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Sálvame por Akashi_Male

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Notas del capitulo:

¡¡Holaaaaa!!

 

He vuelto con otro capitulo!! Y he de decir que es el mas largo que escribi hasta ahora xD

¡¡¡Muchisimas gracias por sus comentarios en el capitulo anterior!!! Me hace extremadamente feliz!! :´D


 

Espero y este capitulo les guste!!

―¿Estas listo?― El chico suspiro nervioso y asintió, su mano temblaba inconscientemente―. Tranquilo, estoy aquí contigo.

―Gracias, Marco…― Le dio un rápido beso y sonrió levemente.

 

Salieron de la habitación de forma lenta, aún cuando el castaño podía moverse debían tener cuidado, ya que los medicamentos que le suministraban podían causarle mareos ante movimientos bruscos.

Caminaron por los largos pasillos con Zoro siguiéndolos por detrás, el ambiente era pesado y Ace sentía que el corazón se le saldría del pecho.

 

―Ya veo, Ichiji-san ya esta en la habitación―. Escucharon una voz que Marco y Ace conocían a la perfección, segundos después vieron una persona que empujaba una silla de ruedas mientras hablaba con el chico sentado en la misma.

 

En cuanto reconoció al paciente, Ace se detuvo en seco. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y fue incapaz de emitir sonido alguno.

 

―¿Ace?― Zoro se puso a su lado, preocupado al ver el estado del castaño―. ¿Estás bien?

―…― No podía hablar, mantenía su mirada fija en su hermano y la condición en la que se encontraba―. Sabo…― No por el hecho de que estuviera en una silla de ruedas, algo que ya se le había cruzado por la mente que podría pasar, sino porque tenía múltiples heridas por toda la cara y cabeza, además de los brazos.

 

Le dolió ver aquella imagen, una oleada de culpa lo rodeo y tenia ganas de llorar. ¿Por qué no pudo protegerlos? ¿Cómo permitió que terminaran así?

 

―Él… Ellos no te culpan, Ace―. El peliverde le apoyo su mano sobre el hombro, sonriéndole confortablemente.

―Zoro tiene razón, ninguno de ustedes tiene la culpa de lo que paso―. Marco lo abrazo con cuidado de no lastimarlo y le beso la mejilla―. Ve, se necesitan…― Le acaricio el brazo―. Ahora más que nunca.

 

No espero más y comenzó a correr, ignorando por completo las ordenes de Trafalgar de no hacer movimientos bruscos, haciendo que el chico que empujaba la silla de ruedas y su hermano miraran a su dirección.

 

―¡ACE!― Ninguna palabra mas fue necesaria, el castaño se agacho a su altura y lo abrazo con fuerza.

―¡Sabo, Sabo!―. Se abrazaban como si no creyeran que realmente estuvieran ahí, como si fuera un sueño del que pronto despertarían―. ¡Perdóname, perdóname, perdóname!

―No tengo nada que perdonarte, Ace―. Lloraban por todo el dolor de lo que habían vivido, sonreían al saber que no estaban solos, y el alivio que sentían de verse mutuamente era indescriptible.

 

Marco, Zoro y Katakuri se quedaron parados al lado de ellos, emocionados por la escena que presenciaban.

 

―Vamos, hay que ir a ver a Luffy―. El rubio se sorbio la nariz y rompieron el abrazo lentamente―. Se que le hará feliz vernos.

―Si―. Ace asintió frenéticamente, levantándose y posicionándose atrás de la silla de ruedas.

―¿Quieres que te ayude?― Pregunto el de cabello granate, recibiendo una negativa por parte del castaño.

―No, no te preocupes―. Le sonrió amable, comenzando a empujar la silla.

 

Los tres oficiales se miraron y asintieron, empezando a seguirlos por detrás.

 

―No puedo creer que ese chiquillo lo haya hecho de nuevo, ¿qué le hiciste?―No habían dado ni dos pasos cuando se encontraron con tres chicos parecidos entre ellos.

―¡Solo le estaba hablado!― Los ojos y alrededor de estos comenzaban a oscurecérsele, en contraste con su pálida piel, y en la nariz tenía algo blanco que la cubría.

―Ya, claro―. El pelirrojo negó con la cabeza, por alguna razón estaba molesto―. ¿Me vas a decir que te dio ese golpe solo porque le estabas hablando?― El peliazul abrió la boca para decir algo, pero la cerro de inmediato al sentir unas lágrimas surcando sus ojos―. Por favor, Niji.

―Ichiji tiene razón, hermano―. El que parecía ser el mas joven le apoyo una mano en el hombro―. A mi jamás me ha golpeado, y a ti ya van dos veces―. Se quedo mirándole el rostro―. Con la diferencia que esta vez si te fracturo la nariz.

―¡¿Por qué no me creen?!― Se callo al instante al sentir un fuerte dolor.

―Venga, vamos que nos están esperado―. El pelirrojo se dio media vuelta decidido a seguir su camino, sin embargo, se percató del público que tenían ante sus ojos―. Ah…

―Oh…

―Ay, ay…

 

Se miraron entre ellos sin saber que decir, hasta que su ángel de la guarda intervino en el incómodo silencio.

 

―¿Qué ha pasado?― Pregunto Katakuri acercándose a Niji, logrando ver como se le estaban poniendo morados los parpados.

―Esto…― El peliverde miro incomodo a los hermanos, quienes no entendían nada―. Paso que…― Carraspeo―. Luffy le dio otro cabezazo y esta vez le fracturo la nariz…

―¡¿QUE?!

―Tranquilos, tranquilos―. Ichiji trataba de aminorar el ambiente como podía―. El doctor dijo que no es nada grave, y en unos días estará bien.

―¿Días? ¡Si dijo sem-!― Se callo al sentir un pisotón en el pie, primera y última advertencia de su hermano mayor―. ¡Agh, olvídenlo!― Comenzó a caminar hacia la habitación donde se encontraba el culpable de su actual dolor físico, ignorando por completo a los demás.

―¡Lamento mucho su actitud!― Ichiji hizo una reverencia de disculpa―. ¡Hablare seriamente con él!

―No te preocupes, Ichiji-san―. Sabo sonrió comprensivo―. Es normal, creo…

―Si, además… nosotros deberíamos disculparnos por las acciones de Luffy―. El pelirrojo negó con la cabeza.

―No, ¿cómo creen?― Aun no se había enderezado, tendría una seria charla con Niji en cuanto estuvieran solos.

―No hagas eso, por favor―. Ace y Sabo se mostraban realmente muy incomodos ante lo que hacía, ya que no les gustaba que los trataran como reyes.

―Enserio, esta bien―. Al ver que el chico no cambiaba de posición, le hizo una seña a Katakuri para que dejará de hacer eso.

 

El de cabello granate se acercó al muchacho, agarrándolo por el antebrazo y obligándolo a enderezarse. Realmente se le hizo extraña la acción del mas joven, dado que solía ser bastante distante y serio.

¿Por qué actuaba de esa manera?

 

―Bueno… ya con eso resuelto, vamos―. Nuevamente retomaron sus pasos, emocionados por ver a su hermano pequeño.

 

Katakuri miro de reojo al pelirrojo, interrogante. Ichiji solo bajo la vista, visiblemente incómodo.

 

 

Habitación 211.

 

―¿Cómo te encuentras, Niji-san?― Rosinante se acerco al muchacho, su rostro mostraba lo preocupado que estaba.

―¿Qué ha pasado? Niji―. La voz motona y rígida de Judge era suficiente para que se le quitara el deseo de responder.

―Nada grave, padre―. Claramente, para los presentes, no paso desapercibido como se aguantaba una mueca de dolor.

―Eso espero―. El peliazul agacho la mirada, disgustado.

 

Law se mantenía al margen de la situación, mas interesado en hablar con Luffy, quien solo miraba el techo fijamente. Sin embargo, no se le paso por alto que Eustass Kid tenia sus ojos clavados en su nuca.

 

―Permiso…― Oyeron una voz proveniente del umbral de la puerta, desviando su atención a la misma. Un muchacho rubio entro a la habitación, seguido por cuatro personas―. Aquí están los testigos.

―¡Ace, Sabo!― Garp se abalanzo sobre sus nietos, abrazándolos con una fuerza descomunal.

―¡ME ASFIXIAS, VIEJO!― Aún con su reproche, el castaño correspondió al gesto.

―Hola, Garp-san―. El rubio sin dudarlo lo abrazo de vuelta.

―Ace… Sabo…― La voz salió tan débil que, de no ser el centro de atención, hubiera pasado por alto.

―¡Luffy!― Ambos miraron a su hermano pequeño, sus corazones se estrujaron al ver el estado en el que se encontraba―. ¡LUFFY!

 

El mayor corrió para estrujarlo en sus brazos, llorando a mares por la culpa que lo carcomía. Sabo, como pudo, se acerco con la silla de ruedas, agarrándole la mano y sonriendo con fragilidad, no podía evitar sentirse responsable de que Luffy estuviera así.

 

―Sabo… Ace…― La voz del pelinegro era lejana, pero denotaba felicidad, al menos para quienes lo conocían muy bien, como el caso de sus hermanos y abuelo, o para quien hubiera estado el tiempo suficiente con él para diferenciar sus muestras de emociones, como en el caso de Law.

―¡Todo fue culpa mía!― Los presentes se miraron entre ellos con sorpresa, esa sincronización había sido perfecta―. ¡Perdóname, Luffy!

 

El pequeño hizo un leve gesto con la cabeza, y una sonrisita apareció en su rostro. El doctor observo esto enternecido, finalmente Luffy estaba volviendo a mostrar sus emociones.

 

―¨Poco a poco, Luffy-ya¨―. Estaba seguro, completamente seguro de que el pequeño pelinegro saldría adelante porque era fuerte, muy fuerte.

―Gran momento familiar―. Al oír la voz de Judge, los hermanos Vinsmoke se pusieron tensos―. ¿Ya podemos proceder?

―Claro que sí, Judge-san―. La manera que tenia de hablar y de dirigirse causaba un efecto violento en Sengoku, pero debía mantenerse tranquilo―. ¿Están listos, chicos?― Pregunto a los jóvenes herederos, quienes tragaron con dificultad.

 

Asintieron levemente, era la hora de la verdad y de remover los recuerdos que los hirieron psicológicamente. Cooperarían para ayudar y encontrar a los culpables, para que sus padres y empleados asesinados aquella noche pudieran descansar en paz.

Todo estaba en silencio, los hermanos Vinsmoke sacaron unas libretas y se posicionaron frente a ellos.

 

―Aquella noche, antes de que todo desencadenara, ¿dónde estaban ustedes?― Ichiji los miraba a cada uno, estudiándolos.

―Luffy y yo estábamos juntos… en el piso de abajo… con mi madre…

 

 

Son poco mas de las ocho de la noche, lo sé al ver el reloj de pared del living. Estamos de festejo, mis padres están muy felices por la relación de Ace con Marco, por lo que organizaron una fiesta en honor a ellos, y a su propio aniversario.

 

―¡Saboooooo!― Mi hermano se abalanza contra mí, tirándome al suelo―. ¡Te atrape, shishishishishi!

―¡No lo creo!― De un rápido movimiento atrapo sus muñecas, cambiando lugares y sentándome en su espalda―. Ay, Luffy… ¿Cuántas veces lo intentaras? No puedes ganarme―. Comienzo a reírme al ver cómo trata inútilmente de zafarse.

―Niños, dejen de jugar y ayúdenme a terminar de preparar la mesa―. Mamá se acerca con una sonrisa y unos platos en la mano, inmediatamente nos levantamos.

―¡Vale!― Con rapidez ponemos lo que falta en la mesa, agregando los decorativos que compramos esta tarde.

―Vaya, será una gran celebración―. La voz de nuestro padre resuena, entrando al comedor con una sonrisa.

―¡Papá!― Luffy salta para abrazarlo, nosotros solo nos acercamos a él

―Marco ya debe estar por llegar, será mejor llamar a Ace para que vaya bajando.

 

 

―Yo… estaba en mi habitación, hablando con Marco…― El rubio agacho la mirada, recordando aquella noche. ¿Por qué colgó la llamada? ¿Cómo pudo ser tan idiota?

 

 

Los faroles de la calle iluminan el camino, la brisa es cálida y nada incomoda. Sinceramente, me encanta mi habitación, porque la vista desde la ventana es genial.

 

―¿Enserio les caigo bien?― Marco está nervioso, lo noto por su tono de voz.

―Claro que sí, te adoran―. Rio, realmente es una persona tan serena que, si alguien no lo conoce lo suficiente, no lograría notar sus emociones.

―Bueno, eso me tranquiliza un poco…― Reímos como tortolos enamorados, tengo muchas ganas de verlo―. Tengo que colgar, ya estoy saliendo para ahí. Estaré en unos veinte minutos.

―Vale, nos vemos aquí.

 

 

Los hermanos Vinsmoke escribían todo lo que los herederos contaban, sin perder detalle y escuchando atentamente.

 

―¿Qué paso luego?― El tono profesional de Yonji sorprendió a mas de uno, se notaba a leguas lo involucrado que estaba en su trabajo.

―El timbre sonó…

 

 

Ding, dong.

El sonido hace eco en cada rincón, una de las empleadas se dirige a abrir la puerta. No se escucha nada, y pasan unos minutos. Como nadie vuelve, otra de las chicas se dirige ahí y se escucha una detonación…

 

―¿Dragón?― Mi madre esta preocupada, lo veo en sus ojos.

―Quédense aquí―. Decreta con una voz seria y fría, caminando directamente hacia el hall de entrada.

 

Tengo un mal presentimiento, algo no anda bien.

 

―¡Mamá!― Luffy grita desesperado, está asustado―. ¿Qué está pasando mamá?― Lo siente, lo sabe.

 

Nuestra madre nos agarra de las manos, se gira hacia mí.

 

―Sabo, saca a tu hermano de aquí―. Nos abraza con fuerza, está temblando―. Todo estará bien, iré a buscar a Ace―. Ella también, esta pasando algo muy malo.

 

 

―¿Quieres decir que tu madre lo sabía? ¿Se dio cuenta al momento que había delincuentes en la casa?

―No sé si lo sabía, pero puedo asegurar que lo presentía―. Sabo suspiro, agarrando mas fuerte la mano de Luffy―. Nos ordenó que nos fuésemos de allí, aun cuando no habíamos visto nada.

―¿Y por qué no se fueron?

―Aparecieron en todos lados…― Sus ojos se llenaron de lágrimas, rompiendo el corazón de Niji―. En todas las entradas…

 

 

No puedo decir con exactitud que esta pasando, ¿de que estamos huyendo?

 

―¡Sabo!― Mi pequeño hermano esta igual que yo, confundido, aturdido, sin saber exactamente qué hacer.

―Escúchame, Luffy―. Me detengo y lo tomo de los hombros―. No sé qué está sucediendo, pero debemos obedecer a mamá ¿sí?― Esta por replicar pero una expulsión se escucha, las ventanas se rompen y los vidrios rotos caen por doquier―. ¡Abajo!

 

Lo abrazo de tal forma que su cuerpo quede debajo del mío, protegiéndolo.

 

―¡Agh!― Lo vidrios rotos perforan mi piel, cortándome en diferentes puntos.

―¿Estas bien?― Luffy rompe el abrazo, examinándome por completo―. Sabo…

―Vamos, vamos―. Comienzo a entender, hay intrusos en la casa.

 

Y, de ser así, tenemos que salir de aquí lo antes posible.

 

―Vaya, vaya…― Me paralizo al escuchar una voz tras mi espalda―. Que suerte he tenido, el jefe me promocionara.

―¡No te acerques a nosotros!― Pongo a mi hermano detrás de mí, lo protegeré sea como sea.

―Oh, vamos―. Camina lentamente hacia nosotros, sacando un cuchillo de alguna parte―. No te fuerces, niñato, porque es inútil.

―Tiene razón―. El calor de mi espalda ya no está, me giro desesperado para descubrir a Luffy atrapado en los brazos de otro hombre.

―¡Suéltame, cabrón!― Se retuerce tratando de soltarse, el tipo ríe ante la acción.

―Que boca tan sucia tienes―. En un ultimo esfuerzo, Luffy hace un movimiento inesperado, encajándole un certero cabezazo en todo el rostro―. ¡MIERDA!

―¡NIÑATO DE MIERDA!― El otro hombre hace un ademan de querer acercársele, pero le encajo un puñetazo, atontándolo.

―¡Vámonos, Luffy!― Lo agarro de la mano, obligándolo a correr.

 

Las dos salidas están interceptadas, no podemos salir por las ventanas sin arriesgarnos a lastimarnos letalmente.

 

 

―Obligue a Luffy a correr hasta las escaleras, subimos al piso de arriba… se suponía que mamá estaría con Ace, así que fuimos directo a su habitación…

―Ace, el cuerpo de tu madre fue encontrado justamente en tu habitación―. El castaño cerro los ojos al recordar lo sucedido―. ¿Qué fue lo que paso ahí?

―Yo…termine la llamada con Marco, y me disponía a bajar al living, pero alguien abrió la puerta…

 

 

Me quedo mirando el celular, una sonrisa surca mi rostro. Nunca pensé que podría amar a alguien de esta manera, pero la vida es una caja de sorpresas.

 

―El amor, el amor…― Me doy media vuelta para salir de la habitación, pero antes de poder dar siquiera un paso, siento una corriente de frio cuando la puerta es abierta violentamente―. Pero…

―¡ACE!― Mi madre entra al cuarto, su frente esta sudando y tiene una mirada aterrorizada.

―¿Mama? ¿Qué pasa?― Tengo un mal presentimiento.

―Debemos irnos… tu padre… el trato…

―¿Trato? ¿Qué trato?― No entiendo nada, ¿qué ha hecho nuestro padre?

―Él sabía… debemos salir de aquí, ya―. Me toma de la muñeca, obligándome a caminar.

―¡Mamá, dime que está pasando!― Se detiene sin mirarme.

―Ace… deben salir vivos de aquí, tus hermanos deben estar afuera de la casa―. Esta por retomar sus pasos, sin embargo, se escucha una detonación que me ensordece, luego siento como su agarre se afloja.

―Que…― El cuerpo de mi madre cae lentamente, hay un agujero en la parte trasera de su cabeza―. Ma… má…

―Oye, el jefe ordeno que no los matáramos tan rápido―. Miro hacia la entrada de la habitación, encontrándome con cinco tipos armados.

―Van a terminar muertos igualmente, ¿cuál es la diferencia?― El que acaba de disparar baja la mano con la que sostiene el arma, sonriendo sádicamente.

―Ya, pero él quiere que sufran―. Me mira directamente, sé que no me espera nada bueno si no salgo de aquí ahora mismo―. Hay que obedecer sus órdenes, o nos irá muy mal.

―Vale, vale―. Mueve la mano con aburrimiento, guarda su arma tras su espalda y hace una seña con la cabeza.

―Debo admitir que los tres están mas buenos que comer dulce de leche del pote―. Su comentario me causa escalofríos y una sensación de asco me recorre.

―Aléjense de mi―. Los miro desafiándolos, no pienso dejar que me toquen.

―Oh, que miedo―. Los cinco tipos me rodean, no sé qué planean hacer además de matarme, pero debo reunirme con mis hermanos.

―Vamos, esto va a ser divertido―. Uno trata de tocarme, pero esquivo su mano y le propino una patada en el estómago―. ¡Agh!

―No debiste hacer eso―. Me agarran del cuello, haciendo presión para asfixiarme―. ¿Quieres que te cuente un secreto?

―Suel… tame…― El aire empieza a irse de mi cuerpo, no puedo respirar.

―Tu queridísimo padre es el culpable de todo esto, y ustedes pagaran las consecuencias―. Me suelta el cuello, pero rápidamente agarra mi cabello y hace un rápido movimiento que termina con mi rostro estampado contra el suelo.

―Y mira que el jefe se lo advirtió―. Me alza la cabeza para volver a golpeármela contra el piso―. Pero fue tan idiota que no lo escucho―. Repite la acción―. Ahora se las está cobrando.

 

Estoy atontado, realmente soy mas fuerte que esto, yo podría contra ellos. ¿Son sus palabras lo que me esta afectando para no contraatacar? ¿Por qué culpan a Dragon de todo? ¿Qué sucedió?

 

―Mira esa cara de sufrimiento, no te lo esperabas ¿eh?― Se mofan de mí, de mi familia, de mi estado.

―Hijos… de puta…― Mi voz suena lejana, pero confió en que haya salido lo suficientemente alta para que me escucharan―. Pagaran… por esto… se los… aseguro…

―No te creas tanto, mocoso―. Siento algo frio sobre mi garganta―. Este es tu fin.

 

Un corte es lo que percibo a continuación, como cuando uno se hiere al abrir una lata de atún. El olor metálico no tarda en aparecer, y algo caliente se esparce sobre mí.

 

―El jefe del imperio te manda saludos―. Es lo ultimo que escucho antes de todo se vuelva negro.

 

 

―¿El jefe del imperio?― Los oficiales se miraron mutuamente con extrañeza.

―¿Qué se supone que significa eso?― Yonji miro a sus hermanos, realmente confundido.

―No lo sé…― Niji suspiro, miles de ideas se le pasaban por la cabeza.

―Luego discutiremos las teorías, ahora sigamos con el interrogatorio―. El mayor de los Vinsmoke se mantenía serio, sin inmutarse por todo lo que acababan de escuchar.

―Padre tiene razón, continuemos―. Lo secundo el pelirrojo, Katakuri negó levemente con la cabeza al oírlo.

 

Estaba realmente decepcionado por su actitud.

 

―Sabo, Luffy…― Ambos miraron al peliazul―. ¿Cómo es que ustedes dos terminaron separados?

―Cuando éramos pequeños jugábamos a las escondidas, y Ace siempre encontraba los lugares donde nos escondíamos, así que comencé a buscar un refugio que él no pudiera hallar…― Sonrió melancólicamente al recordar esos tiempos―. Un día descubrí que el cuarto de invitados tenia un piso hueco, el suelo era falso y lo vi como una buena guarida, así que se lo conté a Luffy la siguiente vez que jugamos―. Niji asintió, escribiendo todo―. Esa noche… algo me decía que no podríamos salir de la casa, como una especie de corazonada…

―Mamá… muerta…― Todos se sorprendieron al oír la voz del pequeño pelinegro―. Mamá muerta… Ace herido…

―¿Qué?― La expresión de Yonji mostraba su confusión.

―Fuimos al cuarto de Ace… con la esperanza de encontrarlos, pero…― Se callo un momento, tragando con dificultad―. Vimos el cadáver de nuestra madre y a Ace herido, con el cuello cortado…

―Sangre, sangre…― A Law se le rompió el corazón al escuchar al hermano menor, supo estaba totalmente desecho aun cuando se mantenía inexpresivo

―Si, había mucha sangre…

 

 

―¡Ace!― Mi hermano esta desmayado, tiene la cabeza llena de sangre―. ¡Mamá!― Tiene un agujero en el cráneo, los ojos abiertos… no respira―. ¡Dios mío! ¡¿Qué es todo esto?!

―¡NOOO! ¡SUELTAME!― Luffy comienza a gritar, me había olvidado que estaba atrás mío. Un hombre lo está agarrando, manoseándolo…

―¡Suelta a mi hermano, imbécil!― De alguna manera saco fuerzas para enfrentar al tipo, es difícil pero logro dejarlo inconsciente.― Luffy, escúchame…― Lo tomó de los hombros, no podremos salir de aquí, debo protegerlo como sea―. ¿Recuerdas cuando jugábamos a las escondidas?

―S-si…― Está haciendo un esfuerzo por no llorar, me parte el alma. Sea como sea, me pase lo que me pase, él tiene que salir vivo de esto.

―¿Recuerdas el escondite que te enseñe aquella vez que quisimos molestar a Ace?― Asiente repetidas veces―. Escóndete ahí, no salgas por nada del mundo―. Veo que quiere replicar, pero hablo antes―. Todo estará bien, Luffy. Hazme caso ¿sí? Te protegeré así sea lo último que haga.

―Sabo…― Le doy un fuerte abrazo antes de escuchar unos pasos acercándose a nosotros.

―Vete, ahora.

 

Comienza a correr, y es cuestión de segundos antes de ver a siete tipos en la habitación.

 

―Al final fue más fácil de lo que pensé, creí que serían más escurridizos―. Uno de los hombres juega con un cuchillo moralmente largo, tiene sangre escurriendo y no tardo en darme cuenta que seguramente es el mismo con el que lastimaron a Ace.

―Basuras…― Ellos se ríen como si les hubiera contado el mejor chiste del mundo.

―Es divertido, y nos lo pusieron tan sencillo…― El hombre se tira hacia mí, con clara intención de herirme.

 

Lo esquivo con facilidad, acto seguido le pego con el codo detrás de la cabeza.

 

―Es rápido…― Comenta uno con sorpresa, su compañero yace inconsciente en el suelo―. Bueno, si no dan lucha no podría ser disfrutado ¿verdad?

―¿Por qué hacen todo esto?― Realmente no sé qué busco preguntando eso. ¿Ganar tiempo? ¿Entender la situación?

―Por tu padre―. Es irónico que respondan mi pregunta―. ¿Sabes algo? El jefe una vez nos dijo algo: el que avisa no traiciona.

―…― No sé exactamente que pensar, ¿por qué me dice eso?

―Atrápenlo, yo mismo me ocupare de él―. Los cinco sacan sus armas, cuchillos y manoplas.

―Ven aquí, ratilla…

 

Desde que éramos pequeños, Ace y yo queríamos ser mas fuertes y poder defendernos en peleas, ya que debido a nuestro estatus muchos buscaban broncas con nosotros.

Entrenábamos mucho, y luego Luffy se unió a nosotros. ¿Por qué mi cuerpo ahora no responde y parece entumecido? ¿Por qué siento que todo ese entrenamiento ahora no esta sirviendo de nada?

No puedo con todos ellos, aun cuando tendría que poder. ¿Por qué?

 

―Je, eres bueno…

 

Logro esquivarlos, golpearlos, pero no puedo evitar llevarme algunos puñetazos y cortes.

 

―¡AGH!― Uno de ellos me lanza el cuchillo, tajeándome la cara.

―¡Bien hecho!― Me dio justo en el ojo, y en ese momento me golpean en la cabeza.

 

Caigo sosteniéndome el rostro, mientras me patean y se ríen.

 

―Déjenmelo a mí, ustedes vayan a buscar al último―. Siento como le levanta con brusquedad, llevándome hasta algún lugar.

―Luffy, Luffy…

 

 

―¿Y qué sucedió luego?― Sabo cerro los ojos, no pudiendo responder al acordarse―. Te violaron ¿verdad?― La forma tan directa de hablar que tenían los hermanos Vinsmoke era sorprendente, pero dejaba mucho que desear su falta de consideración.

―Si…

 

Ichiji termino de escribir y miro al rubio con extrañeza.

 

―¿Dices que tu cuerpo se sentía raro?― El chico asintió lentamente―. ¿Podrías ser más específico?

―Naturalmente yo… tendría que haber podido con ellos, lo sé―. Miro al castaño, quien agacho la cabeza―. Pero ese día… no pude, mi cuerpo se sentía extraño, como si reaccionara más lentamente.

―Doctor―. Todos los ojos fueron a parar sobre Law―. En los análisis que les hicieron ¿consta alguna droga en sus sistemas?

―No―. Respondió seriamente―. Pero por lo que dicen, parece ser efectos de una droga, por lo que revisare de nuevo los informes y se les hará otra prueba.

―Bien―. Ichiji asintió y miro al menor de los herederos―. Luffy, necesitamos que nos digas que fue lo que paso cuando te separaste de tu hermano.

―…― Quería hablar, quería contarlo, pero no podía, su cuerpo no se lo permitía.

 

Tenía miedo, estaba aterrorizado.

 

―Luffy-ya―. Trafalgar Law se acerco al pequeño, ante la mirada curiosa de mas de uno, y se sentó en el borde de la cama―. No te pasara nada, estas a salvo y junto a tus hermanos―. Miro a ambos, quienes asintieron con una sonrisa mientras observaban a su hermano―. Tú puedes, Luffy-ya, yo sé que si―.

―Law…― La felicidad que sintió al escucharlo decir su nombre fue indescriptible―. Gracias…

―No tienes que darlas, estaré aquí para ti ¿vale?― El pelinegro asintió, luego desvió sus ojos hacia los hermanos Vinsmoke.

 

Tomó una bocanada de aire y lo soltó luego de varios segundos.

 

 

El escondite que me dijo mi hermano queda en la habitación de invitados, así que corro hacia allá.

 

―Ace, Sabo…― ¿Por qué paso todo esto? ¿Qué es exactamente lo que sucede?― Mamá…― Ver su cadáver me ha sobrepasado, no puede estar muerta. ¡No puede!

―¡Ay!― Alguien se cruza en mi camino, logrando que nos choquemos y caigamos al suelo―. ¡Luffy-sama!― La reconozco en cuanto alzo la vista, es una de las empleadas domésticas, siempre está haciendo los cuartos.

―¡Mika!― Me tiende la mano para ayudarme a levantarme.

―Luffy-sama, debe salir de aquí―. Esta muerta del miedo―. Ya hemos llamado a la policía, pero debe mantenerse a salvo.

―Iré a esconderme, ¿ustedes estarán bien?― Asiente varias veces con una sonrisa.

―No se preocupe, lo veremos cuando esto se acabe―. Me empuja levemente, animándome a seguir mi camino―. Y, Luffy-sama…

―¿Si?

―Gracias por todos estos años, siempre me ha tratado tan bien, se lo agradezco―. Su sonrisa es sincera, lo sé por el brillo en sus ojos.

―A ti, Mika…― Me doy media vuelta y sigo corriendo.

 

Llego sano y salvo, escondiéndome rápidamente con el método que me enseño Sabo.

 

―Debería estar por aquí―. Oigo esa voz justo arriba mío, contengo mi respiración aún cuando se que no pueden sentirme bajo el suelo―. Esos malditos empleados, no quisieron decir nada.

―Tranquilo, ya les has dado lo que se merecen―. Al escuchar aquello siento que mi corazón deja de funcionar―. Ya están más que muertos.

 

Mika lo sabía, los demás empleados también. Lo supieron todo el tiempo, no saldrían vivos de esto si se mantenían fieles a nosotros.

Mis ojos se llenan de lágrimas al darme cuenta de eso.

La razón por la que no nos encontramos con ninguno de los intrusos en los pasillos, fue porque ellos se sacrificaron por nosotros. 

 

―Los mayores ya están, pero el menor si que es escurridizo.

―Hay que matarlos, sino el nos matará―. Oigo ruidos en la habitación, pero realmente no sé de que provienen―. Ninguno de ellos puede quedar vivo, ni siquiera los hijos.

―Realmente no entiendo del todo esa historia, si el problema era con Dragon ¿por qué los hijos también?

―Monkey D. Dragon le arruino la vida, bueno mas bien este Clan destruyo el suyo.

―¿Y eso? ¿Cómo podría ser?

―Los detalles no lo sé muy bien, pero al parecer Dragón cometió una falta muy grave.

―¿Cuál…?

―Los hermanos mayores no son quienes creen que son―. Escucho un sonido que se asemeja al de una silla siendo movida―. Monkey D. Sabo y Portgas D. Ace tienen la sangre manchada, Monkey D. Luffy es el único que puede tomar el mando de este Clan.

 

¿Qué es lo que significa todo eso? ¿De que hablan?

 

 

―¿Qué tenemos…?

―¿… la sangre manchada?

 

Ace y Sabo miraron a su abuelo, quien agacho la cabeza.

 

―¿Qué se supone que significa eso?― Preguntaron al unísono, mostrándose confundidos.

―Tranquilos, por favor―. Sengoku tomó la palabra al sentir el pesado silencio que se instaló―. Se les explicará todo a su debido momento, pero por ahora deben mantenerse tranquilos.

―Vale…― No les gustaba nada lo que acababan de oír, ¿qué estaba pasando?

―El interrogatorio esta completo, así que nos marcharemos―. Decreto Judge comenzando a caminar hacia la salida―. Vamos.

―Gracias por su cooperación―. Los hermanos Vinsmoke hicieron una reverencia antes de salir tras los pasos de su padre.

―Lo has hecho bien, Luffy-ya―. Law le sonrió cálidamente, recibiendo el mismo gesto.

―Creo que será mejor que descansen un poco, les prometo que en cuanto se recuperen por completo les contaré lo que quieren saber.

 

Ace y Sabo asintieron, confiaban en Garp y sabían que no les mentiría a no ser que fuera necesario.

Cada uno fue a su habitación, escoltado por los oficiales, y se metieron a la cama.

Tenían mucho que pensar, aun si no obtenían respuestas por el momento.

 

 

 

Continuará…


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