto.”

“Tu confianza me preocupa”

“Y tu desconfianza en mí es lo que me preocupa” la diosa conejo se volteó hacia él. “¿Es que has olvidado a quién debes obediencia? ¿A quién deberías estar agradecido por existir? ¿Las órdenes de quién cumplir?” la criatura se estremeció. “Haz lo que te digo”

“Sí, madre” él inclinó la cabeza. Entonces recordó algo que debió haber recordado antes… ¡que estaban dentro de un poderosísimo sello, maldita sea! ¡Un poderosísimo sello que las personas que tenía que emparejar habían hecho! “Una… pregunta”

“¿Qué, hijo?”

“Que… estamos atrapados aquí… dentro de un sello… en la luna…”

“Oh, de eso no te preocupes” la coneja siguió restándole importancia a todo. “Todavía tengo algo de poder, puedo sacarte de aquí y mandarte a un punto en el tiempo específico” ella movió una mano. “¿Qué tal… un par de años después de derrotarnos? Justo antes de que se comprometan con unas chicas... ah, una de ellas es de mi sangre, así que está ligeramente bien, pero la otra… la eligió fastidiosa.” Chasqueó la lengua. “Sí, ahí está bien. Júntalos.”

“Como… como digas… madre” aceptó el moho. “¿Y… cómo…?”

“Ven…” ¡PAF! De una patada en el trasero, mandó a su repulsivo hijo volando hacia la tierra. Este calló como un chicle al piso, con la marca del zapato de su madre. Refunfuñando, se paró del piso y, maldiciendo su suerte, a sus hermanos, al mundo… a todos menos a su madre, se encaminó a su nueva misión.

“¿Y ahora qué hago?” se preguntó con desespero.

 

Notas finales:

Jajaja!!! Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo!! ¿Que hará la cosa negra de ahora en adelante?

Por cierto, me he dado cuenta de que últimamente tengo demasiadas ideas y poco tiempo para escribirlas, así que voy a hacer una pequeña votacion para los que estén interesados. Elijan una de mis previews y esa será la que escriba primero. tienen:

1. Desastre temporal

2. Amándonos en el mar

3. Horrorville

4. El otro

5. Zetsu casamentero

Voten y elijan!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).