Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

lo único que no busque por Neon exe

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Mucha gente no viaja demasiado, ya sea que no le llama la atención o el dinero no le alcanza, tal vez no quiere dejar a sus seres queridos, ese no es el caso de cierto alquimista, casi con ironía a el último punto, él tiene que viajar constantemente para encontrar a su familia, la poca que le queda.

Así que nuevamente debía viajar en tren para buscar información que le ayude a regresar, a Amestriz, a su hogar.

El cielo teñido de gris creaba un contraste con la cabellera de dicho rubio haciéndole resaltar en aquella estación donde se encontraba en espera del siguiente tren en salir.

Aquel joven soltó un suspiro inaudible, la desesperación por la espera de dicho tren lo tenía al límite, no solo no consiguió nada en ese lugar, cuyo nombre ni recuerda por lo inútil que le resultaba aprender esas cosas.

De nueva cuenta no tuvo gran éxito, otro científico loco que no le dio gran ayuda, de haber sabido eso no se hubiera tomado dos semanas entre sus viajes y el encontrarse con dicho hombre.

-disculpe…- un trabajador se acercó al ojimiel que se mantenía enfrascado en sus pensamientos. -Disculpé- continuo al no recibir respuesta del joven- ¡Disculpe! - tomo su hombro al estar siendo ignorado olímpicamente.

Con un sobresalto este al fin le dirigió una mirada extrañada- el tren tardara un poco más en llegar, le sugiero que tome asiento si así lo quiere.

- ¿se retrasó? Rayos ¿cuánto tomara? - dijo lo más educado que pudo ante la situación.

-alrededor de media hora, lo lamento. - Ed frunció el ceño, pero termino por asentir y acatar la sugerencia del trabajador, no es como que se pudiera desquitar con el hombre, a fin de cuentas, el solo le estaba informando.

Molesto, se acercó a una de las ultimas bancas de ese lugar, pasando casi desapercibido por todo aquel que le rodeara.

Dejo su maleta a un lado, dejando ese asunto y tomo una libreta que tenía guardada en su suéter, para él se había vuelto un habito recurrente el comenzar a dibujar círculos de transmutación de todo tipo en esa libreta al alterarse, entristecerse, aburrirse o lo que fuera, era un buen escape temporal… casi como si nada hubiera pasado y pronto fuese a estar en casa con al regañándole por tardar tanto afuera… casi.

El de ese mismo momento no era gran cosa, uno de los más básicos en realidad, solía usarlo para hacer origami junto con su hermano pequeño.

Una vez terminado poso su mano por encima del papel, espero… espero…espero, pero nuevamente este no se activó, el cuaderno permaneció igual, ninguna figura de papel se había presentado.

Otro suspiro, igual que las otras veces. heid sigue diciendo que son cuentos, es molesto que no pueda probar lo contrario, ¿cómo hacerlo? Ya ni el distinguía si fue real del todo, dicen que la esperanza es lo último que muere ¿no? Pues bien, lo único que le quedaba era aferrarse a eso, muy en el fondo, él quería creer que lo haría, solo para poder ver que lo logro, tenía que haberlo logrado, que regreso el cuerpo de Al.

Sus ojos aun en esa hoja comenzaron a cerrarse, guardo su libreta, no los abrió si no hasta que en sonido tan representativo del tren se escuchó cerca.

Tomando sus cosas y situándose cerca de donde debía detenerse, espero pacientemente a que abriera sus puertas.

Al hacerlo tomo asiento para volver a centrarse en sus pensamientos lo que tomara el viaje. perdiéndose en su mundo, así terminando rendido en su asiento.

Sin darse cuenta el tren paro, hacia ya un tiempo que terminó dormido, probablemente hubiera terminado quien sabe dónde de no ser por un hombre de pelo negro que se acercó a él, le observo un momento, el rubio se veía… tierno, no es la mejor palabra para describir un chico, pero así se le notaba.

Movió su cabeza y se concentró en tomar del hombro al chico y moverlo ligeramente, viendo como este empezaba a volver en sí. Ahí fue cuando pudo notar sus ojos dorados, un color de lo más raro, pero no por ello dejaban de ser bellos.

Algo adormilado, Edward recorrió el lugar con la mirada rápidamente, centrándose en una persona frente a él, sus ojos se agrandaron, adelante suyo se encontraba el coronel, de eso estaba seguro.

Las palabras no salían de la garganta de ninguno, mientras que Edward se encontraba en un shock de incredulidad, el hombre que simplemente tenía pensado despertar a ese chico no tenía mucha idea de que decir, en parte, por la mirada que le estaba dirigiendo la misma persona, por otra al no saber cómo dirigirse al joven.

-mmm, el tren ya llego a la última parada, creo que deberíamos salir, antes de que nos dejen aquí. -Finalmente consiguió las palabras que buscaba, levantándose por completo, ya que había tenido que ponerse a la altura de Edward al despertarle, tomando del suelo las cosas que había dejado antes de tal escena.

Así mismo y sin decir más, Ed tomo sus cosas igualmente, las cuales se encontraban en la parte de debajo de su asiento.

Salieron del vagón para, como dijo el, no quedar encerrados por un descuido como ese.

El pelinegro dio un último vistazo a donde se encontraba el chico, estaba por dirigirse a su hogar, pero una voz le detuvo ni dos pasos después. - ¿Mustang? ¿Cómo llego aquí?

En ese momento era difícil saber quién parecía más extrañado. Pero más de una duda surgió en el mayor. - ¿llegar aquí? En tren como tú, creo que de eso te pudiste dar cuenta, pero, ¿cómo conoce mi nombre? - tal vez no debió hablar, la cara del chico se oscureció, como si algo de lo que dijo de alguna manera lo hubiese lastimado.

-yo…- espero unos momentos antes de seguir, era claro que no era el coronel, fue una tontería, él aun debía seguir soñando- no es nada, disculpe, un error. –le resultaba extraño a el referirse de esa manera con Mustang, ya que su mente no procesaba que se trataba de otra persona, era frustrante para el menor.

-un error... - repitió el hombre- pero me ha llamado “Mustang” como puede saber mi nombre? O, mejor dicho, apellido.

Eso dejo en blanco la mente del alquimista, no podía decirle la verdad. - bueno… se parece a alguien que conocí.

Tomo sus cosas del piso, esperando dejar el lugar y no volver a encontrárselo.

Sus pasos fueron apresurados, pasando de largo al hombre. - ¿podría decirme como se llama aquel hombre? – así, deteniéndose ante el agarre de su muñeca, le miro, tiro un poco de su brazo izquierdo zafándose en el acto.

-Su nombre era Roy Mustang, con permiso. - no espero, y de nuevo, avanzo sin mirar atrás y sin saber que había dejado a esa persona con gran duda de lo que eso significaba. Este le miro marchar, algo acababa de suceder, algo grande, la pregunta era, ¿que fue?

 

………………………………………………………………………

 

- ¡volví! - anuncio Ed al abrir la puerta del apartamento que compartía con heiderish, no esperando respuesta y entrando a su habitación a tirar sus cosas.

Una cabeza alcanzo a asomarse por la ventana- Edward, al fin ¿paso algo interesante? - pregunto su compañero.

-no realmente, fue un desastre, resulto no tener más que teorías imposibles de probar, espero que hayas tenido más suerte que yo. - habla manteniendo un tono de angustia e ira.

-bueno, yo diría que, si, nos fue bien, tenemos todos los planos para el cohete que planeamos desde hace meses, incluso llegas a tiempo para apoyarnos, ¿podrías decirnos que combustible sería mejor para las pruebas y que materiales usar para construirlo lo más ligero posible? Tenemos propuestas, incluso algunos estudiantes nos han recomendado unos, pero, no se acercan a tus ideas… -así continuo, dándole toda clase de anécdotas, parecía que no callaría, conto como le preguntaron a profesores y alumnos, algunas pruebas fallidas, fallos que terminaban en alguna explosión espontanea, la emoción era demasiada y no se dejaba de notar en cada palabra que pronunciaba.

Una sonrisa paso por el rostro de Ed, a veces le sonaba como su hermano, esos momentos en el que le veía tan animado, tal vez por un gato que encontró en la calle o la emoción de encontrarse luego de que el fuera lejos por algún asunto de la milicia.

¿su hermano seguiría siendo así?

-vale, vale, que te parece si mañana empezamos con eso ¿tienes los planos? Sería bueno un repaso para mañana no presentar problemas - su respuesta no se hizo esperar, Heid asintió con la cabeza y se alejó de la puerta para buscar los mencionados.

Sentándose en su cama, se dejó repasar un momento lo último que había conseguido, siendo guiado por sus recuerdos, hasta hacerle recordar, a él, al “Roy Mustang” de ese mundo.

Realmente se parecían, el pelo, facciones, altura, ojos, incluso la voz.

Un cosquilleo llego desde su espalda, dándole algo de comezón, un poco inusual, pero lo más seguro era que de lo que se trato fue su incomodidad al recordar al bastardo.

Alphonse regreso poco después, no paso mucho para que así, al cabo de un rato, hubieran logrado terminar de ver todos los detalles de esos planos, era un gran trabajo en verdad, pero esto le dejo sin fuerzas, agradecía haber tomado esa siesta en el tren o ya estaría muerto del cansancio.

Dejando los planos de lado, tomo la decisión de ducharse para poder acabar el día, era un completo desastre andante para ese momento.

No fue más que una ducha rápida, con cuidado de dejar sus prótesis para no dañarlas con el agua, camino a su habitación sin camisa, se olvidó de llevar un cambio de ropa teniendo que ponerse su ropa sucia.

-Edward, ¿quieres comer algo? ...- le miro con curiosidad ante su estado.

-no me vendría mal- soltó un bostezo y dio vuelta para entrar al fin.

- ¿y ese tatuaje? - o tal vez no. Regreso su mirada encarándole.

- ¿mmmhh? – miro como pudo su espalda, en ella se veía en símbolo del flamel de un tamaño mediano (el mismo de su gabardina roja de hace años). - solo es una pequeña marca.

- ¿pequeña? Ocupa media espalda ¿cuándo te lo hiciste?

-en la puerta…- dijo cansado.

Esto le dejo sin respuesta de parte de Heiderish, lo más seguro es que lo tomara como otra historia más, era curioso que apenas lo viera, aunque, no solía pasear sin camisa por la casa, tenía sentido a fin de cuentas, tampoco se la pasaba señalando tan curiosa marca.

Al pasar la cena pudo al fin descansar de aquel día tan eterno. No tardando mucho en quedar rendido en su cama apenas cubierto por un par de sabanas.

De esta manera quedo en un estado de coma del que parece que no saldría pronto.

Heiderish comprobó lo mismo al tratar de despertarlo a la mañana siguiente, quien a pesar de mover al rubio no parecía tener resultados, claro que esto sin contar los pequeños gruñidos que emitía, mientras, al momento de tratar de quitarle la manta, este comenzó una lucha a la cual su compañero no parecía que quisiera perder tan fácilmente, para el joven aun recostado esa una declaración de guerra, alguien deseaba quitarle aquella calidez que le daba tal tela, cosa que no lo permitiría sin dar pelea.

Sus esfuerzos dieron resultados, consiguiendo tan ansiado premio y acurrucándose con él. -Edward dijiste que ayudarías ¿acaso prefieres que te deje con tu nueva amante?

Gruñidos mezclados con palabras de las que apenas se logró llegar a distinguir un “mañana, dormir, cansado”. Que lograron que el chico parado al lado de la cama hiciera un gesto de negación con la cabeza, a la vez que presentaba una sonrisa divertida ante ese comportamiento tan infantil que dejaba escapar el joven, más que nada, en momentos que se encontraba distraído o cansado.

Salió dejando que este durmiera, cerrando ligeramente la puerta y caminando por el pasillo para llegar a la cocina a preparar el desayuno para ambos, si no despertaba, al menos podía dejárselo en la mesa para después.

Saco un par de ingredientes para preparar algo decente, no había mucho que escoger, la crisis continuaba y los alimentos escaseaban, agradecía al menos tener algo.

Distrayéndose al cocinar, pensaba mayormente en cosas sin importancia.

Al menos hasta que unos pasos se escucharon por el pasillo, parecía que el creador de dicho sonido se había levantado, guiado por el olor de lo que preparaba, y estos al ser irregulares por la prótesis que tenía el dueño, era imposible que fuera otro si no el ojimiel tan infantil con el que vivía.

 Tomando asiento en una de las cillas cerca de la pequeña mesa al lado de la cocina, no tardo mucho para que apareciera una taza con café que había puesto el oji-azul, se había tomado el tiempo de preparar un poco con la esperanza de que esto le animara al levantarse.

Tomo la taza dando un gran sorbo al café que le había dado, sin leche, era bueno que su compañero supiera cuanto odiaba ese líquido, miro a la cocina esperando a que Heid voltear, al momento de hacerlo le dio una sonrisa y un susurro casi inaudible diciendo “gracias”.

Devolviéndole la sonrisa paso por la mesa con dos platos, un par de salchichas, pan y huevos estrellados. Tomo otra taza para servirse algo de café y tomar asiento a su lado.

- ¿Entonces preparo la boda? - dijo en tono de burla, sacando una risilla del rubio más bajo.

-no te pongas celoso, hay muchas sabanas por el mundo. - contesto con el mismo tono. - o tal vez prefieras una almohada.

-no gracias, son demasiado para mí.

-entonces, supondré que soy afortunado. Pero no creo llevarlo a nada serio.

Ese ambiente relajado se mantuvo en el transcurso del desayuno, para cuando estaban terminando ya era momento de irse- Heid, deberías adelantarte voy en un momento.

Dudo unos instantes, reflejando esto en su mirada, pero acepto en el momento que Edward le ofreció limpiar antes de irse.

Así levantándose de la mesa y tomando un par de cosas, planos principalmente y una gabardina; para no pescar un resfriado con el reciente frente de frio.

Saliendo por la puerta una vez tuvo todo en sus manos con Edward aun sentado en el mismo lugar.

Al momento de escuchar la puerta cerrarse él estaba tomando un último sorbo de su taza, esperando un par de segundos antes de levantarse, tomando en sus manos los platos que permanecieron en la mesa.

No tomo demasiado el terminar de lavarlos y limpiar lo poco que faltaba, de alguna manera, lo único que logro hacer esa mañana fue mantener su mente en blanco tratando de olvidar todo lo sucedido el día anterior, era claro que, aunque esa persona vivía en la misma ciudad que él no por ello se tendrían que volver a ver, no eran más que dos personas con un extraño primer encuentro.

Una vez hubo terminado con ello camino a su cuarto en busca de un cambio de ropa, fue rápido y saco un par de prendas de sus cajones, una camisa blanca, un chaleco y pantalón café junto a unos calcetines, fue todo lo que necesito.

Se cambió de forma apresurada terminando con sus zapatos, con estos una vez atados salió tomando el mismo camino que Heid momentos antes, con su gabardina en una mano procedió a abrir la puerta y dirigirse a la universidad donde se llevaba a cabo el proyecto del cohete en el que estaba tan involucrado.

No detuvo su andar en ningún momento, ya de por si estaba retrasado a su parecer y agradecía no haberse encontrado con ningún conocido en el camino, era de lo último que necesitaba.

En el momento que diviso su destino se sintió más aliviado de que faltara poco para llegar, manteniendo su andar hasta encontrarse frente a la entrada del lugar, desde ese punto camino con más calma para no parecer agitado al momento de llegar.

Pasando por media universidad con un aire distraído, sin pensamientos realmente importantes en su mente. Llegando a la puerta que buscaba para empezar con la ayuda.

Esta fue abierta lentamente encontrando a los chicos en una situación… interesante.

Dentro se encontraba Heid con una llave inglesa en su mano derecha lo más alto que su brazo le permitía, mientras detenía a otro chico para que este no le alcanzara junto a otro tomando su hombro como apoyo para alcanzar dicha llave, los miro un par de segundos, estos se habían detenido en el momento que escucharon la puerta abrirse, con una cara de sorpresa en dirección a Edward quien no se movió del marco de la puerta, buscando una explicación a tal escena frente a sus ojos.

Los segundos se alargaron, pero en cuanto parecía que Ed iba a hablar, se tuvo que detener abruptamente ante en movimiento que realizaron al momento de perder el equilibrio, quedando unos encima de otros, con las piernas enredadas en una de las posiciones más incomodas que se podían encontrar.

Luego de tal caída, saco la pregunta que cualquiera haría de estar ahí- ¿que se suponía que hacían? –

-créeme, no quieres saber- dijo Jackson quien hace un momento se sujetaba de Heiderish en busca de la llave.

- Brent - Heid señalo a la persona que antes trataba de detener- quería golpearlo por tratar de hacerle dibujos en la cara mientras dormía, ya que el profesor vendría hoy. - explicó brevemente.

-ok… bueno, mejor ¿en qué les ayudo? - decidió desviar el tema.

Los tres se levantaron torpemente de la manera que les fuera posible, y mientras Brent y Jackson se miraban con odio, Heid dejo la llave en la mesa más cercana que encontró y le hiso una seña a Edward para que se acercara. – aquí - señalo una lista de los materiales que podrían conseguir, junto al presupuesto de tan importante experimento.

Dio vuelta al escritorio donde se encontraba la hoja que le señalo, la tomo entra sus manos y comenzó a revisar con detenimiento, no era tan extensa, era difícil conseguir grandes cosas en esos momentos, pero para esa situación no estaba tan mal lo que tenían a su alcance, lo suficiente por lo menos.

-tal vez si pudiéramos usar algo de grafeno…- susurro más para sí que para su compañero.

- ¿grafeno?

- un metal compuesto mayormente por carbono e hidrogeno, muy ligero, serviría para algunas partes, también es muy resistente.

-Edward, lo siento, pero ¿no es otra de tus ideas casi imposibles? - vio como este iba a replicar interrumpiéndolo antes de que sucediera. - recuerda que no tenemos la tecnología para hacer esa clase de materiales.

Quería replicar, pero, aunque no le gustaba, tenía razón, sin su alquimia, era imposible hacerlo de otra manera.

-Heid- le llamo uno de los chicos mientras revisaba el interior de una de las tantas maquinas en el lugar.

Ed le hizo un gesto con la mano para que fuera con esos dos.

Se quedó observando las hojas, pensando en que combinaciones eran posibles y tomando algunas notas en las hojas que tenía cerca.

 

………………………………………………………………………

 

La tarde llego sin más, él había terminado temprano, solo quedándose a apoyar en una que otra cosa.

Le fue fácil terminar con lo encomendado por sus compañeros, pero, aunque no tenía muchas ideas de que hacer al haber finalizado considero que era bueno ayudar un poco más, había algo que su mente trataba de gritarle, quería entenderlo, pero esto le resultaba abstracto, como si… quisiera saber de qué trataba y al mismo tiempo sacarlo permanentemente de su sistema.

El primero en percibirlo era su observador compañero, luego de más de una hora en que este les apoyo, parecía notar señales de algo que ni el alquimista veía- ¿Edward? ¿Sucede algo?

Viendo desde atrás al mencionado saltar, se dio cuenta de que no era solo una ilusión sin fundamento- ¿A qué te refieres? - le respondió volteando a la defensiva, como si le hubiera pillado al hacer algo indebido.

-No sueles concentrarte por tanto tiempo, si quieres, podríamos seguir mientras descansas, además, has viajado mucho.

He incluyéndose a la conversación, el siguiente en hablar fue Jackson-Así es Edward, no es bueno abusar, descansa nos encargaremos –dijo preocupado en un intento de apoyo a su compañero más alto.

Siendo seguido por Brent-Sabes que para nosotros es fácil hacer esto-proclamo hablando un poco más alto por la lejanía al estar a un par de metros de la escena.

-Vamos chicos, no es nada, hoy solo tengo ganas de apoyarlos, ¿les molesta acaso? - tal vez alguien normal le dejaría, pero no eran personas comunes, sin contar que conocían bien al rubio, él no era así, era un soñador que no se quedaba quieto ni un minuto, arrasaba con lo que se le pusiera enfrente como un incendio.

-Claro que no, eso lo sabes, pero has estado cabizbajo desde que volviste, no sabes disimular- afirmo posando sus manos en las caderas como lo haría una madre regañando a su hijo, pero en un tono inquieto.

-No es así- replico molesto desviando la mirada.

Un suspiro sale de Alphonse y mira rápido a sus compañeros, el gesto pasa por alto ante Ed, sin esperar un momento más, toma su brazo halándolo a un par de metros, lo suficiente para no ser fácilmente escuchados por los otros dos.

Sin tiempo para sostenerse del piso, no tuvo más opción que seguir los pasos de su “secuestrador” de mala gana. El silencio se instaló entre ambos, y junto a este, un ambiente cada vez más denso y pesado que no permitía respirar al de ojos dorados.

Tomo aire y hablo serio-No diré nada. - Ed trato de ir de regreso al lugar donde estuvo, pero teniendo que ver como Heid se opuso interponiéndose al frente.

-no iras. ¿Qué sucede? - declaro fuertemente.

Sus miradas no se separaban, segundos interminables continuaron, molestando cada vez más a ambos.

-No me creerás…- aseguro sin dudar o desviar la mirada.

-Puede que no- coincidió el ojiazul- pero…-prosiguió. - ¿eso importa? es mejor que no decirle a nadie.

-Que tonterías, no es…

-Edward, no te dejare que sigas aquí si no me dices que pasa, -interrumpió irritado ante la desconfianza del chico- si no es gran cosa, cuéntalo. -

Un gruñido audiblemente molesto salió sin pensar de la garganta de Ed-Déjalo, mejor voy a…

-No lo harás-afirmo, al tiempo que tomo de los hombros del rubio en el momento que este intenta avanzar por un lado, regresándolo al lugar del que se movió.

-Si te digo no tocaremos el tema de nuevo ¿ok? - bramo exasperado con esa discusión sin rumbo.

-Bien- acepto rápidamente soltándole.

Respiro unos segundos antes, empezando a hablar sin saber muy bien que diría-Encontré a alguien. - comento lentamente, buscando las palabras que su mente no terminaba de encajar.

-Sigue-insistió con calma su amigo, dejando que tomara el tiempo que parecía necesitar.

Espero, tomo casi un minuto pero no se permitió dudar más-Que se parece a otra persona… no le tenía precisamente cariño,- explico- pero le debo mucho, el me permitió muchas facilidades, por más que odiase al bastardo,- esto hizo sorprender a Heid, no era típico que Edward se refiriera a las personas tan directamente como eso- no puedo negar que él me ayudo a la vez que me uso como un peón, en ocasiones, intercambio equivalente…- eso ultimo trastornó las facciones del alemán.- no me veas así, no es nada de lo que piensas, solo le ayude en su imagen y en algunos movimientos. ¡Es una larga historia!

-Yo no dije nada…- dijo avergonzado, más aún al recibir una mirada de “claro, como no”.

-Como sea, -dejo el asunto de lado- la persona que encontré, está en esta ciudad y me voy a volver loco.

- ¿No decías odiarlo? - cuestiono al cambio de humor de su compañero quien cambio su semblante de uno molesto a uno preocupado.

-Es por eso mismo, no puedo tratarlo como lo haría con el idiota que conocí.

-y… ¿Crees encontrarlo? - apunto, intentando encontrar la causa de su desesperación.

-No lo sé…-susurro él.

Algo confundido cuestiono - ¿Es estudiante, un profesor, sabes si vive cerca? -

Aun algo ido, Edward contesto en un tono bajo que denotaba incertidumbre. -No tengo ni idea, solo lo vi un momento, ni siquiera creo que este cerca de esta zona-

- ¿Y te preocupa por qué…? -

-…- la respuesta no aparecía para ninguno, siendo que Edward no se explicaba la importancia que tendría eso.

-Sucede algo, ¿no? -

-No-

Su compañero estaba muy indeciso, esto le golpeo duramente, ese tema parecía afectarle más de lo que se permitía admitir, de ser así, sería mejor que el aclarara por si solo sus ideas antes de afirmar a alguien más lo mismo. -Mejor continuemos. -

-si-Ed contesto casi aliviado, renovando su porte y caminando al cohete para seguir con el trabajo un poco más aliviado.

Agradeciendo un poco a Heid por darle ese momento, al menos ya tenía una idea de que le perturbaba para poder empezar a hacer algo al respecto.

Pero así, llego un punto donde era mejor dejárselo a ellos, no tenía por qué estar allí si no podía ayudar, y esa parte era complicada, un cable mal puesto podía terminar en desastre.

Notas finales:

ojala lo disfrutaran, me esmere mucho en la historia.

espero la sigan.

nos leemos^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).