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Con sabor a pecado por Pandy

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Notas del fanfic:

Un lemon completo

Notas del capitulo: Well, esto fue para una guerra de fics en pareja de un foro mi@ espero que les guste <3

CON SABOR A PECADO
Shaka & Aioria



Recargado en la madera de la puerta, espera, impaciente. No esperaba nada en sí, pero su mente insistía en quedarse allí, de pie, esperando a por algo que probablemente llegaría. Suspiró y cerró los ojos por un momento…1minuto, dos, tres…hasta que ya a punto de quedarse dormido de pie, llegó ese algo que se obligó a esperar. Unos finos y tersos labios se posaron en los de él, con delicadeza, con fuerza, con ternura, con miedo.

Fueron muchas las emociones que lo invadieron, más aún al abrir sus esmeraldas y encontrarse con ese par de ojos que parecían cielos. Esos ojos y ese brillo especial que lo invitaron a abrir su boca despacio y corresponder con ganas la unión de sus bocas.

Así lo hizo; Volvió a cerrar sus ojos y se entrego por completo a la dulce sensación de devorar esa boca de pecado, esa que por nada se atrevería a rechazar. Envolvió la cintura del delgado rubio con sus manos, aferrándose a ella con vehemencia. No se asombró por la persona sino por el beso…después de todo tenían bien en claro lo que ambos sentían. Por eso accedió al besarle, a abrazarle y a sentir el calor que emanaba del otro cuerpo al sentirse en contacto con su cuerpo propio.

Fue el momento más apropiado para eso, el momento cúspide. Lo habían estado esperando por mucho tiempo y no valía la pena retrasarlo más. Fue un momento tan mágico como real. Separaron sus bocas por un momento, un hilillo de saliva colgaba entre ellas y las unía. Sus labios lucían notablemente hinchados y sonrosados y la sonrisa que se dibujó en ambas bocas no fue agotada, ni arrepentida. Eran las sonrisas más felices y traviesas que hubiesen podido regalarse jamás.

Se vieron fijamente a los ojos, intentando buscar palabras apropiadas para ese momento pero entonces se dieron cuenta que no podían decírselo con palabras, sino con hechos. Un hecho tan natural y tan simple que le erizó la piel al rubio al primer contacto de la mano del castaño sobre su mejilla.

Cerró sus cielos y dejó que el castaño le deshiciese la boca a besos. Que lo cubriera de ellos por todo su rostro y cabello y dejó que sus oídos se regocijaran con el ronroneo del león besando sus orejas. Si alguna vez había decidido alcanzar el Nirvana, ahora estaba muy cerca. Sintió la sangre hervir, su corazón palpitar con urgencia, a punto de salírsele del pecho, la respiración agitada, sus rodillas flojas…sí, estaba cayendo bajo el hechizo de la pasión.

Pero había aún un sentimiento implicado en ese escarceo. Amor, le llamaron aquel día.

Soltó un leve jadeo, mientras apretaba con fuerza sus ojos. El león había decidido jugar en el pecho de Shaka, torturando sus tetillas entre sus dedos. El rubio abrió su pequeña boca solo un poco para dejar escapar más de aquella melodía de Dioses, según el moreno que no dejaba de acariciar por debajo de la tela de la túnica que portaba ese día el rubio, su piel. Esa blanca y etérea piel, suave…intimidante.

Por supuesto que la túnica dejaba al descubierto las piernas largas y espigadas del rubio, también, parte de sus deliciosos y musculosos muslos y ese regalo entre su entrepierna, creciendo a cada caricia que era proporcionada por el bello león. Y no pasó desapercibido para el castaño la atención que estaba siendo exigida a gritos por la virilidad de Shaka. Y tampoco dudo en robarle un gemido airoso cuando pasó su mano en una caricia sugerente, por encima de la tela que cubría decentemente la hombría del hindú. Sonrió con placer, ahora acercándose al sonrojado rubio y robarle un beso delicado de sus labios, para luego seguir en su recorrido, apresando sus labios contra el cuello del rubio y logrando que este se tensara por completo.

Lo estaba preparando, pero más que nada, era un ritual que forzosamente tenían que cumplir. No podía solo tomarlo y ya, por que aquel sentimiento, de aquel día, implicaba más que placer sexual.

Besó los hombros del rubio y mordió uno levemente mientras una de las rodillas del rubio se alzaba debido al constante movimiento de Aioria por encerrar su mano en la intimidad del rubio. Dejó libre el camino y por fin pudo meter la mano y sentir la humedad y el calor que invadía el pene de Shaka. Eso lo volvió loco. Apretujó con su mano el sexo latiente y gimió, aún más fuerte que el propio rubio; Además, su propio pene comenzaba a lastimar.

Sacó su mano con reticencia del lugar donde se encontraba y retiró las ropas de Shaka con cuidado pero con prisa, para después deshacerse de su ropa frente al extasiado rubio que no vaciló en robar ahora él un beso presuroso y excitante de los labios entreabiertos del león que invitaban a comérselos.

La Virgen deseaba ahora poder tomar el control de las cosas, aunque fuese por un momento. Y lo logró, pues el orgulloso león se doblegó ante las caricias esparcidas a los lados de su abdomen, a esas uñas que jugaban a enterrarse en su piel y a ese aroma que hipnotizaba y seducía. Ahora el rubio estaba empeñado en dejar sus marcas de pertenencia en la piel del león pues levemente inclinado, había iniciado una serie de mordiscos suaves y pequeños lametones a lo largo del estomago del sumiso león, que ahora parecía un pequeño gato, gimiendo, apretando sus ojos y conteniéndose en hacer parar allí mismo al rubio y tomarlo, con ganas y sabor.

Cesaron los mordiscones en cuanto el miembro del magnético león comenzó a gotear, llegándole una pequeñísima gota cerca del muslo izquierdo de Shaka. Paró y se incorporó levemente mientras ponía una de sus manos en el pecho del agitado Aioria y le sonrió enigmáticamente.

Era hora de sucumbir los deseos de ambos. El león dorado de acercó al rostro del puro Shaka y dejo que la tibieza de sus labios cubrieran los del hindú, mientras su mano bajaba y subía frenéticamente a lo largo del abdomen y la entrepierna del rubio. No soportando más el escozor que se formaba en su miembro fue el mismo Shaka que poniéndole fin al beso y tomando con decisión la mano de Aioria la acercó hasta ponerla sobre su miembro y lanzándole una mirada furtiva, el león inició el movimiento de arriba-abajo sobre el pene de Shaka.

-¡Argh…!- se quejó Shaka al sentir arder por dentro debido a aquella mano experta movimiento rápidamente sobre su hombría.

-Tú empezaste…- le susurró contra los labios, juntando su cuerpo al de Shaka, provocándole más aún sin dejar de masturbar el miembro del rubio.

Pasaron unos minutos más para que los fluidos del rubio corrieran libremente por la mano del castaño, que no dudó en seguir moviéndola hasta vaciarlo por completo. Shaka se arqueó y dio un gran gemido al aire, apretando sus ojos ante la corriente de placer que lo atravesó al sentirse liberado. La mano opresora se retiro y dio paso a una lengua juguetona que limpiaba los restos de semen sobre el miembro del rubio volviendo a desconcentrarlo una vez más y aferrarse con sus delgados dedos a los rizos de Aioria.

Su lengua recorrió a lo largo el mástil de Shaka. Cuando pudo limpiarlo completamente, dejó que su lengua jugueteara ahora un poco con los testículos del rubio y su pene nuevamente reaccionaba, ante cada lamida proporcionada por esa lengua ávida y mortífera, pues lo estaba haciendo llegar a la más eterna gloria.

-¡Para!- le suplicó Shaka ante otro posible orgasmo.

-Si tú lo dices, pero venía lo mejor…- contestó apenas el gato, limpiándose los bigotes.

El rubio sonrió agradecido e intentó guardar la compostura e intentar regular su respiración. Pero le fue imposible por que el hiperactivo gatito parecía que aún tenía ganas de jugar. Y no se quejó pues en el impulso que hizo Aioria al momento de cargarlo, enredó sus piernas alrededor de las caderas del moreno.

Lo que siguió fue completamente diferente a la sesión de sexo desenfrenado hasta que sus cuerpos aguantasen que ambos hubieran pensado o les había pasado por su mentecilla; En cambio, un intercambio de miradas avergonzadas y sonrisas tontas fueron su momento mágico e ideal, romántico. Ese fue el momento en donde se consumó lo que hasta el momento llevaban hecho. Ya no había más dudas para “hacer el amor” como tenía que ser.

Acercaron sus rostros hasta quedar juntos, oyéndose las respiraciones. Unieron sus labios en un tímido beso al principio, para después hacerlo más pasional fuerte, enredando sus lenguas en una danza de total pasión, uniendo sus salivas como fuente de vida y uniendo sus labios, probándolos y grabándose en la mente la imagen y reflejo del otro, así como el sabor de sus bocas. No cerraron sus ojos, se quedaron disfrutando de la perfecta imagen del otro, deleitarse con la belleza enigmática de Shaka y la guapura rebelde de Aioria.

Separaron sus bocas después de un rato, al hacerse presente la falta de oxígeno para ambos. El rubio poco a poco iba aflojando sus piernas para separarse del león pero éste, lo detuvo.

-No, no Shaka…- rogó, jalando una de sus piernas más contra su cuerpo.- No quiero, aún no…-

-Aioria yo…- agachó la mirada y se quedó dubitativo un momento.- Ya no me da vergüenza…- aseguró, mostrando una limpia sonrisa y un brillo especial en sus ojos.- Es hora, entonces…-

El león asintió, sonriendo de igual manera y aferrando sus manos a la cintura de Shaka.

-Te amo caballero de la sexta casa…-

El rubio guardó silenció y desvió la mirada, notablemente apenado.

-Y yo a ti…- susurró aún de lado, ante la aparente mueca graciosa que se formulaba en los labios del castaño.

Aioria acaricio las pronunciadas nalgas de Shaka y poco a poco fue bajando hasta que quedó su trasero firmemente colocado en el frío piso. Con la mirada le indicó a Shaka que se tranquilizara y con una de sus manos libres, tomó su propio miembro y lo guío a la virgen entrada del hindú.

Un grito ahogado escapó de los labios de Shaka y fue todo lo que se escucho en el recinto. Todo era silencio, el león tenía que acostumbrar al otro a la repentina invasión en su entrada, tenía que esperar a que calmara un poco el dolor. Por que vaya que dolía, solo bastaba con observar la expresión de dolor en el virginiano, su rostro se contrajo en una mueca de disgusto al sentirse penetrado. Pero él lo sabía y como buen orgulloso Virgo, comenzó a moverse torpemente, para indicarle al otro que aunque doliese, él lo quería disfrutar.

Leo captó la indirecta y pausando los movimientos de Shaka, inició él despacio, a moverse dentro del virgen cuerpo. Poco a poco el dolor fue calmándose solo para darle paso al placer que entre ambos se empezaba a formar. Las gotas de sudor poco a poco caían de la frente del apurado Aioria, que solo pensaba en mirar aquel angelical rostro frente al suyo, que lucía agitado y con un hermoso carmín adornándole las mejillas. Los gemidos empezaron a inundar la estancia poco a poco, pronto culminarían ambos pues las embestidas se empezaban a tornar un poco más rudas.

La consumación de su acto fue hasta minutos después cuando a Virgo se le ocurrió provocar aún más al León mordisqueándole levemente las orejas y pasándole la lengua en lametazos firmes por toda la cara de Aioria, lo que aumentaba sus deseos y la rapidez de sus penetraciones. Con un final empujón dentro de Shaka se derramó, dejando estático al rubio pues también se venía sobre ambos.

Unos segundos y ambos ya estaban entregados totalmente a besarse, tocarse, sentirse…los manos de Aioria cubrían con firmeza la cintura del rubio mientras los brazos del hindú se enredaban con precisión en el cuello de Aioria.

-Shaka…- susurró el castaño.- Ya era hora…-

-Sí…- contestó apenas mientras se perdían en las miradas ruborizados de ambos.

FIN

Notas finales: Ok, todo el fic es lemon XD todito, XD jajaja...gomen, es que los lemons...*drool*

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