Miles de flashes se ven por toda la sala. Las cámaras están bien puestas, los reporteros con sus computadoras y libretas están listos para tomar nota de lo que los actores del drama The Best Love fueran a responder. La entrevista daría inicio a las 9:00 a.m. en punto, faltaban sólo unos minutos.
El coordinador ingresó a la sala.
-Buenos días a todos. Les agradecemos de antemano el estar aquí presentes. Esperamos sus buenos comentarios en sus publicaciones. Demos la bienvenida al director y su elenco.
Los aplausos sonaban mientras el director juntos a los actores aparecían desde atrás del escenario hacía sus respectivos puestos. Todos daban reverencias, una que otra pose o sonrisa ante las cámaras. Tomaron asiento.
-Señorita Yang Jae Soo, por favor explíquenos de qué se va a tratar el drama.
-Bueno, es una idea que realmente me encantó. Habla de Kyung Hee, una chica realmente fuerte, que vive con su padre, y espera ser medallista olímpica, pero contrae una grave enfermedad que amenaza con paralizar su cuerpo.
-¿Qué papel desempeña usted, señor Kim Ki Bum?
-Mi personaje es un hombre adinerado, arrogante y poco amable, el cual conoce a Kyung Hee sólo por llevar a su hermana a clases de gimnasia. Luego de que él se enamora de ella, intenta ayudarla a cumplir su sueño -respondió tranquilo.
-¿No es un tanto cliché? -preguntó un reportero.
-Considero que la idea podría llegar a serlo, pero a veces eso es lo que da la emoción. Ademas, no es todo lo que vendrá -sonrió algo travieso.
Hubo unas cuántas preguntas más acerca de todo el rodaje, la fecha de estreno y otras cosas. La sesión terminó con el director dando gracias de nuevo, y pidiendo a todos que disfrutaran del drama.
Las editoriales no dieron espera y publicaron sus artículos en los periódicos, los noticieros dieron el boletín informativo. Las redes sociales se alborotaron con imágenes del drama, con comentarios ansiosos sobre su estreno en la pantalla chica. Sin embargo, una foto causó aún más revuelo.
"¿Ki Bum y su novia?" Rezaba un pequeño titular en una foto. Él estaba sonriendo, pero en la esquina inferior se hacía un zoom de su cuello, mostrando una mancha que parecía un chupón.
-¿Quién podría ser la novia misteriosa del famoso actor Kim Ki Bum? El artista jamás ha revelado estar en una relación. ¿Estará escondiendo algo? -era el contenido del artículo.
En la tarde, miles de reporteros llegaron a las puertas de la agencia buscando al objeto del nuevo chisme. Los guardias de seguridad hacían su mejor esfuerzo para retenerlos.
-Ki Bum, mirenlo, ahí está -gritó uno y todos fueron a rodear al joven actor que salía con una sonrisa y unos lentes de sol.
-Por favor, diganos quién es su novia.
-¿Acaso es su co-estrella en el drama?
-¿Pensaba hacer algún anuncio oficial?
Tanto los celadores como su manager apartaron a la gente lo más que pudieron hasta que llegaron al auto donde Ki Bum subió sin dar ningún comentario.
-¿Cómo es que fuiste tan descuidado? -lo reprimió su manager, suspirando.
-Lo siento, hyung. No tuve tiempo de cubrirlo.
-¿Qué haremos? El director ya me llamó para que me encargara de resolver esto.
-No te preocupes. Les pasará luego.
-¡Ja, si claro! -el mayor se recostó en su asiento y suspiró.
-Gracias por cubrirme, hyung. No pasará nada grave -rió y lo abrazó un poco para calmarlo. Luego de que lo soltó se acomodó en su asiento.
Ki Bum llegó a unos edificios donde se encontraba su apartamento. Se despidió rápido de su manager antes de entrar al lovy y pasar derecho al ascensor. Quería llegar tranquilo a casa, descansar luego del ajetreado día siendo perseguido por los fanáticos y chismosos reporteros que querían inmiscuirse en su vida. Sabía que como figura pública no podía tener mucha privacidad, pero era increíble el revuelo que hacían por cualquier cosa.
Con sus llaves abrió la puerta y entró. Olía riquísimo. Se quitó los zapatos y casi que levitando, fue llevado por el aroma hacía el comedor. Han Geng estaba sirviendo dos platos humeantes, con ayuda de unos guantes de cocina que hacía que no se quemase. Ki Bum se sintió más ligero, tranquilo. Ahí no tenía que callar nada, ni aparentar.
-Bummie, no te quedes ahí parado. Lo acabo de calentar y se enfriará rápido -se despojó de sus utensilios de cocina antes de sentarse. Los cubiertos estaban puestos al igual que las servilletas y demás cosas.
-Lo siento -con una gran sonrisa se sentó al lado de su novio.
Llevaban juntos muchísimos años. Parecían un viejo matrimonio, con peleas, discusiones, desacuerdos, problemas; pero se amaban a pesar de todo. Eran fuertes y sinceros con sus sentimientos. Habían llegado ahí con mucho esfuerzo y amor.
-Huele delicioso. Desde la entrada se siente.
-Mamá lo mandó. Dijo que ansiaba tu drama y que te alimentaras bien. Te veía muy delgado.
-Tuve que perder algo de peso para el papel, no es mi culpa -río. Agradeció la comida antes de dar el primer bocado. -Amo la comida de tu madre.
-Ella ama alimentarte. A veces pienso que estás conmigo para seguir comiendo sus platillos -se burló. Ki Bum le siguió la risa.
-Sabes que no es verdad. Primero me cautivaste tú. Esto sólo fue el bonus.
Era increíble como antes era tan tímido frente a Han Geng, había veces que no podía ni musitar un ruido por los nervios. Ahora bromear, tener chistes internos o decir cualquier cosa era mucho más fácil.
-Oye, ¿los reporteros siguen molestándote?
-Claro. ¿Cómo crees que van a dejarme quieto con todo el revuelo que han hecho?
-Te dije que debías taparlo con maquillaje.
-Iba tarde. Acepta la culpa.
-¿Yo? ¿por qué? -rió.
-Tú sabes por qué. Han Geng, no te hagas el que no sabe -se levantó de su silla.
El mayor también lo hizo y se acercó aún riendo para poder abrazarlo por la cintura. Lo apretó fuerte, pellizcando un poco su vientre, haciéndole cosquillas. Ki Bum se resistía lo más que podía pero era inútil. Se reía sin control, aferrandose a Han Geng para no caerse.
-¡Te dije que aceptaras la responsabilidad!
-La acepto -beso su mejilla. Lo jaló hacía la silla del comedor donde había estado sentado, dejandolo sobre su regazo. -Sé que estabas agotado y además te retuve más tiempo antes de irte.
Ki Bum lo miró al rostro. Su sonrisa era encantadora, el calor de sus brazos se trasmitía por todo su cuerpo. Necesitaba a ese hombre en su vida, sin importar qué. Se había convertido en alguien muy importante.
-¿Bummie?
Le dio un ligero pico.
-Realmente no me importa los paparazi. Esa noche la pasé muy bien, igual que todas las demás. Hubiera querido quedarme en la mañana pero tenía ese compromiso.
-Lo sé. ¿Seguro no...?
-Seguro. Sólo me molesta un poco no poder decir la verdad. Eso causaría muchos problemas.
-Sí... pero sólo me interesa que lo sepas tú, el cuánto te amo.
Ki Bum soltó una risa y se levantó.
-Eres realmente muy cursi.
-Ven aquí -lo persiguió por todo el departamento, como dos niños pequeños jugando a las atrapadas.
Ese departamento era el guardían de sus secretos. Pocas veces afuera podían ser ellos mismos, mostrarse en realidad. Pero bueno, no todo debe ser aceptado por la voz pública.
Han Geng abrazó con fuerza a Ki Bum mientras dormían. El mayor se iría a China para hacer unas cuantas promociones. Estaría fuera casi dos semanas, era un largo tiempo, pero Bum no podía hacerle compañía.
A la mañana siguiente, ambos despertaron temprano. Comieron el desayuno antes de salir hacía el aeropuerto. Frente a la sala, se dieron un abrazo de amigos, con algunas palmaditas en la espalda.
-Nos vemos, Bummie.
-Cuídate mucho, Hannie. Hazlo bien, saluda a mamá de mi parte. Estaré esperando más de su comida.
-Bobo -con su maleta, pasó la revisión, perdiéndose entre los demás pasajeros que abordaban el avión.
Ki Bum lo vio partir. Suspiró un poco antes de tener que tomar un taxi hacía donde tendrían la grabación del drama. Ahí estaban unos reporteros ya acechando su llegada. Soltó otro suspiro y miró en su celular la foto que tenía de su novio junto a él. Era una selfie recién sacada la noche anterior. Habían varias fotos, pero su favorita era la de Han Geng escondido en su cuello, mirando hacia la cámara mientras besaba su cuello. Su mano viajó a esa zona, sintió algo de calor recorrer su interior.
Es verdad, no importaba qué dijeran, valía la pena.