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¿Qué es un soulmate?
He escuchado que significa varias cosas. Mi madre una vez dijo: “Es como un mejor amigo, pero mucho más. Es la única persona en el mundo que te conoce mejor que nadie. Es alguien que te hace una mejor persona. En realidad, él no te hace una mejor persona. Lo haces tú mismo porque te inspira.”
¿Qué más te dijo tu bella madre? Cuéntame, hermoso hombre de hebras castañas. Cuéntame.
Me dijo que un soulmate es alguien que llevas contigo para siempre, es la única persona que te conocerá, te aceptará y que, además, creerá fervientemente en ti antes que ninguno, incluso cuando nadie lo haga, él creerá y confiará en ti.
Y, ¿Por qué se sufres ahora? ¿Por qué tus lágrimas se derraman sobre tus suaves mejillas? Dime, por favor dime, ¿Por qué no eres feliz y dichoso si posees una marca soulmate, digna de ti, en tu muñeca?
¿Por qué lo sería, de todas formas? El amor que debería sentir, que debería recibir y acoger aquí, en mi corazón, no lo siento, y aquello es tan real y cierto que duele incluso más. Me recuerda a cada segundo que cuando estuve vivo, que cuando tuve a una persona muy especial esperando por mí, aquella no… No sucedió como un cuento de hadas. Mi historia fue el infierno mismo. Un infierno que seguro merecí.
¿Por qué? ¿Por qué lo dices, bello hombre de ojos miel?
Porque soy yo. Y serlo conlleva diversas cosas, diferentes castigos. Ser yo es ser condenado al eterno sufrimiento.
¿Qué dices? Ya para, por favor. Y dime, además, que me duele verte de esta manera, hombre hermoso de hebras castañas. Dime, ¿Por qué no puedes parar de llorar?
Porque aquí en mi muñeca, aquí, sobre mi piel, tengo mi marca. Mira… Es el nombre de una persona que fue todo lo que mi madre dijo que sería mi soulmate destinado y más, mucho más. Lo fue tanto que cualquiera diría que era el mejor soulmate. El soulmate perfecto. Me inspiró, fue mi héroe. Fue el héroe de varios.
¿Qué ocurrió? Por favor, bello hombre, deja de derramar más gotas de tus hermosos ojos. Para ya.
Un día, de pronto, todo cambió. Desperté y ya no había más sonrisas de verdadera felicidad dirigidas para mí. Sinceras. ¿Has visto alguna vez una así? Yo las he visto muy pocas veces en mi vida, y nunca… nunca tan iluminada como la suya. Y todo eso,… simplemente acabó. Al inicio pensé que eran nuestras diferencias, ¿sabes? Jamás fui tan ingenuo como aquella vez, creyendo, como nunca antes lo hice, que por fin lo tendría todo. Que, aunque la gente a mi alrededor nunca supo acompañarme de la forma correcta, él lo haría. Él nunca me abandonaría.
¿Tu soulmate destinado te abandonó? ¿Por qué, hermoso hombre de ojos dulcemente expresivos? Dímelo, por favor, te ruego aquí de rodillas que me llenes de saber.
Porque no cumplí con lo que él esperaba que fuera, porque no fui lo que él quería y deseaba, porque fui, en vez de todo eso, un ser despreciable que con el tiempo iba a detestar, a odiar y repudiar con la mayor de sus ganas. Nunca fui ni seré tan perfecto como él, no era digno, además, de que mi soulmate destinado cargara con mi sucio nombre grabado sobre su piel. Mi soulmate no se equivocó al no elegirme. El despreciarme era su mejor opción, lo sé. Yo lo sé.
Entonces, pronuncia y haz que de tus bellísimos labios escapen las palabras que quieras crear como ciertas, pero… Dime, por favor, por qué, si juras decir la verdad, no puedes dejar de derramar dolorosas gotas cristalinas de tus melancólicos ojos miel.
Mi madre, tan creyente de la felicidad que traía consigo una marca soulmate grabada en una muñeca, no me contó que no importaba lo que sucediera, cuántas veces te hiriera y cuánto te lastimara física como mentalmente, no importaba, incluso, cuantas veces la decepción y el miedo vinieran acompañado de palabras dichas con la mayor y más mala intención, siempre lo amarías con cada fragmento de tu ser. Nadie me dijo, además, que nada, absolutamente nada, puede detener el sentimiento que se aferra con vehemencia dentro de ti, aunque no lo quieras.
¿Dices que la marca te obliga a amarlo, hombre de hermosos ojos miel, a sentir por él aquel sentimiento que solo logra hacerte sufrir? ¿A esperar por él, a lastimarte con su perdida y su último adiós? ¡Oh, no puede ser! Cuando apareció tu marca sobre tu inmaculada piel te… te…
Encadenaron.
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