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Ropa de trabajo por OlivierCash

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Notas del fanfic:

Fukugen na mononokean le pertenece a Kiri Wazawa

Peludito era tan blanco, como para que en ciertas ocasiones le resultara un poco complicado seguirle la pista, mientras correteaba sobre ese gran manto de nieve, el cual cubría a la ciudad y sus alrededores desde el día anterior. Como cualquier otro invierno, había nevado, le encantaba la nieve, hacer muñecos de nieve y peleas de nieve era sin dudarlo algo divertidísimo. Por ello, cuando el yokai al que habían ido a exorcizar, les había pedido jugar con la nieve antes de marcharse, lo comprendió a la perfección. Sin dudarlo, esas horas fueron maravillosas, pero el Sol que durante todo ese día reinó sobre el firmamento, poco a poco se había ocultado, trayendo de su mano una bajada de temperatura y la hora de volver a casa. Por la falta del amarillo Sol, las sombras azuladas propias de la noche tiñeron la blanca nieve entre la que Peludito correteaba alegremente. No tardaron mucho en llegar hasta el camino solitario, iluminado por farolas, el cual se encontraba libre de nieve, habrían pasado las quitanieves por ahí.

 

Desvió su mirada hacía Itsuki, quien vestía su habitual kimono azul pálido, sobre el que llevaba un haori rojo y el pobre tenía pinta de estar pasando frío. Cuando tuvieron que jugar con el yokai, Hanae le comentó que si no quería jugar por el frío, no pasaba nada, él se encargaría. Pero Itsuki siempre anteponía a los yokais, y había jugado en la nieve pese a saber que luego tendría la ropa húmeda y fría. Sumado a que Itsuki ya de por sí era un poco friolero.

 

—Creo que no deberías salir a trabajar sólo con ese kimono —comentó Hanae, tocando ese delicado tema.

 

—Es mi ropa de trabajo.

 

Hanae prefería no insistir sobre ese tema tan recurrente entre ellos. Continuaron un rato caminando en silencio, aunque Itsuki de vez en cuando se quejaba por cualquier cosa. Le echó un ojo, sin duda tenia frío. En esas notó como Itsuki se le había ido acercando poco a poco conforme caminaban, algo extrañó en él, quien no era nada propenso a demostrar algo parecido a un contacto físico cercano en público. A menos que fuera para golpearle, claro, y ya ni eso hacía tan a menudo como antes. No le dio tiempo a pensar más sobre el tema, puesto que en esas y disimuladamente, Itsuki se le arrimó al brazo, desviando hacia el oscuro paisaje nevado.

 

—Que sepas que sólo lo hago porque tengo frío.

 

—¡Si quieres te presto mi abrigo! —Itsuki se negó nada más decir eso—. En ese caso, cuando lleguemos a mi casa te prepararé algo que te haga entrar un poco en calor.

 

—Vale.

 

El que Itsuki aceptara fue algo sin duda sorprendente, de lo cual no se quejó. Ese día estaba de buen humor, su madre se había marchado unos días e Itsuki había aceptado por fin cenar en su casa y pasar ahí la noche.

 

—Aun así y aunque el kimono te siente muy bien, deberías emplear otra ropa con este frío —insistió un tanto pensativo.

 

—¿Podrías estar un día sin decir que el kimono me sienta bien? —preguntó Itsuki molesto.

 

—¡Claro que puedo!

 

—¡Pues hazlo! —exclamó Itsuki con su habitual mal humor.

 

—Lo haré, pero emplea otra ropa que te abrigue más.

 

—Es mi ropa de trabajo.

 

Y de esa manera, la discusión que llevaban teniendo desde que comenzó el invierno, continuó.


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