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Entre Risas y Vodka. por _hoshiiko

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Notas del fanfic:

Reportándome con una nueva cuenta como siempre; esta no era la primera idea para un fanfic con un borracho Reita las cosas se salieron de control pero quise alargar la historia para más "profundidad".

 

Ojo al dato: No es una temática de violación, Reita aceptó la idea de hacer esa fantasía con el líder.

Los aplausos y los gritos aún se escuchaban dentro del camerino, otra noche, otro concierto exitoso; los miembros de la banda junto al staff se felicitaban por el esfuerzo en el escenario. Por fin podrían descansar, tener aquellas vacaciones anheladas que tanto estaban buscando, hasta que el apreciado líder sugirió que fueran a celebrar otro año más juntos, todos aceptaron.


 


El camino se hizo demasiado corto para tan siquiera poder tomar una siesta en la pequeña camioneta, habían llegado a un pequeño bar cerca de donde fue el último recital del año. El ambiente era tranquilo, conversaciones triviales sobre qué harían durante este descanso, sobre algunos problemas que tuvieron al tener esta gira… Hasta que el guitarrista líder decidió hacer una competencia de shots.


 


Reita orgulloso decidió participar y al segundo trago cayó como tabla pero no precisamente en su asiento… sino en las piernas del líder. Extrañamente nadie lo tomó a mal quizá porque ya estaban pasados de copas –que lo más obvio era eso– o porque desde hace ya varias semanas atrás ambos andaban casi todo el día juntos, no melosos, pero si en un constante “a donde vaya Kai va Reita” y viceversa; entonces al notar esa pequeña acción inocente –por así decirse– de parte del bajista no les causó ninguna molestia. Hasta que el líder comenzó a sentirse incómodo cuando el castaño comenzó a frotar sus nalgas sobre su miembro que permanecía completamente dormido, hace unas horas atrás.


 


Kai miraba nervioso sus alrededores, percatándose de que nadie estuviese viendo se consideraba un hombre de buena moral ante la sociedad, con fuerza apretó las delgadas caderas del bajista dándole a entender que parase pero aquello fue tomado de otra forma y sus movimientos fueron más secos hasta el punto que de manera discreta brincaba sobre su regazo mientras reía al ver como Aoi balbuceaba tonterías. Harto, apretó el dorso ajeno hasta el punto de lastimarle y así de manera inmediata Reita se levantó mirando al baterista con asombro y dolor.


 


“Es suficiente”, le dio a entender con aquella mirada que casi siempre le daba cuando le sacaba de sus casillas, Reita sólo sonrió aun tambaleándose por lo ebrio que estaba; había logrado provocar a Kai con aquellos movimientos. El baterista se levantó avisando que iría al sanitario y volviendo a ver al castaño, está vez con una mirada de “o vienes o vienes” no tenía opción así que minutos después de que él se fuera le siguió tratando de mantener el equilibrio y al entrar se quedó recargado en la puerta mirando a Kai quien estaba recargado en el lavamanos con los brazos cruzados. Reita se acercó quedando frente a él, con su rosto cabizbajo y ambas manos en su cintura.


 


— ¿Se puede saber por qué carajos hiciste eso? —Preguntó el pelinegro tratando de parecer molesto.


— ¿Tanto te importa tu moral, Kai? —Respondió con otra pregunta y con una sonrisa socarrona que para los adentros del baterista se le antojó darle un buen golpe después de besarla y morderla.


—Sabes que no me importa en lo absoluto lo que piensen, hay gente peor que yo, Akira —en este punto, el baterista tomó del cuello al castaño sin lastimarle—. Pero hay límites y más cuando estás ebrio —pasó su lengua por sobre la comisura de sus labios al final mordiéndolo y jalándolo provocando en el bajista un gemido, descarado y nada discreto que se escuchó por todo el sanitario volviendo a Kai a la realidad.


 


—No te hagas el que no sabe nada Yu-ta-ka —susurró el castaño cerca de sus labios—, alguna vez me dijiste que una fantasía tuya era acostarte con alguien ebrio ¿Piensas desaprovechar la oportunidad? —Los ojos del baterista se habían oscurecido y carraspeó su garganta cuando un par de dedos habían viajado desde su vientre hasta por dentro de sus pantalones, el castaño agradeció que en ese instante, Kai no llevase cinturón; retiró su mano de aquel íntimo lugar haciéndose a un lado para su suerte el alcohol en sus venas había bajado por lo que le dio una última mirada al baterista y salió del sanitario dejando a un Yutaka extrañado y con una erección entre sus pantalones. Al final bufó una risa, sabía que Reita se había quedado con más ganas que él y que, después de todo, el castaño tenía razón.


 


Kai algunos viernes visitaba al bajista para charlar un rato, debido a que el gimnasio al que iba el líder se encontraba a unas cuantas calles del hogar ajeno y como había veces que se quedaba hasta muy tarde el castaño le insistía en que se quedara a dormir, no le molestaba y sin más aceptaba. En las noches ambos pedían algo de cenar o simplemente mirar una película; hasta una noche que decidieron cambiar lo cliché por algo más “divertido” comenzaron ciertos juegos; el de conocer más a fondo al contrario. De ahí salieron tantas cosas, tantos secretos que tal vez ni Uruha ni Ruki lo sabrían, inclusive que alguna vez Reita había tenido sus queveres con Aoi años atrás y fue porque el guitarrista le había confesado que tenía ganas de un buen polvo con él, pero solamente había sido una vez y de ahí la relación entre ellos era únicamente de amigos.  A Kai de cierto modo, le causó un poco de molestia –por no decir celos– lo recién contado, no por el hecho de habérselo ocultado era obvio que lo mantendrían en secreto pero el teniendo otra faceta del bajista lo creía alguien cien por ciento definido sobre su sexualidad, ya que había veces que ambos conversaban sobre ciertas experiencias con chicas con las que se habían cruzado, ahí el famosísimo tanuki, porque a pesar de todos, los chicos eran seres humanos y como seres humanos también tienen sus necesidades. Pero aquí fue cuando el bajista le hizo otra confesión que de verdad disfrutó más el tener una experiencia con un hombre que con una mujer aunque al final incluso parecía avergonzado resultó ser alguien le gusta recibir en vez de dar, dejando a Kai más que impresionado


 


Yutaka tuvo que escarbar entre sus más profundos pensamientos y deseos pues lo de Reita era más allá de lo que él pensaba, era cierto su moral era más fuerte que sus mismos instintos y tontamente terminó confesando que tener sexo con alguien pasado de copas le provocaba excitación, porque él estando consciente follándose a alguien que de seguro no se acordará de nada al día siguiente era algo erótico mientras él disfrutaría hacerle de muchas formas lo bien conocido como el sexo; sí en definitiva era un hombre moralista.


 


» Básicamente te gustaría abusar de alguien que no está en sus cinco sentidos.


—Si lo quieres ver de esa forma, entonces sí, básicamente.


 


A Reita le causó cierto morbo pensar en qué es lo que Kai haría teniéndolo a él borracho o mejor dicho lo que no le haría estando en sus cinco sentidos.


 


Después de aquello cada que el bajista tenía oportunidad de beber provocaba a Kai con algún roce “sin querer” besos demasiado intensos que a Kai extrañamente le comenzaron a fascinar provocándole un mil de sensaciones por todo su cuerpo, pero para desgracia del bajista siempre fallaba dejándole con antojo y se dijo así mismo que si esa noche el líder no caía en el juego, en definitiva sería la última vez que lo intentaría. Y lo cumpliría. El baterista quien aún estaba en el sanitario recordando esa noche, volvió a sonreír.


 


Muy pronto se la cobraría y ni siquiera se daría cuenta.


 


 


Y al pasar año nuevo dándole entrada por fin al 2018, el líder de nueva cuenta citó a la banda para así poder hacerle una fiesta sorpresa por el cumpleaños número 38 de Aoi, todos aceptaron llegando horas antes que el guitarrista quien al entrar al departamento del líder los abrazos y las felicitaciones no se hicieron de esperar. Durante la reunión el baterista miraba que Reita no estaba tomando ni un vaso con vodka que Ruki había traído ¿Le sorprendió? Claro que sí, todos sabían que el bajista y el vocalista eran los que menos podían soportar el alcohol aun así no les importaba y bebían lo que soportaban, pero tal parece que Reita no tenía ánimos de beber pero Kai cambiaría su opinión. Se sentó a lado de él casi rozando con su pierna, ambos miraban a sus compañeros que entre risas y juegos estaban sentados en el suelo haciendo competencias de quien aguantaba más vasos de vodka, obviamente Uruha siendo el ganador.


 


—Creí que jugarías pero no has tomado ni siquiera agua ¿Estás bien? —Preguntó el líder acercando el vaso con vodka a los labios del castaño y se negó alejándose lentamente—. Hoy no tengo ganas de tomar —respondió, secamente. Kai sabía los motivos y era por su culpa sin embargo no se retractó, sabía que Reita es alguien demasiado testarudo y orgulloso cuando algo se le negaba haciéndole volverse así y no sacarlo de aquella actitud infantil. Se levantó sintiendo como el castaño le seguía con la mirada y veía como servía en otro vaso unos 5 segundos de vodka y regresó con  él ofreciéndoselo haciendo una mirada de reproche.


 


—Quiero que todos la pasen bien.


—Entérate líder —recalcó la última palabra con diversión —, que uno puede divertirse sin la necesidad de tomar.


—Pero no te veo hacerlo, desde hace rato que andas con los brazos cruzados —imitó la posición que tenía hace unos momentos y un “tsk” salió de la boca del bajista, ahora quien estaba orgulloso era el batero. Rodó sus ojos y tomó de mala gana el vaso y comenzó a beberlo de forma rápida.


 


Después de ese vaso pidió otro más, seguido de otro y otro más, perdió la cuenta y al parecer eran cinco vasos de vodka; Kai inteligentemente llevaba sólo un vaso que se lo iba tomando poco a poco y sus compañeros le preguntaban que cuantos llevaba respondiendo con un simple “no sé”, “quizá unos dos o tres” o “perdí la cuenta desde el segundo”. Ahora sólo observaba al bajista levantándose para ir al baño seguido del baterista, justificando que iba a cuidarlo para así evitar que se cayera, cosa creíble porque el pobre ya estaba tambaleándose a punto de perder el equilibrio.


 


Ambos dentro, Kai miraba recargado en la puerta mientras que el contrario se remojaba sus regordetas mejillas, lentamente se acercó desde atrás abrazándole de la cintura y se frotó contra su trasero.


 


—Espera… espera —intentó apartar al baterista forcejeando con él pero de nuevo el orgullo de Kai salió cuando sabía que ni borracho, Reita podía quitársele de encima y apretó con más fuerza sus manos colocándolas detrás de su espalda recargando su pecho en el tocador, el castaño sólo gimió de dolor —Kai… ¿Qué diablos haces? —Preguntaba entre balbuceos, asustado pero sin estar consciente de lo que pasaba y evitaba pensar en el dolor que el batero le provocaba en sus ya casi dormidas muñecas. Yutaka con su mano libre acarició el muslo libre del castaño, soltaba bufidos gruesos y por un momento,  a Reita le provocó un cosquilleo en su vientre; otra embestida sobre sus pantalones se hizo presente y eso ya no le pareció divertido—. Yutaka en serio para ¡ya! —De nuevo fue ignorado, rodeó ese formado y delgado cuerpo con sus anchos brazos y lo levantó dejando a un Akira sorprendido, lo estampó contra la pared con tanta brusquedad que aturdió al pobre bajista a tal punto que cerró los ojos para no marearse más de lo que ya estaba. De pronto al abrirlos de nuevo su camisa ya estaba desabrochada al igual que sus pantalones sólo que estos ya no estaban en su cintura, sino que en sus tobillos, sólo tenía puesto sus bóxers y Kai le daba constantes miradas a aquella zona pues la tela estaba completamente pegada y le hacía resaltar sus trabajados muslos –aunque fuese de complexión delgada tenía buen cuerpo el castaño– se agachó hasta quedar de cuclillas y mordisqueó aquella parte que se le había antojado, la mordida fue tan fuerte que incluso le dejó una marca rojiza  y volvió alzarse hasta quedar frente a frente. Se miraron unos segundos y el baterista chocó bruscamente sus labios contra los ajenos, el beso era de forma rápida tan así que Reita no podía seguir el ritmo, tuvo que abrir su boca para poder tomar un respiro pero Kai fue más rápido e introdujo su lengua en aquella cavidad succionado la lengua ajena de vez en cuando.


 


La falta de aire –por fin– se hizo presente separándose del bajista quien ya traía sus labios hinchados y rojizos además que un hilito de saliva aun los conectaba con la respiración completamente agitada; Kai bajó una mano sin apartar la vista del castaño hasta la ropa interior y la introdujo tomando bruscamente el miembro del bajista y sonrió al comprobar la erección que ya se cargaba, pudo notar un leve sonrojo en sus mejillas aun cuando traía puesta la famosa cinta.


 


El baterista alzó una de sus piernas y la colocó en su cintura haciendo que el castaño perdiese el equilibrio— ¡Idiota me caigo! —le gritó aferrándose a su cuello volviendo a quedar muy cerca de si para devorar su boca; Yutaka había empezado a tener una pequeña adicción a los besos que aunque hayan sido compartidos un par de veces, aquella del bar y esta noche, rio en sus adentros, era un sentimiento que nunca había experimentado luego haber entrado al mundo de la música, pero tenía que volver a su rol y darle una lección a Akira.


 


Dos dedos acariciaron la comisura del castaño quien hacía su rostro a un lado para evitar tener contacto directo con los ojos del batero pero ahora una mano tomó su mentón y le hizo girar a la fuerza apretando inclusive sus regordetas mejillas, sin permiso introdujo los dígitos a su boca recorriendo sin pudor la cavidad. Reita se quejaba pero Kai parecía importarle poco y luego recordó aquella fantasía que tanto estuvo buscando en tener con él.


 


» Por fin. Pensó.


 


Por fin había hecho que Kai se revelara, por fin pudo hacer que perdiera la moral. Por fin liberó a la bestia que Yutaka Tanabe tenía muy bien escondida.


 


Ya no le importó que lo lastimara, no le importó su bienestar, quería complacer a Kai, era lo único que le importaba y así como el batero, volvió a su papel.


 


Estaba perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando el líder había bajado la última prenda de la cintura para abajo, los dedos que minutos antes estaban recorriendo su boca terminaron adentrándose en un lugar mucho más íntimo y Reita se tensó, se desacostumbró a la sensación de ser invadido de esa forma, hasta que Yutaka encontró aquel punto erógeno que le hizo moverse y soltar un gemido que al baterista le provocó una sonrisa.  Retiró sus dedos y bajó con cuidado al bajista y este debido a la excitación se dejó deslizar hasta el suelo con las piernas abiertas. Kai le siguió cuando terminó de desabrochar sus pantalones liberando su necesitada hombría; miró por última vez a Reita le dio un beso que trasmitiendo calidez acarició sus piernas, arremetió contra él recibiendo como respuesta que el castaño enterrase sus uñas en el hueso de sus hombros provocándole un quejido, le dolió.


 


Embestía con más fuerza ahora él enterrando la yema de sus dedos en los muslos ajenos, mordía su cuello con tanta violencia que le dejaba a los pocos segundos la piel morada, a Reita le molestaba odiaba que dejaran marcas sobre su piel pero por suerte, en Tokio era invierno y con las nevadas que hubo durante un par de días era buen pretexto para llevar una cuello tortuga para cubrir las marcas. Yutaka estaba al borde del éxtasis y optó por alzar al contrario, ponerle de pie y recargarlo en el pequeño lavabo frente suyo.


 


El batero le volvió a tomar de las caderas, una vez más, se adentró y sin esperar embistió con fuerza tomando del cuello al bajista para que mirase por el espejo el acto indecoroso que ambos estaban haciendo. Un golpe en su punto le provocó que arqueara su espalda comenzando a moverse junto al batero para que ambos pudieran terminar, antes dé, dejó un beso húmedo en su espalda liberando aquel líquido dentro de él y sentir que el bajista había concluido al mismo tiempo.  


 


Salió de su interior con cuidado de no lastimarlo subiéndose los pantalones, giró el cuerpo del castaño para mirarle, dejó otro corto y agresivo besó en sus labios, le ayudó acomodarse sus prendas y al terminar el batero abrió la puerta y antes de irse habló:


 


—No es pregunta, ni sugerencia. Hoy te quedas a dormir conmigo —dicho esto cerró la puerta dejando al bajista con las palabras en la boca.


 


Sonrió para sí mismo, mirando aun la puerta, en definitiva quería dormir hoy con el baterista.

Notas finales:

Espero les haya gustado, no olviden leer los demás fanfics del DIK ¡Nos vemos!


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