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Atrapándote (Gafou) por LILITH_HIWATARI

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Capítulo 2: Gastón y Lefou.

 

“Gastón, nunca podremos ser felices juntos. Nadie puede hacer tantos cambios.”

 

 

El cálido sol lastimaba sus ojos se levantó ante la insistencia de una abeja que no dejaba de zumbar sobre su oreja, susurrándole que debía despertar, Gastón abrió los ojos con lentitud justo cuando el viento corrió y las sombras le cubrieron de los rayos amenazantes, se sentó con cuidado solo para notar que no eran arboles los que le rodeaban, no un inmerso campo de girasoles cubría todo hasta donde alcanzaba su vista, era hermoso simplemente perfecto, aquel campo le trajo simplemente paz, una inmensa tranquilidad que solo le hizo querer recortarse otra vez y disfrutar del momento, de las sombras que las flores hacían al bailar con el viento.

 

-          ¿Estás  bien? – la suave y dulce voz de alguien llamándole con preocupación le enterneció y confundió, abrió los ojos otra vez en busca de la persona que frente a el aparecía de la nada - ¿estas herido? – volvió a preguntar y un que Gastón no podía verle bien el rostro supo que aquella era importante, y la figura extraña sonrió entonces, la sonrisa más cálida y hermosa que jamás hubiera visto, su corazón dio un vuelco enamorado más antes de poder decir algo más aquella sonrisa desapareció con el fuerte ruido de los rifles guerra.

 

Gastón se levantó entonces asustado, aquel ser se desvaneció en el aire al ritmo de los rifles, la marcha de los soldados, el cielo se negreció entonces, los girasoles cayeron al suelo abrumados y miles de botas fangosas los pisotearon, todo el campo quedo cubierto de sangre y polvera, de cuerpos de enemigos muertos, levanto sus manos solo para notar el moquete en este y sus manos teñidas con sangre aquella de convirtió todo en cenizas.

 

Despertó agitado y sudoroso, con un terrible miedo y terror como acostumbraba a hacerlo durante esas pesadillas, hace tiempo ya que las tenía que estaba acostumbrado a ellas, una o dos lo levantarían por la noche cada semana pero jamás fueron tan crueles, estas nunca comenzaron así, nunca tuvo ese momento de falsa seguridad, Gastón negó con la cabeza mirando por la ventana a la luna que brillaba en lo alto casi burlándose de él, y sonrió porque sabía a quién pertenecía aquella sonrisa.

 

***************************

 

-          No me interesas Gastón – nuevamente Lefou espantaba al cazador que como cada día estaba acosándolo frente a la panadería mientras el mostraba los nuevos panes a vender, el panadero que no le confiaba su receta para el esponjoso pan prefería ponerlo con una canasta afuera todo el día a darle su receta a alguien.

-          Pero Lefou – replico el cazador peinando su cabello y lanzando su mejor sonrisa haciendo que una mujer que compraba el pan en ese momento enrojeciera por está pagando el pan y saliendo corriendo.

-          Espere su pan – murmuro Lefou pero la mujer ya estaba lejos, eso solía pasar un par de veces con Gastón ahí - No me llames Lefou – dijo entonces girándose molesto para empujarlo -  no tienes derecho – apretó los dientes cuando un joven junto a su madre se le acercaron a comprar un pan y Lefou sonrió amistosamente – pan recién horneado – dijo el a los potenciales clientes – el más suave de todos – y enseño su mercancía, la vieja mujer tomo una hogaza mientras empujaban a su hijo quien parecía deseoso de no estar ahí.

-          Buenos días capitán Gastón – dijo el joven entonces con una sonrisa forzada – hermoso día.

-          No tanto como lo que ven mis ojos – respondió el hombre con su sonrisa nuevamente  y Lefou bufo ante esto, los clientes finalmente se fueron y nuevamente Gastón regreso su atención a Lefou – Pero Lefou suena adorable para – le siguió cuando le vio entrar a la panadería.

-          Basta – Lefou le paro en seco -  no me interesa un hombre arrogante, casanova y centrado en sí mismo – gruño pero Gastón lucia muy confundido cuando unas chicas las trillizas pasaron saludando.

-          Buen día Capitán – dijeron en coro coquetas y Gastón regreso la sonrisa para de inmediato notar que Lefou le miraba muy enojado.

-          He de cambiar  ahora – dijo parándose recto tras aclarar su garganta -  seré un hombre nuevo.

-          No creo  - hizo una mueca - que alguien pueda hacer tantos cambios – termino secamente cerrando la puerta y dándole  un nuevo golpe en su nariz.

 

Adentro el panadero le miro interrogante pero Lefou busco otra forma de entretenerse antes de salir otra vez, por suerte para él una joven llego ahí y se llevó a Gastón.

 

-          El gran capitán Gastón – dijo ella – derrotado por una puerta – se burló, Gastón se giró entonces y suspiro notando quien era su espectadora.

-          Stayce.

-          Por qué no me acompañas a casa – dijo ella con suavidad – esta canasta es muy pesada – fingió desfallecer y Gastón como un caballero que era corrió a ayudarle.

 

Paso la mañana en la sastrería charlando animadamente con la sobrina de esta por suerte ella mantuvo a sus primas encimosas a raya y al finalizar Gastón estaba de mucho mejor humor tras su desaire.

 

Pero él no se rendiría, Gastón Legume no huía de una batalla.

*********************

 

 

-          Imagínalo Bella – dijo el hombre en su acostumbrada silla junto al fuego totalmente pensativo.

-          ¿Porque estas en mi casa? – respondió ella desde el sillón de enfrente mientras cocía las medias de su padre sin levantar la vista - ¿otra vez?

-          Porque nunca vas a la taberna y necesitaba hablar con alguien, ahora enfócate – dijo con dramatismo el hombre, aquello sí que parecía una escena muy hogareña, el padre de Bella había tenido que mirar dos veces la primera vez que entro a casa y se topó con una escena familia, ahora ya estaba acostumbrado.  

-          ¿Padre? – bajo su aguja para mirar a su padre que seguía reparando uno de sus relojes en total concentración, ella solo quería ser salvada, al mismo tiempo Gastón miro a Maurice como temiendo ser echado.

-          Deja al hombre desahogarse – respondió el y Gastón sonrió burlista a la chica -  trajo la cena – señalo el estofado en el fuego.

-          Bien – suspiro resignada mirando a Gastón que parecía presumido como un niño -  imagino.

-          Imagínalo Bella, rica cena calentándose en la hoguera – señalo la olla en ese momento -  mis perros de caza correteando a mis pies y mi bella Lefou dándome un masaje en mis hombros  y que me responde – se dejó caer contra el asiento del sillón -  no me interesas Gastón – dijo en un gruñido.

-          ¿Has considerado que tal vez no le atraen los hombres? – Bella trato de sonar suave pero definitivamente Gastón le miro incrédulo.

-          Tonterías soy lo mejor aquí – dijo agitando su mano como descartando esa absurda idea -  incluso los hombres casados caen a mis pies – aquello solo hizo rodar los ojos a Bella pero Maurice asintió desde su lugar concediéndole eso -  ¿Por qué no simplemente me acepta? – dijo cruzándose de brazos como un niño berrinchudo.

 

Y Bella supo que esa sería una noche muy larga.

 

****************************

Una nueva mañana empezaba, todo igual que siempre, ahí estaba Bella con su libro, la cual se acercó a comprar una pieza de pan, para después charlar un rato con el juguetero del pueblo, Lefou sonrió, esa chica hacia lo mismo todo el tiempo, no la conocía bien  de hecho casi no conocía a nadie pero había escuchado por algunos de los murmullos del pueblo, las mujeres que compraban el pan siempre tenían nuevos chismes que discutir con él y como su madre le enseño a ser cortes las escuchaba por lo que sabía que esa chica era considerada la extraña del pueblo, solo porque gustaba de leer y siempre tenía un jodido libro en las manos además de su nulo interés en buscar esposo, la joven ya tenía 21 y seguía soltera toda una vergüenza, algunos decían que ella estaba enamorada de Gastón y que lo espero pacientemente durante toda la guerra solo para descubrir que su amado tenía otros gustos, era extraño Gastón era el sodomita aquí y la chica lectora del pueblo era considerada la rara, y hablando de Gastón ahí estaba otra vez molestándole esta vez con un jodido ramo de girasoles.

 

Como detestaba a ese hombre, lo peor de todo es que los girasoles eran su flor favorita, no importa que fueran tan comunes solo las amaba y este bastardo lo había descubierto de alguna forma, lo que Lefou no sabía es que él no era muy discreto y siempre estaba mirando los girasoles con la florista y Gastón como buen acosador observador lo descubrió o al menos todos los demás pensaron al verlo, así que Lefou se mordió la lengua y acepto las flores que tantos hermosos recuerdos le traían, Gastón sonrió de felicidad al ver que por primera vez un regalo no era golpeado en su rostro más antes de poder arruinar el momento Lefou le miro amenazante y dejo en claro nuevamente que no le interesaba dándose vuelta y entrando a la panadería, Gastón cabizbajo negó y salió de ahí listo para una nueva tal vez cacería.

 

-          ¿Ese era Gastón? – pregunto el panadero al ver alejarse al hombre de chueta roja.

-          Así es señor – dijo Lefou finalmente mirando con detenimiento las hermosas flores en su mano.

-          ¿Ha comprado lo habitual? – le dijo puesto que últimamente Gastón no compraba casi nada en la panadería.

-          No – negó de inmediato-  vino a darme esas flores una vez más – hizo una mueca de desagrado - no entiendo porque actúa tan aberrantemente.

-          Has logrado captar la atención de Monsieur Gastón  toda una proeza por aquí – aquello fue una felicitación pero a Lefou le aprecio una gran burla.

-          Preferiría ser ignorado completamente – gruño dejando caer de mala gana las flores en una taza de agua para mantenerlas frescas.

-          Eres muy gracioso Lefou – termino el panadero notando la acción y como Lefou tocaba con suavidad los pétalos de un hermoso girasol confundiendo esa ensoñación con quizás aceptación al cazador, pero Lefou estaba muy lejos de ahí, mucho más de lo necesario, los girasoles siempre fueron un símbolo para él.

 

Había girasoles en su casa de la infancia aquella por la que volvió y donde solo hierva silvestre crecía ahora, los girasoles siempre fueron las favoritas de su madre, aquella buena mujer que le dejo demasiado pronto y hubo girasoles cuando la conoció a ella, a su preciada Amelie.

 

-          ¿Lefou? – la voz de una chica lo saco de su ensoñación.

-          Por dios lo siento mucho – se disculpó de inmediato mirando a la mujer que le sonreía - ¿Cómo puedo ayudarte?

-          Así que ¿finalmente aceptas un regalo de Gastón eh? – pregunto ella meneando las cejas

-          ¿Enserio a nadie le molesta que Gastón sea un sodomita? – dijo Lefou a la única amiga que había hecho en ese lugar – Stayce lo digo enserio – llamo a la joven que solo le miraba curiosa – está en contra de las escrituras – declaro y la chica se tensó entonces al escucharlo – Dios estaría en desacuerdo – sentencio.

-          Supongo que es su problema entonces – respondió totalmente sin emoción – nadie da cuentas sobre los demás – dijo y Lefou pareció entender esa parte – además no molesta a nadie con eso , ¿o sí? – le pregunto curiosa.

-          A mi si – dijo Lefou cruzándose de brazos.

-          Ya te acostumbraras querido – dijo ella con una suave risa palmeando su brazo para marcharse.

 

Lefou se despidió de ella y regreso a su asunto, Stayce por su parte apenas dio un par de pasos cuando un brazo la jalo a un callejón.

 

-          Santa madre me asustaste – gruño dándole un manotazo a Gastón pues aquello le trajo viejos recuerdos unos no muy agradables.

-          Lo siento stayce – dijo Gastón realmente arrepentido – te vi hablando con Lefou – dijo sin perder el tiempo - ¿era sobre mí? ¿le gustaron las flores?

-          ¿Por qué asumes que es sobre ti? – pregunto ella enarcando una ceja.

-          ¿por qué no lo haría? – pregunto engreído a lo que solo negó con la cabeza ella.

-          Si pero más bien quejarse – eso no importo Gastón estaba en la nube porque su Lefou había preguntado por el – no le gusta ser acosado, Gastón – llamo pues este ya estaba fantaseando con caminar a la luz del ocaso en su fiel Magnifique con Lefou en sus brazos - ¡Gastón! – dijo la chica molesta y el hombre de inmediato le miro apenado por verse atrapado en una fantasía – oh Gastón – dijo ella – Lefou lleva tres semanas aquí y ya ha robado tu corazón – sonrió – no entiendo que pudiste ver en él.

-          Su alma – sonrió el hombre – pude verla y era tan cálida que simplemente me atrapo.

 

Y la mujer solo suspiro, fuera a lo que fuera a lo que se refería algo era claro, Gastón no iba a darse por vencido, solo esperaba que nadie saliera lastimado en especial su querido Gastón.

 

*************

 

Un nuevo domingo empezaba, y las campanas de la pequeña iglesia resonaban por el pueblo, Lefou dio gracias a todo que su jefe el panadero fuera un hombre muy religioso tanto así que no había trabajo para el ese domingo, por lo que podría seguir con las reparaciones de su vieja casa, razón por la que estaba en ese pueblo.

 

Hace muchos años cuando su memoria no era muy buena él vivía ahí en ese pueblo junto a sus padres, sin embargo recuerda que no era una buena época, había hambre y poco trabajo y muchos tuvieron que vender sus casas para tener un poco de pan, esa había sido su suerte y sus padres dejaron el pueblo en busca de una mejor vida, hace unos años una carta llego a sus manos donde un notario le hacía entrega nuevamente de la propiedad, él no podía creerlo y creyó que esto era una broma por lo que la ignoro, pero el tiempo paso y ciertas circunstancias lo llevaron nuevamente a tener que regresar a lo único que parecía ser suyo.

 

Ahora tenía una vieja casa y mucho trabajo para transformarla en un  hogar.

 

-          ¿Qué haces aquí? – pregunto al ver a Gastón en la entrada de la iglesia tal vez esperándole.

-          Vengo a misa como todos en este pueblo – respondió buscando a alguien en la multitud y tal vez no era a el a quien esperaba.

-          ¿tu? – dijo incrédulo -  si ¿sabes que Dios castiga a los de tu clase cierto? – dijo con total malicia.

-          Prefiero creer que Dios es un ser bondadoso que nos ve a todos como sus hijos – aquella respuesta lo dejo sin palabras sorprendiéndole totalmente - y si él no hubiera de querer a los de mi “clase”  me partiría un rayo – dijo levantado las manos esperando dicho castigo - vez nada paso – le miro triunfante.

-          Eso fue muy inteligente – finalmente hablo tras la sorpresa.

-          Es lo que Robert Pére afirma – Gastón sonrió  feliz de aquel cumplido -  aunque en lo personal no creo en ninguna de estas tonterías – y ahí estaba arruinando el momento, Lefou sonrió ante eso, este era el Gastón que conocía y lo fastidiaba.

-          ¿a qué vienes entonces? – cuestiono.

-          Comunidad – dijo encogiéndose de hombros saludando a las personas que lo hacían al pasar.

-          ¿Estás aquí para mantenerte vinculado con el pueblo?

-          Eso y poder ver al ser más hermoso de la creación – afirmo sonriente - Mi querida Lefou – y tomo su mano con tanta suavidad que casi o confunde, por suerte Lefou arrebato su mano y dando media vuelta se marchó ignorándole.

 

El resto de la mañana Gastón no le molesto, de hecho paso mucho tiempo con Stayce y charlando animadamente con la gente del pueblo, tal vez presto demasiada atención al hombre ya que no tiene idea de que trato el sermón ese día y para el resto de la tarde todos pensamiento a Gastón desaprecio  mientras reparaba el techo de su vieja cabaña, al día siguiente la rutina comenzó nuevamente y Gastón como un reloj bien afinado estaba ahí acosándole mientras vendía los panes.

 

-          Lefou  - llamo el panadero al ver que nuevamente había cerrado la puerta a Gastón y este se alejaba cabizbajo -  ¿Gastón nuevamente?

-          Es realmente frustrante señor le he dicho que no me interesa y sigue insistiendo – declaro con verdadera frustración, mientras tomaba una escoba y barría la harina en el suelo – solo no quiere escuchar.

-          Ha dejado de comprar su ración de pan – dijo el mirando la charola con la mitad de los panes, desde que Lefou estaba ahí Gastón quien siempre había sido un buen cliente terminaba comprando muchos más panes solo para que su amada Lefou terminara antes pero últimamente este le cerraba la puerta en la cara y bueno Gastón ya no compraba nada.

-          Supongo que se marcha antes de hacerlo sí – dijo negándose a aceptar que el corría literalmente al cazador.

-          Si lo hace – suspiro el panadero   acechándose a Lefou y tomando su escoba - me temo que tendré que pedirte que te marches Lefou – dijo con firmeza, no había enojo en su mirada solo desilusión.

-          ¿Eh hecho algo mal señor? – pregunto asustado, él no podía perder ese trabajo, era el único que tenía, lo necesitaba si quería terminar las reparaciones de su casa.

-          Solo me has costado a uno de mis mejores clientes,  cuando la noticia se corra de que Gastón ha dejado de comprar aquí pensaran que hay algo mal en mis panes, lo siento mucho muchacho – palmeo su hombro con suavidad -  además el capitán es un héroe de Guerra todos le estimamos mucho por aquí.

 

Y con esas palabras Lefou fue despedido de su trabajo, unas monedas por su día de trabajo y unos panes de cortesía Lefou estaba oficialmente despedido, la tristeza le duro poco, no podía simplemente ponerse a llorar en su lugar camino hasta la plaza del pueblo y se sentó en la fuente pensando en lo que haría, una vieja mujer se acero a el entonces, la mendiga del pueblo y muy amablemente él le dio sus panes.

 

-          ¿Y la mermelada? – pidió la mujer y Lefou resistió el impulso de reír en su lugar negó con la cabeza.

-          Lo siento solo tengo pan – dijo con tristeza – una simple hogaza de pan duro – y aquellas palabras se sintieron frías y dolorosas, algo mucho más oculto en ellas – solo pan – y Lefou estaba a punto de llorar comprendiendo la gravedad de la situación.

-          El pan sin mermelada no es tan malo cariño – la mujer palmeo su mano tomándole – incluso el pan duro es un alivio para el hambre – lo animo y Lefou se sintió estúpido por quejarse frente a una pobre mujer que no tenía nada – además un simple  pan puede tener un sin fín de posibilidades – sonrió ella mordiendo la hogaza – no solo con mermelada – Lefou sonrió ante esa extraña conversación – a veces otra cosa  puede resultar mucho mejor que con ella.

 

Y Lefou solo rio cada vez más fuerte, aquí estaba el siendo animado por una simple mendiga, era totalmente absurdo pero fue justo lo que necesitaba, cuando alguien llamo su nombre.

 

-          Lefou – dijo Gastón acercándose a el -  mi querida Lefou  me alegra encontrarte tan temprano fuera de esa horrenda panadería, gustarías de acompañarme…

-          Estoy ocupado – gruño girando a ver a la mendiga pero esta ya no estaba  -  solo aléjate de mí – dijo levantándose para irse de ahí.

-          ¿pero yo?

-          ¡me has costado mi trabajo! – grito finalmente.

-          ¿Qué?  - aquello no lo vio venir.

-          Te he rechazado y ahora el panadero me corrió debes estar satisfecho – y finalmente Lefou exploto contra el verdadero culpable, claro esto todo era culpa de Gastón, de alguna forma el tenia a todo el pueblo convencido de que era un héroe o algo así -  pero sabes que  la respuesta sigue siendo no – termino para alejarse de ahí.

 

***************

 

Nuevamente estaba frustrado tres días y nadie parecía darle una oportunidad estaba seguro que todo era culpa de Gastón, el zapatero se excusó diciendo que no necesitaba una ayudante, el barbero lo mismo y joder nadie tenía ni un mísero trabajo aun que estaba seguro que aquellos viejos hombres necesitaba ayuda pero no, nadie de ellos deseaba darle trabajo y cuando vio a Gastón ser recibido por estos con gran jubilo supo la razón.

 

Gastón solo le traía problema tras problema.

 

-          Lefou eh hablado con – empezó Gastón al encontrarle esa tarde.

-          ¿Por qué haces esto? – lo interrumpió empujando su pecho -  eh estado buscando trabajo y nadie quiere contratarme y es tu culpa – otro empujón más - tu eres el que debería ser marginado, rechazado – levanto las manos con dramatismo empezando a llamar la atención -  eres un sodomita – y estaba seguro que escucho algunos jadeos de sorpresa pero Lefou no dejo de mirar a Gastón -  eres aberrante y asqueroso – y más murmullos se escucharon, pero Lefou estaba tan enfadado que no noto como algunos hombres, los amigos de Gastón más que nada parecían furiosos listos para mostrarle una lección a Lefou por tal cosa - en su lugar soy menospreciado por no acceder a tus deseos, pues no funcionara – gruño - no voy a ceder a tus viles métodos, ¡no voy a ser tu puta! – grito totalmente  furioso, libido pero aliviado de finalmente expulsarlo todo.

-          Lamento haber sido una molestia – dijo en su lugar con la cara totalmente seria – Monsieur Le Fay – y Lefou se quedó sorprendido de que Gastón supiera su nombre realmente.

 

El cazador dio media vuelta entonces y le dejo tranquilo, los murmullos siguieron escuchándose un rato mas pero finalmente unos hombres gritaron algo y toda la gente volvió a sus asuntos, genial Lefou solo había quedado como el peor idiota al gritarle frente a todo el pueblo al ídolo de este, seguramente estaban palmeando echarlo del pueblo con antorchas, sintiéndose peor que antes, al menos antes estaba molesto ahora solo desesperado y triste Lefou camino hasta la posada listo para tirarse en su cama hasta el día siguiente pero pensándolo bien bajo a la taberna, estaba casi vacía, aún era temprano, camino hasta la barra y dejo caer sin gracia totalmente cansado, cuando alguien toco sus hombros, por un segundo espero que fuera Gastón, pero no ahí estaban dos hombres, que tenían cara de querer matarlo.

 

-          Así que te crees demasiado – dijo uno de ellos escupiendo – demasiado para el capitán y este pueblo eh – y ahí estaba Lefou sabía que este sería el fin, iba a ser golpeado y luego echado, rayos solo debió empacar sus cosas y regresar a quedarse aquí.

-          Es suficiente Tom, Dick – el tabernero llamo detrás de Lefou y los hombres parecían a punto de replicar pero fueron callados – a menos que quieran ir a la cárcel por molestar a mis clientes – le miro amenazante, los hombres se retiraron de muy mala gana – debes disculparlos señor Le fay – sonrió cuando Lefou se giró – pero Tom y Dick son muy buenos amigos de Gastón y me contaron su pequeña discusión hace unos momentos.

-          Oh por dios – jadeo lleno de vergüenza – no sé por qué lo hice – confeso – estaba enojado y necesito ese trabajo – el hombre dejo una taza de cerveza frente al angustiado hombre – solo quería volver a casa y construir una vida aquí – suspiro tomando el tarro para beberlo.

-          No es su culpa – respondió el hombre – él no nos pide hacer nada – aclaró – pero este lugar le debe tanto a Gastón y realmente piensan que lo ayudan así – sonrió – todo en el pueblo te ha visto rechazado y han visto al capitán triste después de eso – se puso a limpiar la barra con insistencia – es nuestra forma de protegerle.

-          Supongo que debería irme – suspiro poniendo una moneda pago de su bebida – no puedo perder mi tiempo aquí, no si no tengo un futuro – se levantó listo para irse.

-          Tal vez, o podría necesitar algo de ayuda aquí – dijo quitando el tarro.

-          ¿enserio? – pregunto esperanzado – espere ¿Cuál es la trama? – dijo con desconfianza – esta evitado que deje el pueblo ¿cierto?

-          Has lo que quieras hombre – se encogió de hombros – mi esposa y yo realmente necesitamos ayuda puedes ser tu o cualquier otro – se dio la vuelta.

-          Espere lo siento – se disculpó de inmediato – si me interesa realmente.

-          Bueno pero debo advertirte – dijo el hombre – esa de ahí – señalo la silla junto al fuego – es la silla personal de Gastón – y Lefou sintió que había entrado a una trampa.

-          ¿Gastón?

-          Mira a tu alrededor – y así lo hizo y efectivamente había un montón de astas decorando el lugar además de un enorme mural de sorpresa Gastón.

-          Rayos – murmuro – me imagino que viene cada noche.

-          No tanto como antes de tu llegada– sonrió y Lefou acepto sin más – aunque presiento que eso cambiara muy pronto – y definitivamente el había caído en una trampa.

 

Debía estar loco para entrar al territorio del lobo pero que demonios necesitaba ese empleo y nadie iba a correrle, no ahora, ni nunca, el terminaría su casa y después bueno podía dejar de trabajar ahí pero mientras lo soportaría, bien podría hacerlo.

 

*********************

A la mañana siguiente Lefou fue mandado a comprar un poco de pan para la taberna y el panadero al verlo lo llamo  le hablo sobre lo muy insistente que había sido Gastón para que lo recontratara, de todas las cosas buenas que dijo sobre él y que tenía por supuesto el trabajo nuevamente, él se sintió conmovido por esto y estaba casi alagado pero negó, a taberna era mucho más fácil además estaba harto del aroma a pan en sus ropas.

 

Encontró a Gastón en su caminata casi esperaba que este lo asaltara nuevamente, mas este solo saludo de lejos y siguió caminando, aquello lo desconecto, Gastón no estaba detrás de él y era simplemente raro, por lo que ahora fue Lefou quien lo siguió y trato de llamar su atención, solo iba a disculparse claro y agradecer por lo del panadero nada más.

 

-          Gracias – dijo Lefou llamando la atención del cazador quien parecía totalmente serio muy diferente a su enorme sonrisa y cálida mirada con el -  el panadero hablo de lo insistente que eras para que me contratara de nuevo y todas las cosas maravillosas que dijiste sobre mí – continuo sintiéndose estúpido, al ver la indiferencia de Gastón se dio cuenta que tal vez ya no estaba interesado, no que a Lefou le importara pero si era extraño ser tratado de aquella forma tan repentinamente.

-          No hice nada más que hablar con la verdad – respondió con amabilidad pero sin la calidez de costumbre, de hecho Gastón se estaba esforzando por no mirar de más a Lefou – si me permites – se disculpó entonces por que sus fuerzas se iban  terminar y seguramente molestaría a Lefou con alguna tontería.

-          Claro por supuesto – se disculpó ahora si sintiéndose estúpido, claro que Gastón ya no estaba interesado en él, ni siquiera entiende que vio la primera vez extrañamente esto no lo alivio tanto como quiso – de todas formas – se aclaró su garganta- eh conseguido un nuevo empleo en la taberna.

-          ¿la taberna? – y aquello llamo la atención del capitán, quien de inmediato regreso a mirar al regordete hombre como buscando un signo de mentira, como era posible su Lefou, su bella y adorable Lefou rodeado todo el tiempo de borrachos infames, esto no podía permitirlo empezaría a frecuentar nuevamente ese lugar por el bien de su amado.

-          Bueno – Lefou se aclaró la garganta al ver que Gastón ya no le miraba solo estaba ahí parado perdió en sus pensamientos – de todas formas agradezco mucho su ayuda Monsieur Gastón- volvió agradecer sacando de su ensoñación al cazador – es bueno saber que estuve equivocado y no es la clase de engreído matón que imagine – se sonrojo al decir eso puesto que Gastón levanto una ceja por tal comentario – de hecho es usted una muy buena persona – y eso fue todo solo basto ese pequeño cumplido para que Gastón gritara internamente y lo que fue un simple agradecimiento el cazador lo tomo como un permiso total, una muestra de afecto y peor aún consentimiento para seguir con el cortejo.

-          Finalmente has logrado ver mis cualidades – dijo con una enorme sonrisa y toda el ambiente se transformó de inmediato -  no luzcas tan sorprendido mi querido Lefou sabía que tarde que temprano lo notarias – dijo parándose recto y sacando el pecho asegurándose de flexionar sus músculos en toda su esplendor -  pero no te acongojes la perfección que tienes frente a tus ojos sigue creyendo que deberías colgar de mi brazo – y con eso extendió su brazo  hacía en pequeño hombre que solo miraba todo sorprendido de aquel cambio tan repetido, la helada mirada de hace unos momentos se derritió y ahora solo había calidez - ahora  dejare que te sientes en mi regazo en la taberna como agradecimiento por mi heroico rescate – y ahí está su sonrisa segadora.

-          ¿Realmente acabas de arruinarlo?  - suspiro Lefou arrepintiéndose de pensar por un segundo en todo lo que había dicho, de hecho en siquiera sentirse mal por no tener su atención.

-          Incluso dejare que muestres tu agradecimiento frente a todos – insistió al verlo empezar a caminar.

-          No – respondió negando con la cabeza -  sigues siendo un idiota – y diciendo esto acelero el paso asegurándose que la gente le cortara el paso a Gastón quien solo le vio marcharse.

 

Y así fue como Gastón Legume estaba de vuelta en el juego, oh si amigos míos, Bella estaría orgullosa Lefou su bella Lefou había mostrado interés alguno, definitivamente creía que era buena persona y si leía bien su lenguaje corporal además entre líneas lo que Lefou había querido decir fue algo como “ Me encanta tener su atención capitán, ahora trabajo en la taberna para poder escuchar sobre sus proezas todo el tiempo mientras lleno su copa de cerveza cada vez que este vacía  y me alaga con sus muestras de afecto” si Gastón estaba seguro que era eso, no importa lo que Bella o Stayce dijeran lo contrario.

 

***************

 

Lefou se dirigía a su casa destruida con la intención de reparar alguna cosa cuando la conmoción en la plaza del pueblo le sorprendió, un montón de gente se arremolinaba junto a la fuente donde las mujeres lavaban la ropa.

 

-          ¿Qué sucede? – pregunto Lefou a una pareja que ya que no entendía nada.

-          La hija del pintor que más – respondió un tercer hombre.

-          Enseñando a una niña a leer – frunció la nariz indignada otra – que barbaridad.

 

Y Lefou miro extrañado como aquellas personas estaban criticando a un chica solo por eso, se abrió paso entre la multitud porque aquello le pareció estúpido listo para ayudar  la joven cuando un disparo en el aire lo aturdió.

 

-          La gente de bien no se comporta así – Gastón apareció entonces de entre la multitud que le abría paso mientras entregaba su arma la causante del disparo a uno de los hombres que lo habían molestado aquella vez en la taberna - escuchen bien podéis ir a casa – dijo mirando a Bella quien era al parecer la que causo el alboroto, aunque por la ropa tirada en el suelo parecía que la estaban fastidiando -   ¡ahora! – sentencio cuando nadie parecía moverse.

 

La gente empezó a moverse entonces y Gastón se giró para junto con el padre ayudar a la chica a levantar la ropa, luego como todo un caballero cargo la cesta hasta la casa de dicha chica. Y todo fue extraño, todo le confundía porque ahí estaba otra vez esa parte que le decía que Gastón era buena persona, que no era un completo imbécil y aun que le gustaría que fuera así siempre lamentablemente las nobles acciones de Gastón casi siempre estaban envueltas en capas de fanfarronería egocéntrica.

 

Negando con la cabeza siguió su camino, y si tal vez tomo la misma dirección que el capitán y la chica fue solo porque ese camino era más rápido, esa era una gran mentira, sin embargo al pasar por ahí no pudo evitar notar como Bella sonrió cálidamente a Gastón y sin más abría la puerta de su casa para él, Lefou casi se tropieza con alguien que para su sorpresa resulto ser la mendiga Agatha cree que escucho ser llamada alguna vez.

 

-          Lo siento mucho – murmuro el hombre disculpándose por su falta.

-          Señor Lefay – saludo y eso sí que fue extraño – sin pan esta vez – dijo ella y Lefou se sintió avergonzado.

-          No lo siento mucho Agatha – dijo el buscando una moneda o algo sin saber por qué sentía la necesidad de reparar otra falta más grave.

-          Está bien – negó ella cuando el hombre encontró una moneda para darle – bella a cubierto esa parte – dijo ella mirando a la casa, Lefou le siguió por instinto – su mermelada es la mejor – continuo mientras ambos miraban la casita – es imposible resistirse, incluso para aquellos que prefieren la miel – Y Lefou empezaba a creer que la mujer ya no hablaba sobre panes realmente, de hecho parecía que nunca lo hizo más al girar a verla esta ya no estaba a su lado en su lugar estaba más adelante caminando con lentitud.

 

Lefou regreso la mirada a la casita y negó con la cabeza, porque habría de importarle tales cosas.

 

*****************************

 

El enorme campo de girasoles cubría hasta donde su vista le dejaba, hermosas flores que bailaban con el sol y viento en un vals relajante y armónico, aquella afable mujer sonrió en medio de estos  sus cabellos dorados así como su vestido blanco bailaron al mismo compas, en una imagen única, hermosa, simplemente divina.

 

-          Un enorme campo de girasoles – dijo ella a su pareja – o al menos un jardín lleno de ellos.

-          La construiré justo como tú lo deseas – respondió el hombre tomando la mano de la mujer – la casa más hermosa con un jardín lleno de girasoles, todos tan bellos como tu Amelie.

 

 

-          Mi querido Lefou debes saber que esta casa está mucho más allá de la reparación – la voz estruendosa de Gastón le saco de sus ensoñaciones, sorprendió Lefou se giró para encontrar al cazador en medio de su casa, si estaba totalmente destruida pero era suya -  solo deberías olvidarla – continuo acercándose al hombre que miraba por la venta el viejo jardín descuidado.

-          No puedo vivir en la posada por siempre – respondió simplemente volviendo su atención al jardín aquel que había traído aquellos recuerdos, el de una promesa no cumplida, Lefou estaba agradecido de haber sido interrumpido de evitar que los recuerdos le envolvieran nuevamente.

-          ¿Por qué no? Es un agradable lugar – dijo con una sonrisa y Lefou bufo ante eso.

-          No lo entenderías, este antes fue mi hogar – Cansado y lleno de nostalgia no entendía por qué dijo eso a Gastón, tal vez solo quería decirle a alguien, quizás solo estaba  esperando que el recuerdo de su infancia asustara de aluna forma a su “pretendiente”

-          Tienes razón no lo entiendo – murmuro Gastón, el siempre odio su casa si vivía ahí, en esa horrible casona solitario pero la verdad la odiaba, no había ni un solo recuerdo para el hombre ahí y si prestabas atención podías notar como aun cuando Gastón tenía grandes comodidades pasaba la mayor parte del tiempo de caza o en su defecto en la taberna aunque últimamente donde Bella, si alguien realmente lo notara sabría que el cazador rehuía de su hogar por lo que en efecto vivir en la taberna era mucho más agradable para él.

-          Una pequeña casa en el campo – confeso mirando al jardín en un sueño - con un enorme campo de girasoles – hizo una pausa y la intensidad de sus palabras inundaron a Gastón que casi podía imaginarlo – un par de pollos y una deliciosa taza de café en las mañanas – sonrió, Gastón lo miro entonces de reojo para ver aquella felicidad por lo que también sonrió – a ella le encantaría – termino y la mención de una “ella” hizo caer la felicidad del cazador.

-          ¿Ella? – pregunto con un gesto de desagrado en la cara  – así que ¿vas a traer a tu esposa aquí? – termino escupiendo la palabra de muy mal humor.

-          Ojalá pudiera hacerlo – murmuro Lefou ajeno a su enojo volviendo a empezar a levantar las hierbas ya crecidas dentro de la casa, Gastón no comprendía bien a  lo que se refería pero definitivamente no el gusto.

-          Sembrare girasoles afuera de tu ventana – dijo negándose a rendirse – y traeré un café cada mañana solo para que mires tus adorables girasoles al despertar – ofreció, Lefou se levantó entonces de donde estaba inclinado arrancando una hierba miro a Gastón confundido y simplemente negó con la cabeza.

-          No puedo darme el lujo de seguir pagándolo – negó con la cabeza porque solo alguien como Gastón pensaría en vivir en una posada -  entre más rápido arregle este lugar podre dejar de malgastar dinero ahí – y diciendo eso continuo levantado las rocas y palos que se encontraban en la habitación, aquéllos que seguramente cayeron por el agujereado techo.

-          Entonces no pagues – Gastón le detuvo de tomar una enorme roca agachándose al mismo tiempo y tomando su mano en el proceso, el hombre bufo ante eso soltándose con rapidez -  hablo enserio Lefou dejare que te quedes libremente.

-          ¿Y cómo piensas hacer eso? – ahora estaba un poco molesto nuevamente, la parte arrogante de este hombre se hacía  presente, no entendía cómo es que le conto algo tan íntimo  -  ¿acaso eres dueño de la posada también? – termino con sarcasmo.

-          Claro que sí, la posada y la taberna que está debajo de esta – declaro encogiéndose de hombros - esperaba que lo supieras si el escucho de armas de mi familia está decorando el lugar – y Lefou abrió la boca puesto que si había visto el enorme escudo sobre esta pero al no saber leer no tenía idea de a quien pertenecía, aun cuando sabía que lo había visto en otro lado -  desde hoy puedes vivir libremente – el jadeo de sorpresa de Lefou no pasó desapercibido para Gastón y creyendo un avance propuso con su acostumbrada coquetería -  mejor aún conozco un mejor lugar para ti – dijo acercados con su sonrisa cautivadora -  mi cama por supuesto – la sorpresa de Lefou de saberlo poseedor de esos lugares de Lefou se transformó de inmediato en una mueca de seriedad ante su tonta proposición.

-          Largo de mi propiedad idiota – dijo golpeándolo con una rama y Gastón se cubrió la cabeza ante el fuerte golpe.

 

Un par de gritos más, insinuaciones ridículas por parte de Gastón y más amenazas de daños corporal Gastón dejo la propiedad y Lefou suspiro al darse cuenta de lo tarde que era y que no haría nada más, no cuando los recuerdos le habían invadido.

 

Al llegar a su dormitorio en la posada encontró como de costumbre el hermoso girasol en su puerta y agradeciendo que Gastón no se tomara el atrevimiento de entrar y dejarlos dentro lo llevo consigo.

 

En la única mesa de la habitación en un viejo tarro de metal más girasoles se encontraban, cada uno de diferentes días, cada uno dado como una promesa de amor que solo le traía tan amargos recuerdos, si los girasoles fueron su flor favorita pero también traían todos esos amargos momentos a su memoria y nuevamente el torrente de emociones encontradas volvían a hacerse presente en su interior.

 

Todo era culpa de Gastón y sus hermosos girasoles.  

Notas finales:

Ya han adivinado quien es Amelie?

Joder esto se pone bueno.

Sé que dije que esto sería una versión de la película pues si pero primero tenía que armar unas cosas ahora el próximo capítulo ya entraremos de lleno con la peli con sus cambios claro.

Espero que sea bastante obvio quien es Stayce.

Entre las escenas cortadas de la película está la de Gastón “defendiendo” a Bella cuando los aldeanos muy maleducados por cierto tiran la ropa de bella, él llega con un rifle disparando para disipar a la multitud, es gracioso por qué le pasa su escopeta a Lefou y este le dispara a una vaca por error lol.

 

Como pueden ver estoy arreglando muchas cosas para que la película y mi fic tenga sentido, como los tiempos entre Bella siendo aterrorizada por la aldea y que su padre desaparezca.

 

Una galleta?

Un chocolate??

Un Lefou para Gastón???

 

 


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