LA PAREJA DEL PROFESOR
Uzumaki Naruto era un joven profesor de preparatoria. No tenía tantos años de experiencia, sin embargo era innegable el cariño que sus alumnos sentían hacia él debido a su actitud relajada y divertida, pero aún así siempre motivando a los demás para que salieran adelante y cumplieran sus metas. Con su cabello rubio, ojos azules y eterna sonrisa, llamaba la atención de bastantes jovencitas quienes no podían evitar preguntarse si él tendría pareja, pues jamás había mencionado algo al respecto ni tampoco llevaba alguna sortija en el dedo.
Por este motivo, durante el almuerzo, una osada chica dio un paso delante de su grupo de amigas y cuestionó al profesor sobre su situación sentimental. Al principio todas se avergonzaron por la desfachatez de su amiga, pero ninguna perdió dejó de observar fijamente la reacción del rubio, quien se rascó la cabeza y sonrió algo avergonzado, además de balbucear un poco antes de dar una respuesta concreta.
-Eh… En realidad sí, salgo con alguien.
-Vaya. ¿Y es una relación seria? –preguntó de nuevo la atrevida estudiante
Naruto se quedó callado meditando la respuesta y observó fijamente la ventana, sin darse cuenta que su mirada se volvió melancólica y que esto era presenciado por esas chicas que estaban intrigadas del motivo para su expresión. No faltó quien suspiró embelesada por lo maduro que lucía su profesor de esa manera, pero mayormente morían por satisfacer su curiosidad aunque ésta pareciera encaminada a decepcionarlas más por el hecho de que Naruto no fuera un hombre soltero.
-Pues hemos enfrentado bastantes obstáculos desde que nos conocimos –dijo el hombre unos minutos después-, a pesar de eso quiero creer que para ambos la relación es totalmente seria y duradera. Es difícil de explicar, lo siento –concluyó, sonriendo alegremente de nuevo
Las chicas se sintieron conmovidas por la devoción del rubio, ya que era evidente que de verdad estaba enamorado de esa persona. Al menos su pregunta había sido respondida y si bien no era la respuesta que deseaban (¿a quién engañaban? Más de una realmente se había planteado el intentar seducir a su profesor). Sin embargo ahora tenían la duda sobre qué clase de mujer sería la afortunada de tener el corazón de alguien tan increíble como Uzumaki Naruto.
Las clases concluyeron y luego de su jornada laboral Naruto se encaminó hasta un café que se encontraba en sentido contrario de la escuela. Ingresó observando a su alrededor hasta que en una mesa alejada miró una cabellera oscura que ya le estaba esperando. Sin borrar su sonrisa, el de ojos claros se encaminó hacia allá y tomó asiento como si nada.
-Hola, Sasuke. ¿Qué tal las clases en la universidad?
El joven frente a él no pasaba de los diecinueve o veinte años, de cabello azabache y ojos negros. Frunció un poco el ceño ante la pregunta y bufó mientras se frotaba la frente con fastidio.
-Estuvieron bien –respondió-, excepto porque mis estúpidos compañeros no me dejaban en paz insistiendo que los acompañara a una cita grupal con unas chicas de otra escuela.
-¿Y qué ocurrió? –preguntó el mayor, divertido porque sabía cuánto odiaba el otro ese tipo de situaciones
-Desistieron cuando les dije que no me interesaba en lo más mínimo y además iba a reunirme con mi pareja con quien por cierto salgo desde la preparatoria y prácticamente ahora vivimos juntos.
A pesar de ser un adulto responsable y maduro (al menos en su imaginación), Naruto no pudo evitar sonrojarse ante tales palabras y tosió para ocultar su vergüenza. Uchiha Sasuke, el joven frente a él, estuvo dentro del primer grupo de estudiantes a los que el Uzumaki dio clases cuando recién comenzó a trabajar. Tuvieron un comienzo bastante difícil porque el moreno no lo respetaba en lo más mínimo y el resto de sus compañeros tendían a seguirlo. Con el pasar del tiempo Naruto se fue ganando a cada uno de sus problemáticos alumnos e incluso logró congeniar bien con el reservado Sasuke. Tal vez porque se pusieron apodos que parecían más insultos, discutían cuando no estaban de acuerdo y se trataban más como amigos que como profesor y estudiante, en algún momento se olvidaron de eso, de que ambos eran hombres y de la diferencia de edad, porque terminaron enamorándose. Fue un gran shock inicial y Naruto decidió actuar como el adulto que era, dispuesto a ignorar totalmente esos sentimientos inapropiados. Claro, no contó con que Sasuke dejara de lado su orgullo y mejor lo enfocara en seducir a su profesor, con resultados bastante exitosos. Hasta la fecha el rubio prefería no pensar en ello en lugares públicos.
-No deberías ser tan malo con tus compañeros, Sasuke –regañó ligeramente-. Apenas tienes diecinueve años, se supone que tendrías que estar disfrutando tu vida como estudiante de universidad –suspiró al ver que el otro no parecía nada convencido con sus palabras-. Te confieso que a veces siento que un día tocarán a mi puerta y serán policías que han llegado a arrestarme, como ese meme en internet donde los soldados traen letreros de la ONU y patean la puerta diciendo “Tadaima”*.
El Uchiha lo miró unos instantes antes de soltar una pequeña risa burlona por semejante comentario. Sólo Naruto se imaginaría en una situación igual a un meme. Era tan dramático a veces.
-No seas exagerado, usuratonkachi –mencionó el apodo que le puso cuando era su estudiante-. No soy ningún niño y por si no lo recuerdas, tú ya no eres mi profesor, así que no habrá ningún problema.
-Pareces bastante confiado, teme.
-Claro. Además a final de cuentas todo esto es totalmente tu culpa –amplió su sonrisa burlona-. Fuiste tú quien me enseñó que nunca debería retractarme de mi palabra.
-Sí, pero nunca esperé que te jurarías que tarde o temprano tu joven profesor sería tu novio.
-Como dije, culpa tuya.
Naruto negó con la cabeza sin poder evitar reírse. ¡Había creado un monstruo! Sin embargo estaba bien con eso, porque aún con el temor de ser acusado de asaltacunas (aunque el único que lo llamaba así era el hermano de Sasuke y lo hacía sobre todo para burlarse de ambos), no podía negar el hecho de que por alguna inexplicable razón realmente se enamoró del grosero y malhumorado adolescente que conoció cuatro años atrás. Y que en realidad el sentimiento sería recíproco desde mucho antes de que él se diera cuenta. Seguro todavía habría dificultades en su futuro, pero confiaba en que saldrían adelante juntos. Solo por si las dudas, mejor que sus alumnas no descubrieran a su pareja.
FIN
THE END
OWARI