Dipper
Oscuridad.
No hay nada más que oscuridad, y aunque llevo ya un momento caminando no hay signos de que fuese a haber algo más que la densa oscuridad, donde difícilmente puedo ver mis propias manos. Y en cierto momento algo me detiene, pero no una fuerza, ni una persona, sino un sonido; Un sonido tan estridente, que hace que mi cuerpo se tense y mi corazón comience a agitarse: Una risa.
Una risa tan ensordecedora, llena de burla, y que está grabada en mi mente desde la primera vez que la escuche.
Esa risa tan molesta de Bill Cipher.
Poco a poco comienza a hacerse más fuerte, casi como si estuviera a un costado de mi, y aunque he comenzado a correr el sonido no se aleja, resulta tan molesto y frustrante, que lo único que logro hacer es agacharme y cubrir mis odios en un vano intento de que esta pare o disminuya; la cabeza me duele y para este punto siento el miedo recorrer mi cuerpo entero. Y sin previo aviso, se detiene, el silencio absoluto del principio, aunque este no dura demasiado, pues da paso a un nuevo sonido, son pequeños golpes, se escuchan lejanos, el sonido que se hace con los zapatos al caminar. Mi respiración comienza a agitarse, pues este sonido se acerca, cada vez más, puedo jurar que se encuentra detrás de mí a un par de metros, hasta que quedo completamente inerte al sentir que mi hombro se ve envuelto por una mano.
Despierto levantándome de golpe del asiento, mi respiración agitada y mis nervios crispados, con pequeñas gotas de sudor recorriendo mi rostro. Volteo y a mi izquierda se encuentra Mabel, durmiendo plácidamente o al menos lo mas que es posible en el asiento del autobús, tan solo ha sido otra pesadilla. Doy un suspiro ya un poco más calmado, aunque el dormir nuevamente resulta imposible, por lo que me acomodo en el asiento observando por la ventana, viendo los árboles y las pocas casas cercanas pasar, hasta que escucho un quejido desde mi costado.
- Dipper.. ¿Qué sucede? ¿Ya llegamos?- Habla con un tono de voz en el que el sueño es más que claro, realmente espero no haberla despertado como otras veces. Niego en respuesta dejando ver una leve sonrisa
- Todavía, vuelve a dormir, Yo te despierto cuando lleguemos.- Mabel ni siquiera atina a responderme, tan solo asiente acomodándose nuevamente, y en menos de un minuto se encuentra dormida nuevamente.
Llevo ya un par de meses desde que ese tipo de pesadillas, donde básicamente podríamos decir que giran en torno a Cipher, y cualquiera diría “Es normal después de todo lo que pasaste por él en el verano” pero eso sería lógico, de no ser porque eso fue hace años.
Han pasado 5 años desde la última vez que estuvimos en Gravity Falls,y justo ese lugar es la razón por la que Mabel y yo nos encontremos en este autobús, durmiendo como podemos y pasando horas sentados desde nuestro hogar hasta aqui. Nuestra escuela ha acabado y después de una charla con nuestros padres, Mabel y yo hemos decidido regresar, aunque no solo durante el verano, sino esta vez será para quedarnos. Y sin embargo, estas pesadillas empezaron apenas hace un par de meses, y son recurrentes, de distintas maneras, pero todas llegando a la misma idea, Bill Cipher. Aunque siempre decido solo ignorarlas y regresar a dormir, y aunque no sea este el caso, me decido a solo dejar de pensarlo y observar por la ventana.
Tras pasar al menos una hora más, el paisaje comienza a ser familiar para mí, los edificios y diferentes carreteras comienzan a desaparecer, siendo remplazados por arboles grandes que cubren prácticamente todo lo que no fuera la carretera en la que íbamos. Y justo algunos cuantos metros después, puedo apreciar el cartel que en letras grandes y claras se aprecia el “Gravity Falls”. Es en ese instante en que mi emoción crece, por lo que sin poder evitarlo me volteo y comienzo a sacudir a Mabel para despertarla.
-¡Mabel! ¡Despierta! Ya llegamos. –
- 5 minutos más..- Fue su respuesta, aunque tan solo tarda un par de segundos en procesar lo que le he dicho, pues repentinamente abre los ojos y se levanta de golpe - ¡¿Llegamos?! – Se mueve quedando prácticamente encima de mí para observar por la ventana y en seguida voltea a verme con esa sonrisa enorme y ya mucho más despierta- ¡Dipp, Llegamos! –
-Eso llevo diciéndote hace un rato – No puedo evitar reír. De repente el autobús se detiene, y volteamos a vernos, y como si compartiéramos una misma mente los dos nos levantamos rápidamente, tomamos nuestras maletas y corremos el pequeño tramo que hay desde nuestro asiento hacia la puerta del autobús, bajando rápidamente. Y nuestra alegría solo aumenta cuando al salir, encontramos a nuestros Tíos Stan y Ford.
-¡Tío Stan! ¡Tío Ford! – Soltamos al mismo tiempo. Sin perder tiempo soltamos todo lo que traíamos y fuimos corriendo a ellos para abrazarlos, todo ese tiempo había sido suficiente para extrañarlos, aunque estos nos mandaran cartas, siempre iba a ser diferente en persona.
-Niños, ¿Qué tal están? – Pregunta mi Tío Stan cuando los hemos soltado, llevando su mirada de arriba abajo en ambos. – Vaya que han crecido en este tiempo. Ya no te ves tan debilucho Niño, y tu cariño, seguro que ya has roto miles de corazón a este punto.- Y no mentía en cierta forma, en 5 años alguien tiene que crecer ¿no? Mabel efectivamente se había hecho más linda de lo que ya lo era, por lo que casi siempre tenía un nuevo pretendiente en la puerta, aunque realmente hacía caso omiso a alguno, y yo por fin he crecido mucho más, aunque Mabel sigue siendo medio centímetro más alta que yo. Ya no soy tan debilucho como antes, o al menos eso considero, no puedo presumir de tener un gran cuerpo, pero no soy un palo al menos.
-Vengan Chicos, mejor vamos moviéndonos, seguro que están cansados por el viaje, les hará bien descansar al llegar. Aunque puedo asegurar que no van a querer esperar para volver a salir. –Mencionó con una sonrisa mi Tío Ford, antes de ayudarnos con algunas de nuestras maletas y llevándolas al auto.
-Tío Ford, ¿Ha pasado algo nuevo desde que me fui? –
-Puedo asegurarte que si Dipper, pero ya habrá tiempo para mencionar todo, Vamos suban. –Y sin esperar un segundo más Mabel y yo nos subimos al auto, seguidos por nuestros Tíos. La charla en el auto no se hace esperar.
En menos de 10 minutos ya estábamos en la entrada de la Cabaña, Mabel y yo rápidamente bajamos tomando nuestras respectivas cosas. Mabel termina por adelantarse y entrar rápidamente a la cabaña, seguida por nuestros Tíos. Yo mientras tanto me detengo un segundo en la entrada, Estaba feliz, por fin habíamos regresado y esta vez era para quedarnos.
Estoy a punto de dar un paso para adentrarme en la cabaña cuando repentinamente una sensación recorre todo mi cuerpo, me siento extraño. ¿Nunca han tenido esa sensación de que alguien les observa? Pues eso justo es lo que pasaba por mi mente. Volteo a todas direcciones buscando el origen de esa mirada, estando seguro de que había alguien ahí, sin embargo el lugar se encuentra vacío, y lo único que se escucha es el golpetear de los pájaros contra la madera. No estoy seguro, sin embargo no me da tiempo de pensar mas del tema pues Mabel sale de repente llamándome.
-Dipper, ¿Vas a entrar o no? ¡Si no te apuras me comeré todo lo que haya preparado el Tío Ford para ti! –
Y a pesar de ya tener prácticamente 19, no puedo evitar siempre jugar de esa manera con mi hermana. – ¡Ni se te ocurra! – Tomo mis cosas rápidamente sin pensar en el asunto previo, y me adentro en la cabaña. Estoy seguro de que este verano será muy diferente, todo ira de acuerdo al plan.
Que equivocado estaba.