Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sálvame por Akashi_Male

[Reviews - 48]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

―Mi padre siempre fue muy estricto con nosotros…― Ichiji se apoyó contra la pared, fijando su mirada en el despejado cielo celeste―. Desde antes de nacer, él esperaba de nosotros que cumpliéramos sus expectativas al pie de la letra. Sin distracciones, sin sentimientos. Humanos, si, pero actuar como maquinas.

 

―¡Vamos, más rápido, no de detengan!― El hombre que mi padre contrato nos grita para que nademos mas rápido, pero noto como Sanji se está quedando atrás―. ¡Vamos, más rápido les dije!

 

Voy delante de todo, sin embargo, tengo plena visión de lo que sucede detrás mío.

 

―¡Sanji, más rápido, agiliza esas piernas!― Veo que el tipo le susurra unas palabras a nuestro padre, quien ladea la cabeza negativamente.

 

Creo que nuestro frágil hermano tendrá muchos problemas, como siempre. ¡¿Por qué no aprende de una vez?!

 

 

―Reiju, Niji, Yonji y yo podíamos cumplir todo lo que nos pedían, absolutamente todo, por lo que nunca nos castigaban o regañaban―. Hizo una mueca―. Pero, él… era débil. Había nacido con un cuerpo que, según mi padre, era inútil para su utilidad.

―¿Inútil?― La expresión de Katakuri era de estupefacción.

―Si, mi padre lo consideraba de esa manera… y yo también―. Cerró los ojos y respiró profundo―. Ahora lo pienso y me doy cuenta que en realidad… era el mas humano de todos nosotros, no era debilidad sino la capacidad receptiva emocional. Era sensible, amable… y, su sonrisa la más pura que he visto en mi vida.

 

 

Estamos a una distancia prudente, pero oímos todo lo que mi padre y Sanji están hablando. No levanta la voz, sin embargo, le dice cosas muy duras y con un profundo desprecio.

 

―Jajajaja, es un inútil patético―. Yonji se ríe a carcajadas, Niji lo secunda y yo me mantengo en silencio, prestando atención a la conversación.

―Sanji…― Mis ojos son fríos, lo sé sin siquiera mirarme a un espejo―. Tienes que aprender a ser mas fuerte, los sentimientos son basura―. Me enderezo, y comienzo a caminar solo.

 

 

―Le encantaba cocinar―. Decretó con una sonrisa melancólica―. Y lo hacia condenadamente bien, nunca se lo dije, pero una vez probé uno de sus pasteles y estaba riquísimo.

 

 

Hace mucho frio hoy, está lloviendo torrencialmente y el entrenamiento fuera se canceló, así que solo entrenamos dentro y recién terminamos.

 

―La pregunta ahora es… ¿Cómo voy hasta el hospital?― Escucho la voz de Sanji en el otro pasillo, por lo que me dirijo hacia allá.

 

Esta con una campera para lluvia, unas botas que no se arruinaran con el agua y una mochila marrón. ¿Va a ir a ver a mamá? Quisiera ir con él, pero si padre me busca y no me ve, estaré en un gran problema.

 

―¡Sanji, piensa rápido!― Apenas le da tiempo de reaccionar cuando mi pie queda estampado contra su rostro, siendo el golpe tan fuerte que lo tira hasta la pared.

―Ay…― Se agarra la cara con un gesto de dolor―. ¿Por qué hiciste eso?― Me mira con ojos llorosos.

―Ya te lo he dicho, debes ser más fuerte, ya déjate de idioteces como cocinar―. Explico con una sonrisa cínica―. Deja de ser tan cobarde, tan débil.

 

 

―Era un horrible hermano mayor…― Se sorbio la nariz, luego dejo escapar un suspiro―. Se supone que yo debía cuidarlo y protegerlo, pero solo lo golpeaba y despreciaba, actuaba como mi padre…― Katakuri apoyó su mano en el hombro, tratando de transmitirle seguridad.

 

Ichiji sonrió, agradecía que el chico aun siguiera ahí, escuchándolo.

Le dolía mucho contarle esas cosas al de cabello granate y que, al mismo tiempo, en su cabeza pasaran las imágenes de sus recuerdos.

 

―¿Tus hermanos también se metían con él?― Preguntó el mas alto con nerviosismo.

―Si, pero era mas porque yo lo hacia y ellos me seguían, y no por iniciativa propia―. Explicó, no recordaba una sola vez que Niji o Yonji hubieran empezado a molestarlo. Siempre le seguían su juego―. Reiju no, al ser mayor que nosotros no se metía en nuestros asuntos.

 

 

Otro día, otros regaños para Sanji. ¡Este chico no aprende más! ¡¿Tanto le cuesta seguir órdenes y conseguir las metas que nos ponen?!

 

―Mire, señor rata, aquí le traigo un poco de pollo―. Su voz resuena en la cocina, lugar donde siempre está.

 

Me trueno los nudillos, las venas de mi frente se están marcando de la molestia que tengo.

 

―Ahora si va a aprender―. Mis otros hermanos me miran, imitando mi acción―. ¡Sanji!― Entro a la cocina, él se gira sorprendido.

―¿Qué hacen aquí?― No lo muestra, pero tiene miedo.

―¡VAMOS A JUGAR!― Grita Yonji, luego comienza a reír a carcajadas y Niji lo sigue.

―¿Cuándo vas a aprender que este mundo no es para los débiles e inútiles?― Pregunto aterradoramente, él sabe que nada bueno le espera―. Tienes que aprender, y yo te voy a enseñar.

 

Se queda paralizado en su lugar, y yo aprovecha para agarrarlo y golpearlo reiteradas veces. Luego, Yonji me hace una seña, así que lo empujo hacia él.

 

 

―Tenia una mentalidad demasiado podrida―. Sentenció refiriéndose a sí mismo―. Después de lo que paso, jure que jamás cometería el mismo error.

 

 

No sé cuánto tiempo llevamos golpeándolo, en algún momento lo tiramos al pasillo, justo al lado de las escaleras.

 

―Por un lado, me da pena…― Tanto Niji como yo miramos a Yonji, quien tiene una sonrisa de lado―. Luego recuerdo que es el inútil de Sanji y se me pasa, jajaja―. Ríe sonoramente.

―¿Ya has aprendido la lección?― Me doy la vuelta, amagando a irme.

―¿Por qué no lo entienden?― Detengo mis pasos al oírle hablar, le cuesta por los golpes que le dimos, pero su determinación es increíble―. ¡Nunca seré como ustedes o padre quieren que sea!

 

Respiro profundamente, la ira me invade. Me giro nuevamente, quedando frente a frente con él.

 

―Respuesta incorrecta―. Lo levanto de la camiseta, y le estampo un puñetazo de lleno en el rostro, soltándolo al mismo tiempo.

―¡CUIDADO!

―¡ICHIJI, NO-!

 

Es demasiado tarde, el golpe fue demasiado fuerte y tira a Sanji por las escaleras. Niji y Yonji tienen una expresión de completo terror en la cara, veo a Reiju correr hacia nosotros y, segundos mas tarde, a nuestro padre.

 

 

―Fue todo muy rápido…― Ichiji no apartaba la mirada del cielo―. Estaba tirado, inmóvil, pálido…― Un suspiro abandonó sus labios―. Mi padre nos ordenó que nos fuéramos a nuestras habitaciones, horas después…― Clavó sus ojos en su compañero―. Vino a verme, me dijo que estaba muerto. Los golpes le causaron fractura de cráneo, pero la caída hizo que tuviera derrame cerebral, del que no pudo sobrevivir.

―Ichiji…― Katakuri estaba completamente paralizado de la impresión.

 

Ahora lo entendía, comprendía la mirada distante de Ichiji al conocerlo. Él fue el causante de la muerte de su hermano menor, aun cuando no tuvo intención de hacerlo.

Ahora lo comprendía: Ichiji se encadenó y juzgó a sí mismo, condenándose de por vida como castigo.

Ahora lo asimilaba: jamás pudo perdonarse por lo que hizo.

 

―Para mi padre, su muerte fue como sacarse un peón de encima―. Volvió a hablar sin dirigirle mirada alguna―. Borró todos los registros de su existencia, para que nadie se enterara nunca que alguna vez fuimos cinco…

 

Al oír su declaración, una pregunta inundo la cabeza del mayor.

 

―Ichiji… ¿Tu padre te chantajeo con lo que pasó?― El pelirrojo asintió, una sonrisa que no logro descifrar surco su rostro.

―No se si ¨chantaje¨ sería la palabra…― Fijó sus ojos en él―. Sin embargo, si me advirtió que fuera el mejor, que fuera como él tanto deseaba… si no quería terminar como mi hermano―. Suspiró―. Realmente no me importaría morir, pero están mis otros hermanos de por medio. No puedo dejar solos a Niji y a Yonji, no quiero que cometan los mismos errores que yo… Si por lo menos logro que sean humanos, tengan emociones, sepa que estarán en buenas manos y no se quedaran solos…― Una expresión de total empatía iluminaba su rostro―. Entonces podré morir en paz, por mientras, aun con mi padre encima, me mantendré vivo.

 

Katakuri sonrió ante lo dicho por el mas bajo, y su primera reacción fue abrazarlo.

 

―Me alegra ver como realmente eres―. Ichiji no se esperaba tal muestra de afecto, pero se dejo hacer al sentir el calor del muchacho―. Y gracias por confiar en mí, por contarme todo esto.

―Gracias a ti, por escucharme.

 

 

Hospital General de Sabaody, habitación de Monkey D. Luffy.

 

―¿Qué yo lastime a tu hermano?― Su expresión era totalmente incrédula―. Pero… ¡¿De dónde has sacado eso?! ¡Nunca había visto a tus hermanos!

―¿No? ¿Estás seguro?― La mirada del pelinegro era de total seguridad.

―¡Claro que sí!― Se apresuró a responder―. ¿De donde sacas que lo conozco? ¿Y a cuál te refieres?

―A Sabo, claramente―. Sintió como su pecho se hundía al oír ese nombre―. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué lo lastimaste de esa manera? ¿Por qué lo abandonaste, y te fuiste sin decirle nada?

―Yo…― Tragó con dificultad, una transpiración fría bajaba por su frente. No se estaba sintiendo nada bien―. ¡No sé de qué me hablas!

―Tú eras su amigo… Y fuiste el primer amor de mi hermano―. La cabeza comenzó a dolerle horriblemente―. Le prometiste que siempre estarían juntos, que nunca lo dejarías. ¿Por qué rompiste ese juramento?

 

¿De que estaba hablando? ¿Qué promesa hizo? ¿Por qué no podía recordar todo aquello que Luffy le reclamaba? ¿Qué le estaba pasando?

 

―Yo…― Su palidez a esas alturas ya era notoria―. No sé…― Fue cuestión de segundos antes de caer al suelo, totalmente inconsciente.

 

El pelinegro se levantó de la cama y fue hasta él, moviéndolo levemente.

 

―Oh, oh…― Viendo la situación, lo primero que se le pasó por la cabeza fue: ´Fui demasiado duro´―. ¡Oye, despierta!― Trató de ponerlo de cabeza al piso y frente al techo, pero el tipo era más pesado de lo que aparentaba.

 

Toc, toc.

 

Unos toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, segundos después vio como la abrían.

 

―Permiso, yo…― Logró divisar una cabellera rojiza, perteneciente a uno de los hermanos del cuidador―. ¡Niji!― El recién llegado corrió hacia el peliazul, mirando a Luffy interrogativo.

―Se desmayó…― Fue su única repuesta, no sabia si debía revelar la razón del hecho.

―Niji… Niji, despierta―. Le daba leves golpecitos en la mejilla, tratando que recobrara la conciencia, pero era inútil―. Tendré que llevarlo a casa…― Sacó su celular del bolsillo, y luego tecleo un par de botones antes de llevarse el aparato al oído―. ¡Yonji! ¿Estas despierto? Mira, tenemos una situación aquí. ¿Puedes venir al hospital? Necesito que te quedes a cuidar a Monkey D. Luffy… Después te explico, ¿puedes venir o no?

 

El mas pequeño de todos solo presenciaba la escena, preocupado por el peliazul. Quizás si fue demasiado lejos, sobre todo porque era un tema que no le incumbía para nada. Por otro lado, Sabo era su hermano y su deber, aun siendo el menor, era protegerlo.

 

―Gracias, te espero aquí―. Terminó la llamada y miró al heredero―. Lamento mucho que tuviera que presenciar esto―. Hizo una avenía como pudo, ya que en la posición en la que estaba se le dificultaba un poco.

―No te preocupes, parte también fue culpa mía…― Ichiji lo miró sin entender lo que quiso decir, a lo que Luffy solo ladeo la cabeza―. Cuando se despierte ¿puedes decirle que venga a verme? Hay algo que necesito aclarar con él.

―Eh… Si, claro…― Si bien no comprendía que estaba pasando entre su hermano y el heredero del clan Monkey D., no podía negarse ante él.

 

 

Cerca del Hospital General de Sabaody.

 

Corría como alma que lleva el diablo, escuchando unos pasos tras de sí. Se preguntaba que habría pasado para que Ichiji lo llamara y le pidiera tal cosa. ¿Le pasó algo a Niji? ¿El chiquillo había pegado de nuevo?

 

―Yonji-san, si que corres rápido―. Comentó el castaño, tratando de mantener su ritmo.

―Años de entrenamiento―. Sonrió complacido por el cumplido―. Si sabes que no es necesario que me acompañes ¿verdad?

―Lo sé.

 

El más alto sintió como su pecho se volvía cálido, una sensación extraña lo rodeo. Ese chiquillo era un misterio para él, los efectos que causaba en su persona era algo que nunca había sentido.

Que no lo malinterpretaran, aquello que sentía no le desagradaba para nada.

 

―Sólo espero que ese niño no le haya vuelto a pegar a mi hermano―. Dijo casi en un susurro, pero Chopper lo escucho perfectamente. ¿De quién estaría hablando?

 

Luego de quince minutos de carrera, llegaron a la habitación y Yonji abrió la puerta con un rápido movimiento.

 

―¿Qué ha pasado?― Interrogó una vez dentro, el castaño se mantenía detrás de él.

―Niji ha perdido el conocimiento, cúbrelo por favor―. Ichiji levantó al peliazul, cargándolo como pudo y salió rápidamente.

 

Ambos miraron a su alrededor, encontrándose con Monkey D. Luffy sentado en el suelo.

 

―¡Luffy!― Yonji se acercó al chico, agachándose a su altura―. ¿Qué ha pasado? ¿Estas bien?― Preguntó con preocupación, pero a cierto muchacho no le agradó esa cercanía.

―Si, le dije unas cosas y comenzó a sentirse mal…― El pelinegro se levantó, su rostro mostraba culpabilidad―. No debí decirle esas cosas de una sola vez.

―¿Cosas?― El peliverde se enderezó, girándose para no perder de vista al heredero menor del clan Monkey D.

―Te lo contaré…― Se sentó en la cama, volviendo sus ojos al policía―. Pero, a su debido tiempo.

―Vale―. Estaba preocupado por Niji, sin embargo, supo que el pelinegro era sincero―. Tu estas bien ¿verdad?

―Si―. Sonrió levemente, hasta que reparó en el invitado que se mantenía ajeno a la conversación―. Hola…― Lo reconoció enseguida, era el chico que se escondió bajo la cama aquella vez.

―Buenas tardes―. Chopper supo que el muchacho lo había reconocido, así que su voz salió nerviosa. Pedía internamente que no delatará su visita nocturna―. Me llamo Chopper, soy el hermano menor del medico que te está cuidando.

―¿El hermano de Law?― Preguntó con sorpresa―. ¡Es un placer conocerte!― Bajó de la cama y le tendió la mano―. ¡Mi nombre es Monkey D. Luffy!

―Eh…― Una gotita cayó tras su cabeza. ¿Qué cosa con esa emoción repentina?― I-igualmente…― Estrecharon las manos, y notó como la gran sonrisa del chico no desaparecía.

 

Por alguna razón, y sin conocerlo, le caía bien. Parecía ser una buena persona.

 

 

Hospital General de Sabaody, habitación de Monkey D. Sabo.

 

Katakuri se mantenía de pie, estático, mirando hacia el despejado cielo. El muchacho a su cuidado aun no despertaba, estaba en su quinto sueño.

 

―Ichiji…― Susurró con tristeza―. Cuanto has pasado, cuanto has sufrido…

 

Aun no le caía la ficha de todo lo que le había contado, realmente era algo que no se esperaba.

 

―Quisiera poder ayudarte a curar ese dolor…

 

Por otro lado, no podía con la actitud de Vinsmoke Judge. ¿Cómo un padre podía hacer algo así? Usar la muerte de su propio hijo para manejar a otro. ¿Qué clase de basura humana era?

 

―Es una porquería―. La vena de la frente se le comenzaba a hinchar del enojo.

 

Y, además de todo, hacer como si ese hijo fallecido nunca hubiera existido. ¿Cómo pudo borrar todos los expedientes y demás para que nadie se enterara nunca?

 

―No le pregunté el nombre…

 

Ahora se daba cuenta que Ichiji, en ningún momento, dijo el nombre de su hermano. ¿Cómo se llamaría? Quizás podría ayudarlo para saber, por lo menos, donde estaba enterrado para que el pelirrojo pudiera despedirse adecuadamente de él.

 

―La próxima vez se lo preguntaré.

 

 

 

 

 

Continuará….

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).