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Sálvame por Akashi_Male

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Hospital General de Sabaody, consultorio de Trafalgar Law.

 

Entro a la habitación tratando de no hacer ruido, divisando la silueta dormida de su hermano al instante.

Caminó hacia él a paso lento, llegando a su lado y moviéndolo suavemente.

 

―Chopper, despierta―. Escucho un pequeño gruñido de su parte, antes de verlo abrir los ojos poco a poco―. Despierta, dormilón.

―¿Mmh? ¿Law-nii?― El menor se incorporo lentamente y se sentó―. ¿Ya es hora de ir a la escuela?― El pelinegro negó con la cabeza.

―Hoy no irás a la escuela―. Una sensación de tranquilidad y felicidad lo invadió al oír aquello―. Tengo que irme un rato del hospital, te dejaré dinero para que vayas a la cafetería de la otra cuadra―. Sintió la mirada confundida del pequeño, por lo que se aclaro la garganta―. Te explicaré todo cuando vuelva, tranquilo ¿sí?

―Vale…― Le dio un pequeño beso en la frente antes de abrazarlo fuertemente―. ¿Eh…? ¿Law-nii?

―Siempre te protegeré, Chopper.

 

Se mantuvieron así por un largo rato, hasta que Trafalgar rompió el abrazo y saco dinero de su billetera.

 

―Cómprate lo que quieras―. El castaño asintió con una sonrisa mientras recibía los billetes―. Nos vemos en un rato.

 

 

Estación de policía de Sabaody, oficina de Sengoku.

 

―Siéntense―. Todos los presentes obedecieron ante la orden, acomodándose en las sillas que rodeaban una especie de mesa en el centro―. Por favor, comiencen a decirme todo―. Pidió mirando a los hermanos Vinsmoke.

 

Niji saco unos informes de un bolso que yacía a su lado, en el suelo, mientras que Yonji abría la notebook y la dejaba en el centro para que todos pudieran ver lo que explicaría a continuación.

 

―Las investigaciones que hemos estado haciendo nos han llevado a varios sospechosos, pero dada la magnitud del caso, descartamos por completo a los denominados Clanes que realmente no llegarían a idear algo tan grande contra un Clan como el de Dragón― Explicó el de cabello verde, al tiempo que su hermano le entregaba los informes a Sengoku―. El por qué, seria por el poco poder e influencia que tienen, que idearan algo así contra ellos… existía una posibilidad de que les jugará en contra por completo, en caso de que hubieran fallado. 

―Tiene sentido―. Fue lo único que dijo, prefería escuchar todo antes de dar su opinión.

―Sin embargo, tenemos un sospechoso que tiene tanto el poder como la influencia e inteligencia―. Sus ojos se tornaron serios y fríos.

―¿Quién?

―Donquixote Doflamingo.

 

Los presentes, sacando a los hermanos, abrieron los ojos con sorpresa. Realmente no se les había cruzado por la cabeza aquella posibilidad, dado que la Familia Donquixote no tenían nada que sacarle al Clan Monkey D., ya que poseían todo lo que ellos tenían.

Poder, dinero, influencias.

 

―Pero…― Todas las miradas fueron a parar a Katakuri―. Su Clan jamás ha estado en peligro, el Clan Monkey D. nunca ha sido un riesgo para ellos.

―Eso no lo sabemos realmente―. Respondió Zoro al tiempo que se cruzaba de brazos―. Es cierto que ambos Clanes estaban en igualdad de posición…― Suspiró―. ¿Pero no sería esa precisamente la razón para cometer tal acto?

 

Todos se quedaron callados ante la reflexión del peliverde. Tenia razón, aquel hombre se había hecho de un nombre, no le gustaba la competencia ni que lo igualaran.

 

―Averiguaré sobre esto, les avisaré en cuanto tenga una respuesta―. Decretó el superior de todos―. Reiju-san me dijo que querían investigar en el bajo mundo, sin embargo, es demasiado peligroso. Por ahora enviaré a uno de los míos, en tal caso se les llamará.

―Si, señor―. Si esa era la decisión de Sengoku, por mucho que les fastidiará, no podían contradecirlo.

―Muy buen trabajo a todos, pueden irse y volver a sus responsabilidades.

 

Se levantaron casi al mismo tiempo, hicieron una avenía y salieron lentamente del lugar.

 

 

Escuela secundaria Red Line, al norte de Sabaody.

 

Caminaba por los largos pasillos del lugar, parecía que los alumnos estaban en sus respectivos salones ya que no había visto a ninguno en su recorrido.

Había conseguido el permiso del director del Hospital para ausentarse un rato, dado que le explico brevemente el posible problema que tenia su hermano, y él lo entendió de inmediato. Incluso le sugirió tomarse el día, pero se negó ya que tenia que estar al pendiente de los hermanos Monkey-Portgas.

 

―El rarito no ha venido a la escuela hoy…― Se detuvo al escuchar aquello, girándose poco a poco. Logro ver a un grupo de cuatro adolescentes, quienes cargaban unas carpetas.

―¿Ya se habrá suicidado? ¡Ese perdedor, sería mejor si desapareciera!― El muchacho se río fuertemente, seguido por los demás.

―Si… ¿Se habrá tirado de un puente, a las vías o se ahorco?― Luego de decir aquello, el que estaba a su lado comenzó a hacer una imitación demasiado penosa.

―Ese maldito Chopper…― Law abrió los ojos al escuchar el nombre de su pequeño hermano―. Nunca debió haber nacido, por eso debe pagar.

 

Cerró el puño con tanta fuerza que sus uñas se clavaron en las palmas, juraría que incluso comenzaron a sangrar. Una furia que jamás había sentido lo inundo, acercándose a pasos agigantados hacia esos chicos.

 

―Así que ustedes son los que se han estado metiendo con mi hermano―. Afirmo mirándolos con ojos aterradores, los adolescentes se quedaron en blanco al escucharlo.

―Eh… ¿He-hermano? No sé de que habla, señor…― El que parecía ser el líder estaba completamente pálido.

―No se hagan los idiotas―. Su mirada era temible, aun cuando no levantaba la voz, era aterrador verlo―. Sé que lo han estado molestando, insultado y golpeando.

―No-nosotros no…

―Pero, les juro que esto no se quedará así―. Embozo una media sonrisa que sólo logro sacarles un escalofrió―. Nadie se mete con mi hermano y sale ileso, prepárense.

 

Se dio media vuelta, siguiendo su camino a la oficina del director. Se ocuparía de esos idiotas, claro que sí, pero primero estaba su hermano, debía conseguir ese permiso de ausencia.

 

 

Rumbo al Hospital General de Sabaody.

 

Los del turno diurno debían volver al hospital para con seguir la protección de los hermanos, sin embargo, miraban de forma extraña a Vinsmoke Yonji, quien, a pesar de que estaba en el grupo nocturno, los estaba siguiendo.

 

―Yonji…― El peliverde miró a su hermano en cuanto escuchó el llamado―. No malinterpretes lo que diré, pero ¿por qué estas yendo con nosotros?― Los demás estaban prestando mucha atención a la conversación, aun cuando fingían no hacerlo.

―Hay algo que debo hacer―. Fue su corta respuesta, el mayor solo suspiró rendido.

 

No tenía ganas de preguntar más, él sabría lo que estaba haciendo y no era su deber inmiscuirse en sus asuntos.

 

―Oh…― En ese momento, el hermano menor, se detuvo y se quedo mirando hacia una cafetería―. Nos vemos luego―. Le dio un leve saludo a Niji antes de entrar al lugar.

―Pero…― El peliazul negó con la cabeza, nunca lograría entenderlo.

 

Yonji, por su parte, abrió la puerta de la confitería y se adentro a paso decidido. En una mesa alejada de todos, pero cerca de la ventana, se encontraba un pequeño castaño tomando una leche achocolatada.

Unas tostadas con manteca y mermelada de frambuesas yacían a un lado.

 

―Vaya, que casualidad verte aquí―. Sonrió para sus adentros al ver la cara de sorpresa del muchacho―. ¿Cómo estás?― Las mejillas del castaño se tornaron rojas al reparar en quien era la persona frente a él.

―Eh… B-bien…― Volvió a tomar un sorbo de su bebida, una chica se acerco a la mesa para preguntar la orden del mayor.

―Un batido de banana―. La camarera asintió con una sonrisa y se marchó―. Últimamente he estado tomando mucho café, no me vendrá mal otra cosa para el organismo―. Explico ante los ojos curiosos del pequeño.

―Y-ya veo…― Estaba nervioso, demasiado. ¿Por qué tenían que encontrarse justo en ese lugar?

 

Yonji observaba cada uno de los movimientos de Chopper, examinando cada mínimo detalle, por lo que no sabía si sentirse feliz o molesto por su falta de comunicación. Era obvio que estaba nervioso, pero la pregunta era: ¿Su nerviosismo era porque su presencia le fastidiaba o le causaba algún efecto?

 

―¿Por qué estás aquí solo? ¿Tu hermano no vino contigo?― Inquirió con curiosidad, Chopper negó con la cabeza.

―No, tuvo que irse un rato a algún lado y dijo que volvería en un rato―. Respondió mientras le tendía el plato con tostadas―. ¿Quieres?― Yonji sonrió. ¿Cómo podía ser tan tierno ese chiquillo?

―Claro―. Agarró una y la mordió―. ¿Y por qué no vas a la escuela? ¿Entras más tarde?

―Tampoco, Law-nii me dijo que hoy no iré…― El peliverde dejo de masticar al escucharlo.

 

Trafalgar Law parecía ser un tipo responsable y serio, no aparentaba ser los que dejaran que su hermano faltará a la escuela por que sí. Entonces ¿qué estaba pasando?

 

―Ya veo…― Fue lo único que respondió.

 

¿Tendría algo que ver el estado en que lo encontró aquella vez? Quería respuestas, y las obtendría como fuera.

 

―¿No tienes que ir a trabajar?― Pregunto el pequeño, Yonji ladeo la cabeza.

―Por ahora solo tengo el deber de cuidador nocturno, así que a esta hora no tengo mas que hacer―. Explico con una sonrisa―. ¿Quieres que me quede a acompañarte hasta que termines?

―¿E-eh?― Las mejillas del menor nuevamente comenzaron a tomar color―. Cla-claro… Si quieres…

―Vale.

 

 

Escuela secundaria Red Line, al norte de Sabaody.

 

―Señor, lamento decirle esto, pero realmente veo poco probable que lo que me cuenta sea verdad―. Estaba a solo dos pasos de tirar todo a la mierda. ¡¿Cómo ese tipo podía ser director de una escuela?!

―Es la verdad, mi hermano ha estado sufriendo acoso escolar por parte de sus compañeros―. El director ladeo la cabeza, negativamente.

―Esta escuela tiene un estricto reglamento respecto al bullying, de ser verdad ya habría informes por partes del profesorado. ¿En que se basa para decir todo eso?― La vena en la frente del pelinegro era cada vez más notoria.

¿En que me baso?― Repitió con una voz sombría―. Todos los días llega con golpes, llorando, le da terror venir a la escuela, la psicóloga afirma que es un caso de bullying y acabo de escuchar a cuatro niñatos burlarse de Chopper y de lo que le han hecho―. Lo miro fijamente a los ojos―. ¡¿Y me lo sigue negando en la cara?!

―Eso no es…

―Si, si lo es―. Estaba por perder los estribos por completo―. Mi intención era conseguir un permiso de ausencia, pero viendo lo imbéciles que son todos lo que deberían cuidar a los alumnos, mejor lo sacaré de la escuela. Es inaceptable todo esto, y los denunciaré ante el Ministerio de Educación―. Se enderezo, comenzando a caminar hacia la salida.

―¿Qué? ¿D-denunciarnos?― La cara del hombre empalideció―. ¡Se-señor! ¡Hablemos!

 

Salió de la oficina y cerro la puerta con tal fuerza que resonó, luego se dirigió a la salida de la escuela.   

¿Cómo era posible que hubiera instituciones así? Ven lo que pasa, saben que hay bullying en las aulas y tenían el descaro de negarlo. ¿Cómo podían considerarse buenos profesores? ¿Cómo les daba la cara para mirarse a si mismos al espejo cada mañana?

 

―Banda de imbéciles…

 

Próxima parada: Ministerio de Educación.

 

 

Mansión de la familia Vinsmoke, al norte de Sabaody.

 

Entro a su habitación mientras se sacaba todo lo que podía, quedándose solo en pantalones y camiseta.

 

―¿Qué demonios le pasa?― Pregunto al aire, la actitud de Katakuri lo saco de onda.

 

¿Por qué se había comportado tan frio con él? ¿Le habría pasado algo? ¿Le hizo algo malo sin darse cuenta?

 

Nagareru toki no naka matataku Setsunateki kirameki o Kono yo no kioku ni kizamu tame Arukitsuzukeru Dreamer

 

Su celular comenzó a sonar, pero al mirarlo se dio cuenta que era un numero desconocido. Dudo en contestar, sin embargo, lo hizo.

 

―¿Hola?

¿Ichiji? ¿Eres tú?― La voz le pareció conocida, pero no lograba recordar a quien pertenecía.

―Si. ¿Quién eres?

Soy Zoro―. Abrió los ojos con sorpresa. ¿Por qué lo llamaba?

―Ah, si… ¿Paso algo?

Hay algo que debo preguntarte, es muy importante…

―Pues, tú dirás. ¿Qué sucede?― Tenía un mal presentimiento.

Ichiji, tú…― Lo oyó tomar una gran bocanada de aire―. ¿Tienes hermanos?

―¿Qué? Claro que sí, los has visto.

Lo sé, no me refiero a ellos―. Suspiro―. Lo que trato de decir es… Además de esos tres, ¿tienes más hermanos?

 

El rostro del pelirrojo comenzó a perder color, no se esperaba tal pregunta. ¿Cómo lo sabía? ¿Cómo lo había descubierto?

 

¿Ichiji?

 

No, realmente no podía decir que Zoro lo supiera. Estaba seguro que su padre había borrado todo registro de la existencia de Sanji.

 

¿Tengo que tomar tu silencio como una afirmación?

 

Claro que quería confirmar lo que Zoro estaba diciendo, quería gritarlo al mundo.

 

´¡Tenemos un hermano más, pero por mi idiotez ya no está con nosotros!´  Sin embargo, no podía. Judge lo mataría, no debía revelar la existencia de su hermano menor.

 

―Lo siento, pero te has equivocado―. Una lagrima silenciosa bajo por su rostro―. No tenemos más hermanos―. Sin esperar respuesta, colgó la llamada.

 

Asesino al pequeño y, ahora, debía negar su existencia. ¿Qué clase de basura humana era?

 

―Sanji… Si me vieras, estarías tan decepcionado de mi…

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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