Ambos sayayines aterrizaban en un planeta para recargar combustible y de paso pasar allí la noche. La búsqueda del cobarde de Zamas parecía que llevaría unos días para encontrarlo, ya que el mismo Black le había enseñado como ocultar su ki y con la elocuencia que tenia para convencer a los demás, rápidamente encontraría un lugar donde ocultarse.
Los dos sayayines cansados pero no tan deseosos de dormir sino de hacer otra actividad en la cama, desencadeno una noche muy excitante para ambos.
Black y vegeta estaban desnudos, el sayayin de cabellos alborotados presionaba contra la pared al príncipe que se dejaba besar y acariciar lentamente. Black lo tenía con una de sus manos del cuello y lo obligaba a besarlo, cuando se separaban sus miradas se cruzaban, entre palabras y besos, el príncipe se dejo complacer por su amante, dejo que liberara la esencia de su miembro ya despierto, Black lo lamia y lo introducía a su boca, se sentía muy húmedo y tibio en ese lugar, el cuerpo de vegeta se estremecía con cada succión, sus manos se postraban en los suaves cabellos de Black. Sus gemidos eran una delicia para los oídos de quien probaba su esencia pura.
El príncipe termino de venirse, pero Black al levantarse no quería detenerse, quería sentir más y provocar en el príncipe todas las sensaciones posibles. Lo giro y lo sujeto de las caderas mientras tomaba su miembro para de nuevo masturbarlo, en ese momento aprovecho para penetrarlo tan fuerte que el príncipe dio más gemidos de placer. Se aferraba a las paredes las cuales no le daban el sostén necesario para sentir tal impacto en su cuerpo.
Black lo seguía penetrando sin parar, amaba hacerlo, ese cuerpo, esa estrechez que siempre presentaba, era solo suyo.
Vegeta daba más gemidos, con una mano alcanzo a rozar la cadera de Black mientras que con la otra seguía sosteniéndose de la pared. La nave era solo para ellos, nadie sabía lo que allí pasaba.
Black termino de venirse dentro del príncipe, pero ambos deseosos de más acción. Entre besos vegeta empujo a Black a la cama, allí encima de él lo sujeto de las manos y lo comenzó a besar muy despacio, quería saborear bien esos labios que eran suyos, mientras Black hacia lo mismo, también apreciaba ese cuerpo perfecto sobre él. Y fue así como vegeta introduciendo el miembro de Black, comenzó a moverse de una manera seductora entre besos y miradas, era puro placer sayayin lo que pasaba. Vegeta gemía de placer al estar encima del otro sayayin, Black solo miraba con pura excitación toda la escena mientras su miembro era sofocado por el interior del príncipe. Las contracciones comenzaban en apretarle su miembro, nuevamente sus esencias serian liberadas.
Black: yo quiero más, necesito hacerlo.
Black ahora era quien tomaba el control y colocándose sobre vegeta, le abrió las piernas y lo penetro sin contemplación, sus cuerpos parecían uno solo, vegeta termino de colocar sus piernas entrelazadas en la cintura de Black, a la vez que este ultimo lo tomaba de las muñecas para poseerlo. Mientras lo penetraba sus labios se mezclaban, entre uno que otro gemido fue callado mientras se besaban, su pasión era descontrolable, nadie en ese momento lo podía parar.
Black: me haces muy feliz vegeta.
Vegeta: y tú a mí. Ahora me tienes. ¿Quieres seguir haciéndome más cosas?
Black: no dudes, porque esta noche te dejare muy agotado.
Vegeta: demuéstramelo.
Por otra parte:
Kakaroto seguía con sus entrenos de siempre, la ciudad y el planeta entero estaba en reconstrucción, no había tiempo que perder. Entre los días que pasaban por los ojos del sayayin, se preguntaba ¿qué estaba haciendo el príncipe? , en sus momentos de soledad, en la noche, hasta en el entrenamiento, su cabeza no paraba de pensar en el príncipe, el cual le dejo claro que no quería nada con él, era de saber que andaba con su hermano, esto le dolía, pero también acepto su culpa ya que tuvo la oportunidad enfrente de él y no la tomo. Ahora pagaría por ese error, pero a pesar de esto Kakaroto no dejaría solo al príncipe, su amor era eterno y sincero, no importaba si no era el momento de que ambos estuvieran juntos, lo esperaría hasta el final, inclusive hasta que sus años sayayines sean consumidos por el tiempo, Kakaroto siempre amaría a su príncipe.
En algún lugar del espacio:
Un joven de cabellos blancos había llegado a un planeta en el cual solo Vivian seres que se alimentaban mayormente de agua, además de poseer árboles y plantas frutales y una ciudad completamente rustica, la raza que vivía allí era los namekusei, seres con un nivel de poder promedio y con la capacidad de curar a personas heridas, dándole energía por medio de sus manos.
Zamas escondió su nave, se camuflagio entre esa raza, ya que todos eran de color verde aunque el de él era de un verde mucho más claro, la gente de ese lugar no se fijaba mucho en lo que hacían los demás, a excepción de un Namek llamado nail, este hombre sospechaba de que ese tal Zamas se ocultaba de algo. Namekusei estaba también dentro de las leyes galácticas establecidas pero este encontraba en las afueras del universo, un lugar un poco lejos donde nadie le gustaba visitar. Zamas pensó en ese lugar ya que ni la guardia galáctica llegaba hasta esos lados, ya que nunca pasaba algún evento importante allí. Pero el joven esta vez se equivoco y ahora la guardia galáctica había informado por todos los rincones del universo, de norte a sur, de este a oeste, en lugares cercanos y muy lejanos, solo era cuestión de tiempo para que Zamas pagara por sus pecados.
Conforme caminaba por la ciudad llena de edificios y casas de color blanco y de forma peculiar, entro en un lugar donde servían bebidas, mientras tomaba algo por la pantalla del bar, se dio cuenta que el emperador del mal había sido asesinado por guerreros elite del planeta sayayin, y que el príncipe había absuelto de sus crímenes de guerra. También se notifico la búsqueda del causante de la invasión del planeta sayayin y del casi asesinato del príncipe. La noticia ahora era sabida por todos, Zamas tapo más su rostro con su capucha y decidió salir del lugar, pero nail se atrevió a seguirlo de forma sigilosa para que no se enterara que lo había visto.
El joven de cabellos blancos decidió marcharse del lugar y buscar un lugar donde pasar la noche. En sus adentros se maldecía por haber hecho lo que hizo, ahora Black también lo odiaba, jamás lo perdonaría por tratar de asesinar a vegeta, ahora medio universo sabia que él era el responsable y que lo buscaban, su fin estaba muy cerca pero este aprovecharía para que no fuera tan pronto.
Nail: parece que alguien ha hecho algo malo.
Zamas sintió congelarse por lo que escucho, lo habían descubierto, el namekusei se acerco mas al joven y lo miro fijamente a los ojos, Zamas quiso desviar sus ojos pero algo dentro del pedía decir lo que sentía.
Zamas: pensé que en este lugar no me encontrarían o por lo menos que no se enteraran de mis crímenes.
Nail: eso parece, pero dime ¿Por qué lo hiciste?
Zamas: me piensas delatar, si quieres llama a la guardia, no tengo miedo.
Nail: ¿enserio?, ¿entonces porque te ocultas en mi planeta?
Zamas: tal vez por culpa, es tal vez porque no quiero ver a alguien que me rompió el corazón.
Nail: Hmmmm…. ¿entonces lo hiciste por desamor? Mira que lo que provocaste es casi una guerra muy perjudicial, ya que eso hubiera hecho que esto se extendiera debido a los aliados de ambos bandos, pero por suerte los sayayines, que son conocidos como grandes estrategas de guerra detuvieron a Freezer. Dime ¿Amabas a un sayayin?
Zamas: si ya sabes quién soy y tal vez me vengan a buscar debido a que ya todos me vieron en medio de la ciudad, la verdad sí, me enamore locamente de un sayayin elite pero al final solo tuvo ojos para otro de su raza, algo que yo no podía competir.
Nail: ya veo, ¿acaso es el príncipe sayayin de quien se enamoro?
Zamas: que perspicaz eres, así es, y eso provoco en mi lo peor de mi ser.
Nail: gracias por el cumplido, además tengo que serlo ya que soy uno de los guardianes de mi planeta, es por eso que te seguí ya que vigilamos a cada persona que ingresa a nuestro planeta para que esto no provoque problemas en nuestro hogar.
Zamas: ¿entonces porque no me detienes y ya?
Nail: tu historia me parece muy conmovedora y porque tal vez podamos llegar a un acuerdo.
Zamas: ¿Qué quieres decir?
Nail: digamos que aquí no hay muchas mujeres de mi especie, las que viene no me gustan y tu puedes ser un pasivo muy interesante.
Zamas: pero yo no….
Nail: ahora me dirás que no puedes, ¿o acaso solo ese sayayin puede darte por detrás? Tal vez no logre domarte salvajemente como ellos lo hacen pero sé que lo disfrutaras.
Zamas: no lo hare. Así que pierdes tu tiempo.
Zamas continuaba con su marcha pero el Namek lo detuvo de nuevo.
Nail: solo hago una llamada y pronto estarás en la cárcel donde muchos dentro de prisión desearían domarte sin ningún permiso, ¿Qué me dices?
Zamas preso de su destino, tuvo que aceptar, ahora sería el esclavo sexual de ese namekusei. No le quedaba más remedio que hacerlo, ya que la prisión no era un lugar al cual quisiera estar.
Por otra parte:
Black recuperaba el aliento al mismo tiempo que besaba a vegeta, el príncipe también quería normalizar su aire, sus cuerpos desnudos y sudados delataban que habían tenido una noche muy larga.
Black: te amo demasiado vegeta. Por cierto quiero pedirte algo.
Vegeta: dime Black, ¿Qué pasa?
Black: sé que esto es muy informal y el lugar en donde estamos no es digno para hacer esto, pero no puedo más. No quiero pasar más tiempo lejos de ti, quiero despertar todos los días contigo, quiero verte dormir, quiero sentir tu cuerpo cada día, tener tus labios en cada momento en que los necesite que prácticamente seria cada segundo.
Vegeta: ¡no te atrevas Black!
Black: quiero que nos casemos, quiero amarte hasta el fin de mis días.
Vegeta: Black….no quiero escuchar esto.
El príncipe se sintió muy nervioso, se levanto de la cama, se tapo con la sabana, daba vueltas en la habitación, esas palabras le provocaron algo en su corazón, tal vez era alegría, emoción pero también una sensación rara que no comprendía, esto nunca pensó que le pasaría, ahora frente a él, se encontraba un sayayin desnudo pidiéndole que fueran pareja para toda la vida.
Black: ¿Qué me dices?, prometo realizar algo digno de ti cuando lleguemos al palacio pero ahora solo quiero escuchar un sí.
El corazón de vegeta seguía latiendo rápidamente, amaba a Black, también amaba a Kakaroto, pero ahora el que se encontraba con él en ese momento era su presente, así que su respuesta seria un sí.
Vegeta: acepto pasar contigo por el resto de mi vida.
Black: ¡me haces muy feliz!, te amo vegeta.
Vegeta: yo a ti Black.
Y fue así como ambos sayayines se dejaron llevar por sus bajas pasiones una vez más y continuaron con otra ronda de deseo de sus cuerpos.
Continuara……