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The Ragnarök por Sigyn

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Notas del capitulo:

Hola nuevamente!!! Aquí les traigo el capítulo 2. Espero que sea de su agrado.


Gracias a todas las chicas que escribieron un reviews (son lo máximo) de verdad que hacen que uno se anime, tenía un poco de miedo puesto que es una historia cliché (? Pero intento hacer lo mejor que puedo. Sobre las canciones no pondré nada, ya que escucho de varias bandas para inspirarme.


Mi recomendación es que si quieren sentir un poco más a un Loki "Rockero" es que seleccionen sus bandas de alternativas favoritas. De igual forma les ire soltando bandas y canciones cuando lo vea necesario xD   


Gracias nuevamente por leer este capítulo y espero que sea de tu disfrute.   


Ya saben que los personajes no me pertecen, sólo la historia. Abajo nos leemos!!!! 

—Thor, ¿por qué tardaste tanto? —Dijo la chica al verlo llegar con las cosas en una bolsa plástica y una sonrisa en los labios—. ¿Qué te pasó? —se burló la chica con la actitud ida de su amigo.

—Conocí a alguien —contestó el rubio mientras sacaba la Coca-Cola Zero de la bolsa—. Ten, aún esta fría —colocó la lata en la mano de su amiga.

—Gracias —observó a su amigo—. Ya veo, ¿quién es la afortunada? —preguntó mientras abría la lata y le daba un sorbo.

—No sé su nombre, pero era muy guapo —sonrió de medio lado y se acomodó en la fila—. Hemos avanzado mucho, ya vamos a entrar.

Una sonrisa traviesa se posó en los labios de la morena, mientras se percataba de que su amigo se refería a un chico, eso nunca había pasado, más no quiso enfatizar acerca del tema y fingió demencia. Estaba emocionada por la presentación que se avecinaba, le había costado mucho conseguir esos boletos para Natasha y ella, pero inesperadamente su amiga tuvo un viaje familiar justamente la fecha del gran concierto. Nat se estaba muriendo al no poder rechazar a sus padres y lloraba ya que no podía asistir al excitante concierto; Sif sabía que era algo inevitable así que no le quedó de otra que arrastrar a su rubio amigo a un concierto de un género musical al cual él no estaba acostumbrado. Thor era de música clásica y Jazz, no le gustaban los conciertos como éstos, los volúmenes de personas lo incomodaban y ella en su corazón sabía el sacrificio que hacía Thor por estar allí a su lado. Pero necesitaba ir, necesitaba ver a aquel Dios del caos en vivo.

Aún recuerda la primera vez que la pelirroja llegó a clases emocionada y le mostró su nueva banda favorita, ella no estaba ni cerca de interesarse en ese género, le gustaba el pop y la música bailable. Nunca entendió a las personas fanáticas de aquellos géneros tan ruidosos y escandalosos, más no puso peros cuando Natasha llego emocionada de su "nuevo descubrimiento" y le reprodujo el videoclip de la banda The Ragnarök; el nombre le llamó su atención y se inclinó para ver mejor el vídeo.

Comenzaba con un Rif de guitarra y sonidos celtas, la pantalla estaba completamente negra, se apreciaban sombras cada vez que golpeaba la luz, armónica a la imagen resonaba el bombo y los platillos. Se escuchaba un coro cantar en otro idioma y la melodía se volvía más agresiva. La cámara enfocó al baterista cuando comenzó a darle intensidad a la canción, estaba sumido en la música meneando su cabeza al ritmo de la misma. Unas manos largas se deslizaban por el bajo, como si lo acariciara con deseo desbordado. La melodía bajó, un enfoqué a los labios finos y rojos que se entreabrieron para susurrar las primeras estrofas de la canción. La cámara se alejó y mostró al vocalista en todo su esplendor, vestía de negro con una gabardina verde que lo hacía lucir elegante, sus manos finas y cubiertas de anillos, con uñas pulcramente esmaltadas de negro sostuvieron el micrófono a medida que se acercaban al estribillo.

La cámara rápidamente enfocó a un castaño que estaba concentrado en que salieran las notas de su guitarra; una nube de ceniza cubrió a los cuatro integrantes. Drásticamente la música se volvió suave; en la pantalla del móvil se reproducía como el bajista, un chico alto, andrógeno de rubios cabellos vestía una camisa de cuadros azules y negros, con jeans ajustados; caminaba por una calle solitaria al ritmo de una melodía melancólica, arrastraba sus botas encadenadas y miraba detenidamente a la cámara sosteniendo con los brazos extendidos su bajo en la mano derecha. La escena cambió. Se enfocó a un castaño con la ropa empapada, sentado en un gran árbol con la roja guitarra en su regazo, el paisaje era frío y otoñal, llevaba la cabeza gacha, las gotas resbalaban por su cabello y su fina nariz mientas suavemente tocaba una melodía triste y fúnebre. Un cambio de escena y se encontraba el fuerte baterista sentado en lo más alto de un edificio, se podía apreciar su ancha espalda a medida que la cámara lo iba rodeando, sus azules ojos se perdían en la nada; la melodía fue tomando fuerza cuando éste lanzo sus baquetas al precipicio, mientras pasaba con angustia una de sus grandes manos por su corto cabello rubio.

La música término de tomar fuerza olvidando la melancolía que demostraban las imágenes, mientras volvía a subir de tono, se enfocan los ojos del vocalista brillando de un verde tan intenso. Sif sintió que perdió el aire. Una sonrisa juguetona aparece en aquél bello rostro, la música se detiene y solo se escuchan cantos en noruego, el pedal de la batería golpea el bombo de manera armónica; rápidamente la cámara enfoca las manos del vocalista, éstas estaban deslizándose en la guitarra eléctrica realizando el sólo de la canción, rompiendo con la armonía que se había creado con los cantos. Cuando acabó, volvieron a escena los cuatro para realizar el último estribillo, se apreciaba al baterista tocar con euforia, el segundo guitarrista se mantenía con los ojos cerrados dejándose llevar, el bajista estaba coordinado con la batería. El ritmo nuevamente entró en decadencia, la cámara enfocó los finos labios brillando gracias a su propia saliva, susurrándole al micrófono las últimas palabras. La canción acabó con los paisajes anteriores pero desolados, acompañados de un sonido melancólico creado por los acordes de una guitarra.

Sif tragó saliva, estaba excitada y al mismo tiempo sentía como la tristeza la invadía. Natasha bloqueó su teléfono y posó su mirada en su amiga.

—¿Qué te pareció? —sonrió—. Sexy ¿verdad?

—¿Dónde sacaste esa banda? —preguntó sin afirmar nada.

—Estaba navegando y apareció en una de esas recomendaciones que te hace YouTube, el vocalista me pareció guapo y terminé mojada, así como lo estás tú —se burló la pelirroja.

—¡Dios! —los colores le subieron a la cara—. ¡No digas esas cosas! —miró con falso enojo a su amiga.

—Me vas a decir que no te pareció melancólicamente excitante —levanto sus cejas con exageración—. Yo me comería al baterista sin pensarlo mucho —le sonrió a su amiga mientras se sentaba en el gran escritorio del aula de oratoria—. Es más, te puedo buscar fotos donde aparecen sin camisa —tomó nuevamente su teléfono y se sumió a la investigación. 

—Me quedó con el vocalista —susurró Sif. Natasha volteó la mirada rápidamente a su amiga y le sonrió con burla—. ¿Qué? —los colores la invadieron—. Es bastante guapo —jugó con su cabello castaño.

—Lo sé —contestó la pelirroja—, ¿Sabías que le llaman el Dios del Caos? —Sif sacudió su cabeza en negativa—. Es un chico travieso y manipulador, no es mi tipo —Bajó rápidamente de la mesa dónde se encontraba sentada—. Me gustan rubios, como el baterista o tu amigo Thor —Dijo mientras se mordía los labios.

—Tú no eres el tipo de Thor —contestó tranquilamente mientras se levantaba de su silla—. A él le gustan los retos —La expresión de su amiga se transformó a una ofendida—. No me malinterpretes, no te llamo fácil —se rio en lo bajo—, solo que él es muy, muy exigente con sus conquistas —frunció sus hombros.

—Jane no es un reto —contestó de mala gana. A Sif le salió una carcajada espontánea—. Lo sabes —miró a su amiga con molestia.

—Sabes muy bien que Jane es la pantalla, la que su padre designó sin consultar —recogió sus libros y los metió en su bolso—. Esta por obligación, no por amor —término de guardar sus cosas y cerrar todo.

—Pobre hombre, es el títere de su padre —se dirigió a la puerta del aula seguida de Sif—. Es un hombre afortunado en muchos aspectos y desgraciado en otros tantos —expresó con lamento.

—Sí —hizo una pausa larga y un suspiro acompañó la misma—, espero que algún día sea feliz —miro a su amiga y ambas sonrieron—. Volviendo a la banda, ¿Hay más canciones? —Natasha encarnó una ceja.

—¿Es verdad lo que mis oídos acaban de escuchar? —contestó en son de burla—. A Lady Sif le gusta una banda donde los chicos no visten de rosa.

—¡Dioses antiguos, no me llames así! —rio la morena—. Además, en mis boy bands no todos se visten de rosa —la pelirroja subió aún más sus finas cejas—, bueno ¡No todos! —ambas rieron y se perdieron en los pasillos de la facultad de Periodismo.   

 

***

 

—¿Dónde estabas? ¿Por qué te fuiste sin avisar a horas de comenzar el concierto? —Reclamaba su representante con los brazos cruzados. 

—Oh, venga Tony. Llegué ¿no es cierto? —exclamó mientras dejaba su casco negro con dorado sobre la mesa de su camerino—. Además, te lo dije por teléfono, fui a comprar cigarrillos y tomar algo de aire. Me ayuda con los nervios —tiro la caja de cigarrillos sobre la mesa seguido de las llaves.

—Sigues siendo un niño —Suspiro Tony mientras negaba con su cabeza. A Loki aquello le molestó—. Prepárate que el ensayo comienza en 10 minutos. Steve está molesto por tu desaparición —cerró la puerta tras él en un golpe seco.

—¡Maldición! —dijo mientras registraba sus bolsillos para comer una gominola de esas ácidas que había comprado. Cuando estaba a punto de comerse aquel gusano, se detuvo al percatarse que su boca aún tenía sabor a sandía. Una sonrisa espontánea se dibujó en sus finos labios al recordar el rostro de aquél rubio. Bajo la gominola y la devolvió a su empaque, quería mantener ese sabor un tiempo más. En su cabeza pasó la idea que así deben saber aquellos carnosos labios. El color le golpeo la cara y sacudió rápidamente la misma, se miró en el espejo y no podía creer lo rojas que estaban sus mejillas, su corazón latía desbocado solo por ese inocente pensamiento. Eso estaba mal. —Vamos Loki, no lo volverás a ver. Así que olvida todo —se sonrió a sí mismo, se acomodó los cabellos hacia atrás, tomó su guitarra y salió al último ensayo. 

Al entrar al escenario estaban todos en sus puestos: Tony conversaba con Fandral y le daba indicaciones de cómo debía posicionarse y desplazarse durante el concierto. Peter sonreía animado como era costumbre, estaba improvisando, saltando por el escenario y "rokeando" mientras Tony no lo veía. Steve estaba en la última prueba de sonido de su batería, estaba concentrado a las palabras que uno de los ingenieros en sonido decía. Cuando llegó, sus botas resonaron en el escenario y todos voltearon a verle, sostuvo su mirada altiva y su paso confiado, caminó hasta un ingeniero de los cinco que había y éste le comenzó a dar indicaciones sobre su guitarra y el micrófono.

—¡Hasta que llegas, niño! —grito Steve desde lo más alto, donde se encontraba la batería instalada—. Tiendes a huir cuando estás nervioso, sabes que tu cobardía solo nos retrasa —Loki volteo un momento y cruzaron miradas contenida de rabia, luego volvió a fijarse en el hombre que le daba las indicaciones finales. 

—¿Quién te crees para decirme eso? ¿El capitán? —sonrió con sorna. Le estaba dando la espalda a Steve, pero sabía la expresión que había puesto.

—¡Basta! —gritó Tony—. No comiencen a pelear —golpeo con su pie derecho el suelo e hizo temblar todo el escenario—; estamos a nada de presentarnos, no quiero sus berrinches de primaria —miro con enfado al moreno y al rubio.

—Bien, solo quiero que se comporte profesionalmente —declaró mientras subía sus manos con las baquetas en ellas—, no espero más —golpeó el platillo en modo de protesta. 

Loki iba a contrarrestar, pero su mano fue tomada por Tony, éste lo miró fijamente y le pidió que no contestara a la provocación que claramente estaba haciendo el rubio. Steve y Loki tenían una relación amor/odio. Decían las malas lenguas que a Steve aun le gustaba el Dios del caos, que había quedado rendido cuando lo vio por primera vez.

 

***

 

Steve se encontraba arreglando un auto cuando Peter entró corriendo al taller mecánico donde trabajaba; nuevamente llegaba a insistirle en que participara en su banda (que en aquél entonces era un grupo de cochera). Le insistía a diario, mediante cartas o en persona como en esos momentos.

—Vamos Steve —dijo el castaño arrastrando la última letra—, será divertido —sonrió.

Ellos eran unos adolescentes que se reunían a componer canciones y divertirse con la música, necesitaban a un baterista y él había tocado ese instrumento por 10 años. Lo había dejado mientras servía en la fuerza militar de los Estados Unidos, pero cuando volvió a su barrio se encontró que su vecino Peter tenía una banda. El castaño rogó por meses para que se uniera a la susodicha banda, aceptando al cuarto mes de súplica, le dio un voto de fe al chico y fue a uno de sus ensayos.

La casa dónde ensayaban estaba lejos; Peter le comentó que era la casa de su amigo Loki, un chico que conoció en un taller de música en la universidad. Loki tocaba la guitarra, el teclado y cantaba, aunque lo último, según Peter, no le gustaba mucho. Al llegar al lugar el castaño salió disparado del auto para encontrarse con sus amigos. La casa era grande, no ostentaba a mucho, pero si era un poco más grande de lo común. Tenía una gran cochera que ellos había transformado en su estudio. Se oían sonidos de una guitarra y un bajo, de voces jóvenes conversando y risas animadas.

Al llegar se encontró con tres adolescentes que jugaban a ser músicos. Los observó detenidamente procesando donde se encontraba parado, aquello era una locura, pero realmente le causaba mucha curiosidad lo que su pequeño vecino estaba inventando. Unas risas cristalinas e infantiles resonaron en todo lo alto, Peter al percatarse que Steve se encontraba observando el lugar se dirigió a él para presentarlo.

—Steve, él es Loki —señaló a un pelinegro—. Y él es Fandral —señaló a un rubio. 

—Un placer —estrechó sus manos con el rubio y seguido con el moreno.

Steve se detuvo a observar los ojos del moreno, el color le causaba un poco de intriga; cuando el pelinegro le sostuvo la mirada sintió como el aire abandonaba sus pulmones en un tácito golpe. Nunca había observado una mirada tan cristalina e inclusive infantil como aquella. Ese joven de piel nívea no sobrepasaba los veinte años y en las facciones de su rostro se notaba.

Al sentir las suaves manos de Loki, se percató que carecían de callos como las suyas y una corriente le recorrió el cuerpo, sonrió. Ambos sostuvieron la mirada por un par de segundos y el menor se animó a romper el pequeño silencio que se había formado.

—El placer es mío —contestó, mientras una sonrisa cruzó sus labios.

En ese instante supo que debía aceptar aquel capricho que tenían esos chicos de que él fuese su baterista. La aventura comenzó ahí, encerrado en una cochera con unos pubertos de 19 años y su amor por un par de ojos verdes también. 

Notas finales:

Ya el siguiente cap espero que sea el concierto. 


Gracias por leer y les quería hacer una pregunta sincera: ¿Quieren Stony?  No sé si colocarlo o centrarme en Thor y Loki. Díganme si lo quieren y ahí lo tendrán. Espero sus respuestas!!! 


 


Feliz inicio de semama! :D 


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