La vida a veces daba muchas vueltas, demasiadas sorpresas y bastantes golpes. Algunos dolían más que otros y no todo era malo, pero tampoco era bueno la mayoría del tiempo. De hecho estaba comprobado que eran más grandes y con mayor frecuencia los malos momentos que los buenos en la vida de una persona, y no había manera de evitarlos, ni siquiera la más mínima posibilidad. Lo único que quedaba era pasar por ellos y superarlos, tratando de sacar el mayor provecho de cada uno y solo quedarse con lo bueno que puedas rescatar.
Mi hermano Akashi me lo repetía una y otra vez desde que era un niño como si fuera un disco rayado con la única función de repetirse y repetirse desde que se levantaba en las mañanas para el desayuno hasta antes de irse a dormir, las veinticuatro horas del día, todos los días de la semana y por el resto del año. Escuchar consejos suyos siempre era bien recibido, asi que no se confundan por favor. Mi hermano es en realidad un sabio alfa a mediados de sus novecientos años y uno de los shifters más viejos de su generación; atractivo, fuerte, confiable, protector y amable. Él es lo que todo shifter lobo alguna vez desearía ser. Pero en serio a veces solo era un adorable tonto siendo un hermano sobreprotector y todo eso. Era su hermano pequeño, apenas había cumplido mis sesenta y tres años y esa pequeña parte de mi vida la entendía perfectamente, incluso creo que es lindo que quiera cuidarme como si fuera mi guardián sagrado o algo así.
Pero justo ahora, de verdad, no me parecía lindo para nada.
-¿Estás loco?- Mi hermano prácticamente había saltado de su silla y casi derramado su café sobre la mesa y sobre sí mismo. Su ceño estaba profundamente fruncido, algo que no pasaba con demasiada frecuencia cuando se trataba de mí. Mi hermano Akashi siempre era muy complaciente conmigo y yo siempre procuraba no aprovecharme de eso, pero justo hoy quise probar un poco de suerte y, bueno, al parecer no la iba a tener. Por su mirada sabía que no me iba a salir con la mía esta vez –No- dijo rotundamente, seco y sin más palabras, probando su punto. Incluso uso su voz alfa.
Tragando duro y reuniendo el poco valor que sabía que no tenía, me senté derecho y lo miré directo a los ojos, dispuesto a discutir –Q… qu… quiero p… part…t…ticipar en la c… c… carrera- dije con toda la firmeza que pude. Ser tartamudo no me ayudaba mucho a dar fuerza a mis palabras, pero no queria desistir con esto y quería que mi hermano lo entendiera, o por lo menos comprendiera cómo me sentía al respecto.
Mi hermano siguió mirándome de la misma forma y yo, haciendo un esfuerzo que casi me dejó sin aliento, seguí mirándolo también. Él me quería mucho y solo quería cuidarme, eso lo entendía perfectamente porque yo haría lo que fura por él también, pero esto era en serio algo muy importante. De hecho, se supone que debimos haber discutido esto hace trece años atrás, cuando cumplí mi quinta década de vida y me convertí oficialmente en un adulto en el mundo de lo sobrenatural, pero no, en aquella ocasión puedo recordar a mi hermano perfectamente diciéndome con simples palabras que yo no iba a participar en la carrera de media noche y yo ni siquiera hice un esfuerzo por objetar esa orden, porque de hecho había sido una orden.
¿Por qué no lo hice? Bueno pues porque en aquella ocasión estaba aterrado, pero no ahora.
Cada año desde entonces él solo me había dicho lo mismo y yo seguí obedeciéndolo solo porque era un cobarde. Pero no cobarde por miedo a enfrentar a mi hermano, sino por enfrentar la carrera de media noche. Aquella que era una tradición y donde participaban todas las manadas de la región. Se llevaba a cabo cada año desde el final de la guerra hace más de veinte generaciones con el objetivo de conmemorar alianzas y evitar más guerras por los territorios. Sin embargo, con el tiempo el asunto de las alianzas fue dejado un poco de lado y en lugar de obligar a dos shifters a emparejarse para toda la vida, el tema quedó más del lado de la fornicación. Si al final se formaban parejas estaba bien también, era funcional de todas formas, pero en general si ambas partes o una parte de los involucrados no quería emparejarse entonces no tenían que hacerlo.
En otras palabras, era sexo sin compromisos con otras manadas una vez al año.
Hasta ahora todo bien, eso quedaba aclarado. Pero el problema es que no siempre se conseguían parejas para dicha noche. Es decir, yo podría correr, jugar o cazar por todo el bosque y no necesariamente alguien debía acompañándome porque era la noche de la carrera.
Si yo simplemente no le gustaba a nadie y nadie quería pasar la noche conmigo, correría solo por el bosque durante toda la noche y eso era franca y aterradoramente deprimente.
Y es que seamos realistas, ¿quién en su sano juicio querría pasar su noche, es más, toda la semana de la selección, con un tartamudo como yo? Ni los hombres de nuestra manada me daban una mirada, ni siquiera las mujeres y yo no estaba interesado en ellas. Asi que, ¿qué garantía tenía de que un hombre de otra manada lo hiciera? Exacto, ¡ninguno!
Literalmente mi participación en la carrera estaba asegurada al fracaso. Pero incluso sabiéndolo a estas alturas yo…
Mi hermano finalmente tomó aire con fuerza y empezó a hablar –Tetsuya esto es una mala idea- comenzó como supuse que lo haría -No importa por dónde quieras verlo, es la peor idea que has tenido en toda tu vida. ¿Cómo siquiera se te ocurrió?-
Me negué a usar mis manos y en su lugar hablé. Esto tenía que quedar claro sí o sí -Q… q… quiero ha… hacerlo-
-Sé que quieres hacerlo. Maldita sea, lo sé- Mi hermano golpeó la mesa con su puño y me dio la espalda. Caminó en círculos mientras hacía extraños sonidos como quejidos y sabía que esto realmente estaba haciéndolo pasar un mal momento como a mí. Dios, de ser posible jamás hubiera sacado el tema hasta el día de mi muerte, pero dadas las circunstancias era necesario. Yo ya no podía esperar más -¿Estas en celo? ¿Es por eso?- preguntó de repente, viéndose muy agitado -¿Quieres que consiga supresores más fuertes? Puedo conseguirlos antes del anochecer, solo debo hablar con Shintaro o Junpei. ¿O prefieres otro de esos extraños artículos sexuales de los humanos como el que te compraste la vez pasada que fuimos a la ciudad?-
¿Les había dicho que tenía un periodo de celo irregular y que además soy un omega? ¿No? Bueno pues gracias a mi hermano ahora seguramente lo saben. Mis mejillas ardieron con intensidad y me horroricé -¿Có… mo…?- no, me detuve antes de preguntar y mejor decidí callarme. Si mi hermano sabía del dildo solo Dios sabía qué más sabía que había comprado en los últimos años. Que vergüenza -No qu… qu… quiero n… nada- dije.
-¿Solo quieres experimentar?- Mi hermano parecía que estaba a punto de tener un ataque a la mitad del comedor, pero se tomó un segundo para recobrar la compostura y se relajo un poco –Mira, sé que ya eres mayor y sé que tienes tus necesidades fisiológicas más allá de las básicas, pero…-
-El s…ss… sexo e…es una necess… sidad b… b… básica tambi… bi… bien-
-¿Entonces reconoces que es eso lo que quieres? ¿Solo tener sexo?-
-N… no- de solo pensarlo era asqueroso. Mis mejillas volvieron a encenderse y sabía que era hora de dejar las cosas claras. Yo no quería nada de una sola noche y definitivamente no quería que mi hermano pensara que yo estaba pidiéndole ir a la carrera solo por eso. Mucho menos que era un puto o algo así -Yo… yo qui… quiero emp… p… parejarme-
-¿Qué?-
Oh Dios, esperaba esta reacción de mi hermano, pero era más difícil enfrentarla en la realidad que en mi cabeza. No parecía molesto ni mucho menos, pero su cara de impacto no era algo que pudiera manejar con facilidad. Muy pocas cosas lo hacían reaccionar así y era difícil, sobre todo cuando era yo quien la causaba –T… te amo he… he… hermano, p… p… pero yo qui… quier… q… quier… solo q… q…- cerré los ojos y tomé una profunda bocanada de aire. Me estaba exaltando y eso hacía que mi garganta se cerrara, evitando que mi lengua pudiera ayudarme a emitir cualquier palabra. Tenía que calmarme o no podría explicarle adecuadamente a mi hermano lo que de verdad quería. Abrí los ojos y lo intenté de nuevo –Q… qu… q… q- ¡Tonta lengua inservible!
Mi hermano se aceró rápidamente y puso sus manos sobre mis hombros, dándome confort como siempre lo hacía. Su ceño fruncido había desaparecido y sus ojos no estaban más llenos de ansiedad, parecía más relajado. Pero igualmente parecía preocupado. Mi hermano Akashi no tenía para nada la apariencia del viejo shifter de novecientos años y medio que todos los que no lo conocían creían que tenía. En realidad seguía conservando su apariencia de cuando tenía trescientos años, excepto por su cabello rojo cereza que ya empezaba a dar pequeñas señales de tonalidades blancas en algunas partes, pero en general él seguía siendo el mismo de siempre y daba la apariencia de continuar con vida por mucho tiempo más.
Esto por supuesto era gracias a su sangre pura, pero había ocasiones como esta en la que parecía más y más viejo a cada segundo.
-Shhh, está bien. Sé lo que quieres decir- me sonrío, calmándome al instante. Dios, amaba ver la sonrisa de mi hermano. Solo habían pasado unos minutos pero ya la había extrañado. Era tan reconfortante y me hacía recordar aquellos días de infancia en que él iba hacia mí con su sonrisa y me decía que todo iba a estar bien –Eres un Omega después de todo y es algo que tenía que llegar tarde o temprano. Debí anticiparlo, lo sé, pero quise pensar que era demasiado pronto para ti. Supongo que nunca podré dejar de verte como mi hermanito. Perdóname Tetsuya-
Las lágrimas cayeron de mis ojos y no pude pararlas, mi hermano se encargó de limpiarlas de inmediato pero más siguieron cayendo. Sorbí de mi nariz y negué. En este punto no iba a ser capaz de decir nada, asi que comencé a articular con mis manos “No tienes que disculparte. Tú siempre has visto por mí y me cuidas mucho. Eres el mejor hermano del mundo”
-Me alagas pequeño Tetsuya, pero tienes que reconocer que tienes un hermano bastante tonto también-
Me reí “Tal vez solo un poco, no siempre”
-Sigo siendo tu alfa mocoso malcriado- mi hermano apretó mis mejillas con suavidad y se echó a reír fuerte durante un momento, pero luego se puso serio de nuevo y me miró directo a los ojos. Los ojos de mi hermano eran tan hermosos, uno era rojo cereza como su cabello, pero el otro su color era un poco más opaco con tonalidades doradas, haciéndolo ver dorado cuando no lo mirabas con cuidado -Escucha, ahora que sé que esto va más allá de un simple celo y quiero que sepas que haré todo lo posible por apoyarte. Va a ser duro dejarte ir de mi mano, no te lo voy a negar, pero es hora de buscar tu camino ¿cierto? Formar tu propia familia-
Asentí efusivamente, era justamente eso lo que quería decirle “Puedo sentirlo hermano, no sé cómo explicarlo pero puedo sentirlo en mí. Esa necesidad es como una fuerza real empujadme fuera de la manada ¿sabes? Lo he sentido desde hace semanas, pero no se me pudo ocurrir la razón hasta que diste el aviso de la carrera de media noche ayer por la tarde” Lleve una mano a mi pecho y estrujé mi camisa “Debo ir, todo dentro de mi me grita y me lo ordena. Necesito ir a esa carrera hermano”
Mi hermano asintió comprensivamente y acaricio mi cabello como siempre lo hacía. Tal vez tenía razón e iba a ser muy difícil para él dejarme ir, podía verlo en sus ojos preocupados y tristes. Pero no me iba a negar mi libertad y eso era lo que lo convertía no solo en un alfa excepcional, sino también en el mejor hermano de todo el mundo –Bien, entonces puedes ir a preparar tus cosas- dijo finalmente -Toma ropa para una semana, todo lo que quieras llevar y lleva también todo lo necesario para que armes tu lecho en el bosque. Mañana partirás conmigo y el resto de la manada ¿de acuerdo?-
Una sonrisa se extendió brillante sobre mi cara mientras limpiaba mis lágrimas y casi di saltitos de alegría “Te amo hermano”