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11:11 [GTOP] por Pato359

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Notas del capitulo:

Este lo hice para el cumpleaños del topo ;A; que memorias. But, ok...

Seung Hyun se removió en la cama. El calor del sol que pasaba la ventana estaba llegando hasta su cuerpo, calentandolo. Movió sus brazos y sonrió al sentir un pequeño cuerpo entre ellos. Lentamente abrió los ojos, viendo cómo Ji Yong todavía dormía plácidamente. No pudo evitar acariciar sus cabellos, luego su mejilla.

De todo el tiempo que llevaban conociéndose, estaban juntos hace cinco años. Su novio lo había hecho realmente feliz cada uno de sus días. Su parte favorita eran las mañanas cuando se despertaba con el menor al lado. No podría encontrar jamás un mejor hombre que él. Esperaba realmente estar a su lado más tiempo.

-Hmmm... -un quejido suave salió de los labios de Ji Yong. Su ceño se frunció y se aferró más a Seung Hyun.

 -Despertaste.

Ji Yong asintió. Lentamente abrió los ojos. Sonrió. El mayor podía ver la felicidad que le producía al otro el despertar junto a él. Se inclinó, dándole un beso de buenos días, el cual se hacía más y más largo.

-Deberíamos bajar a desayunar -el menor se separó primero, acomodándose la ropa.

El otro asintió, levantándose igual. Juntos salieron hacía el comedor. Bajaron las escaleras al primero piso. Seung Hyun se sobresaltó un poco al escuchar los cañones de confeti explotar y un grito de sorpresa por parte de sus dongsaeng.

-Feliz cumpleaños, TOP.

-Muchas gracias -rió. Se acercó a cada uno para recibir su respectiva felicitación.

-Te hicismos un desayuno especial -sonrió Seung Ri, orgulloso. Quizá él mismo lo había hecho en su mayoría.

-La verdad es que todo fue idea de Ji -afirmó Young Bae cruzado de brazos.

-¡Ya! ¿Por qué te gusta tanto hacerme bullying? Déjame tomar el crédito a veces -le reclamó el menor con un tierno puchero a lo que el mayor sólo rió más.

-Lo disfrutaré entonces -le sonrió al maknae antes de tomar los cubiertos y comer.

Los cinco comieron juntos, ya como una costumbre, como una familia. Hablaron de trivialidades mientras la comida avanzaba.

-Hoy la agenda está libre, podemos hacer lo que queramos -exclamó Dae Sung, contento, festejando por toda la sala.

-Me imagino ya tienes todo planeado -Tae Yang intercambió una mirada con su mejor amigo, el cual asintió-. Bien, entones tendremos una cita, Riri.

El panda sonrió y se dejó abrazar por Young Bae.

Seung Hyun volteo a ver a su novio, el cual sonreía. Veía que en su cabeza estaba maquinandose todo el plan para el día. Por debajo de la mesa, alargó su brazo para tomar su mano. Ji Yong correspondió el agarre y se giro a verlo, sonriendo.

El líder, con la ayuda de Dae Sung, lavaron los platos del desayuno. Cuando terminaron, intercambiaron una mirada cómplice para luego tomar caminos diferentes.

Ji Yong se arregló. Bañado, vestido y perfumado estaba listo para celebrar el día especial de la persona que amaba. Tendió la cama mientras esperaba que el mayor saliera de arreglarse. Miro el reloj, todavía era temprano.

-Estoy listo -Seung Hyun salió, luciendo realmente muy guapo.

-Vámonos -sonrió, dándole un beso.

Salieron de la casa para tomar el auto y así dirigirse al centro comercial.

-¿Qué haremos primero? -preguntó curioso, Seung Hyun.

-Primero iremos por tu regalo. Te llevaré a otro lugar y luego podremos almorzar. En la tarde haremos lo que quieras.

-Suena bien -sonrió.

Aparcaron el auto y se adentraron en el centro comercial. Ji Yong lo condujo por varias tiendas para reclamar cosas que le había comprado: un masajeador, un nuevo mueble para el cuarto y un abrigo.

-¿En qué momento compraste todo?

-No lo sé -se encogió de hombros-. Tengo mis secretos.

El mayor río. Debía resistirse a darle siquiera un beso en la cabeza. Se sentía realmente feliz. Más que los detalles, el que Ji estuviera ahí junto a él lo hacía más especial.

-Debemos almorzar. Tengo una reserva en tu lugar favorito. Vamos pronto, casi es hora.

Tuvieron que caminar sin tomarse de las manos. Apresuraron el paso hacía el auto y llegaron pronto al lujoso restaurante.

-Mesa para dos a nombre de Kwon Ji Yong.

-Por supuesto -un mesero los escoltó hacía la mesa algo apartada del resto. Tenía tres velas encendidas en el medio y un arreglo floral realmente hermoso.

Tomaron asiento para poder escoger sus platillos. Cuando ya lo hicieron y el camarero se fue, Seung Hyun tomó la mano del menor por debajo de la mesa.

-¿Qué más tienes preparado para hoy? -levantó una ceja, sonriendo de medio lado. -¿Acaso hay más sorpresas?

-Claro que sí.

-¿Qué? ¿me llevarás a la luna ida y vuelta?

-Tonto -rió, apretando sus dedos. -Es algo más especial.

-¿Me propondrás matrimonio?

-¡Ya! Tú deberías ser el que esté pensando en eso, Choi.

-Lo sé, lo sé. Yo fui el que prometió organizarlo.

Después de todo, había sido GD el que había pedido al mayor ser su novio. Una noche, de un momento a otro, simplemente sacó a relucir sus sentimientos, desde cuánto lo quería hasta los celos que sentía cuando alguien era muy cariñoso con él. Seung Hyun limpió las lágrimas que habían comenzado a caer por sus mejillas mientras golpeaba su pecho. Lo calmó y besó fugazmente.

-Por hacerte llorar... lo siento -con sus mejillas repasó de nuevo sus mejillas-. Nunca me ha gustado verte así.

-Tú eres el culpable de que me encuentre en este estado.

-Por eso quiero compensartelo aceptando ser tu novio.

Esa noche fue definitivamente la mejor. Recordarla aún hacía que en ambos se dibujara una radiante sonrisa.

En uno de los tantos días que se quedaban solos en casa y podían ser tan cursis como querían, Seung Hyun había prometido ser el que formalizara su casamiento con el menor.

-¿Qué es esto? ¿así de un momento a otro?

-No voy a dejar que otra vez me tomes la delantara -sonrió-. Así que por favor, esperame. Lo haré bien.

Ji Yong sólo sonrió.

-Verás que es una buena sorpresa -le dijo para hacer que volviera a la realidad.

Juntos almozaron tomando algo de vino. Conversaron de viejos recuerdos. Más de cinco años dan de qué hablar. Al final de la comida, el menor pagó la cuenta y pidió a su novio que indicara el lugar donde quería ir ahora.

Terminaron yendo al teatro, a ver una obra de temporada. Juntos, vieron con atención los actores desplazándose de un lado a otro en el escenario. Aprovecharon la oscuridad que había para poner sus manos juntas, una encima de la otra, entrelazando sus dedos. Eso sería suficiente por el momento.

-¿Te gustó?

-Sí. Realmente quería verla -le sonrió. Levantó su brazo para ver el reloj-. Se acercan las siete de la noche, ¿en qué momento se hizo tan tarde?

-No seas dramático. ¿Deberíamos dar una vuelta? -Ji Yong sacudió las llaves del auto entre sus dedos, con una sonrisa realmente amplia.

Pasear por los alrededores de Seúl en la noche era algo hermoso. No era tan tranquilo por el tráfico y la enorme cantidad de ruido que había, pero en las zonas apartadas, el cielo los recibía con su lecho estrellado. La luna seguía sus pasos durante el recorrido. Se detuvieron en un pequeño campo, a las afueras. Tomaron asiento en el pasto, recostándose para poder disfrutar de la atmósfera nocturna.

-Esto ha sido maravilloso, Ji. Te esmeraste más que el año pasado.

-¡Por supuesto! Siempre tiene que ser mejor. No es cualquier cosa.

Seung Hyung se apoyó sobre su costado, acomodando su cabeza en su mano. Miró el perfil del menor, apenas visible.

-Seguramente mis ancestros salvaron el país. Soy afortunado de tener a una personas maravillosa a mi lado.

Ji Yong se giró también para poder verlo cara a cara. Se acercó de a poco, hasta que sus alientos se mezclaban. Se besaron delicadamente, rodeandose el uno al otro en un fuerte abrazo. El mayor se separó un poco para despojarse de la chaqueta que llevaba puesta y así poder cubrirlos a ambos con ella. El tiempo que estuvieron ahí tumbados querían que se extendiera por mucho.

Cuando hizo demasiado frío para soportarlo, juntos entraron al auto, encendiendo la calefacción. Ji Yong manejó de regreso a casa, tomándose su tiempo.

-Gracias por todo el día de hoy.

-No ha sido nada, en serio. Me alegra que la hayas pasado bien conmigo.

Al llegar, el menor le pidió a Seung Hyun subir primero al cuarto, mientras él aparcaba el vehículo. El otro obedeció, subiendo las escaleras de manera cansada. Pasando por el lado de los cuartos, vio que ninguno de sus amigos estaba. Tenían la casa para ellos solos. En el cuarto se quitó la camisa, arrojándola lejos. Hizo lo mismo con sus pantalones, permaneciendo en bóxer.

-Feliz cumpleaños a ti -escuchó la canción y vio al menor ingresando con un gran pastel, lleno de miles de velas. Se sentó al lado de Seung Hyun, sonriendo.

Apenas terminó, apagó las velas con un afuerte soplido.

-¿Siquiera pediste un deseo?

-No necesito esas cosas.

-No seas idiota... -miro el reloj de la mesa de noche que marcaba 11:11. -Dicen que puedes pedir un deseo a esta hora y se hará realidad. Piensa en algo.

Seung Hyun entornó los ojos para luego cerrarlos. Pidió por la salud de su familia, de sus amigos, por el éxito de sus planes futuros y que pudiera permanecer al lado de la personas que más amaba en el mundo por mucho tiempo.

-Sabes..., yo también tengo un deseo -Ji Yong lo miró a los ojos mientras dejaba el pastel a un lado y se montaba en su regazo, rodeando su cuello con sus brazos-. Que la persona que amo sea feliz hoy y siempre, alcance sus metas dejandome estar a su lado en todo momento.

-Me lees le mente -atrapó sus labios en un beso hambriento.

Sus manos se deslizaban en el cuerpo del otro mientras caían sobre la cama. Sus sentimientos salían con cada caricia que daban; sus gemidos dejaban escapar sus grandes emociones y anhelos. Podía no ser la primera vez que hicieran el amor, pero era igual de especial que siempre. El deseo de ambos seguramente se haría realidad, el amor entre ambos era realmente intenso. Jamás se había visto dos personas más enamoradas. Serían felices muchos años más.

 


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