Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I need a hope I can't deny por BlackHime13

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Otro oneshot dentro de la serie On My Own que escribí hoy y espero que os guste.

Los personajes no me pertenecen a mi sino a Fujimaki-sensei (=^w^=)

Notas del capitulo:

Como dije lo escribí hoy y siento que sea tan cortito, pero no se me ocurrió mucho más que esto jejejeje

Nos leemos en las notas finales (=^w^=)

PD: sucede un par de meses después de la Winter Cup (;

Siempre creyó que la victoria era lo más importante en la vida. Desde que tenía uso de razón lo único que le repetían una y otra vez era que su deber consistía en ser el mejor en todo: estudios, deportes, negocios... daba igual qué nueva actividad emprendiera, esta siempre debía de ser realizada con la perfección de un verdadero profesional.


La presión era enorme y aunque en un principio pudo aguantarlo llegó un momento en que todo comenzó a desmoronarse sin que pudiera hacer algo para evitarlo. Tal vez en aquel preciso instante no se diese cuenta, pero ahora comprendía que perdió mucho más de lo que había ganado. Y solo podía culpar a alguien de toda aquella situación... y ese era a si mismo. Hirió innecesariamente a aquellos que le comprendían y apoyaban y alejó a quienes quisieron ayudarle.


Consiguió abrir los ojos gracias a él. Si no hubiera sido por su obstinada personalidad, en su valor y determinación por demostrar sus ideales... lo más probable es que nunca hubiera podido salir de aquella burbuja en la cual se había encerrado. Y ahora era incapaz de verle a la cara. Se sentía tan avergonzado de si mismo, de su debilidad, de todos los errores cometidos... que verle le producía un grave dolor en el pecho. Sabía el significado de sus sentimientos... aquello se llamaba culpabilidad.


Pero a pesar de sus intentos por evitarlo, sus nulas llamadas y mensajes, siempre acababa en el mismo lugar. Muy en el fondo tenía la necesidad de recuperar lo perdido, pero estaba tan confundido que no sabía ni por donde empezar. Así que noches como aquella en las cuales su ansiedad crecía y la necesidad por verle se hacía insostenible... siempre acababa frente a su casa. Nunca llamaba ni hacía notar su presencia en el lugar. Solo observaba desde la calle la habitación donde sabía que él se encontraría, dormido seguramente puesto que era pasada la medianoche. Pero es que no podía evitarlo. Quería saber que estaba allí, que no había vuelto a desaparecer de su vida como aquella vez. Que aunque sonara egoísta por su parte... deseaba volver a verle sonreír gracias a su persona, sentir esa comodidad cuando estaban juntos sin importar que no hicieran nada, solo el hecho de tenerle a su lado era suficiente para que su cuerpo y mente se relajaran de forma automática, quería sentir ese ligero olor a vainilla y libros viejos que el joven desprendía de forma natural... quería que todo fuese igual a aquella época. Esos días en los cuales podían conversar y convivir sin preocuparse por nada, sin temer a que al día siguiente no volvieran a verse.


Pero aunque quería ser egoísta sabía muy bien que todo se desmoronó por su culpa. Que tuvo la oportunidad de arreglarlo todo, pero no lo hizo. Y debía pagar por sus actos, por que aquellas eran las consecuencias de sus elecciones. Comprendía que no podía cambiar el pasado, pero desearía tanto retroceder e impedir que todo se derrumbara.


Ahora se daba cuenta de lo mucho que disfrutaba en aquellos días. Que los amigos que tenía eran irreemplazables, que la compañía era muy agradable y necesitada, que no quería ser temido ni tratado como si fuera el mismísimo demonio... odiaba profundamente a aquella parte que se hizo nombrar como el emperador... a aquella que conseguía todo mediante la intimidación y las amenazas.


Acabó sentado en el frío suelo mirando hacia el cielo de forma ausente. La angustia e inseguridad se habían apoderado de su cuerpo y no era capaz de pensar con claridad. No veía una salida a su situación y rió casi burlándose de si mismo. No era merecedor de una segunda oportunidad y aquello lo sabía mejor que nadie. No tenía derecho a pedir disculpas y estaba seguro que nunca sería capaz de conseguir la paz que tanto ansía. Su propia mente nunca le dejaría olvidar y perdonarse a si mismo.


Un par de lágrimas salieron de sus ojos color fuego... esa salada sustancia recorrió libremente su rostro hasta llegar a su cuello, donde se perdieron por entre su ropa. La noche era fría, pero en ese momento no le importaba. No era capaz de prestar atención a su alrededor. Notaba como cada vez se iba hundiendo más en sus pensamientos, en sus sentimientos de tristeza y autocompasión.


-Akashi-kun...- aquella voz... giró su rostro con una rapidez impresionante. Reconocía al poseedor de esas palabras. Esa tesitura suave al oído que resonaba continuamente en su cabeza. Los orbes color aguamarina le miraban preocupados y no supo que responder... más bien sentía un nudo en la garganta que no le dejaba formular palabra alguna. Su mente quedó en blanco y permaneció ahí, inmóvil y mudo, observando como él se acercaba hasta quedar parado en frente suyo.


Sintió algo cálido cubrirle y observó como el de menor estatura colocaba una manta sobre su cuerpo, obstaculizando que el frío calara aún más en sus huesos. Una sonrisa casi imperceptible se dejó ver en el rostro ajeno quien le tendió una mano.


-¿Quieres entrar?- preguntó algo temeroso después de un par de minutos donde el pelirrojo no hizo ningún movimiento de aceptar su gesto.


-Yo no...- susurró este sin lograr ordenar sus pensamientos. Sentía que la cabeza le dolía de tanto pensar y no se veía capaz de tomar una decisión... no. Más bien estaba asustado de cometer otro error... uno que se añadiría a la gran cantidad que cargaba sobre sus hombros.


-Te congelarás si te quedas aquí.- insistió mirándole con genuina preocupación y sin darle tiempo a decir nada lo jaló haciendo que se levantara y lo arrastró hasta dentro de su hogar. No paró de caminar en dirección a su cuarto y una vez llegó a él empujó al contrario para que entrara, quien no logró resistirse y acabó sentado sobre la cama del ojiazul.


Observó la ordenada habitación y lo que más llamó su atención fue la gran estantería repleta de libros claramente muy usados pues notaba el desgaste en sus lomos. Una leve sonrisa repleta de nostalgia se apoderó de sus facciones algo que hizo el corazón del dueño de la estancia encogerse en agonía.


-Akashi-kun...- le llamó sentándose al lado del mencionado. Este miró al joven sin cambiar su expresión y continuaba sin decir ni una sola palabra.- ¿Estás bien?- preguntó aunque sabia que la respuesta era más que obvia. El pelirrojo se mordió el labio y miró al frente sin saber cómo responder.- Tomaré eso como un no... aunque ya lo sabía.... Akashi-kun lleva viniendo un largo tiempo, pero nunca dice nada.- murmuró con voz dolida el de cabellos azulinos.


-¿Qué?- cuestionó sorprendido y algo asustado el mayor.


-Te vi hace un par de meses sentado frente a mi casa. Me desperté y fui a por agua y entonces te vi ahí. Eso se repitió una y otra vez. Akashi-kun siempre estaba ahí con la mirada perdida y sin moverse. Pensé que acabarías llamando, pero nunca lo hiciste.- susurró tristemente.


-Kuroko...


-Empecé a esperar a que aparecieras y deseaba que alguna vez... intentaras hablar conmigo. Daba igual si tenía que estar horas mirando por la ventana hasta que llegaras y hasta que te fueras otra vez. Pero sin importar cuanto esperara... nunca hacías nada más que sentarte ahí.- comentó sonriendo levemente con la cabeza agachada, tapando sus ojos con el flequillo.


-¿Por qué me hablaste entonces?- preguntó sin comprender al tiempo en que sentía un enorme vacío en su pecho. Le dolía ver al peliazul en aquel estado sobretodo si era por su culpa.


-Hace dos semanas... fue la última vez que viniste y entonces... hiciste algo que lo cambió todo.- susurró al tiempo en que caminaba hasta su escritorio donde agarró una sola hoja de papel la cual le enseñó al de ojos rubí.


-¿Qué es esto?- quiso saber mirando aquel trozo de papel sin comprender.


-Tal vez no estabas del todo consciente, pero... lo dejaste en mi buzón... realmente eres bueno en todo.- dijo mirándole tímidamente. El mayor cogió el objeto que le era ofrecido y abrió los ojos sorprendido cuando leyó lo que contenía.- Nunca pensé... que te sentirías de esa forma. Y aunque me dolió saber todo lo que aguantaste... también me dio valor para ofrecerte mi mano. Yo... nunca odié a Akashi-kun... independientemente de todo lo que hiciste, de lo mucho que cambiaste y lo doloroso que fue ver todo desmoronarse... mis sentimientos por ti nunca cambiaron ni tampoco menguaron. Sigues siendo la persona a quien admiro, la persona que me dio la oportunidad de hacer lo que más me gustaba, la persona que creyó en mi en todo momento, la persona... de quien me enamoré sin poder ni querer evitarlo.- habló al tiempo en que las lágrimas escapaban de sus azulinos ojos y recorrían su rostro sin ningún impedimento.


-Kuroko...- murmuró sin saber qué decir ante todo lo que había oído del menor.


-Lo intenté... hubo unos instantes en que deseé no haberte conocido, en que quise con todo mi ser poder olvidar que alguna vez estuviste en mi vida e incluso pensé que todo sería mejor si conseguía despreciarte... pero no fui capaz... cuando pude pensar con claridad después de recuperarme del shock de todo lo que pasó en ese partido... recordé los buenos momentos que compartí con todos los de la Generación de los Milagros... tú fuiste quien me mostró un nuevo camino y fue gracias a que te conocí que pude pasar tiempo con personas algo extrañas, pero incluso con sus rarezas eran sin lugar a dudas maravillosas en muchos aspectos. Por eso tomé la decisión de abriros los ojos. Por ello me esforcé todo lo que pude para que esa niebla que no os dejaba ver con claridad se dispersara. Fue duro y necesité mucho tiempo y esfuerzo, pero... no me arrepiento de la decisión que tomé. Quería recuperar a las personas más importantes de mi vida... y no pensaba rendirme sin luchar lo más que pudiera.- confesó volviendo a sentarse junto a su antiguo capitán.


-Yo si lo hago... me arrepiento de muchas de mis decisiones. Me odio a mi mismo por ser tan débil y dejar que él hiciera lo que quisiera. Detesto con toda mi alma no haber protegido a quien más quería en el mundo... no puedo perdonarme por causarte tanto dolor y angustia.- admitió dejando salir todo el dolor que llevaba escondido dentro. Lloraba silenciosamente ante la atenta y cálida mirada del de cabellos azules.


-Akashi-kun... cuando Aomine-kun comenzó a cambiar yo me sentí realmente débil. Me odié con inmensa fuerza cuando vi que no tenía la fuerza necesaria para lograr que mis palabras le llegaran. Después todos los demás empezaron a alejarse cada vez más y me culpaba a mi mismo por no poder hacer nada. Lo más doloroso fue cuando noté que estorbaba en tu vida... que cada vez te ibas haciendo más inalcanzable. Fue tiempo después que comprendí... que si no tenía la fuerza en ese momento simplemente debía conseguirla. Logré dejar de culparme a mi mismo por que hundirse en el arrepentimiento es lo peor que uno puede hacer. Cuando estás rodeado de tanta oscuridad es muy difícil volver a salir.- explicó secando las lágrimas ajenas.


-Tetsuya... fui un novio horrible... soy yo el que sentía que no te merecía. Quería protegerte de todo, pero al final fui yo el que te hirió más.- murmuró sin dejar de mirarle a los ojos.


-Eso no es verdad... fuiste increíble y era imposible evitar que yo sintiera dolor. Es un sentimiento humano y habrá muchas ocasiones en las cuales sera imposible no sentirme de ese modo... pero se que si estás conmigo los momentos felices pesarán más que los tristes.- aseguró sonriendo tiernamente.


-¿Me quieres a tu lado?- preguntó incrédulo.


-Ya te lo dije... sigo amándote como el primer día y... quiero ser yo quien te salve esta vez. ¿Me dejarías ser la esperanza que tanto deseas?- imploró con sinceridad.


-Siempre has sido la luz que ilumina mi camino Tetsuya... antes de conocerte no sabía lo que era tener amigos de verdad, el preocuparme realmente por el bienestar de alguien que no fuese yo mismo, el sentir que no podía vivir si no estabas a mi lado... me has hecho sentir tantas cosas que antes no era capaz y experimentar todo tipo de nuevas y excitantes situaciones. Has roto mis esquemas una y otra vez... y no ha habido nadie que me haya hecho tan feliz como tu. Quiero que estés siempre conmigo, que solo me mires con los ojos brillando de amor a mi, que tu sonrisa me pertenezca... ¿Está bien que me aferre a ese sentimiento tan egoista?- pidió con temor.


-Está bien... por que nos sentimos igual y quiero ayudarte a salir de esa caja en la cual te encerraste. Incluso si tú no eres capaz de perdonarte ahora, estoy seguro que algún día si podrás... además de que mi perdón ya lo tienes... aunque nunca fui capaz de culparte por nada y por lo tanto no creo que sea necesario.- comentó sonriendo y mirándole con dulzura impregnada en sus ojos aguamarina. El pelirrojo le miró y sin poder evitarlo abrazó fuertemente al contrario de tal forma que ambos terminaron recostados en la cama. Capitán sobre Sombra. El ojiazul no dudó ni un segundo en corresponder ese gesto.


-Te he echado de menos.- confesó el más alto sobre su cabello.


-Y yo a ti...- susurró escondiendo su rostro en el cuello ajeno. Sentía unas enormes ganas de llorar otra vez por que no podía creer que volvieran a estar así. Temía que fuese un sueño.


-Tetsuya... esta vez no te dejaré desaparecer... no me veo capaz de superarlo si me vuelves a dejar.- admitió con la voz entrecortada. Él también aguantaba el llanto lo mejor que era capaz.


-Eso no pasará... afrontaremos lo que sea juntos... no volveré a dejarte solo nunca más Sei.- prometió apretando el agarre en la espalda ajena. El de ojos rubí suspiró aliviado, dejando escapar el aire que no sabía que retenía por los nervios, y besó castamente el cuello blanco y terso del ojiazul quien tembló ante el contacto.


-Estamos hechos un desastre.- comentó divertido el capitán de Rakuzan cuando notó los ojos ligeramente hinchados y rojizos del menor al igual que esas mejillas coloradas y el rastro de lágrimas secas que el otro poseía, sabiendo que era más que seguro que él estaría igual.


-Ah-ha. Vamos a dormir ¿si?- invitó el dueño de Nigou y el contrario no se hizo de rogar. Se acomodaron mejor en la cama, peliazul con la cabeza apoyada en el pecho del pelirrojo mientras este rodeaba la cintura del contrario con su brazo, y sin cambiarse simplemente se taparon con la sábana y apagaron las luces.


El pelirrojo no tardó mucho en caer en los brazos de Morfeo pues llevaba largas noches siendo presa del insomnio. Su culpabilidad no le dejaba conciliar el sueño y por ello siempre terminaba delante de la casa del peliazul dado que sabía que solo él sería capaz de calmar su tormentosa y traicionera mente. Apretó más el agarre en la cintura ajena por instinto y una expresión pacífica se instauró en su rostro.


La joven sombra miraba con una sonrisa sincera el cuerpo relajado de su pareja. Feliz de que este pudiera descansar al fin sin las pesadillas que de seguro su mente creaba para atormentarlo. Viró su mirada a aquella hoja la cual reposaba a un lado de la cama y que le dio el valor de dar un paso adelante para arreglar las cosas con el amor de su vida y sonrió feliz de haberlo hecho. Repitió las palabras que había memorizado de tanto leerlas en ese trozo de papel. La melodía resonó en su cabeza la cual le acunó hasta dormirse también.


(Canción- On my own de Nightcore)


There’s gotta be another way out


I’ve been stuck in a cage with my doubt


I’ve tried forever getting out on my own.


 


But every time I do this my way


I get caught in the lies of the enemy


I lay my troubles down


I’m ready for you now.


 


Bring me out


Come and find me in the dark now


Every day by myself I’m breaking down


I don’t wanna fight alone anymore


 


Bring me out


From the prison of my own pride


My God


I need a hope I can’t deny


In the end I’m realizing I was never meant to fight on my own


 


Every little thing that I’ve known is every thing I need to let go


You’re so much bigger than the world I’ve made


So I surrender my soul


I’m reaching out for your hope


I lay my weapons down


I’m ready for you now.


 


Bring me out


Come and find me in the dark now


Every day by myself I’m breaking down


I don’t wanna fight alone anymore


 


Bring me out


From the prison of my own pride


My God


I need a hope I can’t deny


In the end I’m realizing I was never meant to fight on my own


 


I don’t wanna be incomplete


I remember what you said to me


I don’t have to fight alone


 


Bring me out


Come and find me in the dark now


Every day by myself I’m breaking down


I don’t wanna fight alone anymore


 


Bring me out


From the prison of my own pride


My God


I need a hope I can’t deny


In the end I’m realizing I was never meant to fight on my own


 


Como le prometió al pelirrojo... iba a ayudarle a superar su pasado y juró para sí no dejar que volviera a encerrar su corazón del resto del mundo. Él estaría allí para apoyarle cuanto pudiera y le demostraría su amor lo mejor que fuese posible. Además que ahora que las cosas habían mejorado para todos en la Generación de los Milagros sabía que podía contar con la ayuda de todos sus amigos.


 


FIN

Notas finales:

Pues... esto es todo jejejeje mi tercer fic de esta linda parejita n.n

Espero que os haya gustado y os invito a leer el resto de shot's de esta serie (; Ah y esperaré impaciente los reviews que sabéis me ayudan mucho para animarme a escribir más >////<

Nos leemos en otra ocasión (=^w^=)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).