Unsicherheit por Lila0526

Sus manos se movieron rápido, tecleando su celular. Las palabras aparecieron y Ciel volvió a borrar y a escribir hasta que se sintió cómodo con el resultado. Suspiró sacando un poco se aire frío y bebió su chocolate caliente. Ignoró a toda costa el ardor de sus ojos, La molestia de su nariz y las lágrimas que amenazaban con caer y estorbaban su vista. Ciel frunció sus labios cuando casi sollozó, incapaz de hacer un solo ruido. Que se pudran todos. Siempre me vivo esforzando pero ustedes no lo notan, Ciel pensó.

Sé que no es muy visible ahora, diría que casi invisible, pero juro que realmente me estoy esforzando. Estoy dando lo mejor de mí.
Si no tienes ningún consejo útil para darme, simplemente no hables.
Ciel ojeó las frases mientras las notificaciones de sus seguidores comenzaron a llegar. Evidentemente, su mal ánimo era muy notorio. A veces era muy transparente. Se hundió en sus brazos y un suspiro roto salió de sus labios. Se sintió levemente mejor. Las frases contrarrestaron con las palabrotas que salían de su boca.

En este fin de semana, que debería haber sido estupendo; Ciel terminó peleando con sus padres. Y luego de cerrar la puerta de su cuarto escandalosamente, entró a su cuenta random para desquitar todas esas sensaciones que arruinaban su equilibrado bienestar.
Ciel realmente amaba esto.

Allí era otra persona. Dejaba su papel de niño bueno y aplicado, era él mismo. Nadie lo conocía, hablaba informalmente, decía groserías y cosas sarcásticas sin tener que disculparse con anticipación. Se desquitaba del estrés diario de tener que actuar en un papel que no le agradaba para nada. Mostraba todos sus defectos. Que él era igual de humano y tenía problemas como todos los demás.

Ciel recuerda muy bien lo mucho que se sorprendió el día que poco a poco su cantidad de seguidores fue aumentando sin saber porqué, o de donde salieron tantas personas.

Se sintió cómodo con encontrar a más a adolescentes que se sentían como él. Igual de incomprendidos, Igual de extraños, con facetas y con padres estrictos.

Y en este lugar, en el que se escabullía, no había límites, y no había que preocuparse por eso.

Ciel muy pocas veces subía fotos de él, pero de hacerlo lo hacía. Algunas veces salía a la calle y sacaba su cámara profesional, solo cuando se sentía inspirado y necesitaba plasmar esa inspiración en alguna obra de arte. Su estado de ánimo reflejado en cada fotografía.
Ahí fue cuando descubrió lo bueno que era tomando fotos. Sus seguidores las amaban.

Y por supuesto, ese pequeño secreto estaba escondido de cualquier persona conocida.

Este año fue muy próspero (solo en lo que la popularidad de su cuenta se refiere para él, claro está), ya casi estaba llegando a los 25.000 seguidores y no podía evitar sentirse más que orgulloso y agradecido. Obviamente, Ciel recibía comentarios feos muy a menudo, pero lo que importaba realmente, es que la mayoría de ellos eran positivos y eso, sin duda le alegraba.

Repentinamente, una notificación sacó a Ciel de sus pensamientos y miró la pantalla de su computador. La curiosidad lo envolvió, aún inseguro por el mal estado que estaba teniendo.

Era un mensaje.

Y a diferencia de los comentarios, Ciel no solía recibir mensajes con mucha frecuencia. Los pocos mensajes que recibía eran diciendo lo mucho que amaban su contenido, o lo bonito que era según el gusto de cada persona, o sólo diciéndole que apestaba y que se dedicara a otra cosa. Pero cuando Ciel leyó ese mensaje, notó que era ligeramente diferente.

“Hola, sé que es una pregunta extraña, pero te noté un poco extraño hoy. ¿Estás bien?”

Ciel levantó sus cejas en burla cuando vio que el mensaje estaba escrito de una manera muy formal, por lo que supuso que probablemente, la persona que escribió era más mayor que él. Sus manos se movieron escribiendo una respuesta.

“Hola, sí, realmente estoy bien” Ciel respondió.
Era una respuesta cortante, pero solo porque Ciel se sintió realmente expuesto. Y Ciel odiaba sentirse expuesto.

Y luego, otro mensaje llegó.

“Eso es bueno.”

Como si estuviera dudando, otro mensaje eventualmente llegó.

“Te sigo desde hace mucho tiempo y tus estados no suelen ser muy sentimentales. Supuse que estabas teniendo un mal día.”

El joven de cabello azul frunció el ceño, mientras admiraba muy en el fondo a la persona que se había animado a preguntar por su estado de ánimo. Y se sintió mejor, mejor que luego de escribir aquellas publicaciones.

Ciel volvió a recordarlo. Realmente amaba a sus seguidores, amaba leer sus comentarios y peleas que tenían con la gente que trataban de insultarlo y hacerlo sentir mal (de esa forma también aprendió un montón de insultos nuevos).
Y tecleó su respuesta rápido.

“Bueno, lamento haberte preocupado. Pero como dije, estoy realmente bien” Ciel miró su respuesta, sintiéndose satisfecho y la envió.
Otra vez, la respuesta tardó en llegar.

“Eso es bueno…” el usuario respondió, y se despidió.
“Buenas noches.”

Ciel miró la simple respuesta y se sintió más agradecido. “Buenas noches”, respondió. Sin molestarse en sonar formal, ese no era su papel ahora.
Y luego se sintió curioso.

Miró el nombre del usuario como si lo pudiera reconocer. “_Sebastian-Michaellis_” resonó en su mente.

Ni siquiera se preocupó en pensar qué estaba haciendo cuando entró a la cuenta. Y comenzó a stalkear a un completo extraño.
El fondo monocromo que veía tanto, de repente le pareció interesante. La foto de perfil era un gato de color gris con ojos grises y nariz de chicle. Luego, todo parecía muy elegante y refinado. Y Ciel tuvo que admitirlo, tenía buen gusto.

La mayoría de las imágenes eran de libros, imágenes de lugares antiguos, dibujos, piedras preciosas y por sobre todo, muchos, muchos gatos.
Y fue hasta que Ciel vio cierta foto que sintió como el frío de la habitación le golpeó. Amaba el invierno pero a veces lo hacía tan jodido todo. Salió de su trance y volvió a la realidad.

Primero, eran una manos grandes y pálidas sosteniendo un pequeño gato negro que tenía los ojos cerrados. Luego, una de esas increíbles sombras que solo hacía tan bien la luz del día. Y luego vio gris.

Y fue puro hielo.

Tan frío y distante. Como un glaciar, desolado, sólido y hermoso. Parecía tan inalcanzable y sobrenaturalmente hermoso que sintió que era imposible. Era una mirada que demostraba soledad. Sus ojos eran mucho más profundos de los que alguna vez vio en otra persona. Su belleza era tan incomparable que no pudo evitar quedarse mirando embobado por un largo tiempo, casi hipnotizado.

Y siguió mirando, como si ya no fuese suficiente.
Era sin duda un hombre. De piel pálida e increíblemente perfecta. Sus pómulos eran afilados, su nariz fina y perfecta. Su frente hermosa y tenía pestañas largas y como su cabello, eran tan negras como la noche de luna llena.

Y Ciel se encontró casi babeando y muy, muy en el fondo, tremendamente orgulloso que alguien así se hubiera preocupado por él.
Y se asustó.

A Ciel le gustaban las chicas. Estaba muy seguro de ello.

Las chicas eran suaves, lindas y tiernas. Estaba bien con ello.
Se sentía cómodo con ellas.

Pero este hombre no era suave, lindo y tierno. No, era el epítome de la masculinidad y Ciel estaba cien porciento seguro que por su cantidad de seguidores e increíblemente buen gusto, debía de ser un modelo muy conocido. Y tan masculino que si Ciel se paraba a su lado de seguro iba a parecer una chica.

Y tuvo que morderse el labio inferior cuando siguió mirando otra foto en la cual sus venas estaban muy marcadas en sus pálidos y fuertes brazos.
Y Ciel comenzó a intentar recordar, juraba hacer visto a alguien parecido a él pero no recordaba.

Y algo se removió en él, que lo asustó y obligó a apagar su pc tan de pronto. Apagó la luz de la lámpara de su cuarto. Y se dejó dormir a los brazos de la abrazados oscuridad.

Su mente temblorosa y cansada, su cabecita de bebé acurrucada en su almohadas de durazno. Y estaba lo suficiente cansado como para molestarse en fijarse que alguien abrió la puerta de su cuarto lentamente, seguro era su madre.