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“Curiosidad o desesperación” por Zusuki Misaki96

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Notas del capitulo:

¡Hola! muchas gracias por darle una oportunidad a este one-shot MuraAka, lo preparé para ser un especial de San Valentín pero no me dio para hacerlo festivo, con el fin de poder leerlo en cualquier momento jeje.

La siguiente historia se lleva a cabo en dos partes. Pasado y Futuro, claro que las diferencias no se marcan pero si se identifican. Sin más que decir, espero que sea de tu agrado :D 

 

 

Agradable tarde de verano en un magnifico día, los estudiantes de instituto corren y platican fervientemente al llegar la hora de partir a casa luego de un extenso horario de clases. Igualmente las actividades de club finalizarían en cuestión de tiempo en la academia Teiko. La cancha es limpiada y los balones de basquetbol son guardados nuevamente, la hora del club terminó por dicha tarde. Entre compañeros de equipo juegan y se hacen chistes mientras se cambian la ropa transpirada, al fin pueden retirarse.

 

Todos se ven felices y realizados, excepto Murasakibara Atsushi. A él no le parecía muy agradable la idea de volver a casa. ¿Inusual? Efectivamente, considerando lo flojo que es. Si cualquiera se pone a pensar la razón, no daría con ella fácilmente. El motivo de su dilatación se encuentra justo frente a él.

 

Akashi Seijurou, el cual se haya cambiándose de último debido a que sus obligaciones como el actual capitán del equipo de basquetbol le confinaban a inspeccionar que todo estuviese en orden antes de partir, mientras que Atsushi aparentemente le ayuda. Aquel enorme chico siempre ha sido considerado como alguien que no piensa en las cosas y se deja llevar por sus impulsos muy fácilmente,  y puede que esa perspectiva de su persona sea verdad hasta cierto punto. Pero, el hecho de haber arrinconado contra la pared a cierto chico de rojiza melena es algo digno de valor con ligeros toques de estupidez.

 

Seijurou siempre ha sido una persona muy paciente con Atsushi y de eso no cabe la menor duda, sin embargo, la acción de su compañero le ha dejado un poco consternado. Recuerda que Atsushi ha estado actuando extraño durante los últimos días, inclusive en más de una ocasión pudo sentir la pesada mirada de este tras él y percatándose de su poseedor. Sin preocupación alguna lo dejo pasar debido a lo inestable que resulta ser Atsushi en ocasiones, error suyo fue no tomarle importancia.   

 

– ¿Atsushi? – silencio, ni siquiera le mira a los ojos. El cuerpo de Murasakibara se encorva a la altura de Seijurou para no dejarle punto de escape, aunque eso significara sentirse un poco incómodo. No corresponde, sabe que él no le haría daño.  

 

– Ne~ Aka-chin ¿por qué hueles tan bien? – el invadido no tuvo tiempo de contestar puesto que en ese mismo instante descubrió que tiene aquel punto sensible, su cuello. La piel se erizó al mismo tiempo que Atsushi inhalaba su olor corporal. Despertándole el pudor ya que seguía con el cuerpo lleno de salitre tras las horas de entrenamiento, en su opinión podría decir que apestaba a sudor aunque ese no sea el verdadero problema. – Puedo imaginar que también sabes delicioso –. En el preciso instante en el que quiso lamer los hombros de Seijurou, Atsushi se preguntaba si lo que lo que en realidad sentía era hambre o no. Ya que jamás había ansiado tanto morder a un humano como lo deseaba con ese adorable pelirrojo.

 

– ¿Qué estás diciendo, Atsushi? – La sensación de ser invadido es hasta cierto punto vergonzosa, necesitaba apartar a su compañero antes de que cometiese una locura. Tembló por un segundo cuando la legua de Atsushi le pasó por la piel de cuello, debía detenerlo. – No bromees con estas cosas, no es gracioso –.

 

–No estoy jugando, Aka-chin huele tan bien que... quiero morderte – y fue ahí que no quiso seguir soportando más. Se sirvió tanto como quiso de esa blanquecina cerviz. Akashi buscaba de muchas formas moverle pero fue en vano cuando su compañero prácticamente levantó su cuerpo del suelo, contrarrestando su punto de equilibrio.

 

Entre forcejeos Atsushi logró tomar sus labios con brusquedad, las lenguas adentrándose mientras saborean a su contraria. Fue un beso torpe y cargado de lívido mientras sus cuerpos se unían de tan desvergonzada forma. Atsushi atrajo a Seijurou desde su cintura para seguir probando. Más, quería más de esa agradable cavidad bucal. Todo pasó tan lento y a la vez tan rápido. El calor les invadió  y, sus bocas se separan lentamente al par que un transparente y delgado hilo de saliva los mantiene conectados. Seijurou evita mirarle por lo sonrojado que se encuentra, busca desesperadamente controlar su respiración. Atsushi por fin le regresa al piso.

 

– Apártate, estoy comenzando a perder la paciencia – su primer beso fue robado de forma brusca y torpe, no sería juguete de nadie ni mucho menos va a ser el alimento de la curiosidad adolescente de Atsushi, claro que no. Puede buscarse a otro chico si es lo que quiere, pero no lo sería él. Estaba tan molesto y avergonzado – Muévete – el opresor pudo sentir que ha cruzado demasiado la línea, el sabor salado de su tersa piel y el dulzón de sus labios será lo único que conseguiría de su capitán. Seijurou empujó a Atsushi con la suficiente fuerza para separarse de su cuerpo  y por fin ir a buscar sus cosas. – Espero que esto no se vuelva a repetir o no seré tan amable como hoy – demasiado amable cabe destacar.

 

Atsushi no tuvo el valor de verle a la cara con lo apenado que se encontraba, tan sólo escuchó la puerta siendo cerrada con cierta pesadez.

 

–“Quizás fue muy pronto” – Ha cometido un error gigantesco, estuvo a punto de forzar a su capitán para hacer “cosas de adultos”. Lamentablemente para Seijurou, eso ha encendido el  lado depredador de Atsushi. Podía sentir su dolorosa erección entre sus pantalones escolares, esperando ansiosamente ser liberado. Suspiró, por el momento sólo le queda consolarse por su propia cuenta mientras alucinaba en las múltiples formas en las que pudo haber poseído a Seijurou.

 

                          –“Debo soportarlo mejor” –                    

 

Lamentablemente el precio de su imprudencia tuvo consecuencias a largo plazo, en lo que quedaba de su estancia en la escuela, la relación con su capitán fue decayendo. Seijurou solo le hablaba lo necesario durante los entrenamientos y por su posición como jugador regular en el equipo de básquetbol. Él en su defensa solo le quedaba seguir la corriente, llegando a un punto en el que hastiado de todo el embrollo buscó llamar su atención.

 

No solamente se metía en problemas por su conducta, más de una ocasión trató de acercarse y poder hablar sobre el percance. Cada uno de todos sus intentos de hacerle saber a Seijurou su arrepentimiento fueron en vano, este simplemente no le hacía caso. Era una locura, se sentía crecer en su corazón la impotencia, la desesperación, la molestia y por sobre todo la vergüenza de seguir siendo el único que de verdad deseaba arreglar lo que con sus propias manos había roto.

 

La confianza y amabilidad que mostraba Seijurou para con él eran una faramalla, un cascaron vacío para sí pero no ante los demás. En algún punto sintió que ya no tenía ni la más mínima necesidad de seguir rogando. Lástima que los celos de verle siendo una persona completamente distinta con Kuroko, incluso con Midorima, no desaparecería tan pronto como lo deseaba, consumiéndole poco a poco. Atsushi estaba desesperado, llegó a un punto en el que incluso fue brusco y grosero con Seijurou, retándole he intentado doblegar a su capitán con mera fuerza y altura en un partido one-one.

 

Error que le perseguirá por siempre, entendió que la flor que deseaba cortar y llevar a su casa tenía espinas que no le permitirán tomarla sin recibir dolor a cambio. Fue completamente derrotado, Atsushi era un zopenco comparado a las habilidades de Seijurou. Con la cola entre las patas buscó salir del equipo como si nada, obviamente Seijurou se lo impidió, recordándole lo importante que era como miembro del equipo oficial. En respuesta, Atsushi sucumbió a los deseos de su amo como el pequeño cachorro que siempre fue, lo sabía, siempre fue débil ante esos ojos de rubí. Sin discutir continuó siguiendo a Seijurou sin reprocharle nada, aún con su orgullo por los suelos.

 

No podía separarse porque para él “Aka-chin nunca se equivoca”.

 

 

֍֍֍ ֍֍֍

 

Oscura y helada noche de invierno, el silencio absoluto y dos cuerpos sobre una cama. Al parecer, Atsushi necesitaba ser domado para que pudiese controlarse y la prueba de ello son los extensos ocho años de tortura que han pasado desde aquel incidente. Aún puede recordar ese día tan vívidamente, tanto como para marcarle y percibirlo incluso en ese momento; la pasión de verle sin tocar y la angustia de ser alguien ignorado.

 

Su orgullo siendo educado.

 

No era necesario que le digan que recibió su castigo con intereses, una parte de él sabía que se lo merecía y la prueba de ello era su estado actual. Tras acompañarle a casa, su persona favorita descansaba plácidamente en su pecho unos minutos antes de dormir. Lo lamentable es que no son pareja, aunque posiblemente a la velocidad de sus avances no tardarán en serlo. Tanto que ha conseguido que Seijurou descanse sobre su cuerpo sin estar alerta.

 

Prácticamente ha quedado a su total disposición y maldición, olía tan delicioso. Ese olor corporal tan único que demuestra que ya no es el lindo chico de secundaria, ahora es un sensual adulto. Haciéndose el tonto decide aventurarse un poco entre los tentadores límites de ese menudo cuerpo, suavemente recostó a Seijurou en el colchón para seguidamente posarse sobre este sin aplastarlo. Siempre se ha preguntado, si de verdad ese dulce y suave aroma provenía de él, puesto que la última vez que lo intentó fue un completo fracaso. Por lo que tomando sus precauciones comienza por oler su níveo cuello. Ahí está. Ahora su pecho, el olor sigue. Se detiene para admirar su rostro, sus facciones tan únicas. Rayos, está atravesando zonas peligrosas.

 

Si es verdad que ahora puede detener los impulsos de tomarle por la fuerza, eso no quita el hecho que aún se le antoje invadir esos labios entre abiertos.  Por favor, que no es de piedra. Una parte de su cuerpo está comenzando a elevarse lo suficiente como para lastimarle.

 

Debe parar.

 

Aunque, si es sólo un beso. Si, está seguro que con tan solo rozar sus labios y tocar un poco,  podrá resistir por más tiempo. Por una vez se arriesgaría.

 

– Tan impaciente como siempre, Atsushi – el corazón se le detuvo por un instante al escuchar la voz de su querido Seijurou. – Veo que sigues siendo el mismo que me aprisionó contra el casillero pero […] – Fue cuando sintió los brazos a su alrededor que despertó de la impresión. – […] Si vuelves a intentar propasarte, tendrás que esperar muchos años para volver a tocarme –. ¿Qué fue esa amenaza? No quería que lo mantuvieran en abstinencia absoluta.

 

– ¿Acaso está mal que quiera besarte? –

 

–No, lo que está mal es que quieras aprovecharte de mí mientras duermo, eso no es para nada agradable  – Lo hace de nuevo, Seijurou sabe que esa sonrisa seductora siempre funciona en hacerle perder la razón. Incluso le ha robado besos apasionados, pero él nunca pudo tocar, siempre es torturado con ese cuerpo tan tentador. 

 

–Lo siento – sabe que es una trampa, tiene que soportarlo o todo se iría por la borda. El silencio de Seijurou se lo confirma. – ¿Por qué tienes que oler tan bien? Es tan difícil soportar no “comerte” – fue una respuesta patética, estaba consciente de ello pero era la verdad, lo que no esperaba era que Seijurou desviara la vista demostrando tristeza.

 

– Ya veo, así que solamente mi olor te atrae –

 

– ¡No! Digo ¡Sí! –  

 

–Esa es una respuesta indecisa –

 

–No es así Aka-chin, quiero decir […] – entró en pánico, ahora Seijurou aparentemente le mira con una carita desilusionada que le destruye, en su defensa lo abraza como si su vida dependiera de aferrarse, no quiere perderle, no otra vez – […] Sí, es cierto que tu olor me enloquece como no tienes idea, pero no es sólo eso… a diferencia de hace años yo te quiero demasiado, te quiero tanto que incluso es doloroso. Debido a que eres muy dulce conmigo a pesar de todo lo que te hice, me enamoraste desde hace tanto tiempo que me es difícil soportarlo. Cuando te beso debo contenerme de una forma indescriptible, lucho contra muchos sentimientos acumulados y […] –

 

Los finos dedos de Seijurou se posaron sobre la escandalosa boca de Atsushi, callándole de forma abrupta. Atsushi tiene la incógnita ante dicha acción, al menos hasta que puede verle directamente.

 

– Lo entiendo, por favor ya no digas más – Seijurou desvío la mirada y su rostro ardía en un enorme sonrojo. Sabe que Atsushi nunca fue ese tipo de persona, al menos no hasta ahora, ha cambiado completamente y la diferencia era notable en cada uno de sus comentarios que causan en este tipo de conversaciones.

 

 –Aka-chin se volvió una cereza por completo – y por sobre todo, este tipo de acciones. Evita perder el control, si muestra flaquear su tenaz carácter entonces Atsushi buscará la manera de propasarse de nuevo. Aunque, al parecer ya no importa. – ¿Puedo besarte? –

 

– Es la primera vez que escucho esa pregunta salir de tu boca – 

 

– ¿Eso es un “no”? – en respuesta, primero le vio sonreír de forma coqueta.

 

–Te lo perdonaré por esta ocasión [...] – el arrepentimiento puede llegar en otra ocasión, por el momento, incluso él se dejaría mimar un poco, ha sido un recorrido muy largo para ambos. Tomó la delantera y sin pensar en que estaría encendiendo la mecha de lo que posiblemente sería una gran explosión, le dio un suave beso en los labios – […] ven –.

Esperaba un movimiento brusco y desesperado, tal y como cuando le tomó desprevenido hace bastante tiempo. Por el contrario, tras el primer beso dado por él este le devolvió el mismo tacto, incluso fue suave y lento.

 

– ¿Qué tal? –

 

– Estas mejorando –

 

Al parecer, Atsushi al fin tendrá su recompensa. Cubiertos por la manta de la noche, el cuarto se llena de suspiros y jadeos, incluso podía verse la ventana empañarse por el calor humano en un noche tan fría, explicando de forma breve que ambos se encuentran bajo el efecto de la pasión. Cerrando la puerta que conlleva  al dolor, dándole paso al placer y amor en compañía. Después de tanto tiempo puede sostenerle, disfrutando del cuerpo ajeno y ofreciéndole todo lo que sea humanamente posible darle, experimentar juntos, percibir sus miedos y el aroma de su cuerpo.

 

Reclamando, adueñándose de todo lo pueda y esté a su alcance. Su Aka-chin al fin se encuentra a su lado en todos los sentidos, ese aroma: mismo que aspiró y fue víctima de los efectos afrodisiacos, ahora es completamente libre de sofocarse en él. Perderse en sus encantos y jamás querer salir de ellos. Fue completamente feliz al descubrir las maravillas escondidas detrás de la tela, texturas y sabores.

 

Ama absolutamente todo de su Aka-chin, tanto que no dejará que huya de su lado.

 

No de nuevo.

 

FIN

 

 

 

Notas finales:

Si vez esto, quiero que sepas que te agradezco de corazón que te hayas dado el tiempo de leerlo.  Muchas gracias. 

 

Saluditos ~♥


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