Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

PERDONA POR DECIR QUE TE AMO por Tamina Bennet Stark

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!! Aquí ando nuevamente, según e informe de amor yaoi ya varias personas leyeron mi primer capítulo! al menos eso creo jajajaa porque todavía no entiendo bien como fucionan bien las lecturas y esas cosas XD pero bueno me gustaría pedirles si ustedes leen este fic que me digan que les está pareciendo, que les gusta o que no les gusta.

Hay una situación que alguien me comentó por ahí pero eso se los comentaré al final :)

 

Apenas entró a la habitación, Inuyasha se sentó en la enorme y cómoda cama mientras su hermano mayor se encontraba sentado en un cómodo sillón pues revisaba algunos papeles a pesar de lo cansado que se encontraba. Lo que el hermano menor no sabía era que Sesshomaru ponía atención en aquellos documentos no solo por ser asuntos importantes que atender a la brevedad sino porque de esa manera podía desviar sus pensamientos lejos de él y todo el revuelo que causaba en sus emociones.

– ¿Es que ni siquiera en estas circunstancias piensas dejar de trabajar? – preguntó el más joven con tono molesto mientras se recostaba en la cama.

Inuyasha siempre se comportaba así, a pesar de ser un joven de buen corazón siempre fue muy berrinchudo y no le gustaba ocultar su molestia cuando algo lo exasperaba. Sesshomaru siempre se culpó a sí mismo y a su padre por el carácter de su hermanito pues era el consentido de ambos. Siempre cuidaba a Inuyasha, estaba al pendiente de él y sus necesidades en todo momento desde que eran niños, incluso cuando se fue a Inglaterra a estudiar procuraba estar al tanto de él a pesar de que ya no hablaban demasiado.

– Esto es importante, son algunos papeles que me han dejado los abogados por cuestiones legales de la compañía… – trató de contestar el mayor solo para ser interrumpido.

– La compañía… la compañía sigue estando ahí, aunque padre no lo esté y seguirá estando ahí mañana –.

– Inuyasha esto es importante, se trata de tu futuro… –

– ¿Mi futuro? – dijo alzando la voz interrumpiendo a Sesshomaru – ¡Al diablo con eso! Papá ya no está aquí… daría todo el dinero que tenemos si con eso él… – no terminó de decirlo, simplemente volteó el rostro hacia el otro lado para tratar de mantener la compostura – no… no importa, solo… quiero dormir ya… ¿pretendes pasar ahí toda la noche? – dijo ya desganado.

Su hermano mayor suspiró.

– No – contestó seco.

Sesshomaru tomó los papeles que tenía en sus manos, se levantó y apagó las luces. Solo quedaron encendidas las lamparas a los lados de la cama, sabía que era algo arriesgado, pero conocía a su hermanito y era evidente que lo necesitaba más que nunca luego de que le arrebataran de las manos a su querido padre.

– Levanta tu trasero – le dijo a Inuyasha mientras jalaba las cobijas de su lado de la cama.

Su hermanito se levantó para terminar de hacer a un lado las cobijas. Ambos se metieron a la cama, Sesshomaru cobijó bien a Inuyasha y por supuesto pretendía seguir desviando su atención puesta en aquellos documentos que en verdad eran importantes con respecto al patrimonio que su padre había creado para ellos. Se encontraba leyendo mientras Inuyasha al otro lado de la cama lo observaba con insistencia y mirada penetrante. 

– ¿Qué sucede Inu? – preguntó sin mover su vista de aquellos papeles.

– Yo… solo… me alegra que estés aquí Sessh… – dijo el menor como en un suave susurro.

Entonces Sesshomaru hizo a un lado los papeles que tenía en las manos y volteó para mirar a su hermanito a los ojos.

– Escucha… no hay otro lugar en el pueda o deba estar mas que aquí a tu lado Inuyasha – dijo mientras su mano rosaba con cariño el rostro de su hermano pequeño.

Fue en ese momento, con ese gesto de ternura que Inuyasha no pudo seguir aguantando, hizo a un lado el orgullo y dejó salir las lágrimas que tanto le estaba costando retener pues, aunque no le gustaba parecer un llorón sabía que estaba con la única persona que no lo juzgaría y que entendería su dolor. Su hermano mayor era la persona en quien más confiaba en todo el mundo y ahora que su padre ya no estaba, Sesshomaru era su única familia.

– Él… me llevó a cenar porque se sentía culpable… de que por su trabajo no había podido pasar tiempo conmigo… y yo… ni siquiera estaba pronosticada la lluvia ese día… yo… – trataba de explicar Inuyasha con los ojitos llenos de lágrimas y dificultad al hablar.

– Shhh… no digas más, fue un accidente nadie pudo haberlo prevenido – dijo Sesshomaru mientras tomaba un pañuelo de su cajonera y le secaba las lágrimas a su hermanito.

Aquella escena le rompía el corazón al mayor de los Taisho, pocas veces podía ver a su hermanito sufrir en verdad y se le corroía el cuerpo por la impotencia de no poder hacer nada para calmar su pena. Sesshomaru Taisho daría todo por no ver sufrir a su hermano Inuyasha nunca más.

– Se-Sesshomaru… ¿qué será de mí si… si a ti te sucede algo?... – dijo el menor de los hermanos con mucho trabajo al hablar.

– Estoy aquí contigo tranquilízate, no me sucederá nada – dijo Sesshomaru para calmar a su hermano ya que cuando eran pequeños solían darle ataques de pánico.

– T-todo esto… que nos ha pasado… me hace pensar que estamos malditos… – dijo Inuyasha sollozando.

Su hermano mayor no podía continuar viéndolo sufrir, se acercó a él lo más que pudo, lo rodeó con sus brazos y acercó la cabeza de su hermanito a su pecho apretándolo contra él. Lo cierto era que nadie podía culpar a Inuyasha por pensar de esa manera, la muerte había estado acechando a su familia desde hacía muchos años y para muestra estaban las madres de ambos.

– No digas esas cosas, simplemente a veces la vida puede ser difícil y muy injusta – susurró Sesshomaru en su ya habitual tono de tranquilidad – pero tu sabes que no debemos darnos por vencidos –.

Tras escuchar esas palabras, el menor se aferró aún más a su hermano. Inuyasha sabía que estaba molesto con Sesshomaru y que aún no le perdonaba ciertas cosas que a la larga terminarían saliendo a flote y lastimando a ambos, pero en esos momentos nada podría tranquilizarlo más que el tonto de su hermano mayor, después de todo él siempre sabía que decir y que hacer para reconfortarlo. Bajo esas circunstancias podía olvidar unos momentos el resentimiento que tenía hacia él.

El mayor de los Taisho sabía que sus acciones para con su hermanito no eran las más sensatas, pero nunca había sido capaz de verlo sufrir de esa manera. Si bien lo abrazaba para hacerlo sentir mejor, no pudo evitar sentirse feliz él mismo, podía inhalar y sentir el dulce aroma de su pequeño hermano, ese aroma que siempre lo había hipnotizado y que le despertaba tantas cosas en su interior. Le despertaba cosas que definitivamente uno no suele pensar con sus hermanos.

Sesshomaru comenzó a observar el cabello de Inuyasha, que siempre le había parecido un rasgo curioso entre ambos pues, aunque los dos eran muy parecidos el color de sus cabellos era diferente ya que él tenía el cabello color plata igual al de su querido padre mientras que el menor lo tenía en negro intenso lo cual heredó de su madre. Entonces decidió hacer algo que siempre le había gustado hacer en secreto: acariciar la cabeza del joven pasando las manos por el largo cabello. Él sabía perfectamente que cuando eran niños esas caricias hacían que el menor se tranquilizara y se durmiera después de un rato, lo cual al parecer aun funcionaba pues su lindo hermanito se quedó dormido profundamente en sus brazos.   

Al pensar en cuándo había sido la última ocasión en la que había estado así con Inuyasha, no pudo evitar dibujar una leve sonrisa en su rostro, esas sonrisas que solo mostraba en muy contadas ocasiones y frente a muy pocas personas, personas a quienes podía contar con los dedos de una mano. Porque así era él, el primogénito de los Taisho siempre fue de apariencia fría, calculadora, a veces tosca y en muchas ocasiones despiadada, tanto así que pensaba que esas veces donde se le escapaba una sonrisa eran momentos de flaqueza por su parte. Claro que así lo pensaba la mayoría de las veces, pero no en esta ocasión.

Aunque se encontraba terriblemente destrozado por la pérdida de su padre también se sentía feliz, feliz y aliviado de tener a su hermanito en sus brazos sin que a éste le hubiera sucedido un daño más severo que solo golpes y raspones. Y es que cuando Kaede le había avisado por teléfono del accidente, lo primero que hizo fue preguntar por Inuyasha.

Ahí se encontraba él con una estúpida sonrisa en el rostro mientras tenía en sus brazos a la persona que más amaba en el mundo, aspirando su aroma, escuchando sus suspiros mientras dormía, acariciando su cabello y sintiendo la calidez de su cuerpo pegado al suyo. El maldito mundo podría acabarse en ese mismo instante y él moriría feliz porque nada le gustaba más que estar cerca de su hermanito, aunque sabía que después con esa felicidad vendría la culpa, no importaba en ese instante pues Sesshomaru se sentía como si hubiera estado durante mucho tiempo vagando sin rumbo por el mundo sin una parte de su cuerpo y de pronto se la hubieran regresado.  

En esos momentos el hermano mayor sentía total y completa felicidad a pesar de que la vida parecía haberse ensañado con destruir a su familia. “Descansa hermanito” dijo en un susurro tierno mientras se resistia a dormir de inmediato pues no quería perderse un solo momento de lo que le embargaba al estar tan cerca de su Inuyasha, pero el cansancio le pasó factura y terminó rendido ante el sueño.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

A la mañana siguiente cuando Sesshomaru se despertó y observó el reloj junto a su cama no pudo creer que ya fueran las diez de la mañana. Hacía mucho tiempo que no dormía hasta después de las seis am y se sintió contrariado, fue entonces cuando notó el bulto que yacía junto a él envuelto en las cobijas de su cama y una sonrisa decoró su rostro. Le apeteció quedarse en cama junto a aquel hermoso bulto de cabellos negros, pero sabía que tenía muchas cosas que arreglar y ya iba retrasado así que con todo el pesar de su alma se levantó para comenzar su día.

Fue hasta que salió de la ducha y que se vistió cuando se dio cuenta de la situación: era un día normal de escuela, pero Inuyasha aún seguía tirado en la cama a sus anchas. Se acercó y le hizo cosquillas en la oreja porque las orejas de su hermanito eran una de las zonas más delicadas de su cuerpo desde que era un niño y él sabía a la perfección que con esos mimos se despertaría enseguida. Estaba sentado junto a él en la cama y le frotaba el lóbulo de la oreja izquierda, mientras más lo hacía a Sesshomaru le daban unas tremendas ganas de rosar ese lóbulo con los dientes. “Lo que daría por poder mordisquear tus orejas” pensó y rápidamente un escalofrío le recorrió la espalda al escuchar un sonido bastante tentador salir de la boca de su hermano pequeño.

– Mmmmh… – Inuyasha soltó un pequeño y corto gemido entre dormido y despierto en respuesta a las “inocentes” caricias de su hermano.

Sesshomaru se estremeció con tan dulce sonido que su hermanito le regalaba.

– Basta… Sessh… – dijo Inuyasha adormilado con una voz bastante sugerente a los oídos de su hermano mayor.

Ante esas palabras Sesshomaru salió de su pequeño letargo y sacudió su cabeza con fuerza sintiéndose avergonzado de sí mismo. Maldición, un poco más y hubiera perdido la razón ahí mismo, sus demonios ya empezaban a atormentarlo nuevamente y no respetaban el luto por el que él y su hermano estaban pasando.

– Inu, hoy es día de escuela ¿acaso tienes un día libre o es que no piensas ir? – preguntó para retomar el centro de su acercamiento en primer lugar.

– Mmmm… no tengo ánimos de nada – contestó Inuyasha tapándose aún más la cabeza con las cobijas.

– Esa es la actitud de un chico de secundaria, levántate de una vez – dijo el mayor a modo de reproche.

– No estoy seguro de querer regresar, ya te lo dije no tengo ánimos de nada tal vez sea mejor esperar al siguiente año escolar para volver… – dijo el menor muy desanimado pues con la muerte de su querido padre era muy obvio que estaba en serio abatido.

– Inuyasha no digas tonterías, a mí también me duele lo que ha sucedido no creas que es tan fácil, pero hay que sobrellevar las adversidades y hacerles frente es parte de madurar… –

– No empieces, es mi decisión – dijo con fastidio.

– Me niego a permitir que evadas tus responsabilidades ya no tienes quince años como para… –

– ¿Qué rayos dijiste? ¿Que no tengo quince años? ¡Tú ni siquiera estabas aquí cuando tenía esa edad! – gritó el menor muy irritado.

Sesshomaru hizo una cara de frustración, sabía que tarde o temprano ese tema se haría presente, pero deseaba que no fuera tan pronto y su celular comenzó a sonar en el estante junto a su cama.

– Eso no tiene nada que ver con lo que esta sucediendo ahora así que por favor… –

– ¿No tiene que ver? ¡Tú me abandonaste! ¡Saliste huyendo cuando más te necesitaba eres un maldito egoísta! – Inuyasha había comenzado a gritar muy fuerte.

– Eso no es… –

Sesshomaru no terminó de decir lo que quería pues su teléfono no dejaba de sonar y supuso que era algo importante porque además ya se le había hecho tarde, le hizo una seña a su hermano para que esperara un momento.

– Diga – contestó la llamada que era del abogado de la familia– si ya me di cuenta de que es tarde Totosai… ya voy para allá – colgó el teléfono y se dirigió de nuevo a su hermanito – haz lo que quieras hoy, pero esta discusión aun no termina hablaremos cuando regrese – dijo mientras tomaba su saco y salía de la habitación.

– Claro como no, lo que usted diga señor Taisho… desgraciado – masculló Inuyasha mientras salía de la habitación de su hermano.

&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Inuyasha pasó el resto del día confinado en su cuarto hasta que por la tarde después de tomar un baño, su amigo Miroku fue a visitarlo. Al entrar en la habitación de su amigo, Miroku notó que Inuyasha seguía en pijamas en la cama, con la tv encendida y una charola de comida recién hecha frente a él. Cuan consentido era su mejor amigo y no era como si Miroku se acabara de dar cuenta.

– Vaya por tus fachas veo que en serio no piensas regresar a la escuela ¿ya le dijiste a Sesshomaru? – preguntó el recién llegado.

– Vaya que graciosito… también me alegra verte – dijo Inuyasha con un tono por demás sarcástico – ya se lo dije y comenzó a sermonearme como era de esperarse, él es detestable.

– ¿Y qué piensas hacer? Dudo que Sesshomaru te deje hacer tu voluntad cuando vas en su contra – preguntó el joven castaño mientras se sentaba en la cama y tomaba un poco de gelatina de la charola de Inuyasha.

– Ya estoy grande para obedecer a mi hermano y soy una persona madura para tomar mis propias decisiones –.

– Aja… ¿Qué es eso? – preguntó Miroku señalando la caja que había en la mesita de Inuyasha.

– ¿Eso? ¡Son grajeas de todos los sabores! Sesshomaru me las trajo de Inglaterra ¿no es genial? –.

– Entonces decías que ya eres una persona madura… –

Inuyasha le dedicó una mirada asesina a su amigo.

– Como sea ¿ahora que harás? –.

– Mañana iré a la oficina del rector, ya pedí una cita hablaré con él antes de que Sesshomaru me diga algo más y pediré que me den de baja temporal mientras pienso bien que carrera elegir –.

– Bueno, parece que en verdad estás decidido –.

– Lo estoy y más le vale a Sesshomaru aceptar mi decisión porque no pretendo escuchar sus reclamos después de todo lo que hizo –.

– Inuyasha sabes que todos cometemos errores y sus razones debió tener… –

– ¡Eres MI amigo! ¡no lo defiendas maldita sea! – bramó Inuyasha.

– ¡Está bien! ¡Está bien! ya no digo nada… pásame las grajeas – Inuyasha le pasó la caja de su mesita y mientras metía una en su boca – por cierto, Kagome preguntó por ti –.

– ¿Y por qué? Ayer y hoy hablamos por teléfono–.

– Inuaysha hace tres días que no te ve y quiere saber si estás bien… es tu novia después de todo – dijo el castaño.

– Solo necesito tiempo ya se lo dije, sabes que no me gusta que me vean tan… – hizo una pausa mientras veía a otro lado – no tan bien –.

– ¿Quieres decir sufriendo? –.

–…

– Pues dejas que yo venga a visitarte y me quedé aquí con Sango y Kouga hasta que Sesshomaru dijo que ya venía del aeropuerto – dijo Miroku con convicción sabía que algo raro se traía su amigo.

– Pero es diferente con ustedes, los conozco de hace tiempo y ya tenemos confianza… –

– ¿Y con ella no tienes confianza? La conoces de hace un año y son novios hace cinco meses además ¿no piensas presentársela a Sesshomaru? –.

– Solo es diferente y no lo sé tal vez después los presente no quiero que Sessh tenga otra cosa con que fastidiar… además no quiero pensar en esas cosas lo de mi padre aun es reciente y yo… solo cambiemos de tema… –

Miroku no quiso seguir insistiendo así que cambiaron de tema y se quedó con Inuyasha un rato, ellos siempre habían sido amigos desde que tenían memoria pues sus padres eran amigos y socios, aunque Inuyasha era dos años menor que él, congeniaron muy bien desde que eran niños. Cuando Sesshomaru se fue al extranjero la relación de ambos se hizo aún más cercana sobre todo en los momentos más tristes para ambos por eso había ido a visitarlo, pues dada la muerte de su padre pensó que su amigo necesitaría todo su apoyo.

Aun con su amistad Inuyasha nunca había sido del tipo de persona que expresa su sentir con facilidad y por lo general su padre era su confidente, pero Miroku sabía cuando algo no estaba bien con su amigo y trataba de estar para él por si necesitaba alguien con quien platicar. A pesar de que Inuyasha ya había llorado por su duelo, a su amigo le parecía que aun faltaba algo para que pudiera estar más tranquilo. Se quedó hasta que comenzó a oscurecer y entonces se despidió de él para regresar a su hogar.

Mientras bajaba las escaleras el joven castaño se topó con la llegada de Sesshomaru.

– Pero mira nada más lo que trajo el viento –.

– También es un gusto verte Miroku – dijo Sesshomaru mientras abrazaba al joven de manera amistosa.

– Es una pena que debamos vernos en estas circunstancias – contestó el joven con una mueca de dolor.

– Lo sé… ¿cómo has estado? –.

– Yo muy bien afortunadamente me va bien en la universidad y acabo de decidir que quiero dedicarme a las leyes –.

– Es genial que bueno por ti, dime ¿viste a Inu? –.

– Así es de hecho voy saliendo… –

– ¿Te ha comentado algo sobre no volver a la universidad? –.

– En realidad no… – Miroku titubeo en su respuesta pues ya sabía para donde iba esa situación.

– Sé que estás mintiendo Miroku y sabes que odio que me mientan – aseguró el mayor de los Taisho con la mirada entrecerrada y una expresión muy fría.

– Escucha yo no sé nada… ¡oye qué diablos! – se quejó Miroku mientras era jalado del brazo con fuerza hacia la cocina.

Sesshomaru metió a Miroku pidiéndole a sus empleados que salieran y cerró la puerta tras de él.

– ¡Auch! – se quejó el castaño sobándose su brazo – ¡Eres un maldito loco! –.

– Es mejor que me lo digas de una vez o de lo contrario… –

– ¿O de lo contrario qué? ¿vas a golpearme? Ya no tengo doce años sabes, ya soy capaz de darte una paliza… ¡¿qué carajo haces Sesshomaru?! ¡¡¡SUELTAMEE! – gritaba el joven.

Sesshomaru se abalanzó sobre él y con un movimiento lo sometió en el piso colocando una rodilla en la espalda de su amigo y doblando su brazo izquierdo mientras Miroku aplastaba su propio brazo derecho con su cuerpo.

– Bueno odio recordártelo, pero siempre fui mucho mejor que tú en lucha grecorromana y también siempre he sido más fuerte así que es mejor que me digas lo que quiero escuchar porque se que Inuyasha te cuenta todo lo que le pasa así que comienza a hablar –.

– ¡Eres un bastardo! ¡Inmaduro maldito! ¡AAAAAAAAAYYY! – Miroku seguía quejándose.

– Aun no logro escucharte Miroku – dijo Sesshomaru como entonando una canción.

– ¡Deberías preguntarle a él! ¿por qué rayos siempre termino así? – Seshomaru ejerció más presión en el brazo – ¡AHHHHH! –.

Desde que eran más jóvenes esas situaciones se daban muy seguido, Miroku siempre terminaba en una posición desafortunada entre ambos hermanos cuando se trataba de discusiones y por lo general Sesshomaru siempre obtenía de él la información que necesitaba para saber qué le ocurría a su hermanito. Miroku siempre terminaba en el piso y siendo forzado a hablar, en esos momentos se preguntaba a sí mismo “¿por qué rayos les sigo hablando a estos malditos locos?”.

– No estás en posición de preguntar, no soy yo quien está sometido así que… –

– ¡Está bien! ¡Esta bien! ¡Te diré, pero ya basta! – el castaño sonaba con falta de aire.

El mayor de los Taisho aflojó el agarre sin soltar el brazo.

– Mañana se reunirá con el rector de la universidad para hablar con él y darse de baja –.

– ¿A qué hora? – .

– No lo sé, no me dijo – Sesshomaru apretó su agarre nuevamente – ¡AHHHH! –.

– ¿A qué hora? –.

– ¡A las diez en punto! –.

– Perfecto – el peli plata soltó a su amigo y se levantaban del suelo – ¿ves que no fue tan difícil decirme? –.

– ¡Vete a la mierda Sesshomaru! Eres un bastardo, me largo de aquí – dijo un muy irritado Miroku.

– Recuerda no decirle nada a Inuyasha… ¡vamos no seas delicado! siempre te faltó carácter para enfrentarme porque la fuerza la tienes – dijo mientras su amigo salía de la cocina regalándole una seña con el dedo de en medio.

“Así que no pensabas decirme Inuyasha ya veremos como te salen las cosas ahora” pensó Sesshomaru para sus adentros mientras planeaba como evitar que su hermanito echara su futuro por la ventana.

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué tal? ¿qué tendrá pensado hacer Sesshomaru con la desición de Inuyasha? yo ya sé qué será pero no les diré :v jajajaja

Con respecto a lo que les comenté al inicio, una lectora me comentó que o más bien ME PIDIO que no infantilice a Inuyasha. El caso es que en realidad ese es el chiste de mi fic, saber el porqué Inuyasha es inmaduro y caprichoso lo cual reside obviamente en que es debido a como lo trataban su papá y Sesshomaru quienes lo consentian demasiado debido a la pérdida y la situación que sufrió con la enfermedad de su mamá cuando era un niño. Para ser sincera la personalidad de Inu está basada un poco en mí y quienes me conocen y son de mi familia siempre dicen que la culpa de mi comportamiento es culpa de mi mamá y mis hermanos porque soy la más chisca ajajjaa la verdad es que si soy muy infantil e inmadura y eso me ha traído problemas a lo largo de mi "proceso" de convertirme en una persona adulta y es lo que estoy tratando de plasmar un poco. PD. mi hermano me trajo en una ocasión unas grajeas de todos los sabores de esas que salen en Harry Potter aunque él no las compró en Inglaterra jajaja. 

Habiendo aclarado ese punto espero les esté gustando est fic, besitos.

PD. En el próximo capítulo habrá una parte sexy!!!

ATT. Tamina Bennet Stark.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).