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El libro por AGR

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Notas del fanfic:

Informo que los personajes de Saint Seiya no son de mi auditoria.

La historia que proyecto en este fic es original, escrita por mi.

El libro

 

En aquella ocasión al regresar ebrio a casa, luego de esconderme en la nauseabunda cantina de la ciudad, dónde todos los malvivientes se ocultan, ese sonido de gorgoteo o quizá eran balbuceos consiguieron llamar mi atención. Me arrodillé gritando sin comprender lo que pasaba, seguro es una especie de juego mental que produce tanto etílico, pero mis manos se vieron empañadas de sangre.

 

En el intervalo del horror a esa desenfrenada risa, sucedió que ese calor repentino en las venas no era el alcohol encendido, sino ese siniestro sentir, consumido por algún poder oscuro. Me levanté balanceando con torpeza los pies dejando en las paredes mis dedos pintados de carmesí y ese gemido torturando mis oídos con suplicas incomprensibles, es mucho para tolerar cuando imágenes borrosas del motivo por el cual he bañado las entrañas con bourbon se repiten constantes.

 

El cuchillo no era suficiente, no para terminar con ese canto fúnebre lamento, así que apresurando el paso fui a esa recámara encontrando el cuerpo inerte del amante. Sacudiendo la cabeza volví detonando el arma en su rostro, sus ojos nunca dejaron de verme, pero él era un monstruo más de lo que yo soy por hacerle pagar su infidelidad.

 

No hay bourbon para bajar el amargo recuerdo, mi ropa está cubierta de sangre, pero antes de que me encuentre la policía terminaré con mi vida. No me culparán por el impulso arcaico de la maldad,  la perfidia de su engaño ha corrompido mi alma y que mi muerte refleje el lado oscuro del amor.

 

-Fin-

 

–Es perfecto.

 

La satisfacción es parte del ser humano cuando consigue un logro que te catapulta mostrando al resto de lo que eres capaz de hacer, eso solo se demuestra con perseverancia. El final resultó perfecto, la connotación de un nuevo placer.

 

Los laberintos inciertos siempre terminan por enviarte a caminos distintos, perdiendo la objetividad de la vida. Mirando el bloque de quinientas hojas, se vio obligado a levantarse de esa cómoda silla disfrazada de vinil, con su bourbon en la mano cual bebió de un solo trago para marcharse.

 

Hyoga le esperaba con esa sonrisa arrogante y con poca ropa, dispuesto para ser tomado en la entrada de su departamento sin importar que le pudieran ver, pero la discreción de Ikki, se lo impedía, pero antes de que mostrara un visible enojo, fue arremetido por un beso revestido de lujuria, sus manos no dejaban de acariciar cada parte de aquel perfecto cuerpo moreno que parecía una brasa contra su bronceada piel.

 

Ambos expuestos al más perverso deseo carnal que se puede sentir vibrar en las entrañas. La muestra de lo que es intimar ellos lo degustaban en plenitud, sin tiempo o reservas que solo podrían enfriar sus necesidades de hombres en pleno dominio de quién muestra más erotismo o propone un juego sucio.

 

Las prendas cayeron al suelo, entre gruñidos, gemidos y algún otro sonido de labios chocando en sus pieles, manos azotando la desnuda nalga o muslo, en su mundo solo son ellos los que existen, no hay palabras solo cuerpos que se expresan.

 

El sonido del timbre les obligó a separarse, Hyoga por su parte solo se colocó el pantalón con el fin de despachar al que le obligaba alejarse de su moreno amante. Ikki por su parte fue hasta la habitación donde terminó de desnudarse esperando enterrar su erecto miembro en esa cavidad que por semanas había extrañado.

 

– ¿Quién eres?

 

Epílogo

 

Una energúmena rabia me envolvió. Destruí con un disparo limpio en su pecho explotando su corazón, al obstáculo que me estaba separando del que amo, cayó de inmediato al suelo chocando la cabeza contra el brazo del sofá, sentí por unos instantes la mano temblar, pero me obligué a calmarme y continuar.

 

Comprendí que si no tomaba aquella fatídica decisión las cosas continuarían y me encerraría en un círculo vicioso del cual no podría salir nunca. De pie mirando perplejo el atroz crimen que he cometido, me enfoca con esa mirada dubitativa, es verdad no yo mismo puedo creer lo que hice y estoy por hacer.

 

–Te amo.

 

Esa simple palabra es el beso que le he dado sin tocarlo, sin poder sentir su piel morena abrigar la mía cuando me abraza, ese aroma que me empuja a desearlo de la peor manera. Lloro, lo sé porque se han humedecido las mejillas.

 

Volviendo a jalar del gatillo le maté, sabía que los vecinos habían escuchado los disparos y ahora es el momento de pensar como ocultar mis huellas, pero no me interesa hacerlo, no cuando la razón se ha fragmentado por el dolor de perder al que amas.

 

Dejando a los amantes regresé a casa, la copa de vacía aún conserva un poco de bourbon, la lleno al tope solo para beber de golpe y volverme a servir otro poco más. La silla conserva ese efluvio que me obliga a inhalar con profundidad. Exquisito es la palabra perfecta.

 

El calor del licor se ha transformado en distorsión para mi mente, imágenes vienen y van danzando burlonas a mi desgracia, sé que estoy perdido en ese mundo de maldad, que me arrebata de la verdad, de la lucidez, pero si vuelvo a la cordura no podré soportar, no cuando he asesinado al hombre que amo y su amante.

 

Necesito más de ese líquido y la botella está casi vacía, debí comprar más cuando regresé de ese apartamento, como me hace falta embriagar más la conciencia que aborrece el acto de barbarie que cometí.

 

Puedo escuchar el canto de las sirenas, sé que son los policías que se acercan. Será una excéntrica o solo una fanfarronada por mi parte expresar el sentimiento agridulce que poseo, la sensación me es extraña, pero no lo suficiente, menos cuando sé que soy el monstruo que ha cometido la mayor de las crueldades, pero no hay arrepentimiento, no puedo tenerlo. Todo fue por amor.

 

-Fin-

 

–Seiya Nakamura, queda usted arrestado por los asesinatos del escritor Ikki Kido y de su esposo Hyoga Petrov.

 

–Era mío y yo lo amaba, él sabía de estos sentimientos desde esa primera vez que me firmó el libro y puso en él “Con cariño para Seiya de Ikki.”, Hyoga solo era una distracción para que me amara. No debió de terminar el libro y volver con él a su hogar.

 

– ¿Así que usted admite haber ido a su apartamento y matarlos?, pero lo que me intriga es la razón por la cual usted está aquí.

 

–Ikki, se aleja de todos y viene a escribir aquí y yo he venido a terminar su obra.

 

-Fin-  

 

 

Notas finales:

Hola! 

Bueno les dejo este fic corto con algo de misterio creo la verdad, que no es mi fuerte pero me han pedido que escriba cosas así. Ya aquí tienen este pequeño fic.

Espero les guste.

kisus pervertidos. 


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