Reposaba en mi silla impulsando mi peso hacia atrás con la ayuda de mis pies y por su puesto mi escritorio, tenía un lápiz entre dedos con el que jugaba dándole vueltas.
Era momento de descanso en mi colegio, dentro del salón sólo nos encontrábamos un par de chicas y yo, las amigas estaban más apartadas viendo sus celulares mientras reían, yo sólo gozaba de observar las vistas por la ventana esperando las clases
Entre un par de mis bostezos la tranquilidadReposaba en mi silla impulsando mi peso hacia atrás con la ayuda de mis pies y por su puesto mi escritorio, tenía un lápiz entre dedos con el que jugaba dándole vueltas.
Era momento de descanso en mi colegio, dentro del salón sólo nos encontrábamos un par de chicas y yo, las amigas estaban más apartadas viendo sus celulares mientras reían, yo sólo gozaba de observar las vistas por la ventana esperando las clases
Entre un par de mis bostezos la tranquilidad que abundaba en el aula había sido eliminado por culpa de un golpe en la puerta, había sido demasiado fuerte que incluso rebotó. Claro que esto captó la atención de todos enfocando nuestra vista en el causante, y que poco después ya estaba frente mío.
-¿Cómo se te ocurre haber terminado así con mi hermana? -me gritaba que capaz todos en la cafetería lo escuchaban.- ahora no para de llorar y lamentarse por estar contigo.
Era Abel, el hermano de mi ex novia, aquel rubio chico de ojos verdes era quien se imponía ante mi. Ante mis ojos podía parecer un pequeño chihuhua reclamando lo que le hacía más lindo de lo que ya era, más atractivo si se enojaba.
Deje de jugar con la silla y mi peso para levantarme de un sólo movimiento quedando en su frente, procurando hacer un contacto visual a pesar de las diferencias en estatuas estando el más pequeño, coloqué mis manos en los bolsillos mirándolo de manera juguetona.
-¿Sabes que le dije a tu hermana antes de terminar con ella? - apegué nuestros cuerpos lentamente mientras mi mano derecha rozó sus dulces labios. - que prefería mil veces más a su hermano.
Había quedado en shock mi contrario, aquellas caricias y falta de espacio le estaban poniendo nervioso y lo sabía por su bonito rostro rojito, se le notaba debido a su piel blanca que tenía. Le tomé de las cinturas cortando esa poca distancia nuestra y fijandome en sus ojos pensé : "que presa tan más fácil" acto seguido bajé mi rostro hasta poder conectar nuestros labios un buen momento; escuchando de fondo los gritos de emoción de las otras chicas presentes.
Por lo general yo gusto de personas que al menos se esfuerzan más en ocultar que son unas "fáciles" pero por su parte Abel había provocado en mi desde hace tiempo una sensación de placer que tenerlo entre mis brazos ahora ya era satisfactorio. O eso al menos pensé antes de que se impulsara para atrás con cuidado y me mirase muy perdido.
-¡A mi no me gustan los hombres! - su voz temblaba por sus mismos nervios y era más aguda.
-Recuerda esas palabras, antes de terminar este año verás que estarás debajo de mi cama pidiendo más