―¡¿Cómo esta mi hermano?!― Fue lo primer que preguntó al llegar a la puerta de la habitación que le indicaron en la recepción.
―Ichiji-ya, debe mantenerse tranquilo―. Respondió Law, luego abrió la planilla que tenia en mano―. Niji-ya entró con una crisis de ansiedad compleja, intentó suicidarse tirándose a las vías del tren―. Señaló a su detrás, donde un rubio los observaba con ojos tristes―. Sabo-ya lo salvó, pero tendremos que dejar a su hermano en observación.
―Tú… ¿Lo salvaste?― Preguntó, incrédulo. El chico asintió lentamente―. Gracias… ¡En serio gracias!― De no ser por lo alterado que estaba, lo hubiera abrazado.
―No tienes nada que agradecer―. Sonrió, pero el gesto no le llegaba a los ojos―. Espero que Niji-san pueda recuperarse y salir adelante―. El pelirrojo ladeo la cabeza, dándole la razón.
―¿Puedo verlo?― Inquirió, se notaba que estaba muy inquieto.
―Aún sigue bajo los efectos del sedante, en una hora podrás entrar―. Asintió, luego se miró las manos por reflejo, notando como sus nudillos, y el contorno de estos, tenían sangre seca.
―Vale, entonces…― Carraspeó, escondiéndolas en sus bolsillos―. Iré a comprar algo y volveré, de paso llamaré a Yonji―. Tras decir esto, se dio media vuelta y se fue caminando.
Law no pudo informarle que, seguramente, Chopper ya lo había hecho.
Estación de policía de Sabaody, oficina de Sengoku.
Se mecía en la silla de izquierda a derecha y de regreso, no podía dejar de pensar. ¿Quizás si era demasiado arriesgado mandar a esos tres a infiltrarse en una de las familias mas poderosas del Bajo Mundo?
No, confiaba plenamente en ellos. Garp también, así que no debería haber problemas.
Sus habilidades eran de las mejores, podían adentrarse al territorio enemigo sin problemas. Estaba seguro.
Además, no estarían solos. La persona en la que mas confiaba en este mundo estaría con ellos, y, si algo llegará a salir mal, él podría solucionarlo.
••Flashback••
―¿Quiere que nos infiltremos en la Familia Donquixote?― Katakuri repitió la pregunta, estaba sorprendido. ¿Por qué les pedían tal cosa? ¿Qué habían descubierto?
―Si―. Volvió a responder―. Cada uno de ustedes tiene habilidades individuales que serán de mucha ayuda, dado que Doflamingo es muy poderoso―. Sacó unas fichas―. Por supuesto, no están obligados a hacerlo, porque es cierto que es muy arriesgado, pero confiamos en ustedes lo suficiente para designarlos a esta misión.
Se miraron entre sí, asintiendo al mismo tiempo.
―Claro que aceptamos, coronel―. Dijeron al mismo tiempo.
―Me alegra escucharlo―. Garp, que se había mantenido en silencio todo el tiempo, sonrió levemente―. Deberán estar de incognito, disfrazarse o usar algo para que no los puedan reconocer. Mañana, a primera hora, irán al Café Spiders, en Dressrosa. La persona que los ayudará a infiltrarse los esperará ahí.
―Si, señor.
―Nos mantendremos comunicados con ustedes, solo esperen nuestra señal―. Asintieron, se mantenían serios―. Mucha suerte, y cuando todo esto termine los invitaré a una gran cena.
Sonrieron al escucharlo. Sus coroneles eran temerarios como enemigos, pero buenos jefes.
―Nos veremos pronto―. Hicieron una reverencia, luego salieron del lugar.
••Fin flashback••
Killer era muy inteligente, y solía notar detalles que nadie más podía, así como mensajes en oraciones aparentemente inocentes. Además, no tenia escrúpulos a la hora de acatar órdenes. Era leal a sus ideales, y no traicionaba. Debido a su pasado, podía manejar armas y pelear cuerpo a cuerpo.
Jamás abandonaría a un compañero, y era capaz de sacrificarse a si mismo por salvar a los demás.
Eustass Kid podía llegar a ser extremadamente sanguinario, pero no dejaba a nadie atrás. Su mayor fortaleza era su descomunal fuerza física, siendo capaz de matar a alguien de un solo golpe. Al crecer en la calle, donde solo el mas fuerte sobrevive, aprendió a pelear por sí mismo. Luego, al entrar a la policía, mejoró sus habilidades de lucha.
De corazón noble, jamás traicionaría a los suyos.
Charlotte Katakuri tenía un don, que nadie mas en su equipo poseía: predecir el futuro. Jamás fallaba en sus premoniciones. Fiel a sus ideales, dejaba en claro de que lado estaba. No era de las personas que apuñalarían por la espalda.
Directo y sincero, excelente policía, e impecable con el manejo de armas y peleas cuerpo a cuerpo.
Si, definitivamente confiaba en ellos.
Hospital General de Sabaody, pasillo de algún piso.
―Gracias por llamarme―. Agradeció, quería sonreírle, pero no podía. Le angustiaba mucho lo que Law le había informado hacia unos minutos―. No lo entiendo, ¿por qué hizo algo así?
―No lo sé…― Fue la respuesta de su, por ahora, amigo―. Sólo no lo juzguen, ni lo reten. Algo debió pasarle para que hiciera tal cosa, deben escucharlo.
―Lo sé, lo sé…― Suspiró―. Si Sabo no hubiera estado ahí, no quiero ni pensar lo que habría pasado. Tengo ganas de abrazarlo, pero también de golpearlo.
―Yonji, lo que menos necesita Niji-san es que le reprochen―. Tomó su mano―. Lo que necesita es su apoyo, que sepa que estarán ahí incondicionalmente.
El peliverde lo miró con ternura, definitivamente ese chico era especial. Lograba tranquilizarlo con unas pocas palabras, ¿realmente podía existir alguien así?
―Tengo miedo de perderlo, no quiero perder a nadie más―. Se encogió en su sitio y fijó sus ojos en el techo―. Ya perdimos a nuestra madre, luego a nuestro hermano…― Se sorbió la nariz, recordar aquello todavía le dolía mucho―. Si algo le pasa a Ichiji, Niji o Reiju…― Apretó sus puños―. No lo soportaría.
Chopper abrió los ojos con sorpresa al escucharlo. ¿A cuantos seres queridos habían perdido los hermanos Vinsmoke? ¿Cómo podían seguir de pie luego de sufrir tanto? ¿Cuál fue el motivo que lo hizo salir adelante a pesar de todo?
―Todo estará bien―. Le agarró la mano, tratando de hacerle ver que estaría con él pasara lo que pasara. Luego, apoyo su cabeza en el hombro del contrario―. Siempre te apoyaré, Yonji.
Hospital General de Sabaody, baño de hombres.
Miró sus brazos, los cuales estaban llenos de rasguños profundos. Suspiró antes de lavarse toda la zona y los nudillos, no podía dejar que Niji viera sus heridas.
Tuvo que ir a una farmacia para comprar vendas, las cuales se enrolló en las manos.
―Me pregunto si ese protocolo tuvo algo que ver con lo que él quiso hacer―. No terminó de leer todo el informe respecto al Reseteo, pero hasta lo que sabía podía hacer que el target utilizado tuviera vaivenes emocionales, como dolor o sentimientos de vacío, llevándolo a caer en una depresión severa―. Tendré que hablar con Niji, tiene que saberlo…― No quería crearles ese dolor, ninguno de los dos se lo merecía. Pero, debían estar al tanto de todo, ya que tenían que cuidarse de Judge.
Terminó de limpiarse, por lo que bajo sus mangas y se miró las manos. Los nudillos estaban vendados y no se veía ninguna evidencia. Si llegaran a preguntar, diría que se lastimo con algo.
Penthouse de la familia Monkey-Portgas.
―¡ACEEEEEE! ¿DONDE ESTA SABO?― Fue lo primero que escucho al salir del baño, enserio necesitaba esa relajante ducha.
―No lo sé, Luffy―. Se alzó de hombros e hizo amago de irse, pero sintió como era empujado hacia el suelo.
―Shishishishishi, te gane―. Su hermanito reía a viva voz, le alegraba tanto oírlo de esa manera.
―¿Seguro?― De un rápido movimiento logró que invirtieran lugares, quedando el pequeño bajo sus rodillas―. Ay, Luffy. ¿Cuándo entenderás que no puedes ganarme?―. Río al ver el chico trataba de zafarse inútilmente.
―Agh, gah…―. Hacía un esfuerzo por soltarse, sin éxito―. ¡Verás que un día te ganaré!
―Quizás, quizás…― Volvió a reír, luego salió de encima del pequeño―. Respecto a Sabo, no sé donde está.
En ese momento, un rubio se acercó a ellos con una sonrisa.
―Dijo que iría a dar una vuelta―. Informó―. No se preocupen, fue con el sequito que contrato Garp-san.
―Oh. ¡Yo también quiero salir!―. Luffy se sentó en el suelo―. Quiero ir a ver a Law~―. Al escucharlo, Ace lo miró sorprendido.
―¿Qué quieres decir con eso?― Inquirió, incomodo. De repente un sentimiento desagradable lo rodeo.
―Me gusta Law~. Quiero verlo~~―. Su respuesta fue de completo desagrado para su hermano. Marco, por su lado, sonrió divertido
―Oh, nuestro pequeño Luffy está enamorado, interesante―. Su novio lo miró feo.
―¡No, no y no!― Exclamó mientras se agarraba la cabeza―. ¡No puede gustarte ese tipo! ¡No lo apruebo!
―¡¿Eeeeeh?! ¿Por queeeee?― Luffy infló los cachetes, clara muestra de que no estaba de acuerdo con su hermano―. ¡Law es una buena persona! ¡Te salvó la vida! ¡Me gusta Torao y estaré con él!
―Eh…― ¿Fue su imaginación o lo había llamado de dos formas diferentes?― Luffy, aun eres pequeño para tener novio, así que no. Además ¿sabes si también le gustas? Y, si, sé que me salvó la vida, pero eso y esto son dos cosas diferentes.
―Técnicamente ya no es un niño, Luffy ya tiene veinte años, así que-― Marco cerró la boca al sentir los ojos fulminantes de su pareja sobre su persona―. Iré a hacer un poco de café―. Y, como vino, se fue.
―¡Me gusta! Y, haré que yo también le guste~― Suspiró. ¿Cuántas probabilidades existían de que a Trafalgar le gustara su hermano? Si lo pensaba, quizás una sobre cien. Eran completamente diferentes, entonces realmente no tenia de que preocuparse.
―Ya, ya―. Hizo un gesto con la mano―. Haz como quieras, suerte con eso―. Claro, era prácticamente imposible que alguien tan serio y frio como Law pudiera llegar a gustar de una persona tan hiperactiva, sonriente y con personalidad extremadamente extrovertida como Luffy.
Aun así, no quería decírselo porque tampoco era cuestión de cortar las alas de su hermanito, y menos que menos romper su corazón. En algunos días se olvidaría del tema cuando viera que el doctor no le haría caso.
―Tengo hambre, Ace~―. Luffy lo agarró del brazo, el castaño sonrió.
―Vamos a la cocina, creo que hay algunos dulces y galletas en la alacena―. Con una sonrisa, ambos fueron a su destino.
Hospital General de Sabaody, habitación de Niji Vinsmoke.
Se dedicaba a mirar el techo, sentía que su pecho explotaría en cualquier momento. No sabia que pensar, estaba avergonzado por todo lo sucedido. ¿Por qué Sabo se interpuso en su camino? ¿Por qué no lo dejo terminar con su vida como tanto quería?
―Solo quiero terminar con todo esto―. Dijo al aire. ¿Por qué sentía sus ojos cristalinos? ¡No quería volver a llorar! ¡No quería ser débil, no quería que lo vieran débil, no quería que lo consideraran débil!
―Haciendo eso, créeme que no lo conseguirás―. Una voz tranquila resonó en la habitación, por lo que giró su cabeza hacia la puerta―. Niji, eres mucho mas fuerte que esto. Y, si te derrumbas, nosotros estaremos para agarrarte y ayudarte a salir adelante.
―Ichiji…― Miró a sus tres hermanos, quienes se mantenían frente a la puerta, la cual cerraron―. Yonji, Reiju…― Desvió sus ojos, no quería verlos. No podía verlos.
―Mi pequeño hermano―. La pelirrosa se acercó a él, siendo un fuerte abrazo lo que vino a continuación―. Ha sido difícil para ti, ¿verdad?― Unas cuantas lagrimas cayeron por su mejilla al sentir en calor de su hermana mayor―. No queremos perderte, Niji, por favor no nos dejes.
―Reiju…― Se sorbió la nariz al oírla, sus otros hermanos sonrieron mientras asentían.
―Es cierto, eres parte de nosotros, y siempre estaremos contigo―. Dijo Yonji, quien se acercó a la cama junto a Ichiji.
―Exactamente―. Secundó el pelirrojo mientras le acariciaba el casco de la cabeza―. Nos tenemos a nosotros cuatro, y siempre nos apoyaremos los unos a los otros sin importar qué.
Y, ahí estaban nuevamente. Las lagrimas caían sin cesar, no podía pararlas. Era verdad, a pesar de la complicada vida que tuvieron, se tenían entre ellos. ¿Cómo pude siquiera pensar en abandonarlos?
―Yo… no recuerdo nada de lo que Luffy me reclamó esa vez―. Empezó a hablar, los otros lo escuchaban atentamente―. Empecé a sentir que estaba cayendo por un abismo sin fondo, en un agujero sin fin―. Suspiró―. Me siento tan culpable… lastime a ese chico, lo abandone… y no lo recuerdo―. Sonrió triste―. Me siento tan miserable…
―No es tu culpa―. Sentenció Ichiji, su mirada era sería―. Hackeé el sistema de la computadora de Judge, y descubrí muchas cosas, incluso el por qué no te acuerdas de eso―. Sus hermanos abrieron los ojos con sorpresa, no solo por lo que dijo, si no por llamar a su padre por su nombre de una manera tan despectiva.
―¿Qué descubriste? ¿Por eso estabas así esa vez?― Preguntó Reiju refiriéndose a la escena que presenciaron el día de la reunión.
―Si, se dio cuenta que entre al sistema, pero me las arregle para borrar cualquier evidencia de lo que estaba buscado. Intentó matarme, ahorcándome―. Los otros abrieron la boca, incrédulos por lo que acababan de escuchar―. Pero, eso no es lo importante ahora―. Carraspeó―. Dude mucho en contarles esto, sin embargo, deben saberlo. Es posible que no solo haya aplicado lo que diré a continuación en Niji, sino que en nosotros también―. Asintieron, diciéndole que por favor les dijera de una vez―. Todo lo que les voy a decir ahora, tiene que quedar aquí. Ni una palabra a nadie, ¿vale? Porque debemos investigar mucho mas a fondo.
Ichiji procedió a contarles todo lo que había leído en los informes y documentos, sin perder detalle. Sus hermanos se mantuvieron en completo silencio durante el relato, y, cuando terminó, se quedaron callados.
¿Le creían? Por supuesto. El pelirrojo jamás fue una persona mentirosa, y siempre fue el mas fiel a su padre.
¿Qué pensaban de todo lo que les contó? No podían con la sorpresa, pero ya sospechaban que Judge andaba en algo turbio. Ahora sabían que su padre era una basura humana, quien se atrevió a usar a uno de sus hijos como conejillo de indias.
¿Qué harían al respecto? Investigar a fondo el asunto, y buscar la evidencia necesaria. Ellos mismos se encargarían de destapar los secretos del Germa 66 y, en tal caso, meter preso a Judge.
¿Lo seguían considerando su padre? Claro que no, lo que hizo fue la gota que colmó el vaso. Jamás lo perdonarían, y harían que pagara por todo.
―A partir de ahora, debemos estar mas unidos que nunca―. Decretó Ichiji―. Lo que vendrá no será fácil, probablemente será muy peligroso y arriesgado, pero debemos confiar entre nosotros cuatro.
―Es verdad―. Apoyó Reiju―. Serán tiempos difíciles, pero lo valdrá cuando Judge pague por lo que hizo.
―No lo perdonaremos―. Hablo Yonji, quien tenia ojos filosos―. Biológicamente es nuestro padre, pero jamás actuó como uno. No tuvo filtros a la hora de hacer las cosas, nosotros tampoco los tendremos.
―Pase lo que pase, jamás nos separaran, ni dejaremos que lastime a nadie más―. Niji mantenía la mirada completamente seria―. Pagará una a una todo, les juro que no se salvará.
Se miraron unos a otros antes de asentir, luego chocaron puños. Ese era el sello de sus promesas, aquella noche entraron unos y salieron otros.
Los hermanos Vinsmoke tenían algo en común entre ellos: nunca perdonaban una traición. Y podían ser extremadamente temerarios cuando rompías el cristal de sus propias bondades, ya que no pararían hasta destruirte.
Continuará…