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Momentos por keny_shawol

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Notas del capitulo:

¡Hola!

 

Ha sido un tiempo, ¿no es así? Realmente no puedo creer que ya ha pasado un año o más, creo, desde que publiqué algo y estuve por aquí. Con todo lo que, como fans, hemos pasado, realmente pensé que dejaría de escribir atrás, y justo ahora la historia que tengo sin finalizar aún sigue sin tener fin y creo que se quedara así por un tiempo más, perdí en enfoque en esa historia y con lo sucedido, no estoy aun segura de verle un fin pronto. Pero hoy encontré motivación de nuevo y escribí esto super corto, pero que quería compartir.

 

Realmente espero que se encuentren bien.

 

Decidí, comenzar esto que será como una serie de drabbles, que iré compartiendo poco a poco, encontré un blog en Tumblr que tiene algunos prompts que quiero escribir y que por ahora llevo escrito hasta la mitad del segundo y que cuando tenga listo compartiré.

 

Este es el prompt en el que basé esta historia. Y aquí está la pagina de Tumblr.

 

Espero que lo disfruten.

Minho miró a Kibum y una suave sonrisa se extendió por sus labios

Kibum se estiró y una pequeña parte de la piel suave y cremosa de Kibum apareció a la vista.

Minho ignoró los pensamientos que tenía sobre Kibum y buscó en el armario por una camisa para . Era invierno y él solo quería meterse en la cama con Kibum y sostenerlo entre sus brazos. Dios, lo quería tanto.

Pero también tenia un montón de trabajo atrasado que necesitaba ser terminado.

Observó a Kibum meterse bajo las sábanas y el impulso de atrasar el trabajo un poco más le atacó de nuevo.

Tomando su portátil, Minho caminó hacia la puerta, sonriendo suavemente a Kibum antes. Si se quedaba más tiempo, él no dudaría en meterse en la cama un segundo más.

—¿Minho? —La voz de Kibum le detuvo en la puerta y Minho giró para verlo.

—¿Sí?

—No otra vez. —Los felinos ojos de Kibum le miraron, casi rogándole, y el pecho de Minho dolió por verle así. —Es tarde, sólo ven a la cama.

Dios, él quería. En verdad lo hacía.

El reloj parpadeaba diciendo que era más de media noche. Y estaba cansado y Kibum en la cama era una tentación muy grande.

—Lo siento. Lo siento, Bum. —Minho caminó de regreso a la cama, dejando el portátil sobre ésta. —No tardaré, lo prometo, pero necesito terminar esto.

—Pero, cariño… —Kibum dijo y Minho esperó por lo que estaba seguro Kibum iba a decir, pero nada escapó de sus labios. —Sólo no tardes mucho.

Minho asintió y besó la nariz de Kibum antes de tomar de nuevo el portátil y dirigirse a la sala.

Minho apagó las luces en su camino y se dejó caer el sofá con sólo la luz de una pequeña lampara y su portátil en la habitación.

Estaba seguro de que no tardaría mucho, pero cuando el reloj marcó una hora más y su informe a penas iba por la mitad, Minho pensó que no dormiría mucho esa noche.

Pasó una mano por su cuello, masajeando un poco y cuando sus dedos tocaron de nuevo el teclado, pasos lo distrajeron.

Su vista se alzó rápidamente, sólo para encontrar a un Kibum somnoliento y abrazado a una almohada caminando hacia él.

El cabello de Kibum era un desastre color miel y su ropa arrugada por la cama, no era el Kibum que habitualmente salía a la calle. Pero así, con el cabello revuelto y rastro de sueño en su rostro, Minho creía que era el hombre más hermoso en el planeta.

Y era todo de él.

—¿Qué sucede, cariño? —Kibum no respondió, en cambio se dejo caer a su lado, presionando su cabeza en el hueso de su cadera y acurrucando el rostro en su abdomen.

Se estremeció al sentir el rostro de Kibum cerca de su cuerpo, pero siempre sucedía.

—Tu sabes, —Kibum —murmuró contra su ropa. —No puedo dormir si no estás conmigo.

—Dios, eres tan cursi. —Y le encantaba tanto. —Pero tampoco puedo dormir si no estás a mi lado.

—Joder, ¿Cuándo nos convertimos en esto?

El tono de Kibum sonaba irritado, pero Minho lo conocía tan bien para saber que sólo bromeaba.

Sus dedos se enredaron en el cabello de Kibum y Minho sintió a Kibum relajarse.

—Me gusta así, cariño. —Kibum asintió y sus ojos se cerraron. —Aún me falta un poco, Bum, puedes cansarte aquí.

—No importa. —Los ojos de Kibum se abrieron de nuevo y sus labios acorazonados sonrieron hacia él, dulce y suavemente. —Esperaré por ti siempre, amor.

Y en ese momento, Minho supo una vez más que las famosas mariposas en el estómago realmente sucedían y para él siempre aparecían cada que Kibum estaba a su lado.

 

 

Notas finales:

Las historias no se entrelazaran siempre una con las otras, y son cortas, pero siempre será Minkey. 

 

Compartiré la siguiente cuando esté terminanda. 

 

Nos leemos pronto.


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