Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

JUST! BECAUSE por Jeffy

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esto ha salido de mi cabeza, si es malo, ya sabéis por qué XD

No olvidéis dejar un comentario ;D

Pues nada, que soy Jeff y espero que te guste esta historia de mi cosecha.

No os podríais llegar a imaginar lo aburrido que es trabajar en un puticlub. Aunque pudiera parecer todo deliciosa algarabía de buenas a primeras, nada que ver tendría este cirenáico entretenimiento con lo que se deja ver y toda la impresión que forma a aquellos que nunca lo vivieron en sus carnes, mas oyeron hablar.

 

Tal os narro, que a las cuatro en la madrugada, sin nada mejor que hacer, no encontré mejor entretenimiento que dedicarme a apilar naipes en la calva de un chulo que desgració su dignidad al cometer el enorme error de quedarse dormido en mi turno.

 

En lo que llevaba de noche, ya me había ocupado del aburrido ajetreo que supone follar como conejos. Porque, sí, por mucho que te guste algo, en cuanto se convierte en una obligación, el acto termina perdiendo la maravillosa chispa que se prendía y hacía arder tu piel sudorosa contra la carne ajena.

 

Así que, en vista de lo muerto que estaba el lugar (en ocasiones literalmente debido a que el tarado de turno entró en el local con un arma) decidí que ya había terminado mi jornada laborar y me fui a hacer lo segundo que mejor se me daba; beber como un cosaco.

 

Me miré en el espejo de nuestro pequeño "camerino" colectivo con un hermoso miembro erecto pintado en la puerta a color y detalle laborioso. Tenía ojeras. ¡Vaya si las tenía! Pero, era de esperarse, el ejercicio siempre cansa y yo nunca fui de buen dormir, aun fuera cierto que mis horarios siempre pudieron definirse como vampíricos, lo que convertía mi trabajo en una excusa perfecta para seguir con los bioritmos alterador y no tener que ponerle solución alguna.

 

Me puse un pantalón corto como el demonio que me marcaba bien el paquete, botas de tacón, y una camisa pegada (abierta) con una camiseta de rejilla debajo. Hecho un pincel, sí señor. Un pincel sucio, del tipo que un artista jubilaría por estar demasiado usado. El brillo de mis ojos dorados, encendidos por la idea de escaquearme del trabajo para no hacer nada mejor que el susodicho, destacaba a través de las numerosas manchas (algunas de semen seco que nadie estaba dispuesto a limpiar) en el cristal.

 

Si bien uno podría pensar que alguien como yo, un chapero (prostituto deun antro gay) se maquillaría y repeinaría como insinuaba el oficio, ese más bien no fue nunca mi estilo. Mis irregulares cabellos negros, despeinados y algo pegados al cuero cabelludo debido al sudor, caían con la misma delicadeza que un coche se llevaba por delante a un ciclista por estar distraído hablando por el móvil. "Decente", pensé. A fin de cuentas, de follar iba, y no tenía la menor intención de volver a las andadas, mucho menos, ya sea dicho, gratis.

 

Salí del antro andando digno y sin preocupación, no teníamos un horario flexible, ni mucho menos, pero ya me conocían de sobra. Asmodeus me llamaban. Un perfecto nombre de oficio, la verdad.

 

Me sorprendí vagando sin rumbo, cuando, un ruido capto mi atención. Sin mucho mejor que hacer realmente, decidí seguirlo.

 

No era nada en especial, sólo un silbido que se intuía leve, pero magnificado por la estrutura del escenario, las paredes del sucio callejón, actuando como una caja, provocaron el eco. Y, no demasiado lejos, medio agazapado, y tambaleante, había un chico.

 

Era visible que, a parte de estar borracho, no pegaba en absoluto ni con la zona, ni con la escena que se dejaba ver.

 

Tendría unos dieciocho, lo que ni siquiera cumplía la mayoría de edad (al menos en UK), el cabello revuelto, al tiempo que lacio. Se veía extremadamente claro, quizá por la luz (o quizá se lo hubiera teñido) el nudo de la corbata, reposando en su cuello pero descuadrato de la camisa, que estaba a medio abrochar y dejaba ver que llevaba una camiseta debajo. La americana, de tweed, algo deshilachada, reposaba en su cadera anudada alrededor, y los pantalones, con el cinturón desabrochado, parecían estar sostenidos por nada, como si en cualquier momento se le fueran a caer. Tenía la bragueta bajada. Por último, pero no menos importante, esos zapatos de vestir blancos. No sabría decir cómo, pero se las arreglaban para ser fabulosos y terriblemente horteras al mismo tiempo.

 

Sin mucho que perder, me acerqué a él.

 

  • Oye, chaval, ¿estás bien?- atiné a decir. Él sólo me miró, se me abrazó al cuello, y cuando se quedó ahí colgando, me di cuenta de que se había quedado dormido.

 

Pues bueno.

 

Podría haberlo dejado en el suelo y haberme ido.

Debería haberlo dejado en el suelo y haberme ido.

Tuve que haverlo dejado en el suelo y haberme ido.

 

Pero no, no pudo ser porque soy gilipollas. Y como buen gilipollas, no se me ocurrió mejor idea que llevármelo a casa en brazos.

Notas finales:

Oye, que qué te iba a decir... ¡Ah, sí!

El comentario. 

No te lo olvides. 

Porfa(?)

Soy un hombre simple, cualquier cosa me vale así que no te comsa mucho la cabeza, que no hace falta.

 

Buenas noches~

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).