Min Yoongi se impresionó por la cantidad de gente que había nada más llegar. Era el festival de bienvenida para los de nuevo ingreso en BigHit, la prestigiosa escuela de artes de Seúl, la capital de Corea; festival en el que no solamente habían asistido aquellos que apenas empezarían su carrera como artistas, sino también algunas personalidades importantes y no precisamente de ese ámbito.
Él no era de andar entre chismes, pero había escuchado el rumor de que el señor Jeon, fundador de Gaebal, una de las mejores escuelas de ciencias del país, acudiría al evento acompañando a su hijo, Jeon Jungkook, quien era conocido por muchos de los premios y reconocimientos que había ganado en su juventud gracias a su talento como bailarín, cantante y actor. Sin embargo, esto era algo que realmente lo traía sin cuidado. Como si fuera realmente importante que el niño perfecto de la familia rica fuera a asistir a esa escuela.
Yoongi se había estado escabullendo entre la gente desde que había llegado, intentando llegar hasta los camerinos donde se suponía que se encontraría con Hoseok y Namjoon para atender cualquier detalle acerca de la presentación de rap que llevarían a cabo ese día.
Después de haber dado vueltas entre la gente para encontrar los lugares con menos multitud, pudo llegar a los camerinos, donde los otros dos chicos lo estaban esperando. Se encontraban sentados en el suelo analizando todavía la letra del número artístico, rapeando cada uno su parte de manera rápida y ágil, hasta que sintieron a Yoongi aproximarse y pararon su pequeño ensayo para mirarlo y cederle una amistosa sonrisa.
—¿Ya vieron la cantidad de gente que hay afuera? —preguntó éste, sentándose con ellos, con cierta emoción en su voz.
—Oh, hyung, cállate —lloriqueó Hoseok, frunciendo el ceño —. No es como si me entusiasmara demasiado salir a escena si te pones a decir esas cosas —le dijo, tapando sus ojos con ambas de sus manos, en señal de frustración.
—Eh, Hobi, tranquilo —le habló Namjoon dándole una palmadita en su hombro suavemente —. Todo saldrá bien —aseguró, con una sonrisa que el otro no vio porque seguía en la misma postura.
—No es como si fuera la gran cosa —soltó Yoongi, indiferente ante la situación —. Vamos, Seok —lo llamó, poniendo una mano sobre su otro hombro —, no te pongas nervioso —le dijo con suavidad, haciendo que el mencionado descubriera sus ojos, pero que en su lugar cubriera sus mejillas.
—Tienes razón —cedió Hoseok aparentando tranquilidad, mientras bajaba sus manos hacia su regazo —. No es como si no lo hubiéramos hecho antes —repitió en un murmullo, casi para sí mismo, mirando hacia sus manos.
—Yoongi —escuchó que lo llamó una voz femenina. Al voltear, se dio cuenta de que era una de las chicas del staff —, cinco minutos —le dijo ella simplemente, para después fijar su atención hacia otros alumnos que seguramente también presentarían un número artístico ese día.
Yoongi no le contestó, pero volvió a fijar su atención en los otros dos chicos para seguir charlando con ellos, cuando se dio cuenta de que ni Hoseok ni Namjoon estaban frente a él.
—¿A dónde...? —comenzó a preguntar rápidamente, hasta que escuchó los forcejeos de uno de sus amigos cerca del baño de los camerinos. Se levantó y comenzó a dirigirse hacia allá, encontrándose con Namjoon jalando a Hoseok, quien al parecer estaba intentando salir por la ventana del baño, lleno de pánico.
—No seas cobarde, Hope —le decía Namjoon a Hoseok mientras jalaba de uno de sus brazos para impedirle escalar hacia la libertad.
Yoongi no hizo ningún esfuerzo por ayudar a Namjoon, ni planeaba hacerlo. Al contrario, simplemente se llevó una mano hacia sus cabellos y los acarició con molestia mientras miraba la escena, incapaz de hacer otra cosa. Le sacaba de quicio que Hoseok se pusiera tan nervioso y tan lleno de pánico si era realmente talentoso, incluso, quizás, más que él mismo.
—Vamos, Hoseok —le seguía insistiendo Namjoon, sin soltarlo, hasta que se le ocurrió una manera en la que éste pudiera obedecerle —. Si no vienes conmigo en este momento —le susurró de manera que sólo él lo escuchara —, tal vez cierto chico rapero podría enterarse de lo que otro cierto chico rapero siente por ese chico rapero.
Yoongi no entendía qué pasaba, porque, desde donde él estaba, sólo podía ver el forcejeo entre ambos chicos y la repentina calma que había invadido los movimientos de quien había intentado escapar hacía apenas unos momentos. Por alguna razón, (quizás algo que le había dicho Namjoon), Hoseok dejó de forcejear, cediéndole una mirada de complicidad sin decir una palabra, y comenzó a caminar hacia Yoongi.
—Vamos —le dijo al mayor —, tenemos una presentación qué dar —le sonrió, claramente avergonzado y comenzando a ir por los micrófonos.
El otro no le dijo nada, y sorprendido por su repentina tranquilidad, volteó la mirada hacia Namjoon, un poco dudoso.
—¿Qué...? —estaba preguntándole a su amigo en busca de una respuesta a su obvia pregunta.
—Yo tengo mis métodos —le dijo él simplemente, dándole unas palmadas en el hombro al mismo tiempo que le guiñaba un ojo.
Yoongi, sin entender nada, lo siguió, pero tampoco le tomó demasiada importancia. Lo que sea que se tuvieran en manos aquellos dos, no le importaba en lo absoluto. Que siguieran con sus juegos de niños, mientras no alteraran su salud mental.
*********
Cuando tuvo la oportunidad de escaparse de su padre, no dudó en dirigirse hacia el escenario, donde se estaba presentando, al parecer, un trío de raperos. En verdad le llenaba de fascinación que hubiera ese tipo de eventos en su nueva escuela, lo emocionaba tanto. A empujones, se acercó cada vez más al escenario, sin dejar de escuchar el increíble rap que desarrollaba aquel trío, hasta que estuvo lo suficientemente cerca para verlos y escucharlos mejor.
Se quedó mirando la manera en la que movían sus manos mientras rapeaban y oyó sus voces sincronizándose a la perfección.
—¡Vamos, Hobi! —escuchó que un chico castaño le gritaba en el oído, a su costado, de una manera exageradamente emocionada —. Realmente me encanta el Satoori Rap de esos tres —habló más bajó, dirigiéndose a alguien que estaba a su lado.
—¿Satoori Rap? —preguntó Jungkook para sí mismo, al parecer, lo suficientemente alto como para que el otro chico lo escuchara.
—Claro —le contestó el otro —, ¿nunca habías escuchado el Satoori Rap de Rap Mosnter, J-hope y Suga? —cuestionó, mirándolo con curiosidad, pero sin apartar aquel brillo de emoción de sus ojos.
Jungkook miró de nuevo hacia el escenario. No tenía idea de que la canción que lo había inspirado tanto a apasionarse por el rap hubiera sido obra de artistas novatos que ni siquiera habían cumplido la mayoría de edad.
—No, no tenía ni idea de que eran ellos los compositores —dijo Jungkook, sin apartar su vista del escenario. Después de eso, sonrió, sin dejar de pensar en la ironía del asunto.
—¿Verdad que son geniales? —le preguntó, aun emocionado.
—¿Geniales? —inquirió, casi con burla, dejando escapar una pequeña risita —. No creo que sea la gran cosa —dijo —, ¿ya vieron lo patético que se ve el más enano "rapeando" esa parte? —les preguntó, y entonces fingió tener un micrófono en su mano derecha y movía la otra como si estuviera rapeando mientras decía: —"Ma ma meorakano" —y reía en el acto, claramente imitando a Yoongi.
El chico castaño estalló en risas, mirándolo a él y al rapearo que se encontraba rapeando en el escenario alternativamente.
—Si Yoongi-hyung te escuchara imitarlo de esa forma, seguramente te golpearía —le dijo el otro, sin dejar de reír.
—¿Golpearme a mí?, ¿ese enano? —rio aún más, hasta que vio cómo un chico con una altura claramente lamentable a comparación del castaño a su costado lo miraba con los ojos llorosos y el rostro colorado —. ¿Le pasa algo a tu amigo? —le preguntó al castaño sin dejar de mirar al otro.
—¿A quién?, ¿a Jimin? —le preguntó, mirando al otro también —. Jimin... —le llamó, pero lo interrumpió.
—T-t-tae, t-tae —le llamó el mencionado, sin percatarse de las miradas de los otros dos —, mira, es J-junkook —balbuceó, sintiéndose acalorado.
El susodicho sólo levantó una ceja, casi sorprendido, pero sin dejar ir esa burla de su rostro.
—¿Quién? —cuestionó el chico castaño confundido, sin entender el estado en el que se encontraba su amigo.
—Con que un pequeño admirador —murmuró mientras se inclinaba hacia el otro para quedar cara a cara.
—Es claramente Jungkook —le dijo rápidamente a Tae, ignorando las palabras del mencionado —, el ganador del premio a mejor cantante juvenil del año pasado; el actor de Lovely que interpretaba a Yoonwa, el personaje secundario, mejor amigo del personaje principal; además de haber sido nombrado como el maknae de oro de su generación por su espléndida actuación en el programa de baile desarrollado por BigHit hace dos años. ¿De verdad no sabes quién es? —terminó preguntando sin aliento, claramente emocionado por la presencia del ya muy mencionado chico.
—¿Yoonwa? —cuestionó Tae extrañado, como si eso hubiera sido lo único que pudiera rescatar de todos los balbuceos de su amigo —. Ah, claro —asintió, con un brillo en los ojos —, ese que muere dos capítulos antes de que el dorama termine, ¿cierto?
—Sí, sí, sí, ese mismo —se apresuró a decir, sin dejar su emoción del lado ante la obvia indiferencia de su amigo.
Jungkook rio algo avergonzado ante las palabras del enano.
—Eres realmente lindo, hyung —le dijo a Jimin, posando una mano sobre los cabellos del otro —. Muchos me conocen, pero no recuerdo haber visto a alguien tan emocionado por mí. Es un verdadero halago —confesó, sin poder quitar el leve rubor que comenzaba a aparecer en sus mejillas.
—¡Oh, es Jin-hyng! —gritó de repente Tae emocionado, mirando hacia el escenario.
Junkook volteó rápidamente su vista hacia aquella dirección y vio a un chico alto y castaño caminando hacia el centro del teatro, con un micrófono sobre una de sus manos mientras la música comenzaba a sonar y él cantaba con una aguda y suave voz al compás de la melodía.
—Amo como canta Jin-hyung —volvió a gritar mientras se movía al ritmo de la música.
Jungkook frunció el ceño ante el grito que había sonado en su oído provocado por Tae, quien no dejaba de gritar como toda una fangirl y emocionarse. A él no le importó demasiado la actuación de Jin como para acaparar su atención, sino que volvió su vista hacia Jimin, quien miraba hacia el escenario con una sonrisa en el rostro.
—Sí, realmente lindo —dijo para sí mismo, mientras sentía que se formaba una sonrisa sobre sus labios.