Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sálvame por Akashi_Male

[Reviews - 48]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Lo vio irse.

No le agradaba nada mandarlo a esa misión especial, era demasiado arriesgado, sobre todo para él.

 

´Tranquilo, Sengoku-san, volveré sano y salvo´ fue lo ultimo que le dijo. Pero, no podía creerlo, su corazón dolía y sentía que lo estaba mandando a la boca del lobo.

No. Definitivamente lo mando a la boca del diablo.

 

Crick, crick.

 

Ladeo su cabeza al oír los pasos acercándose a él por detrás.

 

―¿Quería verme, señor?― El alto y musculoso muchacho rubio lo observaba con temor, después de todo, había ordenado que se quedará luego de la reunión con los demás oficiales.

―Killer, pasa a mi oficina, por favor―. El chico asintió, entrando luego de él y cerrando la puerta tras su espalda―. Siéntate.

―Si, señor―. Se sentó, Sengoku pudo notar como le temblaban las piernas.

―Mira, seré muy sincero contigo―. Killer asintió con confusión―. Eres uno de los mejores hombres, pero me han llegado reportes sobre ti.

―¿Qué? ¿Reportes sobre mí?― Inquirió, su cara denotaba sorpresa―. ¿Qué quiere decir?

―Quiero que me expliques, en este momento, que hacías en la habitación de Monkey D. Sabo cuando tu no fuiste designado a su protección.

 

Killer trago en seco, ¿estaban dudado de él? ¿Quién lo reporto? ¿Por qué?

 

―Yo no…― Le daba vergüenza decir la verdad, pero no tenía opción viendo el panorama.

―Escúchame, no podemos fiarnos de nadie actualmente. Cualquiera que dé un paso en falso será considerado sospechoso de infiltración y traición ¿entiendes eso?― El menor asintió, resignado―. Si tienes una explicación, y logro ver que no mientes, quedarás libre de culpa. Pero, debes ser sincero.

―Bueno, la verdad es que…― Suspiro―. Luego de rescatar a los hermanos, todos en la estación nos enteramos de lo que les habían hecho…― Levantó la mirada, fijándola en los ojos de su superior―. Así como la violación del chiquillo, y me quede anonado…― Apretó los puños a tal punto que sus nudillos se volvieron blancos―. No sé por qué, pero me quedo un mal sabor en la boca, aún cuando yo no lo vi durante el rescate. Luego, decidimos ir a ver a Marco, que estaba cuidado a su novio… Pero, por error, termine en la habitación de Sabo.

―¿Y qué pasó?― Podía verlo, sabía que el muchacho no mentía.

―Me pareció muy atractivo… y se veía tan frágil…― Respiró profundo antes de seguir: ― Usted sabe de dónde provengo, y cuál es la razón de mi nacimiento…― Sengoku asintió con un dejo de tristeza―. Aún no se había despertado, y me preguntaba que pasaría cuando lo hiciera. ¿Cómo podría sobrellevar algo así? Quería apoyarlo, ayudarlo a superarlo…― Cerro la boca al sentir que, de seguir hablado, se quebraría.

―Ya veo―. Killer no mentía, estaba siendo completamente sincero―. De eso se trata…

―Lamento mucho si mi intromisión entorpeció la investigación―. Se levanto rápidamente, e hizo una avenía―. ¡De verdad lo siento!

―No tienes nada porque disculparte, Killer―. Sengoku sonrió, claramente tenían a los mejores hombres bajo sus respectivos mandos―. Creo que una persona como tú le haría muy bien a Sabo, así que haremos una cosa.

 

El rubio se enderezo, mirándolo confuso.

 

―A partir de hoy estarás en el grupo nocturno, al cuidado de Monkey D. Sabo, informaré a Ichiji de esto en cuando te vayas.

―¿Lo dice en serio?― Pregunto con sorpresa.

―Si, al mismo tiempo, le aminoraremos el trabajo a los hermanos Vinsmoke, ya que se le dará permiso de intercambiar puesto con sus hermanos en caso de que tengan una sobrecarga.

―Señor…― Los ojos del joven se cristalizaron―. ¡Muchas gracias!

―No, no debes darlas―. Sonrió―. Me alegra saber que, aun cuando eres policía, mantienes tu lado humano. Eso es lo mas importante para quienes ofician en este tipo de trabajo, porque les permite involucrarse más con situaciones como estas, en las cuales se necesita mucho corazón.

 

Killer estaba feliz por dentro, al fin podría ayudar al rubio. Podría cuidarlo, protegerlo y apoyarlo.

 

―Puedes irte―. Sentencio el pelinegro, el más joven asintió y se marchó del lugar.

 

 

Hospital General de Sabaody, habitación 324.

 

Se mantenía sentado, con los brazos apoyados en las rodillas. No podía dejar de pensar sobre la revelación que hizo su hermano. ¿Qué se suponía que era la sangre manchada?

 

´Los hermanos mayores no son quienes creen que son´ ¿Entonces quienes eran? ¿Qué les estaban ocultando?

 

―Ace…― Miró hacia la puerta cuando escucho su nombre, encontrándose con que su novio lo observaba triste―. Por favor, no te comas la cabeza de esa manera, estoy seguro que Garp les explicará todo a su debido tiempo.

―No puedo evitarlo, es muy grave lo que Luffy escuchó―. Volvió su vista hacia la pared―. ¿Qué quisieron decir con que él es el único que puede tomar el mando del Clan? ¿Qué verdades nos han estado ocultando?― Marco suspiro, en eso el castaño tenia razón.

 

Se acercó a la cama y se sentó en el borde, luego agarró la mano del chico, acariciándola con cariño.

 

―Sea lo que sea, estoy completamente seguro que no lo hicieron para lastimarlos, al contrario…― Ace volvió a mirarlo―. Lo que sea que les hayan ocultado, creo que lo hicieron para protegerlos.

―Marco, tú… ¿Sabes algo que nosotros no?― Inquirió entrecerrando los ojos, el otro solo soltó una risita.

―No, pero llegue a conocer a Dragón y a Rouge lo suficiente para saber que no hubieran hecho nada para herirlos―. Ace sonrió y asintió levemente.

―Es verdad, ellos siempre fueron buenos padres―. El mayor le dio un beso en la mejilla―. Y tu eres un gran novio, el mejor del mundo.

―Oye, que me sonrojas―. Ambos rieron y el mayor lo abrazo―. Siempre estaré contigo, Ace.

―Lo mismo digo.

 

Por su lado, Zoro presenciaba la escena. Mantenía los ojos cerrados, pero escuchaba todo. Definitivamente la familia Monkey D. tenia demasiados secretos, los cuales Dragón se llevó a la tumba.

Fuera de eso, él mismo tenia su propio dilema. Estaba completamente seguro que el chico del restaurante tenía la misma aura que los hermanos Vinsmoke, pondría sus manos al fuego por ello. Pero, Ichiji negaba tener otro hermano, entonces… ¿Qué estaba pasando?

Además, el parecido físico era aterradoramente hermoso. Porque si, nadie podía negar que los hijos de Judge eran muy atractivos.

 

Igual que el chico del restaurante…”― Pensó, su corazón latía con fuerza al recordar al rubio. Sus facciones, su altura, su rostro―. “Condenadamente perfecto”.

 

Era obvio, demasiado. La familia Vinsmoke tenia un secreto, y él averiguaría cual era.

 

 

Habitación 211.

 

―¿Dónde está Law?― En cuanto se despertó fue lo primero que pregunto. Las pastillas que le suministraban lo hacían dormir mucho, y era algo que comenzaba a molestarlo.

―Tuvo que salir, dijo que volvería en un rato―. Respondió el peliazul, sentado en la silla y a una distancia prudente―. ¿Tienes hambre?

―Un poco―. Se notaba a leguas que Niji no era de su agrado, sus cortas respuestas lo delataban.

―Vale, avisaré a la enfermera para que te traigan algo para comer―. Salió de la habitación, quedándose cerca de la puerta, hasta que diviso a una muchacha que llevaba uniforme de enfermera―. El señor Monkey D. Luffy se acaba de despertar, tiene hambre y quisiera que le trajeran algo para comer.

―Claro, en unos minutos le traeremos―. La chica estaba completamente roja.

―Gracias―. Volvió a entrar al cuarto―. Ahora te traerán.

 

Luffy solo asintió.

 

―Oye…― Se sentó en la silla―. Ahora que puedes hablar, ¿puedo hacerte una pregunta?― El pelinegro lo miro, cediéndole la palabra―. ¿Por qué no te caigo bien? ¿Qué te he hecho para que me rompieras la nariz?

―¿De verdad no lo sabes?― Inquirió serio, a Niji se le erizaron los pelos al ver sus ojos.

―No, por eso te lo pregunto―. Contesto sincero, algo que el pequeño notó.

―Tu lastimaste a mi hermano, y eso nunca te lo voy a perdonar.

 

 

En algún lugar de Sabaody.

 

Ya había puesto la denuncia contra la Secundaria Red Line, y estaba molesto. Por fuerzas mayores, tuvo que usar su apellido para lograr que le hicieran caso.

Odiaba tener que usar el poder de su apellido, entiéndase su padre. Pero, su hermano estaba ante todo, y a pesar que detestará lo que tuvo que hacer, le tranquilizaba que ya estuviera hecha la denuncia.

 

´El fin justifica los medios, Law.´ Le dijo una vez, aunque en un contexto completamente diferente.

 

Claramente no estaba de acuerdo con eso, pero en esa ocasión… debía darle la razón, por mucho que le fastidiara.

 

―Vergo…― Una sensación completamente desagradable le rodeo al decir aquel nombre―. Te equivocaste tanto con nosotros, conmigo. Pero, no dejaré que Chopper vuelva a verte, jamás.

 

 

Hospital General de Sabaody, pasillo.

 

―Si, señor. Como usted ordene―. Colgó la llamada, era Sengoku para informarle sobre el cambio de oficiales a cargo de Monkey D. Sabo―. No sé que es todo esto, pero ahora podré hablar con él.

 

Toco el botón para llamar al ascensor, el cual estaba tardando demasiado para su gusto.

 

―Al fin―. Se subió y apretó el numero de piso al que debía ir, acto seguido las puertas se cerraron―. Enserio ¿quién te entiende, Katakuri?― Resopló con molestia, iba por respuestas y no se iría sin ellas.

 

Llego a su destino, por lo que se dirigió a la habitación de Monkey D. Sabo.

Al abrir la puerta se encontró con el testigo durmiendo placida y profundamente, Katakuri estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia el cielo.

 

―Buenas tardes―. Saludo cerrando la puerta tras de sí, el de cabello granate giró su cabeza para observarlo.

―¿Qué haces aquí? Con el cambio de oficiales ya no será necesario que vengas―. Su voz era fría y distante, pero él no retrocedió.

―Tú y yo tenemos que hablar―. Decreto, sus ojos mostraban lo decidido que estaba.

―¿Ah sí? ¿Nosotros dos? No sé de qué―. Volvió su vista hacia la ventana―. Será mejor que te vayas, no sea que tu padre aparezca y te vuelvas un robot sin sentimientos nuevamente―. No podía negar que eso le había dolido, pero aún más oírlo de los propios labios de su compañero.

―¿A que te refieres? ¿Robot?― Katakuri embozó una sonrisa sarcástica.

―Eres el robot de Judge, Ichiji. Y me alegro que te quitaras la mascara antes de…― Cerró la boca y ladeo la cabeza.

―¿Antes de que?― Ninguno se movía de su lugar, pero la tensión se sentía en toda la habitación.

―Antes de que me enamorara de ti.

 

Abrió los ojos con sorpresa al oír la respuesta, no se esperaba tal confesión.

 

―No te equivoques, Katakuri―. El nombrado lo miró―. Yo no soy un robot.

―¿No? ¿Y que fue lo del interrogatorio? ¿Honor del EILA?― Pregunto sarcástico―. ¿Eso es lo que les enseñan? ¿No tener sentimientos ni ser considerable con los demás? ¿Qué lo único que importa son las respuestas y no las emociones de las víctimas?

 

La mirada de Ichiji se ensombreció, cada cosa que le decía era un puñal directo al corazón. Sin embargo, ese era su castigo ¿verdad?

 

―Tu… no lo entenderías―. Sentenció, su rota voz le dolió a Katakuri, pero no podía retroceder.

―Entonces, explícamelo―. El pelirrojo negó con la cabeza.

―No puedo―. Fue su única y corta respuesta―. Si quieres creer que todos los rumores que corren sobre nosotros son verdad, es problema tuyo. Quisiera ser como realmente soy, quisiera mostrarle tal cual soy, pero no puedo―. Katakuri se separó de la ventana y caminó hacia el más joven, tomándolo de los hombros.

 

Ichiji no se esperaba tal acción, por lo que solo pudo mirarlo directamente a los ojos, dejando ver que los suyos propios estaban cristalinos.

 

―¿Qué es lo que te atormenta tanto?― Aquella pregunta fue la gota que colmo el vaso, las lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas. Ya no podía detenerlas, ahora se sentía patético al saber que su compañero lo estaba viendo llorar.

―Es mi castigo por lo que hice, no ser feliz es mi condena―. Katakuri no entendía nada, pero sabia que el pelirrojo estaba torturándose a si mismo por alguna razón.

 

Algo en su vida lo estaba encadenando a un abismo del que no podía salir. Él quería ayudarlo, que se liberara de aquello que lo angustiaba tanto, pero Ichiji debía dejarse y contarle todo.

 

―Por favor―. Para alguien como él no era común esas dos palabras, sin embargo, en esa ocasión las dijo sin pensar―. Dime, confía en mí. ¿Qué es lo que te tiene tan destrozado?

―El asesinato de mi hermano…― Ahora era su turno de estar sorprendido. ¿Qué había dicho?

―¿Qué…?

―Yo maté a mi hermano menor.

 

 

 

Continuará….


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).