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-Hybrid pet- [TodoDeku] por PandaZorro

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Notas del capitulo:

Wi! Primer capítulo~

—Izuku ¿por qué hay una caja en el recibidor? Además, no has secado tus zapatillas

 

 

Regaño la mujer mientras se deshacía de la chaqueta húmeda que llevaba, sus cabellos verdes tomados en un medio moño cian desordenados por su rostro, el viento afuera debe de haber empeorado o eso es lo que piensa Izuku al verla así.

Iba a salir de su cuarto, pero sintió un tirón en el ancho pantalón que usaba para dormir, bajo apresuradamente su mirada notando el agarre que mantenía el niño en su prenda inferior, tenía los labios apretujados en un puchero mientras fruncía sus cejas, las garras de sus manos se aferraban a la tela cada vez más.

Volvió su vista al pasillo al escuchar los pasos de su madre acercándose a su cuarto.

 

 

—¿Izuku, hijo que ocurre?

 

 

Pregunto Inko al momento de acercarse, notando el nerviosismo en su hijo. La regordeta mujer se cruzo de brazos ya frente a la puerta de su hijo, el cual la había cerrado…o casi cerrado, manteniendo el pie dentro en una extraña posición.

 

 

—H-Hola mamá ¿Cómo te fue en el trabajo hoy?

 

 

Pregunto con la voz temblorosa a su vez que mantenía firmemente aferrada sus manos en la perilla, sintiendo un fuerte dolor donde topaba su puerta con su pierna, que era jalada aún por el hibrido gatuno, cuyas garras habían calado en la tela y ahora le lastimaban la piel de su pierna, se notaba agitado por sus movimientos cada vez más bruscos.

 

 

—…¿Enserio Izuku, que ocurre, por qué estas aplastando tu pierna con la puerta?

 

 

La bajita mujer observaba de forma seria como su hijo trataba por todos sus medios de empujar algo, algo atrás de esa puerta y que estaba ocultando de ella, se cruzo de brazos viendo a los ojos a su hijo, notándolo como con esa simple acción lograba llevar al extremo del nerviosismo a su hijo.

 

 

—¡Nada! ¡No es nada, lo juro!

 

 

Hizo un movimiento lo suficientemente brusco para soltarse del doloroso agarre, llevando su atrapada pierna al frente y cerrando de un portazo la puerta de su habitación, escuchando como algo caía al suelo del mencionado cuarto.

Su madre frunció el ceño, obviamente no le creía, menos aún cuando “la cosa oculta” había caído al suelo soltando un quejido, no cuando su pantalón tenia marcas notorias de rasguños y obviamente no le creía en lo absoluto cuando la “cosa” comenzó a maullar y rasgar la puerta de forma desesperada, casi temerosa.

Izuku solo pudo reír, reír de nerviosismo, de miedo, de desesperación al verse descubierto, solo podía reír mientras su madre colocaba sus brazos en jarro, con el ceño fruncido obviamente molesta.

 

 

—¿Un gato, es eso Izuku?

 

 

Pregunto su madre, viéndole con una mirada inquisitiva y obvia molestia, aún mantenía firmemente agarrado el pomo, ahora podía sentir que el minino en su cuarto trataba de girarlo para abrir la puerta, el ruido que provocaba era mucho más fuerte.

 

 

—N-No, d-digo ¡Sí! Un gato ¡Eso! —su respiración se había acelerado más de la cuenta, podía sentir su rostro rojo de vergüenza, su espalda y manos sudaban horrorosamente —N-No podía d-dejarlo afuera, ya sabes, con este clima.

 

 

—¿Por eso esta esa caja en el recibidor? Porque creo que es muy grande como para un gato ¿Qué escondes?

 

 

Pregunto finalmente acercándose, tratando de entrar en el cuarto de su hijo, quien inmediatamente se movió ocultando la perilla con su cuerpo, sorprendiendo a su madre ante la repentina acción.

 

 

—¡No oculto nada!¡Lo juro!¡Es solo gato!

 

 

Chillo horrorizado, estaba llegando al límite, sentía su pulso demasiado acelerado, podría jurar que se podía escuchar los latidos de su aterrado corazón tan claramente como los rasguños en su puerta y el movimiento de la perilla que sostenía entre sus manos sudorosas y que cada vez les costaba más retener el metálico objeto.

 

 

—Izuku

 

 

Y los colores desaparecieron de su rostro, sus manos aflojaron y los ojos de su madre se abrían con sorpresa, Shouto le habría llamado con una voz quebradiza ¡Oh dios! que pensara su madre ahora. Siendo empujado a un lado por la mujer la puerta al fin cedió a los intentos del niño, su madre dio un grito al aire notando al pequeño, quien al verla corrió hasta la cama de Izuku, ocultándose bajo esta.

 

 

—Un niño

 

 

Murmuro su madre antes de colapsar, no todos los días tu hijo va y esconde un niño mitad gato en su cuarto, simplemente no pudo más; Izuku corrió hasta su madre lo suficientemente rápido para que esta no se estrellara contra el suelo.

 

 

—Verde

 

 

Fueron las simples palabras de Shouto, con el ceño levemente fruncido.

 

 

 

 

 

Había llevado a su madre hasta la sala de estar, dejándola en el cómodo sofá de cuero color chocolate, sus pasos eran seguidos por Shouto quien se mantenía en silencio, con su mirada sobre su nuca esperando algo ¿Qué cosa? No tiene la menor idea, pero sabe que quiere algo, lo presiente muy dentro suyo.

 

Con un suspiro agotado termino de acomodar a su madre en el sofá de tres plazas, se acerco hasta uno de los individuales dejándose caer, Shouto sigue ahí, de pie balanceando su cola levemente, ahora que lo pensaba ¿no estaba desnudo? Bien que este cubierto de pelaje a excepción de su cuello y rostro, pero sigue teniendo el cuerpo de un niño y no paraba de incomodarle el verle así.

 

 

—¿Qué quieres Shouto? —Pregunto con notorio cansancio en su voz.

 

 

Pasando su peso entre sus piernas el bicolor se acerco hasta su persona, apoyando sus pequeñas manos-garras en sus rodillas, paseando su vista entre su persona y su madre, con las cejas levemente fruncidas en una mueca de preocupación notoria.

 

 

—¿Qué ocurre? —sintió como el minino enterraba levemente sus uñas sobre el hueso de su rodilla enviándole un fuerte dolor punzante —¡Auch!¡Shouto…!

 

El infante fruncía cada vez más el ceño, finalmente señalo a su desmayada madre que parecía no querer despertar.

 

 

—¿Mi madre?

 

—Madre…

 

 

El infante bajo la cabeza en conjunto con las peludas orejas, lentamente el ceño se suavizo, los grandes ojos heterocromáticos se fueron entrecerrando, los finos labios se apretaron en una mueca acongojada, la felpuda cola dejo de moverse.

No aguanto, con cuidado le tomo por las axilas levantándole hasta su regazo, el minino aún no levantaba la vista ¿le habrá dolido que le gritará? ¿Fue la patada de antes, le pego fuerte?

 

 

—Madre…

 

—¿Qué ocurre con tu madre?

 

 

Fue la simple pregunta mientras posaba su mano en los suaves cabellos con un leve olor a menta y limón, el champú que normalmente usaba él y su madre comúnmente, revolviéndolo con cuidado entre ambas orejas que se irguieron al tacto cálido de su mano.

La infantil mirada subió hasta dar con la suya, le sonrió de manera cálida tratando de calmarle, en verdad ambos ojos eran realmente hermosos, el derecho era de un gris oscuro, el izquierdo un turquesa precioso; sacudió su cabeza mientras cerraba los ojos apretando sus parpados y mordiendo sus labios.

Salió de su ensoñación al momento de sentir la suave textura de la almohadilla de un suave tono rosa que pertenecía a una de las “manos” de Shouto, el pequeño minino había acercado su pata diestra hasta su rostro, aplastando levemente su nariz.

 

 

—¿Qué…?

 

 

El desconcierto aumento al momento de sentir que esta patita se deslizaba hasta su mejilla apretujándole, luego siguiendo a su compañera la patita izquierda fue hasta su otra mejilla libre, sintiendo como suavemente los “dedos” del niño le apretujaban su rostro, mientras este le observaba concentrado.

 

 

—Manchas

 

 

Murmuro Shouto mientras continuaba en su labor de amasar su rostro, inflo las mejillas mientras intentaba con más ahínco mover las “manchas”.

 

 

—¿Qué manchas Shouto? —pregunto deteniendo las patitas en su rostro, el pequeño comenzaba a sacar las garras y mañana tenía clases, no quería explicar porque tenía cinco finas líneas rojizas en su rostro en cada mejilla.

 

—No salen —murmuro mientras fruncía el ceño, toqueteo la piel sin poder moverse.

 

—¿Mis pecas, eso? — dijo tratando de encontrar algún sentido a las palabras del niño, señalo los pequeños puntos en sus mejillas, cuatro pecas en cada mejilla, tenia más repartidas por el cuerpo, pero algunas ni podía verlas en realidad.

 

—Manchas —repitió el infante.

 

 

No lo pudo evitar, soltó una leve risa encantado de aquella inocencia infantil que tenia Shouto, aunque le preocupaba igualmente que el pequeño no pueda expresarse correctamente, no habla fluidamente y parece ser bastante tímido.

 

 

—Dios ¿Izuku eres tú? ¡Oh mi cabeza! No sabes el extraño sueño que tuve, soñé que tenías un niño mitad…gato

 

 

La regordeta mujer se reincorporo en el sofá mientras hablaba, deteniéndose y fijándose en su hijo sentado a un lado en uno de los sillones individuales que venían a juego con el de tres plazas en donde estaba recostada, se quedo en silencio con su mano aún en su cabeza viendo fijamente la escena que tenía enfrente, ahí estaba su hijo con el supuesto niño gato que soñó en su regazo, con las pequeñas manos felpudas en su rostro y los verdes ojos bien abiertos viéndola.

 

 

—M-Mamá

 

 

Izuku trato de sonreírle, pero es que simplemente no podía, no en esa situación que fácilmente se podía mal interpretar, su madre frunció el ceño esperando respuestas.

 

 

—S-Su nombre es Shouto, c-creo… estaba dentro de la caja… fuera de nuestra puerta, lo encontré cuando llegué… ¿puede quedarse?

 

 

Un frio silencio se acomodo en aquella pequeña sala, el golpeteo del aguacero afuera continuaba, las farolas de las calles comenzaban a alumbrar y la casa a verse un poco más oscura a excepción de la sala y pasillo que se encontraban iluminados por las bombillas.

Conto hasta cinco minutos, solo cinco minutos, su madre volvió a caer desmayada en el sofá dándose con el brazo de este, desplomándose en una extraña posición.

 

 

—¡Mamá!

 

Se levanto apresurado, cuidadoso de dejar a Shouto en el sofá donde estaba, socorriendo a la mujer y zarandeándola, buscando una reacción de esta.

El pequeño minino bicolor, sentado con las piernas al aire, balanceándolas mientras observaba la escena cómica de un chico tratando de despertar a la inconsciente mujer.

 

—Mamá verde cayo.

 

—¡Mamá despierta!

 

 

 

—Continuara—

Notas finales:

Un comentario se agradece ;3;)


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