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No more sex-friends – Kaisoo. por Azul Olivia

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Notas del fanfic:

¡Hola bebés!

Aparentemente vuelvo aquí una vez al año, soy una bastarda, ajá.

Notas del capitulo:

Estoy preparando algunas cosas, ¿Vale?

No me odien mucho, hago lo que puedo. 

 

Bueno, no más pretextos;

 

(Esto no se considera song fic, ¿cierto?)

 

 

¡Buena lactura!

No more sex-friends – Kaisoo.

 

 

Mi celular vibra de nuevo dentro de mi casaca, giro los ojos porque solo conozco a una persona así de insistente.

Bueno, no es así de insistente, pero hoy se le dio por serlo.

Busco a tiendas mi teléfono, tratando de no chocarme con nadie, estoy en el tren y aparentemente me metí en una hora punta, porque la gente está empezando a subir y dentro de poco no habrá más oxigeno respirable aquí dentro.

“Faltan tres minutos, blanquito.”

–Filtin tirs minitis, blinquiti. – remedo, al leer el mensaje.

La señora que estaba a mi lado, acaba de alejarse un paso de mí y poner su cartera del otro lado. Okey, parece que tengo retraso cada vez que hago eso, pero no es para que me traten así. Puedo superarlo, es decir, no es como si me importara mucho el que piense la gente.

Cojo mi mochila con la mano izquierda y trato de teclear sin ocasionar algún tipo de accidente cerca de mi entorno, mi teléfono vuelve a vibrar y vuelvo a girar los ojos.

“Dos minutos, blanquito.”

–Dios, que estresante es este tipo. – me quejo. No sé si alguien me escucha o no, en realidad tengo los cascos puestos, así que no sabría decir con exactitud cuál es el volumen de mi voz; Las luces del tren parpadean, y probablemente la voz terriblemente sensual de alguna mujer esté indicando la nueva parada del tren en los próximos segundos.

“Estoy bajando del tren, estúpido.”  Tecleo.

Vale, okey, no soy la persona más cariñosa que habita dentro de la tierra, y tampoco es como si me esforzara mucho en serlo, ¿y qué?

El tren se mese un poco cuando se detiene y veo que las puertas se abren, hay un tipo malditamente alto delante de mí, que aparentemente también va a bajar y pues prácticamente voy siguiéndole los talones para bajar.

Mi teléfono vibra de nuevo en mi mano, me acomodo otra vez la mochila antes de desbloquearlo.

“¿Dónde demonios estás?”

Giro los ojos de nuevo. Chanyeol ya me ha dicho que un día de estos mis ojos se van a quedar arriba y nunca van a regresar a su sitio de nuevo, pero me es imposible evitarlo.

Camino hacia la derecha, para subir por las escaleras del subterráneo, miro sobre mi hombro de derecha a izquierda y no veo a ese estúpido.

El tren se va y sólo se quedan algunos transeúntes que acaban de llegar e inevitablemente tendrán que esperar hasta el siguiente tren.

Escucho un silbido, y mis puños se aprietan como acto reflejo. Mi cuerpo se detiene y giro los pies en dirección de las vías del tren, ahí está, al frente, del otro maldito lado, el muy estúpido.

Me saluda levantando la mano derecha y finjo demencia mientras sigo caminando, despacio, claro, supongo que lo veré arriba.

Menos mal le dije que me esperara de este lado y no del otro lado, menos mal se lo repetí, tres veces, menos mal, maldita sea.

Apago el reproductor automático de mi teléfono y me saco los cascos tratando inútilmente de enrollarlos estratégicamente, no funcionará, pero me gusta intentarlo, abro la mochila y guardo los casco antes de meter de nuevo mi teléfono a la chaqueta.

–Do. – Y esa voz profunda me hace girar hacia la derecha, está bien, me sobresalté un poco, pero tengo años disimulando mis emociones, por lo que solo levanto las cejas de manera escéptica.

¿Acaba de cruzar de frente sobre las vías del tren?

Es un estúpido.

–Kim. – le respondo, termino de cerrar mi mochila y la cuelgo de nuevo sobre mi hombro.

–Llegas puntual, como siempre. – me dice, y ahí está de nuevo ese tonito de voz infantil. Maldito bipolar, o te quiere tirar o te quiere pintar las uñas. Quién carajo le entiende.

–Ajá. – le respondo, no tengo don del habla y en serio estoy malditamente nervioso, no me juzguen, ¿de acuerdo? No es tan fácil hablar con este tipo como parece.

–Te vez muy, muy bien. – y de nuevo usa su voz “folladora” me giro a verlo mientras subimos por las escaleras, las luces blancas de la estación hacen que resalte su piel ligeramente bronceada, hago un repaso de su cuerpo con los ojos, empezando desde los labios:

Mandíbula bien marcada, listo.

Hombros anchos y totalmente comestibles, listo.

Pecho bien formado y probablemente duro, listo.

Abdomen probablemente marcado por donde pasar la lengua, listo.

Ni hablar de ese bulto entre las piernas, siempre listo.

Piernas malditamente largas y perfectas, listo.

Tiene una polera malditamente simple de color negro, un pantalón negro ajustado y zapatillas altas, ¿por qué se ve como si acabara de salir de una jodida pasarela? Ah, sí, porque es él.

Espero no sonrojarme, lamo mis labios y quizás mordí un poco mi mejilla por dentro, antes de mirar de nuevo al frente, ahora estamos en la calle y las luces son marajás y blancas, ubicadas de manera estratégica.

–Te ves bien, también. – le contesto.

–Me encanta tu cabello. No está tan rojo, como esa vez, pero me gusta. – me susurra al oído, se ha tenido que agachar y acercar a mi violando mi necesitado espacio personal, pero no es como si nunca lo hubiese hecho, es más, parece que le divierte hacerlo.

Él es media cabeza, más alto que yo, y no es como si yo fuera una persona pequeña.

–Tengo un trauma con el cabello rojo, desde esa vez. – le contesto. Susurrando, mirándolo por primera vez a los ojos, y notando ese brillo tan conocido que tiene él al mírame.

Lujuria, que le dicen.

Me sonríe de lado, aún está agachado y estamos parados en medio de la calle, él se debe ver muy gracioso medio encorvado y pues yo, estoy manteniendo el contacto visual, tratando de no temblar de manera notoria.

Tiene esa sonrisa de bastardo en los labios y lo sé, porque me sé de memoria sus expresiones, no me atrevo a verla, porque sé que si lo hago voy a caer por él. Y mi meta al salir de casa fue no abrirme de piernas esta noche.

Quizás otro día.

Pero hoy no.

–Así que. – me dice, enderezando su cuerpo, pero acercándose una paso directo hacia mí. Siento que su cuerpo choca con el mío, y sí, está duro, en todos los sentidos. Mis manos pican por tocarlos pero las aferro con fuerza a las asas de mi mochila. –No has podido olvidar esa vez, ¿Eh? – me pregunta, parpadeo y miro hacia otro lado, tratando con todas mis fuerzas no sonrojarme. Sus manos se ciñen en mi cintura y que mierda con esas corrientes eléctricas que me pasan de norte a sur por donde él toca.

– ¿Tú sí? – le contra ataco, fingiendo hacerme el fuerte y mirando sobre su hombro, hay un parque malditamente cerca y se supone que ese iba a ser el punto de encuentro esta noche, pero él, es un maldito niño insistente y no le bastó sólo con adelantar media hora antes nuestro encuentro, sino también encontrarnos en el maldito andén.

– ¿Cómo podría? – me susurra, sus labios peligrosamente cerca de mi oreja y mentiría vilmente si dijera que eso no se sintió horrendamente bien.

–Nop. No podrías olvídalo jamás, soy lo mejor que te ha pasado, cariño. – y ese es el tono de voz que hace que el gima bajito. Apoya su cabeza en mi cuello y su lengua traviesa se desliza por la piel accesible, haciendo que mis vellos se ericen en todo mi delatador cuerpo.

– ¿No quieres ir a otro lado? Tenemos media hora aún, podemos ir por ahí, luego llegar a la fiesta, como habíamos quedado. – la excusa para vernos hoy, fue la fiesta, encontrarnos y vernos para ponernos al día de todo lo que habíamos hecho, en sí, él me contaría sobre su ahora ex-novia Krystal y yo fingiría que me importa. Luego iríamos a esa fiesta, y se supone que así se había planificado el día de hoy.

No me voy a abrir de piernas esta noche, maldita sea.

–No vamos a tirar esta noche, Kai. – Le digo, lo encaro y le sonrío. Retrocedo un paso y sigo caminando, no eh visto su reacción y es mejor no verla, no me siento muy listo para eso, le siento acelerar el paso y caminar a mi lado de nuevo, finjo que mis uñas son la cosa más interesante para ver esta noche.

–Te invito una malteada, maldita sea. – me dice, su tono de voz distinto, sonrío con los labios apretados, quizás está enfadado, solo significo un revolcón para él, ¿no?

–Vale. –

 

Caminamos uno al lado del otro, rosando fugazmente nuestros hombros, codos y manos.

No me vuelve a decir nada más, y no es como si yo fuera muy comunicativo.

Entramos a un pequeño lugar, no me fijo en el nombre y de echo no me fijo en nada mientras me dejo guiar, mi teléfono vibra cerca de mi pecho, dentro de mi casaca y me entretengo bajando el cierre; mi acompañante me toma del codo y me dejo hacer mientras reviso mi teléfono, es un mensaje de Tao, algo así como mi mejor amigo, en otro maldito país.

Sí, le conocí por una aplicación y desde ahí nos escribimos, hace como tres años, él está en China. O eso creo, no sé.

“Oppa, ¿cómo estás? Te extraño mucho.”

Sonrío enseñando los dientes un poco, hace un par de años me escribe todo con un “Oppa” al inicio, y hasta ahora lo sigo encontrando cómico, de echo Sehun piensa que es una chica, por la forma en como me escribe.

Tecleo un rápido, “Estoy en la calle, Tao-Tao, te haré una video llamada en cuento pueda.”

Guardo el teléfono dentro de mi casaca otra vez, y estoy seguro de que aún tengo la sonrisita pintada en la cara.

–Buenas noches, Jongin. – se escucha, levanto ambas cejas, la chica que trae las cartas pone una delante de mi despacio y otra delante de Jongin. –Do. – y sí ese es mi apellido, y es la primera vez que, un aparente revolcón de Jongin me saluda, a mí.

–Buenas noches, Jessica. – saluda él, Oh, Jessica, la hermana mayor de Krystal. Que agallas tiene el tipo, así que, este es el negocio de la familia Jung, observo a Jessica con detenimiento, sé lo que piensan de mis ojos, de la manera que tengo de mirar, pero esta es la primera vez que la estoy mirando a ella, es una mujer alta, delgada, atractiva y si entrecierras los ojos, le encuentras un parecido con su hermana menor.

Ella me mira, su rosto ensayado y su sonrisa fingida tiembla, creo que hago que se sonroje, que divertido.

–Igual. – susurro, ella se muerde el labio y lleva un mechón de su cabello rubio tras su oreja, y ajá, la puse nerviosa.

–Listos para ordenar, ¿o regreso luego? – pregunta, de nuevo sus ojos se van hacia Jongin y yo me entretengo mirando la carta, quiero tomar algo helado. Humm, se me antojó una cremolada.

– ¿Quieres algo, Kyungsoo? – me pregunta, es la primera vez en toda la noche que dice mi nombre, bajo la carta y le miro elevando una ceja, él me está mirando y hay una extraña combinación de sentimientos dentro de sus ojos. –Pide lo que quieras, yo invito. – susurra.

–Quiero. – Susurro, saboreando la palabra, mirándolo a él, y sí, nos han dicho antes que la tensión sexual entre nosotros es malditamente fuerte, –Una cremolada de mango. – mi ojos se van a la chica de nuevo y ella ya me estaba mirando, sus mejillas más rojas ahora. –Por favor. –

–Una igual, de maracuyá. – dice él, Jessica anota rápidamente en su libreta, asiente con la cabeza y se va, haciendo resonar sus zapatos con tacón en el transcurso.

Mi teléfono vibra de nuevo, lo saco y desbloqueo la pantalla en tiempo récord. Es Lu Han, es un mensaje de voz.

Estoy con Sehun, Kyunggie, nos vemos en la noche, espero te hayas puesto ese delicioso pantalón rojo. O te mataré, cariñito. –“

–O ti mitirí, ciriñiti. – susurro, Jongin y unas cuatro personas alrededor han escuchado ese pequeño intercambio de palabras, pero no me importa. Jongin me mira con una ceja levantada y una sonrisa juguetona en los labios, giro los ojos. –Se buen niño y espera aquí, voy a ir los servicios, y no me seguirás. – digo susurrando lo último, le veo hacer un puchero y río con los labios juntos.

–Vale. –

Cojo mi mochila y trato de ubicar con los ojos el baño, cuando lo veo me dirijo en línea recta hacia él, entrando al primer cubículo que encuentro, abro mi mochila luego de poner seguro a la puerta, me desabrocho el pantalón y me pongo el pantalón rojo, sí. Estoy haciendo caso a lo que dijo Lu Han, ¿y qué? No me voy a arriesgar a que ese niño rubio me haga una jugada, vivimos en la misma casa, aún.

Guardo mi pantalón negro, sí, ese se supone es mi cambio para dormir, pero eso nadie lo sabe aún, y salgo del cubículo, mis ojos están maquillados porque el jodido de Lu Han se encargó de maquillarme antes de largarse a encontrarse con Sehun y se suponía yo saldría cambiado y guapísimo de casa, ajá.

Mi cabello está peinado hacia atrás, mis ojos llaman la atención, mi casaca combina a la perfección con todo, y tengo un polo negro, trasparente, debajo, y sí, cada vez que abro mi casaca se ve algo interesante debajo, y esa es la hermosa ventaja de tener la piel lechosa, púdranse todos.

Me suelto el cabello, por decirlo así, hago que mi cabello caiga con gracia sobre mi frente y adivina qué, ahora me veo menor. Y más guapo, como dicen Lu Han, no es que no me guste, pero, me gusta sentirme todo un adulto, en realidad.

Miro mi reflejo en el espejo con aprobación antes de salir, coloco la mochila en mi hombro de nuevo, veo a Jongin coqueteando con alguna chica de la mesa del costado y giro los ojos.

Mi teléfono vuelve a vibrar, lo saco y desbloqueo, ahora hay un montón de mensajes que estoy ignorando desde la mañana, y pienso seguir ignorando hasta nuevo aviso, me concentro en buscar a Tao, “De acuerdo, me pondré guapo.” Sonrío, negando con la cabeza y le doy al botón de grabar mensaje de voz.

–Oh, tú eres guapo. – digo, justo a la par donde me siento, las bebidas están ahí, Jongin repara en mí y esta vez puedo ver claramente como sus ojos barren mi cuerpo sin disimulo.

–Wow. – susurra Jongin, la chica que estaba hablando con él, algo mosqueada pone sus ojos sobre mí y sus labios se separan en un gesto de asombro.

–Sí, sí. Me veo caliente, jódete. – le digo, aprovechando la oración para ambos, ¿por qué no? me siento y cojo mi bebida helada, el sabor inunda mi boca y gimo con gusto, delicioso.

Me pego a la pared, y pongo mi mochila en el espacio de mi costado, me entretengo con mi teléfono y le escucho a Jongin carraspear.

Le miro levantando las cejas.

–Te ves muy follable, Kyung Soo. – me susurra, su voz ronca de nuevo, la chica ahora olvidada, se levanta y se sienta a mi lado, empujando sin gracia mi mochila, mis cejas se juntan cuando la miro, ella me mira con una sonrisa algo desafiante antes de poner sus tetas sobre la mesa y acercarse demasiado a la bebida de Jongin y absorber por la pajita.

Los ojos de Jongin pasan de mí a las tetas de la chica por ahora desconocida, y se quedan ahí un par de segundos, antes de ladear la cabeza.

¿En serio ella está tratando de competir conmigo?

–Hace mucho calor aquí, ¿No es verdad? – pregunta la, ahora, aspirante a prostituta, antes de quitarse lo que sea que tenía puesto y podía enseñar un, para qué negarlo, bonito escote, ahora su vestido negro, tan ajustado que me hace pensar en cómo demonios está respirando, enseña más sus “niñas” y creo que puedo verle un pezón.

Okey, me gustan los chicos, pero ella tiene un bonito cuerpo.

Jongin me quita mi bebida de los labios y absorbe el delicioso sabor, ahora no tan helado como antes, la aspirante a prostituta se remueve incómoda en su sitio al haber perdido la concentración de mi acompañante, Jongin se abanica con la mano, y se abre la casada, poniéndola hasta sus hombros.

Le miro entrecerrando mis ojos, tiene puesto un polo ajustado, sus brazos se marcan de manera irresistible y creo que la aspirante a prostituta gime bajito, aún con la bebida ya nunca más reclamada de Jongin.

–Es cierto, Kung Soo, hace mucho calor, ¿No sientes calor con eso puesto? – susurra, sus ojos fijos en los míos y puedo ver el deseo en sus ojos, por ver un poco más de piel, ligeramente tapado por mi trasparencia.

–Sí, hace calor. – le digo, la chica voltea su cabeza tan rápido hacia mí, que creo que su cuello cruje, hay una mirada de molestia y reto en ella y sonrío por la oportunidad que se me está dando para destruirla.

–Déjame ayudarte. – Jongin dice, me devuelve mi bebida y un dedo se dirige al cierre de mi casaca, toca mi polo y desciende, acariciando el camino hasta llegar a mi ombligo.

Termino de desabrochar mi casaca y me la quito, tirando hacia atrás, sobre los hombros.

Veo a Jongin lamerse los labios y a la chica la escucho gruñir alguna maldición por lo bajo.

Mi polo trasparente brilla encima de mi piel lechosa y sonrío con satisfacción cuando la mano de Jongin se posa sobre la mía y la aprieta ligeramente, le levanto las cejas dos veces con gracia y le guiño un ojo, comportándome como el maldito bastardo coqueto que, se supone, que no soy.

–Eres un tipo caliente. – la chica dice, su mano traviesa baja desde mi hombro, pasa por mi pecho y evidentemente sobre una de mis tetillas y termina sobre mi muslo, malditamente cerca de mi entrepierna. – ¿No estás interesado en un trio? – susurra, acercándose a mí, poniendo sus labios peligrosamente cerca de los míos.

Mi rosto pacifico me respalda, cuando una sonrisa incomoda se posa sobre mis labios, vale, la chica es guapa, pero las vaginas fáciles no son lo mío, quizás Jongin si quiera jugar con ella, ¿no?

Miro a Jongin, él tiene la mirada asesina.

O es como lo  encuentro yo, ¿Está celoso? Jajá, imposible.

–Claro, ¿Por qué no? – dice Jongin, con  la cabeza agachada y su mano temblando peligrosamente sobre la mía, está muy enfadado. Dejaré que se encargue.

Tomo mi bebida, absorbiendo por la pajita mientras los miro alternadamente, la mano de la chica dando ligeros toques sobre mi flácido miembro, sin ningún disimulo.

–Terminé, ¿Nos vamos? – pregunto, Jongin asiente y ambos miramos a la chica.

–Oh, Dios, ustedes son los tipos más calientes que eh visto en mi vida, denme cinco minuto, necesito ir al baño. – susurra, se levanta de golpe, con lo que sea que tenía puesto antes, regresa a su sitio anterior, coge su hasta el momento olvidada cartera y corre hacia el baño.

–Nos vamos. – dice Jongin, levantándose de golpe. Recoge mi mochila, me quita mi casaca y me toma de la muñeca poderosamente. Me dejo arrastrar como trapo hacia la salida y casi estoy corriendo cuando nos vamos en una dirección completamente contraria por donde vinimos, prácticamente volamos unas seis cuadras antes de encontrar un callejón algo oscuro, donde el me encierra y ¿nos estamos escondiendo?

–El gran Kim Jongin está huyendo de una vagina. – canturreo con gracia. Le escucho gruñir y golpear la pared cerca de mi mejilla, se ve molesto, realmente molesto.

Realmente caliente.

Me abre las piernas con su rodilla y se apega a mí, aplastándome contra la pared, mis manos se aferran a sus hombros cuando él me levanta y hace que mis piernas se enreden en su cadera, su miembro se siente duro cuando choca con el mío y se me escapa un gemido casi gruñido.

–Lo haces apropósito. – me susurra sobre los labios, su voz tan ronca, sus ojos tan negros, dilatados, tu mentón tocando el mío y su cuerpo ondeándose de una manera deliciosa junto a mío. –Eres un maldito provocador, joder. – río, y por primera vez enseño todos mis dientes a la vez. Me lamo los labios y por consecuencia los de él, le escucho quejarse con un gemido le siento golpear con su cadera mi entrepierna, cierro los ojos disfrutando ese pequeño faje.

–Quizás. – susurro, aún con los ojos cerrados.

Sus labios atropellan los míos y exigen lo que necesitan al directamente morder los míos, un jadeo de satisfacción se me escapa y separo los labios como descuido. Él aprovecha y mete la lengua dentro de mi boca, mi cuerpo hormiguea en señal de gozo y trato de no gemir, fallando completamente.

Él es el experto, su lengua se mueve con maestría sobre la mía y le odio por hacerlo tan malditamente bien, trato de pelear y comerme su boca también pero sus movimientos pélvicos me distraen, salto en mi sitio, mis codos sobre sus hombros para poder hacerlo mejor, mis manos enredándose en su suave cabello poderosamente negro, sus manos bajan a mi culo y lo aprietan con propiedad acercándome incluso más a él.

Estamos en un aparentemente lugar no tan público haciendo sonidos extraños que parecen gemidos y gruñidos de excitación mientras me folla con la ropa puesta y estoy malditamente agradecido por esto.

–Mierda, blanquito. – me susurra, apoyándome sobre la pared, jalando mi cabello hacia atrás, y separando apenas su cuerpo del mío. –Me encantas, joder. Eres un maldito provocador. –

Y me besa de nuevo, sus manos ahora intentando tocar mi piel de la espalda, como siga así me va a romper alguna prenda y eso no sería tan bonito, sus labios se separan de los míos y ahora se dirigen hábilmente por mi cuello, giro la cabeza del otro lado  para darle más acceso mientras cierro los ojos y me muerdo los labios, esto es la puta gloria, mi pene totalmente duro empieza a doler, joder, ondeo mi cuerpo junto con el de él, algo de dolor me hace recordar que a él gusta dejarme marcar visibles en la piel, y sonrío como un tonto, disfrutando estos minutos para sentirme suyo.

No importa nada ni nadie justo ahora, yo estoy entre sus brazos, y por ahora, él es mío.

–Ah, Jongin. – sus dientes muerden debajo de mi tetilla, mi polo extrañamente levantado hasta los huesos de mi clavícula, ¿en qué jodido momento pasó? Sus manos paseando con propiedad sobre mi pecho, su lengua jugando con un de mis ahora botones, una de sus manos traviesas bajan hasta mi pantalón y desabrochan con una rapidez interesante el botón antes de bajar el cierre, sus dedos tocan mi pene y doy un saltito de satisfacción, cuando toda su mano aprieta mi miembro por encima de la ropa aún. –Mierda, sí, Jongin. ¡Ah!. –

–Me encanta cuando pierdes el control, joder, eres tan irresistible, mierda, Por favor, Por favor, Hazlo, hazlo joder. – me dice, sus labios regresando de nuevo a mi cuello.

Me muerdo los labios riendo, lo empujo con los codos y llevo uno de mis dedos a mis labios, mordiéndome un poco.

– ¿No debería estar yo rogando, Nini? – Le pregunto con un deje de burla, el me mira apretando la mandíbula, me separa de sus pelvis y descuelgo las piernas con elegancia, una de sus manos va a mi cabeza y me empuja  hacia abajo, haciendo que me arrodille, y su otra mano abre con rapidez su pantalón liberando su miembro.

–Eres una jodida mierda. – me susurra, se acomoda y yo ubico mis rodillas sobre sus zapatillas, mis labios le dan un besito chiquito a su pene y este da un saltito cuando Jongin suelta un jadeo.

–Lo sé. – le respondo. Riendo.

El gruñe y me coge del cabello, guía su pene hacia mi boca y lo espero con los labios separados, apoyo mis  manos en sus rodillas y me trago todo lo que puedo de una vez.

Sus dos manos aprietan mi cabello ahora y sé que está conteniendo mucho para no follarse mi boca.

El sabor salado de su pre-semen explota en mi boca y esta es la segunda vez en el día que pienso en “delicioso”

Tuerzo mi lengua sobre la punta de su pene y el deja caer su cabeza hacia atrás, su mano aprieta más mi cabello cuando muerdo un poco la punta.

Pero funciona, sus manos dejan de apretar con fuerza mi cabello y pierdo el miedo por quedarme calvo, empiezo a succionar su pene de atrás hacia delante con la rapidez que sé a él le encanta, una de mis manos van directo a sus sacos de carne y empiezo a jugar con sus testículos.

Él gime perdiendo por completo la compostura, sus manos ahora apoyadas sobre la pared, su pelvis moviéndose de atrás hacia adelante, quitándome la respiración.

–Can-Cántame. Arhg. –  Me dice, río sin disimulo, una vez le escuché decir que le gustaba mi voz, pero es un poquito estúpido pensar que quiere escuchar mi voz justo ahora. –Mierda, Kung, ya sabes que hacer, joder. – empiezo a tararear alguna canción, esforzándome por mover más la lengua y haciendo vibrar mis cuerdas vocales, hay una canción rodeando mi mente, pero ya me burlaré luego.

 

Screw hello, You had me at sex / (Jodido, Hola, me tienes para el sexo.)

Don't need no intro, Let's skip to the bed / (No necesito introducción. Pasemos a la cama)

From the head to your toes / (De la cabeza a tus dedos de los pies)

Legs up over your head / ( Las piernas sobre tu cabeza)

From begs to moans / ( Desde ruegos a gemidos )

We're both seeing red /( Ambos vemos en rojo)

–Some believe in love at first sight, But this is just lust on the first night. – (Algunos creen en el amor a primera vista. Pero esto es solo lujuria en la primera noche.) Susurro despacio. Tratando de liberar todo el aire de mis pulmones sobre su pene, le veo morderse los labios, quiere decir algo, pero le robo el momento metiendo de nuevo su pene a mi boca. Un jadeo se le escapa, siento como tensa todo su cuerpo, me separa de él de golpe, me tira contra la pared, de nuevo, levantándome,  restregando todo su trabajado cuerpo contra mí, su mano se va directo hacia mi miembro y esta vez sí lo toca directamente mientras empieza a bombardearlo.

–Aaah, Mmm, Jongin, Uh. – su mano aprieta justo y donde me gusta mientras sube y baja, mi mano busca su miembro casi con desespero y trato de hacer lo mismo, estoy seguro de que soy todo jadeos y temblores, pero a él no parece importarle mucho cuando mis dedos acarician la punta.

Me besa, sus labios me roban el aliento y ahora es algo muy húmedo.

Me corro primero, mi semen se derrama por su mano justo cuando sus dientes muerden mi cuello, froto desesperadamente mi mano hasta hacer que él se corra con un gemido casi bestial, me da un beso pequeño, el último, se supone.

Sus labios apenas chocan los míos haciendo un sonido, y al fin, se separa de mí.

Una sonrisa traviesa se me escapa cuando llevo un dedo con su esencia hacia mis labios y lo lamo, mirando directamente hacia sus ojos.

Le escucho un gemido derrotado, sus hombros cayendo sin gracia hacia los costados, antes de que se apegue a mí de nuevo, estampándome otra vez contra la pared y un pañuelo aparece alrededor de mi mano casi mágicamente.

–No hagas eso, joder, te odio. – me susurra, lleno de impotencia, termino de limpiarme y le paso el pañuelo algo sucio antes de abotonar mi pantalón otra vez, él se separa de mí, mirándome con especial atención.

–Mentira, me amas~– le canturreo juguetón, este es el único momento en donde mi personalidad bastarda lujuriosa fluye y simplemente no puedo detenerme.

Termino de acomodar mi pantalón y bajo mi polo, él me extiende mi casaca y me la pongo por encima de los hombros, le veo arreglarse de nuevo en su sitio, acomodar su cabello y por reflejo acomodo el mío, no tengo idea de cómo lo habrá dejado así que hago mi mejor intento, fallando estrepitosamente.

–Lo sabes. Déjame hacer eso. – sus manos habilidosas van hacia mi cabello y siento que me peina otra vez, mi ojos se tapan ligeramente con cabello de nuevo y espero no haber corrido mi maquillaje, él me toma del mentón y lo levanta ligeramente antes de asentir, se acerca a mí y me besa, una extraña explosión, esta vez dentro de mi pecho me hacer trastabillar.

De manera acertada me abraza, apegándome a él, y simplemente no puedo evitar enredar mis brazos atrás de su nuca.

Este beso es distinto a todos los demás.

Este sabe a despedida, a te extrañaré y a te quiero.

Su lengua se enreda con la mía y me es imposible evitar pensar que está será la última vez en la noche, que volveremos a estar juntos.

Eso duele.

 

Al separarnos, su sonrisa juguetona vuelve.

Me coge de la mano y seguimos caminando en silencio dentro de ese callejón, las luces y su lejanía se acerca al paso de la cercanía con la casa de Kris, el encargado de la fiesta “bomba” de esta noche.

La música empieza a hacerse más fuerte y mi mano deja de tener presión, la mano de Jongin me suelta y me obligo a mí mismo a levantar el mentón para no mostrar derrota.

De nuevo fingiendo, de nuevo ocultando sentimientos, de nuevo me siento vacío, solo.

– ¡Chicos! ¡Qué bueno que llegan! – El chico Byun nos encuentra en la puerta y su efusividad me atropella, solo conozco a una persona tan efusiva como él, y misteriosamente el anillo que tiene en la mano hace juego de manera genial con el de esa persona. –Pensamos que se habían perdido, ¡Ja, ja, ja! ¿Dónde estuvieron? ¡Dios! ¡Pequeño Soo, me encanta tu labial! ¿Cómo se llama ese tono?- este estúpido es dos centímetros más alto que yo, y se atreve a decirme pequeño. Me lamo los labios y sonrío de medio lado.

–Succión. – digo, estamos afuera de la casa aún y la música golpea, pero no aturde tanto como para levantar la voz.

– ¿Succión? – me pregunta, Jongin da un brinco en su sitio. El chico Byun tiene toda la intención de volver a preguntar.

–Fuimos a comer antes de venir, a Kyung-Hyung le dio hambre, por eso demoramos, ¿Dónde está Sehun? – pregunta, evadiendo el tema.

–Está arriba, Chan está con él y Lu Han. – dice, ahora los tres nos dirigimos adentro, el mar de gente se abre paso y nos miran de manera libidinosa.

¿Esa es Krystal?

Uh, mírala, creo que está un poquito muy borracha bailando sobre el bar improvisado del lugar.

–Joooooongiiiiin, amoooooor. – Sep. Está borracha, ajá.

–Hola, Krystal. – le saluda él, las dos o tres personas que estaban grabando a la chica, giran su cámara a él, y yo finjo que no me importa mientras busco disimuladamente a alguien conocido.

–Amor, al fin llegas, ¿por qué no contestaste mis mensajes? – le pregunta, borracha, histérica, loca, tengo más insultos en mi galería, pero los guardaré un poco más.

– ¿Qué te parece si hablamos en privado? – le dice, la coge del codo y una punzada atraviesa mi pecho. – ¿Me ayudas a buscar algún sitio arriba? – me pregunta, me encojo de hombros y asiento, la tomo por el otro codo y tratamos de salir de manera eficaz escaleras arriba, a todo esto, ¿Dónde está el chico Byun?

Krystal es una inútil completa hasta para caminar, y unos cuantos escalones se convierten en toda una travesía de horas de recorrido por su estúpida culpa.

–Hola, Soo-Hyung, ¿cómo estás esta noche? – me pregunta Krystal, fijo mis ojos en ella, mientras empujo a alguien con el codo, ella tiene los ojos brillantes, un diminuto vestido rojo y ¿por qué negarlo? Se ve bien hoy.

–De maravilla, Krystal. Gracias. – le digo, justo al pisar la segunda planta.

Hay algunas personas en esa planta, de aquí allá y en serio parece bastante tarde.

Algunas ya están borrachas y otras simplemente metiéndose mano, o la lengua, u otras cosas, claro. Bueno, ya cada persona sabe qué hace con los agujeros de su cuerpo, ¿No?

– ¿Es divertido enrollarte con mi novio? – me pregunta, el pensamiento de “No tienes idea” cruza por mi mente, pero Jongin se me adelanta.

– ¿De qué hablas? – le pregunta, la arrastra hasta el tercer piso y me estoy debatiendo internamente por subir o no tras ellos.

–Mi hermana los vio. – le acusa, ahora ya no parece tan borracha, o quizás sí. O quizás no, no estoy seguro.

Veo una cabellera rubia en el tercer piso y me animo a subir, Lu han está ahí, hablando muy ofuscadamente con Sehun, y eso es extraño de ver en realidad.

Ellos siempre son todo sexo, y besos, y sexo. En ese orden, la verdad.

Entrecierro los ojos mientras me acerco.

Por el rabillo puedo ver a Jongin y a Krystal deteniéndose en la puerta de alguna habitación.

– ¡Él debe enterarse! – Lu Han grita, Sehun tiene los brazos cruzados sobre su pecho, ambos de espaldas hacia mí.

–Kyungsoo-Hyung no debería saber. – la voz calmada de Sehun contesta, de manera monótona y me acerco más.

– ¿Qué cosa no debería saber? – les pregunto. Ambos dan un brinquito ante mi presencia y Lu Han es el primero en abrir la boca.

–Soo– dice, y mira tras de mi –Uy, que asco. – susurra. Me giro a ver, y sep. Ahí están, Jongin y Krystal, comiéndose la boca.

Disfrazo bien mis sentimientos en una cara de asco mientras elevo las cejas.

Krystal está enrollada como lapa al cuerpo de Jongin, pero ahora es ella quién lo tiene acorralado contra la pared. Las manos de Jongin sobre su cintura, intentando sin mucha fuerza separarla de su cuerpo.

Sí, pobrecito Jongin.

–Arhg, Hyung, no veas eso. – Sehun pone una de sus manos sobre mis ojos y me gira, en ese momento acabo de darme cuenta de que ellos estaban peleando delante de una puerta.

Una puerta que se abre en ese momento y adivinen qué.

EL chico Byun acaba de salir, todo sonrisas y todo sonrojos, la ropa desacomodada y algo de maquillaje corrido, los labios misteriosamente rojos casi morados, malditamente hinchados.

Ah, pero eso no es lo peor.

Chanyeol sale detrás de él, casi en iguales condiciones.

– ¡Eres un maldito bastardo! – y nop. Esa no es mi reacción.

Lu Han es el que le salta encima a Chanyeol y yo no puedo hacer más que quedarme estupefacto. ¿Qué rayos?

¿Chanyeol se enrolla con el chico Byun?

Ah, espera.

¿No lo eh mencionado?

Ese gigante guapetón es mi novio.

Oh, bueno, era, no sé.

Sería un poco muy malditamente hipócrita enfadarme, ¿no?

Sehun abraza a Lu Han y lo atrae a su cuerpo, Lu Han en serio está muy, muy enfadado, tiene toda la cara roja y Sehun tiene las cejas tan juntas que casi parece que tuviera solo una.

El chico Byun tiene la decencia de lucir avergonzado y Chanyeol pues, está cabizbajo.

Suelto un suspiro.

Niego con la cabeza y miro mis zapatillas, ¿qué se supone que debo hacer?

Chanyeol me gusta, digo, no es el amor de mi vida, y yo no soy la persona más fiel, pero Chanyeol me gusta.

Tiene una mirada de niño bueno que te hace suspirar, es un caballero, el chico correcto, toca instrumentos, canta, su voz es ronca, es alto, guapo, es el tipo de chico que todas las madres quieren para sus hijas, y pues, era mi novio.

–Soo…– su voz apagada, apenas un susurro, me deja pensando. ¿Por qué luce tan apenado? ¿Por qué el chico Byun estaba esperándonos en la puerta, si ya sabía que iba a llegar? ¿Por eso desapareció? ¿No soy suficiente?

Un deyavú estúpido me embriaga el pecho, mi primer novio, me hizo lo mismo, claro, en ese entonces yo era un chico todo tímido y todo sonrisas, él era más joven y más tonto, igual de guapo y con esos ojos soñadores, y Taemin, era el chico caliente de temporada, Taemin dijo: “Quiero a Kai” y lo tuvo, y no le importó que yo fuera su novio en ese momento.

¿Así que, ya saben quién era mi novio?

Ajá, ese que está enrolándose con Krystal justo ahora.

El chico que Lu Han odia por convertirme en una máquina fría y sin sentimientos, claro, Lu Han lo conoce como Kai, y los seis-casi-siete meses que duró la relación no fueron suficientes como para presentarlos entre sí, así que, lo odia indirectamente.

Jamás dije que Kai y Jongin era la misma persona, ¿para qué?

 

Mi visión se nubla, y podría interpretarse que Chanyeol ha roto mi corazón, pero, ¿Por qué me duele recordar a Jongin?

Han pasado casi cuatro años, en donde nos vimos envueltos en una extraña relación donde hubo que pasar casi de todo para estar en el punto de “tensión sexual” que nos encontramos ahora. Nadie sabe que Jongin fue mi primer hombre y nadie se lo imagina tampoco.

Pasamos del odio al deseo y quizás yo sigo sintiendo lo mismo por él, y cada vez con más fuerza, solo que ahora se disimular mejor mis sentimientos.

–Pequeño Soo. – y el chico Byun habla, se le oye derrotado, no quiero que se sienta mal, es decir, yo también eh sido un bastardo, ¿no?

¿Con qué derecho podría enfadarme con Chanyeol?

Quiero decir, nunca eh sido suficiente para nadie, y en el año y siete meses que duró esta relación, creo que tampoco llené a Chanyeol.

¿Cómo odiarlo?

Chanyeol es un buen tipo, el bastardito sin corazón soy yo.

Quizás el chico Byun es lo que é está buscando.

Siento que una lágrima cae por mi rostro hasta mi pecho y un conjunto de jadeos se escuchan.

–Amor. – y una sonrisa sínica se me escapa.

“Amor, no es lo que parece.” Mi mente termina y repite, el maldito deyavú presente entre mis pensamientos se encarga de hacerme mierda el corazón.

Escucho un gran golpe y ahora todo es caos y revuelo, al levantar mis ojos, Lu Han me encierra entre sus brazos y me acuna, maldito él por ser más alto que yo.

–Bebé. – me susurra, su voz rota y molesta, él es el tipo de amigo mamá-gallina.

–Vamos, Hyung– esa es la voz estúpidamente madura de Sehun, lo que es irónico, porque él es el menor dl grupo.

Los golpes siguen sonando mientras ellos me arrastran escaleras abajo, al llegar a la segunda planta, giro la cabeza y veo a Jongin, todo rabia y rencor, agarrando a Chanyeol por la camisa que le regalé en navidad, diciéndole quién sabe qué, a la cara.

Chanyeol está arrodillado en el suelo, el chico Byun a su lado, sus manos tapando su boca y sus ojos todo lágrimas, Krystal mirando entre pasmada y molesta la escena.

– ¡Basta Jongin! – Gritando ella, – ¡Te comportas como un novio celoso! –

– ¡¿Y quién demonios te dice que no lo soy?! – es lo último que decido escuchar.

Todo se pone negro después de eso.

 

 

 

 

 

 

 

Despierto cuando la luz del jodido sol me cachetea la cara.

Mi cabeza duele como si tuviera resaca y los recuerdos de ayer me hacen saber que no tomé ninguna gota de alcohol.

–Ya sabía yo, que ese pantalón de mierda trae mala suerte, joder. – es lo primero que digo, con los ojos aún cerrados, ruedo por la cama y estiro mi cuerpo, algunos de mis huesos truenan y eso me hace ronronear.

–Pero, se te ve delicioso. – y esa voz adormilada me obliga a sentarme de golpe en la cama.

–Como Lu Han te encuentre aquí te va a romper los huesos. – le digo, una sonrisa extendiéndose sobre mis labios, sus ojos soñolientos debería ser considerada una maravilla mundial o algo así, porque joder, él es malditamente precioso.

–Nah, convencí a Sehun para que te dejaran a mi cuidado. – Me dice, fingiendo desinterés, –Buenos días. – dice, sube a gatas sobre la cama y me da un beso rápido en los labios. –El desayuno está hecho, baja. – susurra, me besa de nuevo y sale huyendo de la habitación.

Una sonrisa sincera se me escapa de los labios, esa es su actitud infantil, mi favorita.

El chico sexo se va al carajo y el chico todo mimos y sonrisas bonitas, renace entre las cenizas.

Puedo contar las incontables veces en la que lo vi así, en la mañana, él fingiendo preparar el desayuno, un jugo de alguna cosa, algún pan quemado y una flor robada del jardín.

En esos días aún no vivía con Lu Han y Jongin entraba y salía de esta casa como quería y cuando quería.

Me levanto y me aseo en el baño, me cambio y busco mi teléfono, está sobre la mesa de noche, al lado de una foto mía junto a Chanyeol, una punzada me atraviesa el pecho.

Debo reconocer que hace años Jongin no se comporta así conmigo, y hace tiempo solo somos sexo y orgasmos.

Mi ánimo cae al recordar que esto es pasajero, quizás después de desayunar me bese, con esos besos que me quietan el aliento, follemos un poco y él se irá.

No soy una persona tan fiel, ¿De acuerdo?

No estoy culpando a Chanyeol tampoco.

 

Con pasos lentos bajo hacia el comedor, mi cabello mojado pero ya no goteando se pega a mi frente y me hinca los ojos, cada tres segundos doblo la cabeza hacia la izquierda para evitarlo.

La casa está llena de fotos, de Lu Han, Sehun, Chanyeol, incluso algunas de Jongin, porque ese bastardito se ha encargado de estar siempre malditamente presente en mi vida, haciéndose amigo de mis amigos, joder.

Claro, él estuvo antes, pero se fue, ¿No?, bueno, algo así.

Quiero decir, nunca me dejó.

 

Huele a mango, y a pan tostado, sorprendentemente sin quemar. Me siento en la barra y el chico más guapo del mundo me sonríe antes de poner una fuente delante de mí, jugo de mango, por el olor, pan tostado y una rosa.

–Wow, esta vez no quemaste nada, y ¿De dónde robaste esta rosa? Parece comprada. – le digo, elevando una ceja.

–Es porque la compré. – me dice, cuando me guiña un ojo. –Esta vez, haré las cosas bien. –

El pan que estaba de camino a mi boca se detiene en el camino y lo miro sorprendido.

– ¿De qué hablas? Solo somos folla-amigos, o algo así. – le acuso, mi tenedor hincando cruelmente mi pan sobre el plato, mis cejas juntas y mis labios en un puchero.

Le siento rodear la mesa y colocarse frente a mí, sus manos van directo a mis mejillas y creo, creo y no estoy seguro, de que me sonrojo.

–Esta vez, lo haremos bien. – me dice.

– ¿Y la chica Jung? – le pregunto, me es imposible evitar sorber por la nariz, no me di cuenta cuando empecé a llorar, pero es lo que parece, cuando sus pulgares limpian mis ojos.

–Ella intentó violarme ayer. – me dice, yo rio porque eso es estúpido. –Terminé con ella, salí de ahí, llegue ayer, les explique quien soy y quién fui en tu vida a Lu Han y a Sehun, te puedo asegurar que Lu Han tiene una mano pesada, y no es divertido recibir las amenazas de Sehun, da miedo. – susurra, rio de nuevo, él me da un besito ligero en ambas mejillas.

– ¿No más play boy? – le pegunto, mi voz suena rota e incluso me sorprende.

–Nunca más. – me susurra. –Vamos a intentarlo, otra vez. –

Sus labios sobre los míos, y una promesa formándose en el aire.

Mi corazón se calienta y ruego a todos los dioses porque esta vez sea definitivo.

 

Notas finales:

bueno, ¿qué tal?

¿Me dan amor o me lo quitan?

 

¡Nos leeremos pronto!


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