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Justo como si fuéramos animales (Shizaya) por PsychoOnion

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Notas del capitulo:

Hellooo~

Sé que dije que esta historia iba a ser solamente un one-shot ...peroooo....no pude evitarlo! XDD Mi mente tuvo un "momento de iluminación" y mis manos se movieron por sí solas XD

Espero les haya gustado :3 Y muchisimaaas gracias a Momoka Yuuki por su hermoso comentario!

PD: Ni los personajes ni las imagenes son de mi propiedad, solamente la historia :v

 

*              *                *

-Por mucho que quieras no puedes negar tu naturaleza de bestia, ¿No, Shizu-chan?-tarareó Izaya.

-Ahora no tengo intenciones de negarla-aclaró refunfuñando el rubio- Te atraparé y te comeré. – rio Shizuo.

El sonido de su corazón era alterado. Increíblemente nervioso.

-Justo como si fuéramos animales- secundó un malicioso y divertido pelinegro.

 

*              *              *

-Shizuo-senpai- se escuchó una voz, bastante conocida tanto para Shizuo como para Izaya.

Ambos chicos volvieron hacia el lugar de donde provenía esa voz.

Los labios del pelinegro formaron una pequeña e imperceptible mueca de disgusto. –La puta rusa- pensó Orihara para sus adentros.

-Vorona-musitó la bestia de Ikebukuro.

-Shizuo-senpai. Lo estuve buscando todo el día. –comenzó a hablar la rubia mientras se aproximaba hacia el de traje de bartender. –Tenía entendido que ahora íbamos a acompañar a Tom-san a una importante e imperdible labor, pero no lo pude localizar en ninguna parte. –los morados ojos de la chica se posaron sobre el informante que se encontraba a tres plantas de altura, rápidamente su mirada regresó a los ojos de Heiwajima Shizuo.- Supuse correctamente que su repentina desaparición era debido a la presencia de Orihara Izaya.

-JAJAJAJAJAJAJAJAJA- reía gozosamente el pelinegro. -No es culpa mía. Shizuo-chan me tiene acorralado desde hace hooooras~ -canturreó el informante – Y yo la verdad me estoy muriendo de hambre~ -expuso mientras sus mejillas se inflaban creando un puchero.

-IZAAAAAA- iniciaba a gruñir la bestia, antes que Vorona lo interrumpiera.

-Shizuo-senpai déjeme matar a esta peste. –dijo la rubia con su característica cara estoica.

Un par de orbes carmesí no perdían de vista a ambos rubios que estaban bajo de él.

-No, Vorona. –respondió la bestia colocando una mano sobre un hombre de la rusa. - Yo seré el que le dé su merecido a esta pulg-

-Ya basta Shizu-chan. Ya me aburrí. Mejor me voy a comer y los dejo a ustedes dos, rubios oxigenados. –comentó Izaya con una sonrisa desagradable.

Ágilmente el pelinegro se alejó del lugar, saltando de tejado en tejado.

 

*                  *              *

-Es bastante evidente que a Vorona le atrae de alguna manera Shizuo.-decía para sí el azabache.- Y al bruto protozoo no parece molestarle en lo absoluto.

Una nauseabunda, pero ya muy conocida, sensación se arremolinó en la boca del estómago del informante.

La luna alumbraba con elegancia las no tan abarrotadas calles de Ikebukuro. La poca gente que avanzaba por ahí ignoraba la presencia del famoso Orihara Izaya.

El pelinegro caminaba con ambas manos dentro de sus suaves bolsillos, pensativo.

-Ouh~ Izaya. ¿Vienes por sushi? Buen sushi- dijo Simón con su gracioso acento.

-Sí, Simón. Dije que iba a regresar, ¿no?-respondió el azabache con una sonrisa ladina.

El informante ingresó al restaurante y se sentó en la mesa más escondida del lugar. (Colocada en ese preciso lugar solo para él)

-Quiero una orden de lo que pedí la vez pasada, Simón.- indicó Izaya mientras se acomodaba en su mesa y echaba un vistazo a los mensajes que tenía en sus teléfonos.

-Por supuesto. Ahora tener una oferta especial con esa orden. Una botella de sake Kimoto- comentó el alegre moreno.

Sin despegar sus ojos de su celular, Izaya manifestó- Será otro día, Simón. Gracias.

-Puedes llevar a casa. Mejor que sobre a que falte- dijo el moreno- Te la traeré.

Sin más, el alto ruso se alejó de la mesa y continuó tomando la orden de las otras personas que se encontraban en el establecimiento.

El tiempo pasó y el azabache casi terminaba su cena, cuando imprevistamente un fuerte  sonido inundó el restaurante. Un muy interesado Izaya giró su vista hacia la entrada, que fue  donde se originó el sonido.

“El crujido”, si hubiera tenido que nombrarlo.

-¡Shizuo!!No rompas la puerta!-decía un apenado y desesperado Tom.

Los carmesí orbes del informante se abrieron con asombro cuando logró divisar la figura de la bestia entrar al lugar. Iba cargado en un hombro por su jefe, Tom; y en el otro hombro por su kohai, Vorona. Las mejillas de Shizuo iban coloreadas de un intenso color rojo. Su cabello rubio y su traje de barman estaban ligeramente desordenados, y su cuerpo tambaleaba. Parecía que no podía mantenerse de pie por sí solo.

-¡Shizuo, Tom, Varona! ¿Sushi? ¿Venir por rico sushi?-preguntó Simón acercándose a los recién llegados con los brazos abiertos.

-Lamento molestarte Simón, pero Vorona y yo ya no podemos dar un paso más en estas condiciones. –Explicó Tom, con su voz un tanto cansada- Shizuo está increíblemente borracho. Hemos caminado varias cuadras y estamos agotados.

-Yo puedo continuar- aclaró una seria rubia.

Tom giró sus ojos y los cerró fatigosos- Talvez tú sí, pero yo ya no puedo más. ¿Te parece si descansamos un rato aquí? –preguntó el de cabello café a la rusa.

-Afirmativo. No tengo inconveniente. – declaró Vorona.

Con ayuda de Simón, Shizuo se sentó en una mesa del restaurante.

El informante sin haber desaprovechado ni un segundo, ya tenía su celular repleto de fotos de “la bestia de Ikebukuro borracha”

-¡Jajajajajajajaja!-se carcajeaba suavemente el azabache.-Esto será buen material para molestar a Shizu-chan después. – Izaya guardó su celular en su chaqueta y desde su apartado y casi escondido asiento observó con detenimiento al estúpido protozoo.

El rubio estaba mirando fijamente un vaso con agua que Tom le había dado para que tomara. Sus labios se movían ligeramente, pronunciando murmullos y sonidos sin sentido.

-Shizuo, toma agua por favor. Te caerá bien- explicó el de cabello café al rubio.

-Yono …no quieroagua…*hip*- trató de articular el de traje de barman.- *hip* ¡!Quieromás sakeeeeeeeee!!-vociferó fuertemente Shizuo, al mismo tiempo que golpeaba la mesa que tenía enfrente. A causa del golpe, el vaso con agua cayó sobre el uniforme del rubio.

El pelinegro que prestaba atención a la ahora muy enojada bestia no podía parar de reír. Ambas manos del azabache cubrían su boca, en un intento de aminorar el sonido de sus carcajadas.

-Jajaja, Shizu-chan es muy divertido cuando está borracho.- dijo suavemente el informante esbozando una sonrisa burlona y extrañamente sincera.

 

Por un efímero momento sus mejillas se sintieron tibias, probablemente con un tenue rubor.

 

-Shizu-senpai, trate de ser más cuidadoso.-dijo Vorona, interrumpiendo los pensamientos de Izaya.- Todo su uniforme se empapó.

La rusa tomó varias servilletas y comenzó a secar el uniforme del rubio. Ella daba suaves pero precisos movimientos circulares sobre el pecho de la bestia. Después de unos breves minutos, la de ojos morados tomó otro par de servilletas y emprendió a secar el cuello y cara de Shizuo.

 

Agh.

 

Un dolor punzante golpeó el pecho de Orihara. Su ceño se frunció levemente, e inconscientemente sus labios se doblaron en señal de disgusto.

 

La puta rusa estaba demasiado cerca de la estúpida bestia.

 

-GrciaassVorona… *hip* Siemprese puedecontarcon tigo- emitió un poco enredado la bestia de Ikebukuro al mismo tiempo que tomaba ambas manos de la chica y la miraba fijamente- Eres unaexceleete kohai.

Tom, un tanto más tranquilo y relajado, reía mansamente viendo la graciosa escena.

-No sabía que te vuelves más cariñoso cuando estas borracho- comentó el de cabello café. –Nunca te había visto ebrio.

-Pffff…todo es culpa de….-murmuró el rubio mientras fruncía notoriamente su ceño.

-¿Ah? “Culpa de…”-repitió Tom bastante interesado.

-Tengosueño- esbozó un gran bostezo la bestia de Ikebukuro. Estiró ambos brazos y se recostó sobre el hombro de la rusa.

Vorona y Tom se quedaron impactados. Los ojos lila de la chica parpadeaban en señal de asombro. Inconscientemente sus blancas mejillas se tiñeron de un suave color rosa al sentir el extrañamente sedoso cabello rubio de su senpai rozando su hombro y un poco de su rostro.

 

*Crack*

 

Los dientes del gran Orihara Izaya presionaban unos contra otros, ejerciendo una presión increíble en su mandíbula; su mano derecha apretaba con fuerza el palillo con el que acababa de comer su cena; y sus cejas fruncidas formaban una mueca de molestia enormemente notable.

Unos breves segundos más tarde el informante cerró sus orbes carmesí mientras exhalaba un pequeño suspiro.

-Creo que es hora que me vaya. –dijo el pelinegro mirando fijamente la botella de sake que Simón le había llevado con anterioridad.-Aunque…- señaló posando su vista sobre la bestia que dormía plácidamente sobre el hombro de la puta rusa.-  Un poco de sake no me caería mal ahorita.

 

*                     *                     *

Después de una hora de un profundo descanso sobre el cómodo hombro de su kohai, Heiwajima Shizuo se despertó un poco más sobrio –pero no completamente, cabe aclarar-

-¿Ah? ¿Dónde estoy? –preguntó el rubio con un dejo perezoso y un tanto emborrachado. Con sus manos se frotó ambos ojos, levantando ligeramente sus lentes.

-Estas en el “Russian sushi”- respondió un tranquilo Tom, tomando entre sus manos un frío vaso con vodka.

-En el “Russ – abruptamente la bestia enmudeció y con ayuda de su nariz comenzó a olfatear el lugar. Sus dientes rechinaron e inmediatamente se puso de pie. –¡!!!IIII- ZAAAAAAA –YAAAAAAAAA!!!!- vociferó con cólera.

-¿De qué está hablando Shizuo-senpai?- preguntó la rubia con una imperceptible sorpresa, levantándose de su asiento. – ¿Orihara-san está cerca?

-¡Cerca es poco! ¡La pulga maldita está en este restaurante!- rezongó con repulsión el de ojos café.

Cual animal, la bestia de Ikebukuro comenzó a olfetear el aire y con pasos enérgicos se acercó a la mesa donde se encontraba el susodicho.

El informante se hallaba con su cabeza recostada sobre la mesa, no dejando ver su cara, en su mano derecha tenía un jarro propio para beber sake y en su otra mano poseía una botella vacía.

-¡!! IZAAAYAAAAA-KUUUUUUN!!! ¡¿Qué estás haciendo aquí?!- gruñó el hombre con traje de bartender.

Al no recibir respuesta alguna, Shizuo sujetó con fuerza la camiseta del azabache y lo levantó de su asiento.

-¡RESPONDEME MALDITA PULGA!- escupió con odio el rubio.

-¡Sueltameeeeeeeee! ¡MalditoooShizu-chan!- se quejó el pelinegro, retorciéndose entre el agarre del de ojos café.

Las mejillas de Orihara estaban completamente rojas a causa del sake. Su tono de voz y pronunciación eran el de un auténtico ebrio.

Shizuo abrió sus ojos con sorpresa.

-I…Izaya…. ¿Orihara Izaya esta borracho? –expresó incrédulamente Tom. Quien se encontraba detrás de Shizuo.

-¡Mejor ni agregesh nada, beshtia! ¡Tú también estas extremadamente tomado! – Objetó irritado el pelinegro, golpeando el rostro del rubio.- ¡SUELTAMEEEE!

-Tks- chasqueó su lengua- Mira maldita pulga, yo no estoy borracho. Un poco mareado talvez, pero solamente. Además, ¡tú no puedes reclamarme nada!  ¡Este estúpido dolor de cabeza es por tu culpa!

-JAJAJAJAJAJAJA- rio con fuerza el informante. Su rostro, aunque colorado, expresaba una burla extrema.- ¿Mi culpa? ¡JAAH! Deberías de agradecerme mejor, después de todo, gracias a mí es que pudiste tener esa encantadora siesta que te diste junto a tu noviecita~, esa put… - Izaya se dio cuenta de lo que estaba diciendo y calló inmediatamente.

-¡¿Qué mierdas estas diciendo, pulga?! –aulló el rubio, visiblemente alterado. -¿NOVIA?

-¡SUELTAME DIJE!- El ágil informante sacó con rapidez una de sus navajas y la incrustó en el brazo de la bestia. Una y otra vez la clavaba con furia, atravesando la piel del ser más fuerte de Ikebukuro.

Al principio cada cisura iba acompañada de una carcajada diabólica de parte del pelinegro, pero entre más mutiladas daba, la expresión burlesca de Orihara iba cambiando a un perfil lleno de dolor.

Heiwajima comenzó a caminar hacía la salida del restaurante mientras tenía atrapado por el cuello a Izaya.

Vorona intentó seguirlos y detener el sangriento acto, pero Tom la tomó suavemente de la muñeca y pronunció con determinación “Déjalos. No es nuestra pelea.”  La rusa solo frunció el ceño y apretó con disgusto su puño.

“¡Te odio, te odio, te odio!” empezó a repetir con aborrecimiento el informante cada vez que clavaba la cuchilla.

Hilos de sangre recorrían el brazo del rubio, pero este ni se inmutaba.

-¡ERES UNA BESTIA ASQUEROSA! –gritó hecho trizas el azabache. Sus brillantes ojos carmesí miraban con abatimiento a los serios ojos de la bestia - ¿Por qué no puedes morirte, maldito protozoo?

 

¿Por qué no te mueres de una vez, Shizuo?

 

Los escasos clientes del restaurante se quedaron mudos viendo como el rubio y el pelinegro dejaban la llamativa escena. Era una pelea entre los dos archienemigos más famosos de toda la ciudad; pero, era seguramente la pelea más bizarra que habían presenciado entre ellos.

-Oye, bestia. Suéltame- expresó desganado el azabache. En su mano descansaba la navaja llena de sangre. Ambos estaban fuera del Russian sushi, en la oscuridad de un callejón. Lejos de toda la multitud, con la fría brisa nocturna rozando sus rostros.

-Pulga- murmuró el rubio, mirando fijamente los ojos escarlata del nombrado.- Te odio.

El informante enarcó imperceptiblemente sus cejas, atónito por la simplicidad de las palabras del rubio. Sutilmente sonrió y relajó su rostro, cerrando sus ojos.

El cuello le punzaba, el agarre de Shizuo estaba matándolo, literalmente. Podía sentir como lentamente iba perdiendo su capacidad de respirar.

-Izaya-repitió la bestia, pero esta vez acercó su cara a la del pelinegro. Muy, pero muy cerca, soltando un poco el agarre de su cuello. –Maldita pulga, estoy lo suficientemente borracho como para decir que tus nocivos ojos carmesí combinan a la perfección con el escarlata de la sangre de mi brazo. ¿Entiendes lo ridículamente absurdo que es eso?- sonrió cínicamente.

-Asquerosamente poético-bromeó maliciosamente el informante, disfrutando del poco aire que pudo pasar con éxito a través de su nariz y faringe. –Pero sabes Shizu-chan, acabo de mutilar tu brazo, no entiendo a qué es a lo que quieres llegar.

-No mientas, pulga mugrienta. –susurró la bestia en el oído de Izaya. Su tono sonaba exquisitamente sensual- Tú sabes muy bien a dónde quiero llegar.

El corazón del azabache latía a mil por hora, el caliente aliento de Shizuo sobre su oreja era como una droga. No sabía si su cuerpo temblaba a causa de la mala respiración, o si era provocada por la excitación que esa extraña situación incitaba sobre él.

No podía creer lo que estaba pasando. Su raciocinio le gritaba al inteligente informante que esa situación no iba a terminar en nada, absolutamente nada bueno; pero su instinto, sus inmundas emociones le rogaban que se dejara llevar por el rubio y su repugnante juego.

-Jajaja, como dije antes, no puedes negar la bestia que hay dentro de ti. –sonrió coquetamente el azabache. –Eres un animal.

-Hablando de eso, creo que dejamos una conversación pendiente.- recordó el rubio mientras soltaba el cuello del informante y lo acorralaba contra la pared, permitiéndole respirar con normalidad- Dije que ahora te cazaría y te comería vivo, sí o sí. Y para mi suerte, la noche todavía es joven.

Un escalofrió recorrió la espina dorsal del pelinegro.

-Jajajaja, no me cansaré de repetirlo…Parecemos un depredador y presa, Shizu-chan.- dijo divertido Izaya, mientras se remojaba sus labios con la punta de su lengua.

-¿Quieres que te haga pedazos aquí, o en mi casa?- preguntó el rubio con un tono lleno de lujuria. Sus ojos cafés devoraban el cuerpo del informante.

Ufff, eso definitivamente encendió a Izaya.

-Destrózame justo aquí. Hazme trocitos.

 

Notas finales:

¿¿Qué les pareció?? /*0*/ Ya saben, cualquier comentario, crítica constructiva y/o destructiva son bienvenidos XD

PD: La historia también se encuentra en wattpad. Aparece con el mismo nombre "Justo como si fuéramos animales" y mi nombre de usuario es "PhsycoOnion" XD


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